ORO, INCIENSO Y MIRRA
...Hasta
que apunte el día y huyan las sombras, Me iré al monte de la mirra, y al collado
del incienso... Cantares 4:6.
Aquel Niño que nos era nacido, Hijo que nos era dado, y el
Principado sobre Su hombro, y se llama Su nombre Admirable, Consejero, Dios
Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz, Yahshua. Aquel Niño que nos describía el
profeta Isaías en el capítulo y versículo 9:6 del libro de la Biblia que lleva
su nombre, Aquel Niño Sagrado vino a este mundo para ir al monte de la mirra y
al collado del incienso donde bebió la amarga copa del pecado del mundo por amor
a nosotros, la esposa, la Iglesia, todos los que Le aman y guardan Su Palabra.
Ahora, sentado a la diestra del Padre, sigue intercediendo por nosotros con el
Espíritu Santo hasta que apunte el día de Su venida y huyan las sombras del
infierno, dejando paso al Reino de Dios, cuando venga en las nubes y todo ojo Le
vea, del mismo modo que ascendió ante muchos hermanos tras Su resurrección.
Aquel Niño recibió por parte de tres sabios Gentiles tres presentes que perduran
hasta hoy en la Historia de las historias, la que cambiaría el mundo para
siempre. Aquellos tres presentes tienen un significado más profundo que el
literal, y es en ello y en lo que Jesús, siendo Niño representaba, en lo que
profundizaremos esta Navidad. ¡Feliz Navidad a todos los que Le aman!.
DEL ORIENTE A JERUSALÉN TRAYENDO ORO,
INCIENSO Y MIRRA
Nuestra Historia la encontramos en el Evangelio de Mateo,
capítulo 2, que en la versión Reina Valera dice así:
1 Cuando
Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes,
vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2diciendo:
¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto
en el oriente, y venimos a adorarle. 3Oyendo esto, el rey
Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. 4Y convocados todos
los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde
había de nacer el Cristo. 5Ellos le dijeron: En Belén de
Judea; porque así está escrito por el profeta:
6
Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los
príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador,
que apacentará a mi pueblo Israel.
7 Entonces
Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el
tiempo de la aparición de la estrella; 8y enviándolos a Belén, dijo:
Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis,
hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. 9Ellos,
habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto
en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde
estaba el niño. 10Y al ver la estrella, se regocijaron con muy
grande gozo. 11Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre
María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus
tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 12Pero
siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes,
regresaron a su tierra por otro camino.
Los reyes magos han sido
entendidos por muchos como magos practicantes de magia, pero en realidad son
llamados así por varias razones. En el lugar de su procedencia, la tierra de los
Medos y los Persas, los "magi, plural de magus", o "magoi" -del Texto
Griego-, eran una casta de conocidos sabios, seguramente sacerdotes de la
religión de la época y zona de oriente, Persia, y la antigua Babilonia, a
los que historiadores y eruditos identifican con sacerdotes del culto a
Zoroastro, que llegó a ser monoteísta, y que prohibía la hechicería y lo que
normalmente se entiende como magia. Jeremías 39:3 y 13 nos da el nombre de
muchos de ellos en su tiempo del cual destaca Rabmag. Por otra parte, si recordamos, a Daniel se le otorgó ser el jefe de los
magos y sabios del
reino de Nabucodonosor, que incluía a sacerdotes, astrólogos, y todo tipo de sabios,
Daniel 2:48, del mismo modo que tenía magos Faraón en su corte.
Simbolizan la sabiduría y religión Gentil y pagana. Desde luego no eran reyes en
el significado actual, ni la Palabra dice que lo fueran, sino que se les
consideraba como príncipes, en el sentido de principales, eruditos y sabios del
pueblo, quienes componían el consejo de los reyes. En la Biblia inglesa por excelencia, la versión
King James, traduce "wisemen" hombres sabios, que es como se conoce en el mundo
anglosajón a los reyes magos.
Por otra parte
se nos revela que los magos de oriente estaban pendientes de las señales de las estrellas, siendo entendidos por
algunos como astrólogos y por otros como astrónomos, pero lo relevante es que
comprendieron el significado del acontecimiento que suponía lo que diferentes
científicos identifican con los acontecimientos que ocurrieron, la conjunción de
planetas, o un cometa o una estrella que Dios estaba utilizando para llamar a
estos sabios de oriente para representar a los
Gentiles, y que venían a adorar a Su Hijo entendiendo que Su estrella sólo podía
ser la del Mesías anunciado en todas las culturas de oriente por el pueblo Judío
mientras estaba en la cautividad en Babilonia, al igual que anteriormente en
Egipto, y en todas las tierras donde fueron llevados por Dios. Del mismo modo leemos en el Evangelio de Lucas, que es a los
pastores de Belén a quienes se les manifiesta el ángel para anunciarles el
nacimiento, los cuales eran israelitas, representando al pueblo llano Judío, ya
que al Sanedrín se le avisa junto con Herodes, ambos enemigos del Mesías
porque veían en Él el peligro de perder sus posiciones eminentes. El Niño Mesías era el
legítimo Rey, el legítimo Sumo Sacerdote, y algo que ellos en principio no
pensarían, era el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, Juan 1:29.
Estos tres títulos son los tres presentes de reconocimiento que traían los
sabios de oriente, el oro es la realeza, el incienso el sacerdocio y la mirra el
sufrimiento.
La estrategia de Dios es siempre la correcta. El Evangelio de Mateo está especialmente dirigido a los
Judíos y es por ello que llama la atención de ellos a través de los Gentiles,
los sabios de oriente, los "reyes magos". Del modo opuesto, el Evangelio de Lucas -discípulo de Pablo- está especialmente dirigido a los Gentiles, y es en
éste que hallamos que se nos
anuncia el nacimiento del Señor a través de pastores de Israel. La Palabra nos anuncia que los Judíos
piden señales y los Griegos buscan sabiduría, 1Corintios 1:22. Por ello el Señor les habla a cada
uno en su contexto espiritual, la señal de la
aparición del ángel es a los pastores Judíos, mientras que a los reyes magos, que representan a los Gentiles,
es por un acontecimiento astronómico que requiere sabiduría del cosmos para su
entendimiento. A cada uno, sin embargo se le escribe en el evangelio opuesto, de manera
que
llame la atención y tanto Judíos como Gentiles.
El Texto de Mateo termina con la confirmación de la impiedad
de Herodes, quien no había dudado en asesinar a varias esposas e hijos para
evitar conspiraciones contra él. Como podemos comprender por la historia de tal
personaje de origen pagano convertido al judaísmo para gobernar, no dudaría en
dar la orden de matar a todos los niños menores de dos años de Belén y sus
alrededores al quedar turbado con la pregunta de los magos: ¿dónde está el Rey
de los Judíos que ha nacido? cumpliéndose así la profecía de la Matanza de los niños,
los mártires de Jesús:
13 Después
que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José
y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá
hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes
buscará al niño para matarlo. 14Y él, despertando, tomó de
noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, 15y estuvo allá hasta
la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio
del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.
16Herodes entonces, cuando se
vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños
menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme
al tiempo que había inquirido de los magos. 17Entonces
se cumplió
lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:
18
Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque
perecieron.
19 Pero
después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a
José en Egipto, 20diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre,
y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del
niño. 21Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a
tierra de Israel. 22Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en
lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación
en sueños, se fue a la región de Galilea, 23y vino y habitó en la
ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los
profetas, que habría de ser llamado nazareno.
Este impresionante relato está cargado de
hechos sobrenaturales y designios divinos. Dios usa una estrella que detiene en
el firmamento para guiar a los sabios Gentiles para adorar a Su Hijo. Se cumplen
cuatro profecías, y los magos y José reciben instrucciones
por sueños y mensajes de ángeles. Desde luego la llegada del Hijo de Dios a este
mundo era una revolución espiritual sin precedentes, llena de persecución en los
estamentos de poder de su tiempo, me refiero al civil y al religioso.
ORO, INCIENSO Y
MIRRA. LA REGLA DE ORO, EL GRAN MANDAMIENTO Y LA GRAN COMISIÓN.
Esta narración inspirada a
Mateo hace casi dos mil años nos lleva al
corazón mismo del Evangelio: ...Arrepentíos
porque que el Reino de Dios se ha
acercado... Mateo 4:17, y Jesucristo mismo es el Reino
de Dios en persona, Quien venía a este
mundo, Quien cada día viene a este mundo a
través de la predicación, y Quien cada día
viene al mundo de cada alma que Le recibe
como al Hijo de Dios, como Salvador, como el
Cristo, el Mesías esperado que trae el Reino
de Dios.
El nacimiento del Mesías
cambia la historia de la humanidad abriendo la puerta de la reconciliación con
Dios, la vuelta al Edén para aquellos que Le aman. Cuando el Niño Jesús es
obsequiado con oro, incienso y mirra, con lo que significa y simboliza cada uno
de estos presentes, nuestro corazón cristiano recibe también tres presentes que
cambiarán nuestra vida para siempre como hijos de Dios y nos harán santificar
todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo.
Cuando predicamos el Evangelio
traemos estos tres regalos al oyente. El oro del amor de Dios, el Evangelio
mismo; el incienso de nuestra oración por los que oyen; y la mirra de nuestra
intercesión en santidad, batalla espiritual y persecución del mundo, llevando nuestra cruz.
Es de este modo que cumplimos con la Regla de Oro.
Cuando recibimos el Evangelio
y nacemos de nuevo, estamos recibiendo esos tres regalos. El oro del amor de
Dios; el incienso por la oración de Cristo en el huerto de Getsemani, y de la
Iglesia, para que tengamos la fe en la obra de Cristo; y la mirra en la Pasión de
Cristo en la Cruz, Quien con Su sangre nos limpia de pecado. Cuando hemos
recibido al Hijo de Dios, amamos a Dios cumpliendo el Gran Mandamiento.
Y en tercer lugar cuando somos
iglesia, familia de Dios con nuestros hermanos en la fe, traemos el oro cuando reconocemos a
Cristo en nuestros hermanos que han nacido de nuevo, quitando el calzado de
nuestros pies, descalzándonos para con ellos del Evangelio, allí donde Cristo ya
ha nacido y ha sido formado, porque sus almas son ya Templo del Espíritu,
descalzados pues del mismo modo que Yahweh le
pidió a Moisés cuando subió al Sinaí, donde moraba Su presencia y ardía la zarza
sin consumirse. Este es un
punto importante, tratar a nuestros hermanos como gente santa, como templos
santos, como Cuerpo de Cristo. Permaneciendo el incienso de la oración, no solo
individualmente, sino por la obra del Señor entre todos los miembros, para el
ministerio, para la Gran Comisión. Y traemos la mirra en la intercesión por
nuestros amigos en Cristo cuando ...sobrellevamos los unos las cargas de los
otros... Gálatas 6:2 y ponemos nuestras vidas por ellos, 1Juan 3:16 y 17.
Oro. La Regla
de Oro:
...Pero a vosotros los que oís, os digo:
Amad a vuestros enemigos,
haced bien a los que os aborrecen; 28bendecid
a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29Al
que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te
quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 30A cualquiera que te
pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31Y
como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con
ellos. 32Porque si amáis a los que os aman,
¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los
aman. 33Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis?
Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prestáis a
aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los
pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35Amad,
pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada;
y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del
Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36Sed,
pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Lucas 6:27. Y entre cristianos: ...En esto conocerán todos que
sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros. Juan 13:35.
Incienso. El Gran Mandamiento:
...Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28Y
le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Lucas 10:27.
Mirra. La Gran Comisión:
...Jesús se acercó y les habló diciendo:
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28.
El oro es el corazón que nos
ama, el de Dios, el de nuestros padres, el de los esposos, el de los hijos, el
de los amigos en Cristo, pero el Señor nos enseña a ganar el corazón de nuestros
enemigos, y eso éramos nosotros hasta que Le
conocimos. Si ganamos el corazón ganamos el verdadero oro, la
mayor riqueza que podemos tener, nuestro Dios, nuestros seres queridos y
desconocidos en Cristo por la Palabra y la
obra. No escatimemos esfuerzos para ganar de
verdad los corazones, porque este es el
mayor tesoro, que al igual que el oro se
purifica en el horno de fuego, símbolo de la
prueba de la fe que obtiene un corazón
limpio: ...Bienaventurados los de limpio
corazón, porque ellos verán a Dios... Mateo
5:8, ...Haceos tesoros en el
Cielo... Mateo 6:20, ...El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca
buenas cosas... Mateo 12:35, ...Por tanto Yo
te aconsejo que de
Mi compres oro refinado en fuego... Apocalipsis 3:18. Oro es
el corazón y lo sagrado, lo santo, el Templo, el Tabernáculo, el Altar, los utensilios del Templo,
todo lo sagrado se cubría o hacía de oro porque era para Dios, así vivamos una
vida de oro para Dios ganando la amistad y el amor de Su corazón junto a nuestro
Señor Jesucristo, el amigo más preciado, y a Cristo en un hermano y en la
Iglesia verdadera y Bíblica.
Es, pues, el oro el amor de Dios con
el cual amamos, tanto a Él como al prójimo. Cuando la Palabra se refiere al
concepto prójimo, cuando dice amar al prójimo, esta es una palabra algo alejada
de nuestro vocabulario actualmente, sería más acertado hoy traducirlo como se
usa en inglés, "neighbour" vecino. Aunque prójimo sea sinónimo de próximo no
trae a nuestra mente el significado de vecino. Si decimos ...ama a tu vecino
como a ti mismo... este significado hace que comencemos a pensar en nuestros
vecinos donde vivimos, en el vecindario, en la ciudad, en el trabajo, en la vida cotidiana,
si viajamos, etc. Entonces
nos debemos preguntar ¿conoce mi vecino el Evangelio?, ¿tiene mi vecino algún
problema o necesidad en la que pueda ayudarle?. ...De cierto os digo que en
cuanto lo hicisteis a
alguno de estos mis hermanos más pequeños, a Mi lo hicisteis... Mateo 25:40.
Si amamos nos preocuparemos por los
demás, por nuestros seres queridos, por los hermanos, por los vecinos, por los
que no conocen a Dios, siendo movidos a la oración, porque la oración por otros nace del amor; la
oración por nosotros mismos nace de la necesidad de Dios y de Su bendición. Al
orar por los demás ante Dios y en el nombre de Jesucristo, la oración sube a la
presencia de Dios como el incienso, es más, en Apocalipsis 5:8 nos dice la
Palabra que nuestras oraciones son el propio incienso de las copas de oro. Si
oramos por los demás a quienes amamos y por aquellos por los que sentimos
compasión somos movidos a su vez a la intercesión, la unción de la mirra, la cual
conlleva acción, obra, evangelización, la lucha en este mundo para traer el
Reino de Dios a otros, llevando nuestra cruz, muchas veces amarga en
desprecio y persecuciones, pero muchas otras veces gozo del Señor, en victoria ganando almas
para el Cielo y viendo la mano del Señor en los ministerios de la Iglesia: La
Evangelización, la Iglesia y sus funciones como familia de Dios, las misiones, las
buenas obras de ayuda humanitaria y social y en Sus
bendiciones, es decir, la Gran Comisión.
El incienso hallaba su excelso
uso en la composición del aceite santo para ungir y consagrar a los sacerdotes
levitas.
Todo cristiano es sacerdote que debe interceder por su prójimo con la unción del
Espíritu Santo. Ungimos a los enfermos con aceite imponiendo las manos en
oración en el nombre de Cristo.
El ungüento santo era vertido sobre los doce panes de la proposición y sobre la ofrenda de flor de
harina, y quemado con fuego. Se exceptuaba su uso en el sacrificio de la
expiación. Cristo en la Cruz solamente recibiría la
mirra que ya le fue ofrendada en Su nacimiento como hombre. Y al final de Su
vida en la tierra se invierte el orden de los presentes. El incienso le seguiría
en Su sepultura, y el oro en Su resurrección recibiendo el Reino, la corona como Rey de
reyes a la diestra del Padre.
La mirra es símbolo de la
amargura y de la unción de la purificación. Mirra, del griego Smyrna es Esmirna,
amargura,
el nombre de la segunda de las siete iglesias de Apocalipsis 2:8-11, a la que Juan, a través de
la Revelación de Cristo exhorta a permanecer en la fe en el padecimiento, en la
prueba, en la tribulación, a cuyos vencedores se les librará de la segunda
muerte. Un reflejo del sufrimiento del Mesías que daría Su sangre, del mismo
color que la mirra, otorgándonos la misma esperanza para nosotros, tras la
persecución en la tierra, la
resurrección para vida eterna en Su Reino.
Los tres presentes venían de tierras
gentiles, si recordamos, el oro del Templo y el más apreciado por su pureza
venía de Ofir. El incienso venía de Arabia y la mirra de Arabia o del norte de
África.
TEXTOS BÍBLICOS
ORO
...Y
adornó el lugar santísimo por dentro en medio de la casa, para poner allí el
arca del pacto de Yahweh. 20El lugar santísimo estaba en la parte de
adentro, el cual tenía veinte codos de largo, veinte de ancho, y veinte de
altura; y lo cubrió de oro purísimo; asimismo cubrió de oro el altar de cedro.
21De manera que Salomón cubrió de oro puro la casa por dentro, y cerró la
entrada del santuario con cadenas de oro, y lo cubrió de oro. 22Cubrió,
pues, de oro toda la casa de arriba abajo, y asimismo cubrió de oro todo el
altar que estaba frente al lugar santísimo. 1Reyes 6.
...En
lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es
necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que
sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando
sea manifestado Jesucristo, 8a quien amáis sin haberle visto, en
quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y
glorioso; 9obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de
vuestras almas. ...sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de
vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como
oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin contaminación, 20ya destinado desde antes de
la fundación del mundo... 1Pedro 1.
...El
material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al
vidrio limpio; 19y los cimientos del muro de la ciudad estaban
adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo,
zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20el quinto, ónice;
el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno,
topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
21Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una
perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo
de ella, y el Cordero. 23La ciudad no tiene necesidad de sol ni de
luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es
su lumbrera. 24Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la
luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
Apocalipsis 21.
La nueva Jerusalén es de oro, de santidad y
de amor de Dios. En ella no hay templo, porque el Señor Dios Todopoderoso es el
templo de ella y el Cordero. De este modo viviremos en la presencia del Señor
viendo el rostro de Dios por la eternidad.
Incienso
...Y
Aarón quemará
incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará.
8Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer,
quemará el incienso;
rito perpetuo delante de Yahweh por vuestras generaciones. 9No
ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco
derramaréis sobre él libación. 10Y sobre sus cuernos hará Aarón
expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para
expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones;
será muy santo a Yahweh. Éxodo
30.
...Yahweh, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz cuando te invocare.
2Suba mi oración delante de ti como el incienso,
el don de mis manos
como la ofrenda de la tarde. Salmo 141.
...Y
uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá,
la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
6Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes,
y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía
siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados
por toda la tierra. 7Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del
que estaba sentado en el trono. 8Y cuando hubo tomado el libro, los
cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del
Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las
oraciones de los santos; 9y cantaban un nuevo cántico, diciendo:
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y
con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y
nación; 10y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre la tierra. Apocalipsis 5.
Nuestras oraciones suben delante de Yahweh
cada mañana y cada día desde las lámparas de nuestras almas llenas de aceite de
la unción santa y encendidas con el fuego purificador, por nuestras
generaciones.
Mirra
...Y al
entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo
adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y
mirra. Mateo 2.
...Y le
llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.
23Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó. Marcos
15.
...Después
de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente
por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de
Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.
39También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche,
vino
trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. 40Tomaron,
pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas,
según es costumbre sepultar entre los judíos. Juan 19.
Estos dos hombres, discípulos de Jesús, fueron
movidos en espíritu para sepultar al Señor. José de Arimatea fue a Pilato a pedir el cuerpo del Señor
y bajarlo de la Cruz, mientras Nicodemo traía las sustancias para ungirlo con mirra y
áloes envolviéndolo en lienzos con las especias aromáticas. A ellos
nuestro reconocimiento y admiración en nuestros corazones
en la santidad que su obra
produce al leerlo, poniendo el cuerpo del Señor en el sepulcro nuevo, donde el
Señor estaría hasta resucitar al tercer día. Creo que a José de Arimatea y a
Nicodemo sería a los hombres que el corazón les daría el mayor vuelco cuando
vieran vivo de nuevo a su Señor habiéndole llevado en sus brazos hasta el
sepulcro, sin duda que habían quedado satisfechos de que Jesucristo era el
Mesías. Esta historia se ha guardado para nosotros hoy, casi dos mil años más
tarde, también nuestro corazón es impactado a través de la mirra del Señor, esa
mezcla de resina roja de color sangre, de olor magnífico, de propiedades
curativas pero con sabor amargo.
CONCLUSIÓN
LOS
TRES CONCEPTOS EN NUESTRO DICCIONARIO ESPIRITUAL:
Oro:
El Corazón
de Dios.
El
corazón del hombre cuando tiene a Cristo, lo cual se consigue por el Evangelio. Valor
del corazón. Materia de alto precio a la que es
comparada nuestra fe, y se dice en La Biblia que seremos probados
con fuego para ver si somos de Dios, y solo quedará lo que es de Él
con nuestra personalidad y todo lo que hayamos edificado sobre el
fundamento de Cristo, el resto de nosotros, todo lo que
hayamos formado con la mente
basada en el mundo, como
escoria se fundirá. Ofrenda que trajeron los magos de oriente
en reconocimiento de que la sabiduría gentil y
pagana se rende ante Jesús que Él tiene el poder de ser Rey de los reyes de la
tierra; el reconocimiento de que Jesús es el Mesías por parte de
los Gentiles que abrazaron el Evangelio.
Éxodo 25:17, Job
28:15, Isaías 60:6, Mateo 2:11, 1Pedro 1:7, Apocalipsis 3:18.
Incienso:
Olor fragante de las oraciones de Jesucristo por
nosotros. Olor fragante de las oraciones
de los santos que son traídas a la
presencia de Dios y que Él derrama en bendición sobre los amados.
Unción o bendición que se le trae a un hermano, de parte de Dios, al
orar e interceder por él ofreciendo nuestra alma al Señor a cambio.
Salmo 141:2,
Cantares 4:6, Mateo 2:11, Apocalipsis 5:8, 8:3.
Mirra:
Amargura que Cristo ha pasado
por amor a nosotros para obtener Su Reino y para que nosotros lo
compartamos con Él. Él es
el buen Rey que ama a
Su pueblo,
la Iglesia y por eso
ha
dado Su vida por nosotros. Los reyes de la tierra Le han dado la
gloria a Él, por eso los
sabios de oriente, conocidos por la
tradición como reyes magos,
Le trajeron los
presentes reales y proféticos. La mirra acompañó al Señor en Su
nacimiento, en Su muerte en la Cruz y en la
unción de Su cuerpo para ser puesto en el
sepulcro de los ricos.
Salmo 45:8, Cantares
1:13, Mateo 2:11, Marcos 15:23.
Siendo nuestro Señor
Jesucristo el protagonista de esta historia sagrada no podemos más que concluir
que Él fue y es el Maestro que nos regala a nosotros los tres presentes, Su oro,
Su incienso y Su mirra.
Oro, incienso y mirra. La Regla de Oro, El
Gran Mandamiento y La Gran Comisión. Espíritu, Alma y Cuerpo. Cuerpo, el de
Cristo entregado a la mirra de la Cruz para ganar otro Cuerpo, la Esposa ungida
como aquellas mujeres que se ungían con mirra, la
Iglesia, la cual también se Le ofrecerá para las bodas del Cordero.
Jesús de Nazaret, nacido en
Belén, muerto y resucitado en Jerusalén, el Rey de Reyes nos amó hasta la
muerte, y muerte de Cruz. Él cumplió y obedeció al Padre hasta la muerte. Él nos
da el mayor tesoro, más valioso que el oro, Su amor y Su Reino. Él nos unge con
el mejor ungüento de incienso, Su Santidad en nosotros por el Espíritu Santo. Él
nos acompaña en el sufrimiento, en la intercesión, en la Gran Comisión y nunca
nos abandona, hasta Su venida cuando la mirra quedará como olor grato en el
cuerpo de Su amada, el recuerdo de haber compartido la batalla espiritual, la Iglesia
por la eternidad para Él.
Me despido recordando que está
cumplido en aquello que vieron los sabios de oriente en Aquel Niño, la profecía
Mesiánica del Cántico de Moisés y el Cántico del Cordero de Apocalipsis 15, pero
falta la segunda parte en Su venida. Cantemos este cántico en nuestras congregaciones para Su gloria
hasta que venga:
...Grandes y maravillosas son
tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son Tus caminos, Rey de
los santos. ¿Quién no Te temerá y glorificará Tu Nombre? pues sólo Tú eres
santo; por lo cual todas las naciones vendrán y Te adorarán, porque tus juicios
se han manifestado. Amén. El Señor viene, abre tu corazón en Navidad y regala
oro, incienso y mirra espirituales. Dios te bendiga en el nombre del Hijo de Dios,
Jesucristo, Yahshua.
Otros Estudios Bíblicos de la serie Navidad:
Navidad -
Pesebre -
Belén -
Jesús de Nazaret
©
Carlos Padilla, Navidad 2010
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