ARMAGEDÓN

LA BATALLA FINAL DE LAS NACIONES CONTRA JESUCRISTO

© Carlos Padilla – Enero 2017

La batalla de Armagedón enfrentará a las naciones contra Dios. El objetivo de la batalla que perderá el mundo y ganará Dios, sin embargo, no está tan claro, y existen varias interpretaciones. Una de ellas es que la batalla es contra Israel y los Judíos; otra, que es contra Jerusalén, que es lo que narra Apocalipsis 16:16 al mencionar la batalla con tal nombre, la única vez en la Biblia que lo leemos así. La otra interpretación es que la batalla es contra Jesucristo, en Su venida con todos Sus santos.

Armagedón, de cualquier modo, es una batalla que se librará al final del tiempo, y ese tiempo parece estar cerca. Acontecimientos recientes, como la última resolución de la ONU contra los asentamientos israelíes en la zona de Cisjordania, o lo poco a favor de Israel que ha resultado el mandato del saliente presidente estadounidense Obama, para muchos se está convirtiendo en la preparación para esta batalla. Si a esto añadimos el conflicto cruel que está viviendo Siria, y más en concreto en Alepo, acercan al cumplimiento en Damasco, ciudad pendiente de ser destruida, según las profecías Bíblicas, y los conflictos que se vislumbran sobre el Monte del Templo y el conflicto entre Israel y Palestina, además de la extrema persecución contra cristianos tanto en asesinato como de los valores de nuestra fe, la apostasía en todo el mundo, el caldo de cultivo está listo para la antesala de la batalla de las batallas.

 

ARMAGEDÓN – ORIGEN Y UBICACIÓN

Armagedón procede, según la mayoría de profesores Bíblicos, de la forma hebrea: har-Meguido “monte de Meguido. También se identifica como “montaña del degüello” (Diccionario Bíblico Ilustrado, CLIE. 74). Así mismo, Meguido es conocido como Valle de Jezreel −donde se han librado ya más de 200 batallas, entre algunas de las cuales murieron reyes de Israel y de naciones que les eran enemigas, y otras como la de Gedeón contra los madianitas, Jueces 6:33 − se identifica con el valle entre las colinas de Meguido, y ambos nombres se relacionan con el gran valle de Esdraelón; valle, que no monte.

La ubicación geográfica, en caso de ser interpretado el lugar como el valle o colinas de Meguido, es a unos 75km al norte de Jerusalén, dentro de los límites de la tribu de Isacar, y justo en la zona posteriormente conocida como Samaria, muy cerca del Mar de Galilea y algo al sur entre los montes Tabor y Carmelo –cerca del lugar de la victoria de Elías contra los 450 profetas de Baal, 1 Reyes 18– y muy cerca también, y algo al sur de Nazaret. Serían, Orígenes y Eusebio quienes, junto a otros padres de la Iglesia verían una interpretación simbólica, es decir, verían Armagedón como un evento y no un lugar físico geográfico, aunque popularizarían la interpretación de monte del degüello. De cualquier modo, lo cierto es que no existe un monte en Meguido, ni ha sido nunca mencionado en el Antiguo, ni en el Nuevo Testamento.

Pero ¿y si la interpretación correcta fuese otra, derivada de otra etimología de la palabra Armagedón, como alguno de los montes alrededor de Sión, en Jerusalén, donde vendrá Jesucristo en victoria? Si nos concentramos en la indicación del autor Bíblico del Texto de Apocalipsis 16:16, Juan nos dice que es en hebreo que se dice la palabra que se ha traducido, de la versión Septuaginta griega como Armagedón. Tomando los vocablos hebreos que componen el nombre hallamos algo distinto a monte de Megido: har=monte y gedhudh=asamblea de ejércitos.

Algo así como “monte donde se reunirán los ejércitos” una guerra en un monte. Esta información e interpretación es referencia a un nombre en clave para el lugar de la victoria del Mesías en Su gloriosa venida final, una referencia a lo que los profetas del Antiguo Testamento llaman en todas las profecías Monte Sión, que se llega a contemplar como toda la zona de montes de Jerusalén. La misma descripción del mismo evento, la encontramos en Isaías 29:1 al 8 un Texto que realmente conmueve al leerlo en referencia a Ariel, nombre de Jerusalén y del Monte Sión. En el Monte de Sión está puesta la esperanza Bíblica profética. Del mismo modo Ezequiel 39:11-13 relata el evento con más datos, como la sepultura de Gog y Magog. También Joel 3:1-17 describe el juicio de Yahweh sobre las naciones en el Valle de Josafat, en todos nuestros mapas como Valle de Cedrón, justo el valle entre el Monte del Templo y el Monte de los Olivos. Y Zacarías 12:2 y todo el capítulo habla de las naciones contra Judá, que simboliza a los Judíos y a Israel, de la mano de Jerusalén, narrando con detalle el castigo a aquellas naciones por pelear contra Jerusalén y el plan de Dios, en el capítulo 14:12.

 

LA BATALLA DE ARMAGEDÓN

Armagedón es la batalla final donde todas las naciones luchan contra Dios. En esta batalla de Apocalipsis 16:14-21, leemos en el versículo 19 que parte del resultado es que la gran ciudad fue divida en tres partes, y el mismo calificativo “gran” se aplica en el contexto a Babilonia. También sabemos que la Biblia habla de la “grande ciudad” en Apocalipsis 11:8 y la llama Sodoma y Egipto, y especifica que lo hace en sentido espiritual, y añade que en esa “grande ciudad” también fue crucificado el Señor, por lo tanto Apocalipsis bien nos puede revelar que también se conoce a Jerusalén con distintos nombres simbólicos como Sodoma, Egipto y Babilonia (ciudad que se ha prostituido con las religiones, que no recibió al Mesías, y cuya higuera fue maldecida por Cristo y se secó) pero que tiene un futuro glorioso aguardándola; no en vano se nos pide orar por Jerusalén con amor en el Salmo 122.

Hasta tal punto llegará la humanidad contra su Creador, contra su propio Padre en aquella batalla. Si, como parece que todos los Textos Bíblicos apuntan, Armagedón puede estar en los montes de Jerusalén, la referencia a un lugar que se creará denominado “valle de los montes” tras partirse el Monte de los Olivos en forma de cruz, un valle que llegará hasta Azal, según Zacarías 14:5. Si esto es así, entonces que todo el mensaje profético cobra un mayor sentido y encajan todas las piezas como siempre ocurre con la Biblia, la Palabra profética de Dios.

Esta batalla contra Dios incluye una lucha contra Jesucristo, contra Israel, contra los Judíos y contra Jerusalén que es la ciudad santa del Cristianismo, por ello también es una batalla contra la Iglesia. En Romanos 11:25, Pablo nos dice de que la restauración de Israel es un misterio, pero nos advierte, a los propios cristianos que no seamos arrogantes. Sabemos de cuánto antisemitismo ha habido y hay en el mundo, incluida la Iglesia, pero Pablo nos dice que cuando haya entrado la plenitud de los gentiles, todo Israel será salvo porque vendrá de Sión el Libertador que apartará de Jacob la impiedad, igual que dice Isaías 51:17:23.

Sabemos que Israel ha sido privado de su tierra prometida durante casi 2.000 años, desde el año 70d.C. cuando las tropas de Tito, general romano, la destruyeron y echaron a los Judíos. Pero también sabemos que la profecía es que al final serían restaurados en su tierra, como ocurrió en 1948 como nación independiente y parte de la ONU, pero eso fue tras sufrir el Holocausto Nazi, en el que el líder del Nacional Socialismo Alemán exterminó a 6 millones de Judíos. Ahora, a falta de un año para que se cumpla la primera generación, esto es 70 años según la Biblia, Israel espera –lo sepan o no– la gran batalla final, y será entonces, al fin del tiempo de los gentiles Lucas 21:25, que dirán ante la venida del Mesías lo que Él ya predijo: “Baruj Haba Beshem Adonai” Bendito el que viene en el Nombre del Señor; Mateo 23:37-39, Salmo 118:26.

 

RELACIÓN ENTRE ARMAGEDÓN E ISRAEL, LOS JUDÍOS Y LAS NACIONES Y ENTRE ARMAGEDÓN Y JESUCRISTO Y SU IGLESIA EN SU VENIDA

Si Armagedón está solo relacionado con Israel, una batalla de todas las naciones contra Israel, entonces sería una batalla parcial, porque no centraría el enfoque en Jerusalén, ni en Jesucristo. Romanos 11. En Ezequiel 37:1-14 encontramos la más impresionante descripción espiritual de la restauración de la nación de Israel en el relato del Valle de los Huesos Secos.

Si Armagedón está solo relacionado con Jerusalén, una batalla de todas las naciones contra la Ciudad Santa, también sería solo una batalla parcial, porque no incluiría al pueblo de Israel, la única nación creada por Dios. Apocalipsis 16:16.

Armagedón, realmente es la batalla final de todas las naciones contra Dios. Y este enfoque incluye a la nación de Israel, a los Judíos, a Jerusalén y en especial a Jesucristo en Su venida con la Iglesia, como Rey de reyes de todas las naciones, y ni todas las naciones, ni todos los ejércitos de Satanás podrán impedirlo porque este es el plan de Dios, Creador de toda la historia profética de la humanidad. Sin embargo, la Iglesia parece no estar en el lugar, sino venir con Jesucristo al lugar y al acontecimiento, y lo hace en victoria, 1 Tesalonicenses 3:13.

La situación política mundial que estamos viviendo generará, sin duda, muchos titulares en las noticias, tanto en las seculares como en las proféticas. Sin embargo, solo las señales proféticas son el mapa a seguir para no ser turbado ni engañado fuera de tiempo. Entre ellas vemos que se cumplen varias, como que desde el establecimiento del estado de Israel ha sufrido odio y persecución, y ahora las naciones, incluyendo EE.UU. parecen abandonar su apoyo para dejarla sola, pero ante Dios. También la ciudad de Jerusalén parece ser moneda de cambio para los distintos gobiernos del mundo y la ONU como si les perteneciese, no dándose cuenta de que es la ciudad de Dios. De igual modo la Iglesia es perseguida en todo el mundo y masacrada sin que se haga mucho, ya que occidente ha abandonado la fe en gran manera. Pocas profecías quedan por cumplirse.

No es de forma meramente racional que se debe entender el conflicto de Israel y Jerusalén junto con la Iglesia, sino que es espiritual y en obediencia a Dios, porque serán probadas todas las naciones en esto. Israel, Jerusalén, Jesucristo y la Iglesia son el plan de Dios y el mundo perderá en su obstinación contra Dios. Pero hay una esperanza, la de un mundo nuevo, una nueva Jerusalén y un nuevo estado de cosas para la Iglesia que englobará a la totalidad del Cuerpo de Cristo, sean estos de origen Judío o Gentil.

El cuándo, es una respuesta que pude depender de a quienes afecte. Si creemos que la Iglesia no estará en este evento, o sí, y si ocurrirá antes o después de la Gran Tribulación, será el tema a estudiar por cada uno en la Biblia y en oración.

 

CONCLUSÍON

Armagedón es el evento final de la rebelión del hombre contra Su Padre, Su Creador y Su Salvador. Ahora bien, si el evento ocurrirá estando la Iglesia en la tierra o no, es el debate que la Revelación de la Palabra de Dios también nos aporta en la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses 4:13-18, tema conocido como el Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia.

Vivamos gozosos en el Espíritu Santo mientras el fin viene, porque nuestra esperanza está en la resurrección y el arrebatamiento para un nuevo y eterno principio. Enfoquemos pues nuestras vidas en dos propósitos, con un mismo fin: La Gran Comisión de hacer discípulos predicando el Evangelio y las buenas obras porque ambas dan gloria a Dios en Jesucristo. Vivamos, pues, como Jesucristo enseña en Mateo 25:31 al 46 porque en Su venida, nuestro Señor Jesucristo, juzgará así a las naciones. Y será predicado este Evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14. Cantemos el cántico de Moisés y el cántico del Cordero de Apocalipsis 15:3 y 4 porque la victoria es de Jesucristo y todas las naciones finalmente vendrán y Le adorarán, porque Sus juicios se han manifestado.

La despedida es Apocalipsis 1:7: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo Le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes harán lamentación por Él. Sí, amén”.

Si todavía no has recibido a Jesucristo como Salvador, lee: ¿Conoces a Jesucristo?