10 PREGUNTAS ARQUEOLÓGICAS AL CRISTIANISMO

© Carlos Padilla – Septiembre 2023 

1.- ¿Es el Santo Sepulcro el lugar de la tumba de Jesús?

En el Gólgota o Calvario (lugar de la calavera, por la forma de cráneo de la peña), donde estuvo la cruz de nuestro Señor, también cerca del lugar nos dicen los evangelistas que estuvo la tumba, el que podemos calificar como el lugar más relevante de la arqueología y de la historia, pues en ella resucitó Jesucristo. La tumba era un sepulcro nuevo que estaba cavado en una peña, en un huerto en el lugar donde había sido crucificado, donde aún no había sido puesto ninguno, y allí pusieron Su cuerpo (Mateo 27:57-61; Marcos 15:42-47; Lucas 23:50-56; Juan 19:38-42). La zona del Gólgota, o Calvario había sido una cantera entre los siglos octavo y sexto a.C. que empezó a usarse para excavar sepulcros. Con todos estos datos, y otros que veremos seguidamente, los arqueólogos e historiadores sabían dónde debían buscar.

La arqueología nos ha aportado mucha información durante años con los trabajos de pacientes arqueólogos, y las conclusiones son las siguientes: debido a que el lugar era conocido en tiempos de Jesús, pero tras la destrucción de Jerusalén por el general romano Tito, y siendo que la tumba de Jesús seguía siendo un lugar de peregrinación de los cristianos, con el ánimo de acabar con aquella veneración, el emperador romano Adriano decidió en su rebeldía contra Dios edificar un templo a Júpiter Capitolino, justo encima del lugar de la tumba de Jesús. Mandó rellenar el lugar y hacer una plataforma donde erigió la estatua y cambió el nombre de la ciudad de Jerusalén por Aelia Capitolina.

Cuando el emperador Constantino convirtió el imperio romano al cristianismo y comenzó a edificar lugares santos, Helena, su madre, identificó el lugar de la tumba de Cristo y, según narra Eusebio, se mandó derribar el templo pagano y construir la Iglesia de La Resurrección, más tarde llamada, del Santo Sepulcro, sobre el año 330 d.C. unos trescientos años más tarde de la crucifixión y resurrección de Cristo, para conmemorar Su resurrección. Hallaron la tumba excavada y construyeron una estructura llamada “Edículo” alrededor de la cual levantaron la iglesia. La ciudad volvía a llamarse Jerusalén. Más tarde, sobre el año 1.000, un líder musulmán, en su afán por erradicar el cristianismo destruyó la iglesia. Pero los cruzados, que levantaron un reino cuya capital era Jerusalén, en el siglo XII la reconstruyeron y renombraron como Iglesia del Santo Sepulcro. Hoy, el lugar es custodiado por tres comunidades cristianas: la Griega Ortodoxa, la Armenia, y los Franciscanos.

Las excavaciones en el Santo Sepulcro, actualmente con un proyecto de la Orden Franciscana “Custodia Terrae Sanctae” seguido de cerca por los medios israelíes, y la Sociedad de Arqueología Bíblica, han hallado otras tumbas en túneles que están intactas, fechadas en el siglo I, lugar conocido como la Tumba de José de Arimatea. Son muchos datos, no solo de la tradición los que nos llevan a concluir que el Santo Sepulcro deber ser el lugar de la tumba de Cristo, donde resucitó.

Leer un Estudio Bíblicos sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/historia-de-la-iglesia/

 

2.- ¿Cuál es el lugar de la Batalla de Armagedón?

El nombre Armagedón viene del hebreo Har Megiddo “monte de Megiddo” pero se ha relacionado con el significado monte del degüello” (Diccionario Bíblico Ilustrado Vila-Escuain). El valle de Meguido es un gran valle, ideal como campo de batalla, de hecho, ha habido muchas en ese lugar en la historia y relevantes. Ubicado en el Esdraelón, al norte de Israel, entre Nazaret y Jerusalén, del que Apocalipsis 16:16 hace referencia como el lugar donde todas las naciones harán guerra contra el Señor Jesucristo, en el gran día del Dios Todopoderoso, y serán vencidas por Dios. Otros pasajes donde se habla del lugar en la Biblia: (Jueces 5:19 – 1 Reyes 4:12 – 2 Reyes 23:29-30).

La arqueología nos aporta los estudios de las ruinas de la ciudad, que son fáciles de encontrar desde cualquier mapa por internet, pero también visitando el lugar. Arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv han hallado inscripciones en marfil de mensajeros del faraón Ramsés III, así como restos de un gran templo con datación del 3.000 a.C. Sabemos que en la antigüedad, quien controlaba el valle de Meguido, controlaba la ruta comercial entre Egipto, Mesopotamia y Europa.

Sin embargo, es bien conocida la desinformación tan alarmante que la gente en general tiene sobre este lugar y sobre el acontecimiento que ocurrirá en él. Películas con su nombre no tienen nada que ver con esta profecía Bíblica, que narra cómo son derramas las siete copas de los siete ángeles de Dios con la ira de Dios durante todo el capítulo 16 de Apocalipsis. Por cierto, siguiendo el orden de la Creación, en el que Dios crea en 6 días y en el séptimo descansa, la ira es derramada por las 6 copas, y la séptima copa anuncia “hecho está” pero en esta ocasión pone el punto y final a los eventos con un gran terremoto tan grande como nunca ha habido desde que los hombres están en la tierra, justo después de la batalla de Armagedón, la cual es preparada por el sexto ángel quien seca el río Éufrates para que esté preparado el camino para los reyes del oriente.

Leer un Estudio Bíblico de Escatología sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/Armagedon.htm

 

3.- ¿Se ha podido identificar el lugar del Huerto del Edén?

Un río salía de Edén (delicias) que se dividía en cuatro: el Pisón, en la tierra de Havila, donde hay oro, bedelio y ónice. El Ghión, que rodea toda la tierra de Cus. El Tigris o Hidekel, que va al oriente de Asiria. Y el Éufrates. Cuando Dios puso allí al hombre que había formado, plantó un huerto en Edén, al oriente. (Génesis 2:8-14).

La arqueología todavía no ha podido ubicar con exactitud el lugar de Edén, sobre todo debido al cambio de la orografía es muy difícil identificar el terreno por causa del diluvio en tiempos de Noé. Sin embargo, sí que se pueden identificar dos de los ríos, si son los mismos: el Tigris y el Éufrates, cuyas descripciones de ubicación coinciden con Génesis, pero no el Pisón ni el Ghión. Algunos identifican la tierra de Cus con Etiopía, donde hay una comunidad de judíos, y el río Nilo con la zona de Egipto como Havila, pero la mayoría de eruditos lo identifican más al oriente de Irán, precisamente donde hay una famosa mina de ónice (Génesis 2:12) y Havila con Arabia Saudí. Personalmente creo que la zona de Ur de Caldea, de donde saldría Abraham debe ser un lugar cercano al recorrido de los ríos de Edén, un lugar plausible en la zona del valle del Éufrates y el Tigris, en Mesopotamia, lugar de abundante agua, aunque la orografía pre diluviana ubica Edén en la zona donde sale el río que se dividía en cuatro, más al norte del valle. Las capas de sedimentos hallados por las explotaciones petrolíferas del Golfo Pérsico llegan a más de 6 km de profundidad, ricas en asfalto con el que Noé calafateó el Arca. Con todos estos datos arqueológicos y de la investigación nos acercamos al lugar, pero no podemos identificarlo hoy, y puede que Dios no quiera que lo hagamos.

Tras la caída, o pecado de Adán y Eva, Dios les expulsó del paraíso, del Jardín de Edén, y puso querubines, y una espada encendida, que lo guardaran para que no pudieran entrar y comer del Árbol de la Vida y vivieran eternamente, ahora que sabían el bien y el mal como Dios. Se argumenta que esta es la razón por la que Dios no ha dejado información suficiente para identificar Edén, porque la puerta está cerrada al hombre pecador. La relación personal que tenían con Dios la perdieron. Pero Jesucristo ha dado Su vida por nuestros pecados, por nuestra caída, pues todos pecamos desde Adán y Eva, para darnos acceso al paraíso de Dios, no en la tierra como la conocemos ahora, sino en una nueva creación, el Reino de Dios y por la eternidad. Jesucristo es la puerta al Edén eterno, pero es más que eso, es el acceso a esa relación personal con el Padre, y para eso no tenemos que esperar.

La profecía escatológica, el fin de los acontecimientos, conecta el Éufrates con Armagedón, como mencioné en la pregunta 2, y anticipa que éste se secará para dejar paso a los ejércitos para la batalla contra Dios.

Leer un Estudio Bíblico sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/arboleden.htm

 

4.- ¿Dónde está el Monte Moriah donde Dios pidió a Abraham sacrificar a Isaac?

La fe de Abraham en Dios le permitió obedecerle hasta el punto de llevar a su hijo hasta el sacrificio, que no ocurrió porque el ángel de Yahweh le paró al ver que cumplía la prueba, (Génesis 22:2). El Monte Moriah es un lugar de profundo sufrimiento para un padre que había visto cómo Dios le daba su anhelado primogénito, el hijo heredero, de su amada esposa Sara de 90 años, y ahora le pedía que lo sacrificase. Por lo tanto, es sin duda un lugar de gran relevancia para el creyente. Hebreos 11:19 donde Pablo da una explicación de que la fe de Abraham era que Dios resucitaría a su hijo Isaac.

La arqueología por su parte ha ubicado el lugar del Monte Moriah desde hace siglos en el Monte del Templo. La ubicación exacta del lugar se encuentra bajo la Cúpula de la Roca, la famosa cúpula dorada del Monte del Templo y Explanada de las Mezquitas en Jerusalén. En ese lugar fue donde el rey David levantó un altar para que Dios parase una plaga, y donde el rey Salomón construyó el Templo (2 Crónicas 3). Y donde según la tradición musulmana, el profeta ascendió. Finalmente se indica que fue el lugar del Templo de Herodes, el lugar donde se rasgó el velo, de arriba abajo, al morir Cristo en la cruz, en ese otro monte desde el que se podía ver el Templo.

Sería otro Padre el que sí llevaría a Su unigénito Hijo a la cruz para sacrificarlo por nosotros en el Gólgota, frente a Moriah. El sufrimiento del corazón de Dios por Su Hijo no podemos alcanzar a sentirlo, pero al creer en Su obra por nosotros y recibirlo como Señor y Salvador en nuestro corazón, traemos gozo al Padre, y si predicamos ese Evangelio al prójimo, traemos gloria a Dios, y salvación para los oyentes.

Leer un Estudio Bíblico sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/abraham/

 

5.- ¿Se puede visitar hoy el Monte Sinaí donde Moisés recibió la Ley?

La tradición ubica dos posibles montañas en la zona de la Península del Sinaí, a unos 2 kms a cada lado del Monasterio de Sta. Catalina, ambas de más de 2.000 m de altura, llamados Jebel Musa y Serbal. Ambos, a sus pies, tienen zonas que pudieron albergar a toda la nación de Israel en el desierto, mientras Moisés recibía la Ley, tras el Éxodo de Egipto, (Éxodo 19 y 20). Estos lugares se pueden encontrar en los mapas en internet y visitar hoy.

Sin duda, la arqueología ha podido ubicar en el Sinaí la zona donde Moisés recibió la Ley de Dios, aunque haya más de un monte posible. No obstante, ha habido otros arqueólogos que piensan que hay otras zonas de la península arábica, un lugar llamado Har Karkom, usado desde el siglo XIII a.C. como lugar pagano de cultos, debido a los restos arqueológicos encontrados. La realidad es que el lugar tradicional parece el más idóneo por la composición de la roca en granito, base para las tablas de la Ley, pero también es cierto que encima de un monte de granito no es factible hallar restos arqueológicos de este acontecimiento. Pero tenemos un dato a estudiar en la Epístola de Pablo a los Gálatas 5:21-31 en la Alegoría de Sara y Agar, donde Pablo identifica el monte Sinaí con Agar en Arabia, y dice que se corresponde con la Jerusalén actual, que junto con sus hijos está en esclavitud. No se refiere a la ubicación geográfica, sino a que la Ley da hijos de esclavitud, mientras que el Espíritu da hijos de la libertad espiritual.

Leer Estudios Bíblicos sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/laley.htm

https://www.jesucristo.net/moises.htm

 

6.- ¿Cuál es el lugar exacto del Templo de Jerusalén? ¿Y del tercer Templo futuro?

2 Crónicas 3:1 narra el momento en el que el rey Salomón inicia la construcción del Templo en el lugar que su padre, el rey David había recibido por indicación de Dios, y que adquirió del jebuseo Ornán por 600 siclos de oro, aunque Ornán se lo ofreció gratis a David, pero David lo adquirió en justicia para Dios, (1 Crónicas 21:18-30). Este lugar es Moriah, donde Abraham llevó a su hijo Isaac para ser sacrificado, y donde el rey David hizo el altar a Dios para buscar Su perdón.

La arqueología por su parte ha ubicado el lugar del Monte Moriah desde hace siglos identificándolo con el Monte del Templo. Los hallazgos de restos de varios templos no dejan duda a la ubicación exacta del lugar, conocido como Monte del Templo y Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén. Tras el Templo del rey Salomón, derribado por Nabucodonosor, Ciro, rey de Persia mandó que Israel volviera a levantar allí el Templo y los muros, conocido como de Zorobabel en el 537 a.C. Finalmente el Templo de Herodes, más majestuoso, según narra Josefo y del cual pueden verse representadas las joyas como botín del general Tito, que lo destruyó en el año 70 d.C. en el Arco de Tito, en Roma, ubicado en el Palatino, frente al Coliseo, y al Arco de Constantino. El lugar del Templo también se vincula según la tradición musulmana con el lugar donde el profeta ascendió, y que está ubicado bajo la Cúpula de la Roca. Los estudios de Asher S. Kaufman son especialmente relevantes sobre la ubicación, pero son los incesantes restos arqueológicos los que continúan aportando más y más información del Templo en Jerusalén, en Moriah. Finalmente, hay que recordar que fue en el Templo de Herodes donde el sumo sacerdote se encontró rasgado el velo, de arriba abajo, al morir Cristo en la cruz.

También es de gran relevancia la campaña desde hace años que llevan aquellos que quieren edificar un tercer Templo en Jerusalén, y que sería proféticamente, según ellos el que haría que viniese el Mesías. La cuestión es que según la Palabra de Jesucristo “no quedaría piedra sobre piedra” (Mateo 24:2), lo que algunos interpretan con que ya no se puede volver al edificar. Por otro lado, el Lugar Santo está bajo la Cúpula de la Roca y demolerla llevaría una gran guerra. Muchos creen que el Mesías será quien derribará la Cúpula de forma providencial y allanará el camino para su construcción, cuando la Explanada, el Monte del Templo, ya no esté en manos de gentiles, sino de judíos. Por último, quisiera comentar que está pendiente el Templo de Ezequiel, capítulos 40 y 41. Pero el tema del Templo pertenece al Antiguo Pacto o Testamento, y llevamos 2.000 años viviendo bajo el Nuevo Pacto o Testamento, donde Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y del que se benefician todos los que creen en Él y obedecen. El Antiguo Pacto practicado en el Templo ya no tiene razón de ser según el apóstol Pablo (Hebreos 8).

Pero hoy, el Templo de Dios es el Cuerpo de Cristo (Juan 2:19), y este Cuerpo es la Iglesia, y cada cristiano en particular (1 Corintios 6:19), donde habita la presencia de Dios por el Espíritu Santo, que en tiempos de los Templos estaba en el Lugar Santísimo.

Leer Estudios Bíblicos sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/Templo.htm

https://www.jesucristo.net/salomon.htm

https://www.jesucristo.net/velo/

https://www.jesucristo.net/ezequiel3.htm

https://www.jesucristo.net/nuevajeru.htm

 

7.- ¿Es la Basílica de San Pedro el lugar donde murió Pedro? ¿Y la de San Pablo?

En la Biblia, encontramos en la primera carta del apóstol Pedro 5:13: “La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan”. Sabemos que Babilonia es un nombre en clave de Roma, tanto aquí como en Apocalipsis, por su comparación con la ciudad antigua y el estilo de vida pagano y de excesos de ambas. La tradición y ciertas evidencias históricas apoyan que Pedro sufrió el martirio en Roma bajo la persecución de Nerón. El apóstol Juan, en su Evangelio, (21:18-19) narra cómo Jesús dice a Pedro cómo moriría glorificándole, lo que el Texto puede dar a entender que se corresponde con la crucifixión, boca abajo según varios textos históricos. No encontramos Textos Bíblicos que mencionan que Pedro fuese a Roma de forma directa, ni que estableciera allí la iglesia, ni que fuese el primer obispo, o Papa como asegura el catolicismo, ni que muriera en Roma. Más bien le sitúa en Jerusalén, junto a Santiago, como ancianos de la iglesia allí. No obstante, es relevante investigar si realmente hay evidencia de que Pedro fuese a Roma, y de que muriera allí y fuese enterrado en el antiguo cementerio, cerca de la explanada de lo que en aquel tiempo era el circo de Nerón. La tumba sería el lugar donde más tarde Constantino levantó la primera Basílica de San Pedro. Escritos de Ireneo, el Pastor de Hermas, y otros, además de la historia no aportan evidencia cierta de que Pedro, un pescador de Galilea, que no hablaba ni latín ni griego, fuese a Roma. La arqueología, en este caso la impulsada por el Vaticano, que recientemente descubrió una tumba y huesos, y una inscripción que podría señalar el lugar donde Pedro fue enterrado, es lo único en lo que se puede apoyar. La tradición ubicaba el lugar de su tumba en las catacumbas.

Pablo sí que estuvo en Roma, según él mismo narra. La tradición y la historia aportan gran información que indican que murió allí. De hecho, en 2005 el arqueólogo del Vaticano, Giorgio Filippi informó a los medios del descubrimiento y desenterramiento de un sarcófago bajo la piedra de mármol que tiene la inscripción “Paulo Apostolo Mart”, donde se creía que estaban sus restos. Los comentaristas de la prensa Bautista creen que es un descubrimiento de relevancia histórica, y a respetar, pero no veneramos las reliquias como hacen los católicos. De cualquier forma, es imposible asegurar que sean los huesos del apóstol. La clave en estos casos es comprender que Dios nos provee de tantas evidencias históricas y arqueológicas, que se corresponden con la Biblia y con los escritos de los primeros padres, como Eusebio sobre la tumba de Pablo, que son de gran relevancia para la fe, tanto del creyente como del que todavía no cree.

Otro lugar histórico de la tradición que se puede visitar hoy es la conocida como Prisión Mamertina, una pequeña cueva subterránea de dos niveles, un lugar lúgubre en la zona del Palatino, aunque hoy embellecida con una fachada de mármol. En aquel lugar oscuro y húmedo, según los indicios de la tradición, estuvieron presos los apóstoles Pedro y Pablo a la espera de ejecución, así como rebeldes judíos. Los últimos descubrimientos por parte de arqueólogos judíos han revelado que la también conocida como Cárcel Tullianum, data de fechas cercanas al siglo VII a.C. y era un lugar de culto anterior.

Leer un Estudio Bíblico sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/historia-de-la-iglesia/

 

8.- ¿Es el Areópago de Atenas el monte frente a la Acrópolis, donde predicó Pablo?

Lo resbaladizo de la piedra de la Colina de Marte en la actualidad, lugar exacto del Areópago donde predicó el apóstol Pablo (Hechos 17:22), es señal de la cantidad de desgaste y pulimento que ha recibido por las pisadas de los miles de visitantes cada año. Pero la sensación sobre ella, al imaginar al apóstol Pablo predicando allí, con la Acrópolis y los templos justo enfrente, la Estoa de Átalo, la zona conocida como el Ágora o mercado, justo debajo, es estremecedora.

La arqueología aquí no necesita aportar mucho, puesto que el lugar es fácilmente identificable, y la geografía no ha cambiado. Donde sí que aporta la datación, ubicación e identificación es en la Acrópolis, los templos y el Teatro de Dionisio, que están perfectamente identificados, y de los cuales se conserva gran parte de las estructuras, que hoy pueden visitarse, además del gran Museo de la Acrópolis al pie del monte del Partenón.

Leer un Estudio Bíblico sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/retodeCristo.htm

 

9.- ¿Dónde está Patmos, la Isla de donde Juan recibió y escribió Apocalipsis?

“Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo”. Apocalipsis 1:9.

La pequeña isla de Patmos es parte del Dodecaneso, el archipiélago griego del Mar Egeo, frente a la costa de Turquía, al oeste, entre Esmirna y Rodas, frente a Mileto, fácil de encontrar con Google Maps. Dicen que la isla era una prisión aislada en tiempos de Roma, para exiliar a presos en el olvido, pero la vida agrícola se ha encontrado identificada por la arqueología del lugar. Allí, el Señor Jesucristo reveló a Juan el Libro de Apocalipsis. Hoy se puede visitar el lugar, una cueva bajo el Monasterio de San Juan, como el lugar de la revelación.

Leer un Estudio Bíblico sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/la-isla-de-patmos/

 

10.- ¿Cuál fue el lugar de la Ascensión de Cristo, y dónde regresará?

Hechos 1:9 narra cómo Jesús fue llevado al cielo ante los ojos de los apóstoles, mientras era ocultado por una nube, estando en Betania, en el Monte de los Olivos, justo frente al Templo, al este. En tiempos del rey David, había un santuario a Yahweh (2 Samuel 15:32). Allí Ezequiel (11:23) tuvo una visión de la gloria de Dios. Y Zacarías (14:4) una visión profética sobre el regreso del Señor con Sus santos a este monte. Desde ahí, el Señor Jesús descendió para entrar en Jerusalén el Domingo de Ramos (Lucas 19:37-38). Desde ahí, la vista del Templo y hacia el Lugar Santo es privilegiada, y anunció a los apóstoles su destrucción, que ocurrió en el 70 d.C. También aquí fue Jesús a orar y sudar como gotas de sangre, tras la Santa Cena y ser arrestado para ser crucificado (Marcos 14:26). El huerto de Getsemaní está al pie de este monte. El monte tiene cuatro cumbres de similar altura y cuatro laderas.

La arqueología aporta información relevante del Monte de los Olivos, como los olivos de más de 2.000 años, en la zona del Huerto de Getsemaní. La ladera llamada Ascensión es donde Constantino mandó construir una basílica en memoria de la ascensión de Cristo, ya que desde el 315 d.C. ya era venerado como el lugar de la ascensión, y que ha sido ocupado por consecutivas iglesias a lo largo de los años (Diccionario Bíblico Vila-Escuain, pag. 837).

Pero el lugar del regreso de Cristo al final del tiempo para llevarse a Su Iglesia y establecer Su Reino tendrá un escenario que todo ojo verá, y según los ángeles que hablaron a los que vieron como Jesús era llevado al cielo delante de ellos, Jesús volverá de la misma manera en que Le vieron irse, (Hechos 1:11) y (Mateo 24:30) según Jesús narra sobre Sí mismo. Además (Zacarías 14:4) narra una profecía del Mesías poniendo Su pie sobre el Monte de los Olivos, el cual se partirá en dos creando un gran valle, de este a oeste y la mitad del monte se moverá hacia el norte y la mitad hacia el sur (eso crea una enorme cruz), y todos los santos (la Iglesia y los salvos del A.T.) vendrán con Él. Textos que se asemejan a Apocalipsis 22 por un lado, y la batalla de Armagedón en 16:16 con Zacarías 14:2 por otro.

Leer Estudios Bíblicos sobre este tema en:

https://www.jesucristo.net/Betania.htm

https://www.jesucristo.net/La-venida-de-Cristo-Tesalonicenses.htm

 

CONCLUSIÓN

La arqueología Bíblica ha aportado grandes descubrimientos que confirman la veracidad de la Biblia para los incrédulos, de su historia y de las vidas del pueblo de Dios. Pero todavía queda trabajo por hacer para clarificar algunos de los lugares más relevantes, como Edén, o el Monte Sinaí. Grandes hallazgos como el Papiro 52, los Rollos del Mar Muerto, y todos los lugares que hemos visitado en este recorrido, a los que debemos sumar muchos más son de gran relevancia y confirman toda la historia de la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Pero además confirman hechos históricos de la historia del cristianismo hasta hoy.

Para el creyente, la Biblia es veraz sin necesidad de comprobar los datos. Pero la historia y la evidencia arqueológica confirman su veracidad, del mismo modo que el Canon Bíblico confirma que los libros inspirados son los que forman la Palabra de Dios, demostrado por la crítica textual y el estudio de los Textos más antiguos y su traducción.

No dejes de estudiar la Biblia, la historia del cristianismo, los descubrimiento arqueológicos y científicos, pues toda esta información es a día de hoy más necesaria para convencer a los que se oponen a la fe de Cristo, algo de lo que ya somos advertidos que ocurriría en los tiempos finales, antes del regreso de Jesucristo.

Me gustaría cerrar con palabras de Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses 5: “Examinadlo todo; retened lo bueno. 22 Absteneos de toda especie de mal. 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Amén”.