NAVIDAD
LA GENÉTICA DE JESUCRISTO
©
Carlos Padilla, Diciembre 2015 Navidad
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"...Porque
de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en Él
cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna."
Juan 3:16.
¿Cómo Jesucristo se hizo Hombre? La
genética del "Hijo de Dios" es un misterio. Pero la Biblia
nos habla de una sangre que Dios aceptó para el pago del pecado del
mundo, de aquellos que tienen fe en la obra del Hijo de Dios. Pero si
Jesús nació de una mujer y heredó la genética de su madre terrenal, la
cual era virgen ¿cómo adquirió la mitad de genética que aporta un padre?
El niño Jesús es el "unigénito" del Padre, de Dios mismo, de Su misma
genética ¿cómo es esa genética mitad humana y mitad divina?
"...Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros..." Juan 1:14.
Todos conocemos la
historia de Jesucristo en la tierra, tal y como nos dicen los Evangelios
en la Biblia, que fue anunciada Su venida por los profetas desde bien
temprano en el Antiguo Testamento, y cómo es el Protagonista del Nuevo
Testamento. Que vendría desde el Padre y nacería de mujer, y que sería
mujer virgen, lo cual de entrada es un milagro, algo fuera de lo común.
Que sería perseguido, que traería el mensaje que cambia el corazón
humano, y que daría Su vida por expiación del pecado –la corrupción
humana, la vida apartados de Dios– para que pudiéramos ir a una nueva
creación, no corrupta, con una genética sin defectos, incorruptible,
inmortal y con la cual ir a Su Reino perfecto
y eterno.
LA HERENCIA GENÉTICA Y LA
SANGRE DE CRISTO
Del griego "monogenés"
hijo único, unigénito, Juan 1:14. La cuestión de la genética de
Jesucristo es relevante para ciertos aspectos, aunque no cambia el
resultado de nuestra fe y de Su obra redentora en la Cruz. Lo que es muy
relevante es ver como Jesús dominaba la dimensión espacio-tiempo, como
podía transfigurarse (Mateo 17) a una apariencia distinta, cómo podía sanar
enfermedades genéticas (Lucas 18:35), como podía dominar las fuerzas de la naturaleza
(Marcos 4:35).
Para los
cristianos bíblicos, Jesucristo es el Creador, y por lo tanto
omnipotente y omnipresente. Sabemos que quien estaba con el Padre en la
Creación "Génesis 1:26", era Él. Quien aparecía a Abraham, a Moisés y
a los profetas, era Él. Y quien se hizo carne limitada para vivir entre
nosotros, era Él. Quien dio Su vida porque tenía poder para ponerla por
nosotros, dar Su sangre expiatoria, morir en el instante que Él quiso,
fue Él. Quien resucito de entre los muertos, desafiando las leyes de la
genética y de la carne, era Él. Quien atravesaba las paredes y se
aparecía con el cuerpo humano que tenía las llagas y las muestras de la
crucifixión y la tortura, era Él. Quien ascendió al Cielo y quien vendrá
en Su Reino, es Él. Todas estas
muestras del poder de Cristo no son posibles bajo una genética como la
nuestra, es necesario una genética divina, llamada la del unigénito del
Padre.
Jesucristo, pues
tenía los 23 pares de
cromosomas que están en cada una de nuestras células, y que hacen falta para que un ser humano viva. Para
que Jesús tuviera cuerpo humano necesitaba la mitocondria que se hereda
de las madres –la del hombre no se hereda– y la cual permite al hombre
seguir con vida –aunque Dios podría haber hecho un cuerpo como
el de Adán– pero decidió recibir nuestra misma condición, Hebreos
2:14. Jesús, sin embargo además de la mitocondria de su madre terrenal,
recibiría otra mitocondria del Padre, sería el único ser
humano de la historia en recibir esta mitocondria, algo similar a la de
Adán, y Jesús es llamado el "postrer Adán". Por lo tanto tenía la mitad
de los genes de Su madre humana, y la mitad de los genes de Su Padre
divino. Este hecho totalmente único, fue lo que anunció el ángel Gabriel a María,
virgen, de la tribu de Judá y de la casa de David, desposada con un
varón que se llamaba José, también de la tribu de Judá y de la casa de
David, en Nazaret, cuando le
dijo:
"¡Salve,
muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres...
...María no temas porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora
concebirás y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre "Jesús-Yahshua".
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le
dará el trono de David, su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo
será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con
su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado
Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido
hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban
estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He
aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforma a tu palabra. Y el
ángel se fue de su presencia. Lucas 1:28-38.
Dos hijos nacen en este
relato de forma milagrosa. El primero, el primo de Jesús, Juan, el
bautista, de su madre estéril y mayor, Dios modifica el cuerpo de
Elisabet. Y Jesucristo, de su madre virgen, donde Dios añade Su
genética.
Por otra parte tenemos la
sangre humana, que tiene características hereditarias del ADN. Hay
muchas especulaciones sobre el tipo de sangre de Jesús, y la mayoría de
teólogos e investigadores, además del código secreto de la Biblia
indican AB+, pero aparte de la relevancia más allá de ser un tipo común
en los judíos, como lo era María, la cuestión es que la sangre de Cristo
tendría componentes hereditarios de María y su linaje de la tribu de
Judá, y otros directos del Padre por el Espíritu sin ningún tipo de
herencia genética humana. Una sangre especial, la de Cristo, y sabemos
que la Biblia enseña que en la sangre está la vida. Pero en el caso de
la Sangre de Cristo, estaba la vida humana santa y perfecta
genéticamente hablando y la vida espiritual incorruptible del Hijo de
Dios.
"Y de una
sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre
toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y
los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna
manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de
cada uno de nosotros." Hechos 17:26-27.
A SU HIJO
UNIGÉNITO...
La
antropología cristiana
nos aporta los conocimientos que relacionan a Jesucristo con el hombre,
y la historia del hombre desde su creación. La antropología del
unigénito y la nuestra van de la mano. Ahora bien, Dios
envió a Su Hijo unigénito "del Padre" con una genética que domina la
genética humana, pues es la del Creador del ADN, los ladrillos biológicos
que Dios diseñó para nosotros, un ADN que Adán y Eva recibieron y que
cuando se rebelaron contra Dios comenzó a deteriorarse de generación en
generación. ADN que Cristo domina, corrige, cambia, perfecciona,
santifica y hace celestial para que vivamos eternamente como Él, y con
Él, para todos aquellos que Le aman, pero no para aquellos que no quieren
estar con Él. Dios nos ha dado a Su único Hijo, nos ha dado todo lo que
tenía. El corazón de Dios está por nosotros, por lo tanto no hay excusa
para no amarle, por muy duras que sean nuestras vidas, hay una nueva
esperanza, una nueva vida, otra vida, otra oportunidad, otra genética,
otras circunstancias. Su propósito y lo
que Dios ha hecho es darnos una segunda oportunidad como humanidad sin
pecado, y una vez se establezca Su reino quiere que estemos ahí para
disfrutarlo. Para ello necesitamos un nuevo cuerpo con una nueva
genética inmortal, la del cuerpo resucitado y glorificado, como el de
Jesucristo. ¿Quiere usted ese nuevo cuerpo y vivir en el Reino de Dios
eternamente? ¿Quiere usted que sus seres amados también estén allí?
Reciba a Jesucristo
en su corazón hoy y compártalo con sus seres amados.
Pero la conclusión
final es que la genética de Jesucristo, humana y divina, ha sido el
puente para revelarnos a Dios, pues Jesús es la imagen de Dios vivo. Y
"aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros... ...A Dios nadie
le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha
dado a conocer. Aquel de quien decían los que: ...repentinamente
apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que
alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra
paz, buena voluntad para con los hombres! Lucas 2:13-14.
"Porque ¿a
cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he
engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí hijo?
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle
todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace
a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo
dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el
cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo
cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus
compañeros. Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los
cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; y
todos ellos se envejecerán como una vestidura, y como un vestido los
envolverás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no
acabarán. Pues, ¿a cuál de sus ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi
diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son
todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que
serán herederos de la salvación? Hebreos 1:5-14.
Jesucristo entró en el "kosmos"
que Él creó, el cual, el hombre corrompió, pero el cual Jesús
transformará en una nueva creación perfecta. Para vivir en esa nueva
creación necesitamos un nuevo cuerpo, una nueva genética incorruptible,
santa y perfecta, la del cuerpo resucitado y glorificado, como el de
Jesucristo.
Conozca y reciba la
genética de Aquel que dio Su vida para darnos vida eterna en Su Reino,
donde la genética es perfecta y eterna. Dios nos ofrece
la genética de Jesucristo, sí, un nuevo cuerpo sin enfermedades
hereditarias, que no envejece, que no muere, que vive felizmente en la
presencia de Dios y de los que Le aman, y esto es posible por la fe en
Jesucristo.
¿Conoces a
Jesucristo? "Feliz
Navidad". Amén.
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