EL
EVANGELIO DE JESUCRISTO
©
Carlos Padilla
Evangelio, buena noticia; del griego "evangelion".
Al referirnos al Evangelio del Reino de Dios se nos habla de la buena noticia
del "Reino de Dios". Según Jesucristo el Reino de Dios se ha acercado a nosotros y
podemos recibirlo si cambiamos nuestra forma de pensar sobre nuestra relación
con Dios y nuestra propia vida, lo que se conoce como
arrepentimiento. Dios nos llama a Su Reino a través de Su Hijo Jesucristo aquí y
ahora. Dios nos cambia la vida si Le creemos, una vida de bendición que
Jesucristo obtuvo en la Cruz.
Jesucristo se ofreció al Padre por nosotros.
Para ello debía dejar Su trono de la gloria a cambio de la Cruz del Calvario, para
pagar por nuestros pecados, porque el hombre no se puede salvar por si mismo, ni
venir a Dios con su propia justicia. Dios Padre aceptó el ofrecimiento de Su
Hijo por amor a nosotros. Nosotros somos ganados por Jesucristo, por Su gracia y
amor tan grande como para hacer lo que Él hizo. Vino al mundo y se hizo hombre "la Navidad", murió por nosotros en la Cruz,
"Semana Santa - Pascua", resucitando y volviendo al
trono de la gloria. Ahora esperamos Su venida y es establecimiento del Reino de
Dios al final de los tiempos. No existe religión que haga este planteamiento, no
existe esfuerzo humano ni cumplimientos de mandamientos capaz de salvarnos. No
había otra alternativa espiritual, de justicia, celestial y eterna que la sangre de Cristo:
el pacto de sangre de Dios por nosotros. Sin la sangre de Cristo no hay entrada
al Reino de Dios, ni el Reino de Dios entra en nosotros. Sin la Cruz no hay
salvación. Cuando venimos a los pies de la Cruz, del mensaje de la Cruz, es
cuando recibimos la salvación y tenemos entrada al Reino de Dios, la buena
noticia, la gran noticia, la única noticia: El Evangelio de Jesucristo.
El mundo en que vivimos es el fruto del
pecado. Guerras, hambre, injusticia, corrupción, egoísmo, pobreza, leyes contrarias a los
Mandamientos de Dios. Pecado es no creer en la obra del Hijo de Dios, no creer a
Dios, vivir apartado de Dios en nuestra propia mente y en nuestra propia vida. Historias como las de Noe
y el arca ante el diluvio universal, o Lot ante la destrucción de Sodoma y Gomorra,
o las dos guerras mundiales, son un ejemplo de un mundo de pecado, enemigo de
Dios. El arrepentimiento vuelve nuestra mente y nuestro corazón a Dios, nos reconcilia con el
Padre a través del regalo de la fe. Esa fe nos es dada por la gracia de Dios, de
manera que podemos creer en Dios y en Su Palabra. Dios nos ofrece la reconciliación en Su Hijo quien
vendrá al final de los tiempos para establecer el Reino de Dios. Mientras tanto
podemos vivir guiados de Su mano, predicando el Evangelio para que otros también
se salven, y haciendo buenas obras, junto a nuestros hermanos de la Iglesia Bíblica,
aquellos con los que compartiremos en la eternidad el Reino de Dios que se ha
acercado en Jesucristo, la buena noticia de la Salvación. El Espíritu Santo es
Quien hace de nosotros un templo vivo y santo cada día, y cuando nos congregamos
para alabar a Dios nos hace el templo de Dios.
Jesucristo comenzó a predicar:
"...Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado..." (Mateo 4:17);
"...El Reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y
creed en el Evangelio..." (Marcos 1:14).
Esta es la presentación Bíblica del
Evangelio "La buena noticia de Dios": El Reino de Dios se acerca a nosotros
¿Quiere usted vivir en el paraíso de Dios eternamente? La relación diaria y
eterna entre Dios y el hombre es la constante de la historia humana, hasta que
se acabe el tiempo que nos ha sido prefijado por Dios para el regreso de Su Hijo
Jesucristo quien nos dice:
...Yo os digo la verdad: Os conviene que
Yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador (del griego "parakletos",
cuidador, abogado, intercesor) no vendría a vosotros; mas si
me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de
justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por
cuanto voy al Padre y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de
este mundo ha sido ya juzgado. (Juan 16:7).
EL EVANGELIO
RESUMIDO
Dios, el creador del
universo, nuestro Padre nos ama y nos ha creado para tener una relación personal
con Él. Dios tiene un magnífico proyecto de vida para cada uno de nosotros
junto a Él cada día, disfrutado Su paz y bendición. Su
Reino está a nuestro alcance, tanto aquí como eternamente; porque la vida no acaba con el paso por este
mundo, sino que comienza en Cristo, hoy en bendición, y eternamente en la
resurrección, cuando vuelva Jesucristo:
...Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su
Hijo unigénito, para que
todo aquel que en Él
cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Juan 3:16.
...Yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Juan 10:10.
...y he aquí
Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén. Mateo 28.
El hombre ha sido
creado a la imagen y semejanza de Dios, pero el hombre ha decidido vivir separado de Dios
en su propio mundo, por lo que está muerto al Espíritu de Dios. Esta actitud es
lo que la Biblia llama pecado. El hombre es pecador porque no ama a su Padre, y
se revela contra Él. El mundo en que
vivimos es viva prueba de ello, pero hay una solución que comienza cuando
creemos a Dios:
...por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, 24siendo justificados gratuitamente por
Su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús. Romanos 3:23.
...Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros. Romanos 5:8.
...Despiértate, tú que duermes, y
levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
Efesios 5:16.
Jesucristo es el único
Camino a Dios, la Puerta a Dios. Dios nos da a Su Hijo como Salvador universal,
Quien para salvarnos tuvo que morir en nuestro lugar en la
Cruz y resucitó de entre los muertos. Dios perdona nuestros pecados cuando
creemos en la obra de Su Hijo Jesucristo. Si creemos en Su obra
redentora en la Cruz creemos a Dios y recibimos la salvación, disponible para
toda persona de toda nación, cultura, raza, fe, color y época. No podemos justificarnos
ni reconciliarnos con Dios por nuestros esfuerzos, obras, acciones o religiones,
sino aceptando a Su Hijo. La muerte de cualquier otra persona no tiene validez
como expiación por los pecados, solo la de Jesucristo, porque Su Espíritu es
eterno, porque es Dios mismo hecho carne. La solución de
Dios al problema universal del hombre es creer en la obra de Su Hijo en la Cruz,
que manifiesta Su amor por nosotros, dándonos Su paz y bendición aquí, en nuestra
vida diaria, y esperanza
para la entrada a Su Reino con nuevos cielos
y nueva tierra:
...Porque hay
un solo Dios, y un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6el
cual se dio a sí mismo en rescate por todos...
1Timoteo 2:5.
...Porque
primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:
Que Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras; 4y que
fue sepultado, y que
resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras; 5y que
apareció a Cefas
"Pedro",
y después a los doce. 6Después apareció a
más de quinientos hermanos a la vez... 1Corintios 15:3. Este
Texto Bíblico es la base del famoso "Credo de Los Apóstoles".
Cursivas añadidas, Cefas es Pedro.
...Jesús
les dijo: Yo soy El Camino y La Verdad y La Vida;
nadie viene al Padre sino por mí.
Juan 14:6.
Arrepintiéndonos recibimos a Jesucristo por fe
y nos reconciliamos
con Dios, cambiando nuestra mente, el famoso
"arrepentimiento", naciendo de nuevo del Espíritu Santo, siendo
limpiada nuestra conciencia, viviendo una vida de bendición, una
amistad personal con Él, recibiendo la paz de Dios cada día en
todo momento, hasta la
resurrección:
...Mas
a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio el poder de ser hechos hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de
carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Juan 1:12.
...Si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros
hijos, ¿cuanto más
vuestro Padre celestial dará el Espíritu
Santo a los que se lo pidan?.
Lucas 11:13.
...Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y
lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es
necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes
de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Juan 3:3
al 8. Nicodemo era un erudito
principal de la sinagoga.
Oración para recibir a Jesucristo:
Si usted quiere puede
hablar con Dios con otras palabras, pero sugiero, por ejemplo:
Padre, que estás en los cielos, quiero conocerte porque he comprendido que Tú me amas,
aunque yo no te amaba a ti,
y has dado aún a Tu
Hijo Jesucristo por mí,
que vino a este mundo
y murió en mi lugar en la Cruz del Calvario, en Jerusalén. Quiero aceptar la Sangre de Cristo como el
pago por todos mis pecados, y empezar una nueva vida sabiendo que estaré contigo en la
eternidad, en Tu Reino. Creo que Jesús ha resucitado y vive,
y está a mi lado siempre. Toma mi vida
en Tus manos, bendíceme y guíame a Tu lado siempre. Enséñame
la Biblia y que crea que es Tu Palabra que has dado a hombres santos y profetas,
inspirándoles por medio de Tu Espíritu Santo. Aumenta mi fe para creer,
comprender y anunciar Tu Palabra. Hazme parte de Tu Iglesia
verdadera. Dame un corazón nuevo con el amor que Tú tienes para amarte. Lléname con Tu Santo Espíritu para que
hagas en mí Tu obra de convertirme en
Tu tierra prometida donde Tú reinas por los siglos
de los siglos. En el nombre de Jesucristo, mi Señor y
Salvador; mi mejor Amigo. Amén.
Nueva vida de la mano de Jesús,
pues por la fe y por la obra de Su Espíritu somos hechos Sus
discípulos. Ore a Dios para que conozca a otros cristianos con quienes comparta
la fe. Somos Su Iglesia y podemos cambiar el mundo a nuestro alrededor con
el Evangelio y el amor de Dios, con los siguientes tres dones de Dios:
"La Regla de Oro":
...Pero a vosotros los que oís, os digo:
Amad a vuestros enemigos,
haced bien a los que os aborrecen; 28bendecid
a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29Al
que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te
quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 30A cualquiera que te
pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31Y
como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con
ellos. 32Porque si amáis a los que os aman,
¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los
aman. 33Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis?
Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prestáis a
aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los
pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35Amad,
pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada;
y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del
Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36Sed,
pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Lucas 6:27. Y entre cristianos: ...En esto conocerán todos que
sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros. Juan 13:35.
"El Gran Mandamiento":
...Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28Y
le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Lucas 10:27.
"La Gran Comisión":
...Jesús se acercó y les habló diciendo:
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28.
EL RESULTADO DEL EVANGELIO
Antes de seguir con el estudio completo sobre el Evangelio
veamos dos Textos Bíblicos que nos resumen a la perfección nuestro cambio
espiritual, y su fruto, en lo que hemos venido a ser ante Dios, y cómo Jesucristo
espera encontrarnos cuando venga a establecer Su Reino:
...Por
tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la
carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano
en la carne. En aquel tiempo
estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos
de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,
habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la
pared intermedia de separación,
15aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos
expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo
hombre, haciendo la paz,
16y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo,
matando en ella las enemistades.
17Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos,
y a los que estaban cerca;
18porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo
Espíritu al Padre.
19Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios,
20edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un
templo santo en el Señor;
22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios
en el Espíritu. Efesios 2:11-22.
...Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de gloria.
32y serán reunidas delante de él todas las naciones;
y apartará
los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33Y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su
izquierda. 34Entonces el Rey dirá a los de su derecha:
Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis
de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36estuve desnudo y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en
la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces los justos le responderán diciendo:
Señor, ¿Cuando te
vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber?
38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te
cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto
lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
41Entonces dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al
fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me
disteis de beber; 43fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo y no me
cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
44Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿Cuándo
te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te
servimos? 45Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto
no lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
46E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Amén. Mateo 25:31 al 46.
EL EVANGELIO - DIOS Y EL HOMBRE
El Evangelio es el mensaje universal
de salvación para toda alma de toda nación,
época y religión. El mundo necesita a Dios pero el hombre
ha vivido sin Él, pero muchos han vivido buscándole. Dios,
en la Biblia, Yahweh, su Hijo Yahshua o Jesucristo, y la misma Biblia anuncian
que Su mensaje no solo le pertenece a la
Iglesia Bíblica, a
occidente, o al pueblo de Israel, sino
que le pertenece a toda la humanidad;
cualquier otra explicación es sectaria, se contradice con
el Evangelio, y por lo tanto no tiene cabida en
la mente del hombre y la mujer de buena voluntad
que busca a Dios. Jesucristo es el
único intermediario que acepta Dios Padre, Su propio Hijo unigénito. Según sus propias palabras en
Juan
14:6: "...Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino
por mí." Jesucristo es el Salvador universal,
el Mesías (el ungido con el don, el que Dios ha elegido y a quien ha dado el
poder de hacerlo) que vendrá al final de los tiempos para establecer el Reino de Dios de
forma universal y eterna, Quien ya vino a ganar nuestras almas para salvarnos y
nos llama a formar parte del Reino de Dios.
Es precisamente el Evangelio el que responde
al hombre las preguntas
existenciales; ¿Qué hago aquí, cuál es el propósito de mi vida,
de dónde vengo y, a dónde voy? Desde luego, Dios no nos deja abandonados durante nuestra
vida, y tampoco sin información, pues nos dio la Biblia, los
profetas, los apóstoles, etc. Dios llama a la puerta de nuestro corazón, en
espíritu para que Le amemos. Hombre o mujer
buscamos entre sentimientos del alma y
entendimientos de la mente,
la psique, porque necesitamos, desde que tenemos conciencia de que existimos buscar
nuestro origen, y cuál es nuestro propósito en la vida,
hasta darnos cuenta que el origen es Dios. pero no encontramos a
Dios hasta que lo hacemos por fe en nuestro corazón, en espíritu y en verdad. Dios nos va poniendo
pruebas de Su existencia durante la vida a través de las cosas hechas, de la creación,
de las relaciones con los demás, nos da fe, nos demuestra que nos ama, pero a veces dudamos y se hace muy difícil
creer, debido al sufrimiento y la injusticia que hay en el mundo. El
mundo puede ser precioso, la naturaleza lo es, y hay tantas emociones y tantas vivencias
llenas de amor entre las personas, y también entre los animales, pero también nos
encontramos, en el lado opuesto, un sistema dominante lleno de violencia y de egoísmo,
de catástrofes, de injusticias, de enfermedades y hambre
que
hace que vivamos en una situación cambiante, según la época en que hemos vivido en la
tierra, y nos cuestionemos por qué Dios permite tanto
sufrimiento, por qué no interviene ahora. Jesucristo, desde la Cruz ha abierto la
puerta a toda persona a Su Reino al final de los tiempos, pero esta vez no para
una vida terrenal corta o larga, rica o pobre, sana o enferma, libre o esclava,
sino para la vida eterna en el paraíso de Su Reino, donde mora la justicia y el
amor de Dios.
Aunque el hombre vive sin conocer a Dios,
muchas veces juzgándole por no comprender los acontecimientos que ve,
se da cuenta de que Él existe y trata de justificarse ante
Él, a través de la religión o de las buenas obras, por la misericordia
hacia otros, y ya se considera justo y bueno.
El pecado es no amar a Dios ni al prójimo y vivir sin Dios. Dios se nos manifiesta
de muchas maneras pero es a través de Su
Palabra Viva en Espíritu, que conocemos Su mensaje: que Él
ha dado a Su Hijo Jesucristo
que se ofreció por nosotros
dando Su vida, Su sangre
en la Cruz, para limpiar
nuestras conciencias librándonos de la muerte espiritual
y eterna darnos acceso al Paraíso eterno. Así nos abre la
puerta nuestro amado Dios para empezar una nueva vida caminando
con Él ahora, y en la resurrección, la vida eterna junto a Él.
Desde los orígenes del hombre, y tomando la Biblia como Palabra de Dios, en el principio,
al hombre se le da la oportunidad de vivir en la misma presencia de Dios, libro de
Génesis, Adán junto a Eva, su mujer, a la que voy a llamar "alma del hombre", para
enseñar la situación que tenemos en la Tierra y cómo Dios
nos elije pero no nos obliga:
...De
todo árbol del huerto podrás comer; pero del árbol de la ciencia del bien y del mal,
no
comerás, porque el día que de el comieres, ciertamente morirás... Génesis 2:17. Esto es
lo que nos encontramos en el primer libro de la Biblia, que puede parecer una amenaza y
prohibición para el hombre, como hasta ahora la tradición
nos ha mostrado. Pero veamos que nada más lejos de
la realidad, pues Dios nos ama. Ahora veamos cómo la Biblia, de manera fácil y comprensible
se presenta verdaderamente
como una Palabra universal, y para toda época.
Veámoslo desde donde Dios lo ve. "...No es bueno que el hombre esté solo, le haré
ayuda idónea para él..." Génesis
2:18b. Cuando la mujer es creada, simbólicamente
el hombre recibe, además de a su compañera, su esposa, amiga
y madres de los hijos, también podemos ver de forma simbólica al alma
y la psique, recibiendo la capacidad de ser como Dios, no solo
un cuerpo
con aliento de vida del espíritu sino también alma, esa nueva alma a semejanza de la de
Dios, diferente a la de los animales, con la que tendrá la capacidad de sentir
y además de entender, con la mente, las cosas
de Dios para que las discierna con su espíritu. Pero Dios le advierte que si come del árbol de la ciencia del bien y del mal, va
a morir. Esto es lo que quiero aclarar para que no se malinterprete. Si todos nos
encontramos ante Dios pudiéndonos relacionar con Él, y nos da la capacidad de
preguntarle y compartir nuestra vida con Él, en una relación espiritual perfecta, sin
intermediarios, sin dogmas ni tradiciones, como le dio a Adán, entonces
¿por qué dijo a Adán, y con él a
todos nosotros, que si
llegamos al conocimiento del bien y del mal moriremos? No olvidemos
qué es lo primero
que hace Eva, y por consiguiente Adán.
Adán es el nombre de la humanidad y por lo
tanto el de usted y el mío, Génesis 5:2,
"...Varón y hembra los creó, y llamó el nombre de ellos: Adán." (ver:
El Origen del hombre).
Veamos: el bien y el mal es un código, que si conocemos, vamos a aceptarlo
como la guía para nuestra vida, de manera que podamos juzgar si un hecho es
bueno o malo, y así guiarnos: la moral, la conciencia, pero
una herramienta de doble filo porque sin la guía de Dios, el hombre va
amoldando, cambiando, modificando a su antojo la moral, además del principal
problema: desobedecer a Dios, como un niño desobedece a su padre que lo ama. Pero Dios nos advierte que no lo
usemos para juzgar cada situación, que no comamos de ese fruto "prohibido"
para que no vivamos ajenos a las consecuencias, solo valorando la vida por la
mente, sin corazón, sin espíritu.
Veamos por qué Dios nos
trata de apartar de este código. Rápidamente la serpiente,
que es la forma que adoptó aquí el
diablo, el ángel caído, ese ser espiritual que no ama a Dios,
que quiere el lugar de Dios su creador, que tampoco ama al hombre, aprovecha la
oportunidad, en el momento en que recibimos el alma y la
mente, para tentarnos y
ofrecernos que, precisamente no hagamos caso a Dios sino que codiciemos
conocer la ciencia del bien y del mal, que además a priori parece
más razonable. Pronto la mente, nueva y hambrienta de
conocimiento, impaciente, se revela contra Dios para comer y adquirir
conocimiento, aunque no
sabe que no será capaz de digerir la información. Era más fácil preguntar al
creador de ese conocimiento para que nos enseñara a tiempo, era más fácil hacer
caso a Papá.
En el momento en que el hombre decide comer de aquello que
codició, de este
código moral del bien y del mal, pierde la relación directa con Dios, y ya no vive con
Él ni le pregunta, ya no comparte cada momento con Él, sino que
piensa que es autónomo, se basa en el
conocimiento de la ciencia del bien y el mal, en la que
ahora llamará su propia ley. El hombre abandona a su
Padre como hijo rebelde para vivir su propia vida. Pero además nunca podrá cumplir este código
para estar en paz consigo mismo, pues lo irá modificando y amoldando según la
época en que le ha tocado vivir, la sociedad donde ha nacido,
las influencias sociales, la necesidad de sobrevivir, etc. A medida que
compruebe que no puede cumplirlo, las apetencias de la
carne, el poder, el egoísmo (lógicamente tentadas por el diablo, aquel que se reveló
contra Dios desde que fue
creado), van a hacer que el hombre, y la mujer, no puedan cumplir ese código personal
modificado, esa
moral que en un principio les parece la correcta, pero
que la vida nos demuestra que no
podemos cumplir, porque en origen y sin modificar es el código perfecto de
Dios, y se sienten fracasados en su interior, y además ahora empiezan a sentirse
también muertos a la vida espiritual.
Peor aún, el hombre cree que con el razonamiento que acaba de obtener al haber comido
de este sistema de juicio va a encontrar todas las respuestas de su existencia:
investigación, ciencia, etc. Por eso se le llama la ciencia del bien y del mal. Ya no pregunta
a Dios cómo creó, cómo hizo, de dónde nos dio la vida,
qué hacer en su vida con esta o aquella situación, cómo tratar con el prójimo,
no Le pide ayuda porque se siente acusado por su conciencia...
etc. Pero lo más importante que necesitamos, aun más que las respuestas, es ese amor
verdadero que sólo Dios nos puede dar, y que el hombre cree que no necesita cuando se
aparta de Él, pero que más tarde, a medida que pasa la vida, echa en falta.
El hombre experimenta a lo largo de su vida el vacío espiritual y existencial,
y empieza la búsqueda para regresar al Edén, a una relación
de amistad personal con el Padre.
Esto que acabamos de ver es lo que se debe entender por pecado. La palabra pecado
significa error: no enfocar la vida a relacionarse con Dios, sino a una existencia de un
nivel inferior, en la que nos dejaremos influir por multitud de diferentes códigos de
bien y mal, según las épocas, según las personas. Ante esta situación, el hombre
adopta un código en asamblea y organiza la religión y sus
dogmas, cualquiera de ellas, o los códigos
éticos y morales, las tradiciones y jerarquías, todo para
sentirse aceptado ante los demás, pero no por Dios.
Finalmente el hombre termina por
darse cuenta que este era otro camino sin salida, pues todos,
de cara a los demás parecen justos pero luego por dentro la persona
sabe que no tiene la Paz de Dios.
...Y dijo El Señor Dios: He aquí que el
hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal: ahora, pues,
que no alargue su mano, y tome del árbol de la vida, y coma, y viva para
siempre. Y lo sacó El Señor del huerto del Edén, para que labrase la
tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente
del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía
por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. Génesis 3:22.
Alegóricamente Edén es estar con Dios y
sentir Su presencia, eso es vivir en el paraíso. Pero el hombre se empeñó, por
el engaño del diablo y la codicia de saber, en vivir sin Dios y se apartó
de Él; o más bien hoy y siempre se aparta de Él y como
resultado tenemos un mundo injusto y lleno de sufrimiento donde miles de
millones de personas luchan cada día por sobrevivir en condiciones
inhumanas, sí, miles de millones. Se calcula que en pocos años la población
mundial llegará a 7.000 millones de personas, y se calcula que el 20% viven
en el mundo occidental, pero en occidente, muchos también sufre, con lo sin
temor a equivocarnos podemos decir que el 10% de la humanidad vive bien, y
el 1% tiene más riqueza que el 99% restante. Pero
sigamos con la historia. La espada encendida que
se revuelve por todos lados es la Palabra de Dios: La Biblia. Nadie la
entenderá por su razonamiento o bajo la enseñanza de falsas
iglesias que anteponen su tradición, dogmas y jerarquía
habiéndose apartado de la enseñanza de Jesucristo, quien afirma ser la
propia Palabra de Dios viva, ni por intentar comprenderla para luego
decidir si
le parece bien. Solo entienden el misterio de Dios, el
"código secreto" de la Biblia los que creen a Dios y son humildes
ante Él,
porque Su Espíritu es el que da el entendimiento espiritual. El Árbol de
la vida es Cristo. No le es permitido al hombre comer de Él
hasta que se
arrepiente y se reconoce pecador, y por fe recibe a
Jesucristo quien ha muerto por nosotros. Puede leer un estudio
Bíblico más profundo sobre el paraíso de Edén en: MIRANDO
AL ÁRBOL DEL CENTRO DEL EDÉN.
Por esto dio Dios la Ley, la espada que
se revuelve por todos lados, la que los cabalistas tratan de sortear en su
mente, para que por
ella el ser humano conociese que estaba bajo pecado, y que es
incapaz de
cumplir la más alta y mejor moral posible,
la única que Dios acepta, la cual sólo Su Hijo Jesucristo cumplió. De este
modo el hombre ha de venir humildemente ante Dios y recibir a Jesucristo
como "gr.: paracletos" abogado redentor, Quien ha clavado en Su Cruz
el acta de condena eterna en el infierno en la que aparecía nuestro nombre,
la cual queda borrada si recibimos como Señor y Salvador al Hijo de Dios: ...Ya que por las obras de la ley ningún
ser humano será justificado delante de Él; porque por medio de la ley es
el conocimiento del pecado. ...Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios,
siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Jesucristo,
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre...
Romanos 3:19.
Muchos dirán que Jesucristo,
tal y como la Biblia Le presenta, no se parece al modelo
de cristianismo tradicional que ha exportado
occidente. Por lo tanto, si el lector tiene un concepto
negativo del Hijo de Dios, de la Iglesia o del Cristianismo, o de Israel, le
recomiendo que acuda a una iglesia Bíblica y no a una iglesia tradicional. Por
ello recomiendo buscar una iglesia evangélica en la que
encuentre el cristianismo del principio en nuestra época, anteponiendo la
Biblia a los dogmas y las tradiciones de hombres, y el Espíritu y el amor de
Dios, antes que normas y jerarquías humanas, que busque el afecto fraternal de
verdaderos amigos en Cristo antes que la pertenencia. Nunca podrá decir que no
tuvo la oportunidad de conocer el verdadero cristianismo Bíblico si está leyendo
este texto, no el que han
cambiado iglesias como la católica, ortodoxa, anglicana, adventista, testigos,
mormones y algunas protestantes y evangélicas. Busque, pida a Dios, porque como
dice Cristo en Mateo 7:7: "...Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis;
llamad, y se os abrirá." Confíe en Dios, crea en Jesucristo, sepa que el
Espíritu Santo le da la mano, ábrale la puerta de su corazón y de su mente
ahora.
Es su obligación como hijo de Dios buscar una
iglesia verdadera y Bíblica hasta que la encuentre en su ciudad, o zona donde
viva,
y aporte su coyuntura como discípulo de Cristo. La iglesia perfecta no existe
porque hombres y mujeres la componemos, es Cristo quien la santifica a Si mismo,
y nuestra actitud de humildad y disposición al cambio que sea necesario para
emanar la Verdad, la cual nos hará libres. Que parte del cristianismo no sea
verdadero cristianismo no es excusa para que no luchemos por Cristo y el Evangelio, es
nuestra responsabilidad como hijos de Dios servir a Dios que nos da la vida y la
vida eterna, sirviéndole de tres formas: Por la Regla de Oro, por El Gran
Mandamiento y por La Gran Comisión. Recordemos, como ya leímos antes que La Regla de Oro es amar a nuestro prójimo
como a nosotros mismos, como hizo el buen samaritano que socorrió al que estaba
tirado en el camino. El Gran Mandamiento, amando al Señor nuestro Dios con todo
nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas
nuestras fuerzas. Y en la Gran Comisión, predicando el Evangelio a todos, a
nuestro alrededor para que también puedan salvar sus almas para la eternidad en
el Reino de Dios, y las de sus familias y seres queridos, y así volvemos a la
Regla de Oro, porque deseamos para ellos, nuestro prójimo lo mismo que ya
creemos y conocemos, que Dios nos
ama y nos llama a Su Reino en Su Hijo Jesucristo.
EL HOMBRE HA DE
NACER DE NUEVO DEL ESPÍRITU SANTO
...Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y
lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es
necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes
de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Juan 3:3
al 8.
El
hombre
está
muerto
al
Espíritu
de
Dios
porque
prefiere
vivir
sin
Él,
pero
cuando
se
da
cuenta
de
su
soledad
y
Le abre
el
corazón,
si
se
enamora
de
Dios
en
Cristo,
entonces
recibe
el
Espíritu
Santo,
porque
el
hombre
necesita
nacer
de
nuevo,
de
lo
alto.
Cuando una persona ha nacido del Espíritu
de Dios, entra en una dimensión que antes no podía ver. Las
profecías, los sueños, las señales de Dios empiezan a tener sentido, a ser una realidad. Es como si le
diésemos la vista a un ciego de nacimiento. Nosotros somos ciegos
espirituales de nacimiento. Cuando Dios nos abre nuestros ojos, cuando
Jesucristo sanó al ciego de nacimiento, nos está enseñando en realidad,
además de aquel milagro, que necesitamos ver la vida eterna que es la
espiritual. Él nos enseña Su mente para que la recibamos, si sentimos que
Le queremos y Le echamos de menos por el vacío existencial
espiritual que traemos en
nuestras almas desde
antes
de
la
fundación
del
mundo,
incluso
cuando
no
tenemos
aun
uso
de
razón,
Dios
ha
previsto
que
Le
conozcamos
a
Él.
Hagamos lo que esté en nuestra mano para
que nadie se quede en la dimensión de la oscuridad,
diciéndoles: venid a
Él y os dará la Luz para
que seáis luz. "...Despiértate, tú que duermes, y
levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo."
Efesios 5:16.
¡Qué privilegio! poder vivir desde hoy con Dios, mediante este nuevo nacimiento
por fe en el Espíritu Santo, mediante
el entendimiento espiritual. Comparta su vida con Él,
es su mejor amigo.
"...Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras de mí,
cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo;
Él os bautizará en
Espíritu Santo y en fuego."
Mateo
3:11. Esto dijo Juan el Bautista.
Anuncie a otros el Evangelio, la buena noticia de la
obra de Dios para con los hombres. Lea un Estudio Bíblico completo sobre
NACER DE NUEVO.
La nueva vida con Jesucristo nos convierte en
Sus discípulos, Su Iglesia, la Esposa de Dios por la que Él ha dado Su vida.
...Acercándoos a Él, piedra viva,
desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y
sacerdocio santo... ...pueblo adquirido por Dios para que anunciéis
las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a la luz admirable;
vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios;
que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero que ahora
habéis alcanzado misericordia. 1 Pedro 2:4 al 10.
Es este bautismo del Espíritu como una unción que
le cubre de arriba abajo y
cambia su corazón y su mente, para que crea la verdad, que es el mensaje de Dios al hombre y no el
mensaje de la sociedad dependiendo de cada época.
...Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese,
el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
Y cuando
Él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
De pecado por cuanto
no creen en mí; de justicia por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y
de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas
cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu
de verdad, Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino
que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Juan 16:7
al 13.
Dios nos ama y comparte Su
divinidad, aquí y en la eternidad. Él
nos hace la esposa de Su Hijo Jesucristo. La Iglesia es la
novia de Cristo para las "Bodas del Cordero" una novia hecha de Su esencia,
como lo fue Eva de Adán, una novia con la que casarse para compartir
la eternidad. Dios ha creado al hombre, el alma del hombre, que es
Su novia y
esposa, si ésta se enamora y entrega a
Él y Él a ella; quiero decir nuestra alma y nuestro espíritu, la de
cada uno de nosotros, hombre o mujer, ahí donde está nuestro ser irrepetible, cada uno
de nosotros, nuestros sentimientos y nuestra esencia, nuestra personalidad,
la esposa que al entregarse a Él compartirá la eternidad con Dios, la
Iglesia, y cada uno de nosotros.
Pero claro, Dios no crea a cada
persona-esposa que le ame, sin darle la oportunidad de enamorarse de Él,
o no sería verdadero amor. Es por este motivo que
Dios crea al hombre a Su imagen y semejanza con un alma capaz de contener al Espíritu
de Dios, y esta afirmación es según las Escrituras:
1 Corintios 6:1; porque ha de llegar a ser hecho de la
misma esencia que Dios espiritualmente, ya que va a ser la esposa
de Cristo. A partir de aquí nos encontramos al hombre bajo libre
albedrío, ante su propia existencia pero enamorado de Su
creador, con el corazón volcado a Su Padre eterno y al Hijo, nuestro Señor,
y al Espíritu.
...Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo... Romanos 5:1.
...Porque
por gracia
sois salvos por medio de la fe;
y esto no de vosotros, pues
es don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos
en ellas. Efesios
2:8.
La Santa Cena, tras el bautismo, es nuestra
conmemoración de la muerte de Cristo por nosotros, celebrando
regularmente la cual, Su muerte anunciamos como nuestra
redención para resurrección, porque Jesús es el Cordero de Dios
que quita el pecado de los que Le aman.
...Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo:
Bebed de ella todos;
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de
los pecados. Mateo 26:27, Marcos 14:24 y Lucas 22:20.
...y por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la
tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Colosenses 1:20.
...y no por sangre de machos cabríos ni de becerros,
sino por su propia sangre,
entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención...
Hebreos 9:12 y 22.
...sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado
antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros
tiempos por amor de vosotros y mediante el cual creéis en Dios, quien le
resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y
esperanza sean en Dios. 1Pedro 1:19-21.
CONCLUSIÓN.
EL MENSAJE DE LA
SALVACIÓN DE DIOS
PARA TODAS LAS NACIONES -
NUESTRA ESPERANZA, LA VENIDA DEL REINO DE DIOS
Jesucristo vuelve: ...He
aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá,
y los que le traspasaron; y todos los linajes de la
tierra harán lamentación por él. Sí, amén. Apocalipsis 1:7.
A partir de aquí, su vida empieza
a tomar sentido porque ya conoce a Dios, a Su Hijo Jesucristo.
Conoce que Dios le ama a usted y a los tuyos, conoce que Jesucristo murió en la
Cruz por sus pecados y por los míos y por los de todos los que serán salvos.
Conoce que formamos parte de la
Iglesia y que tenemos la responsabilidad de tratar a nuestros hermanos en la fe,
como a nuestra nueva familia en el amor fraternal y la amistad entrañable de
Dios Padre. Conoce que además Jesucristo resucitó y está vivo, con quien puede
hablar en todo momento, y regresará al final de los tiempos, y
que ésta, es nuestra esperanza, la venida del Reino de Dios que se establecerá
eternamente, un Reino de paz y justicia para siempre, como nos anuncian tres
columnas de la Iglesia, los Apóstoles Pablo, Pedro y Juan. Primeramente el
Apóstol Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses 4:13 ...Tampoco
queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os
entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14Porque
si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los
que durmieron en él. 15Por lo cual os decimos esto en
palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la
venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16Porque
el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en
Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que
vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor. 18Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Del mismo modo, el Apóstol Pedro nos anuncia
sobre el Reino de Dios, la buena noticia para la que el Señor nos llama y por lo
que no escatimó Su vida en la Cruz por nosotros. 2Pedro 3: ...Amados,
esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación
vuestro limpio entendimiento, 2para que
tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos
profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;
3sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores,
andando según sus propias concupiscencias, 4y diciendo: ¿Dónde está
la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron,
todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5Estos
ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra
de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua
subsiste, 6por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;
7pero los
cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra,
guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres
impíos. 8Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el
Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9El
Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo
que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la
noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
11Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12esperando
y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
13Pero nosotros esperamos, según sus promesas,
cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. 14Por
lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia
ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 15Y
tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación...
En tercer lugar, el Apóstol y evangelista Juan
recibió del Señor lo que nos anuncia en su Apocalipsis 21: ...Vi
un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra
pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan
vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del
cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con
los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y
Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5Y
el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo
hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas
palabras son fieles y verdaderas. 6Y me dijo: Hecho está. Yo soy el
Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré
gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El
que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los
fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte
en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Si le inundan las preguntas,
confíe en Jesús, la paz del Señor está en usted si es paciente y confía en Él.
Tiene al Señor
y Su Palabra, y hermanos en todo el mundo. Puede hablar
con Él y también puede hablar con
otros hermanos que han recibido a Cristo, que ya
lleven tiempo en el Camino de Dios, y verá cómo disfrutan de sus vidas
como Iglesia, el nombre que Dios usa para llamar a Su familia en la tierra,
de la cual ahora ha venido a formar parte y en la cual es bien venido. Ahora debe
comprender que debe
recibir al Espíritu de Dios, debe pedírselo, y Él
se lo dará si verdaderamente cree y
ama a Dios.
Quiero recordar que Jesús nos
enseño por Él mismo, que debemos bautizarnos, es un
acto simbólico de limpieza de los pecados en el que uno
lo anuncia al cielo, (y le
aseguro que hay fiesta allí en
ese momento por usted y su salvación), que ha comprendido que necesitaba
arrepentirse y que
va a empezar su nueva vida de la mano de Jesucristo,
su
mejor amigo y Salvador. Hay que firmar el contrato,
el más importante que firmará en su vida; Cristo ya lo firmó con Su sangre. Aunque
se
haya bautizado de bebé en la iglesia tradicional de los
dogmas, lo correcto es hacerlo ahora de verdad con su consentimiento
y entendiendo lo que está haciendo, porque
cuando uno es un bebé no sabe qué es el bautismo.
Bautícese de verdad ahora, en la playa o
en un río, o
donde bauticen en la iglesia donde el Espíritu Santo le
lleve, con el hermano o pastor, y
con los hermanos en la Fe,
compartiéndolo con su familia.
Todos los que hemos
recibido a Cristo debemos hablar de Él, o bautizar, o enseñar y ayudar a
los que Le buscan, y acordarnos de los pobres, físicos y espirituales
para ayudarles, de los
presos, como si estuviésemos presos con ellos, y de los enfermos, por los
cuales orar y ayudar, porque si hacemos
esto, a Jesucristo lo hacemos, Mateo 2:36. El único cabeza espiritual
de la Iglesia es Jesucristo. Él es el que
bautiza con el Espíritu Santo. Nosotros solo con agua.
El
Evangelio es la mejor noticia que ha podido recibir. ¡Compártala! Estudie la
Biblia y prepárese para ello, crecerá como cristiano y como persona. Dios le
bendiga.
¿Quiere conocer más a Jesucristo? Entre en
Conoce a Cristo. Sigua
creciendo espiritualmente leyendo todos los estudios Bíblicos de esta web, en
orden espiritual en El Camino a
Dios.
Bienvenido a la Iglesia y Dios
le bendiga
en su nueva vida en Cristo por Su
Santo Espíritu, en el nombre de
Jesucristo, amén.
Hallelu-Yah.
|