EL VERBO DE DIOS
EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD
©
Carlos Padilla, Navidad 2011
Jesucristo,
nuestro Señor, quien nació en aquel humilde portal de Belén, vino para quedarse
entre nosotros para siempre. Si bien se encarnó en un cuerpo humano que vivió,
murió, resucitó y ascendió, Sus Palabras son definitivas: "...He aquí que
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo... y ...Ahí
donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos...
Mateo 28:20 y 18:20." En efecto Jesucristo está con nosotros porque vive, de
lo cual damos testimonio miles de millones de cristianos, a dos mil años de
aquellas Palabras. Pero también el Verbo está entre nosotros en forma de Libro
Sagrado, la enciclopedia de Dios contenida en La Biblia, y éste es el mejor
regalo de Navidad, hasta Su venida, porque este Libro Sagrado nos habla, está vivo, ¡deje
que hable por Sí mismo!, regale una Biblia por Navidad. ¡Feliz Navidad!.
Jesucristo nos es presentado por Juan como el Verbo de Dios: "En el principio era el Verbo;
y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios." Juan 1:1. "...Todas las
cosas por Él fueron hechas..." Juan 1:3. "...Y el Verbo fue hecho carne y habitó
entre nosotros..." Juan 1:14. Estas Palabras tan relevantes y reveladoras para
la humanidad van de la mano de las siguientes: "Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna". Juan 3:16.
El
Verbo "Logos" nos introduce en dos revelaciones de Dios imprescindibles para la
humanidad: Su Hijo en persona, como Hijo del Hombre e Hijo de Dios que nació en
Belén, y por otra parte La Biblia. El Verbo es Jesucristo, y el Verbo es La
Biblia, la Palabra revelada por el Espíritu de Dios a la humanidad.
Cuando abrimos la Biblia, abrimos la mente de Dios. Por eso el
mejor regalo que le podemos hacer a una persona es presentarle a Jesucristo
hablándole de Él, de nuestra relación personal con Él, de Su amor, de la
Salvación por Su obra en la Cruz. Pero hay otra cosa que va de la mano, y es
presentarle La Biblia de forma que pueda recibirla como un regalo, no ya
nuestro, sino del mismo Dios, pues esto es lo que es La Biblia, un regalo del
que disfrutamos a diario, en la presencia de Dios.
Es
por ello que en esta Navidad escribo de la maravilla que es el Verbo de Dios
vivo, impresionante, vivificante, espiritual, transformador, poderoso,
revelador, a través del gran privilegio de poder leer La Biblia en cualquier
momento, y escuchar a Dios hablarnos de todos los temas de la vida, aquí en la
tierra, personales, religiosos y espirituales. Si nos damos cuenta, ninguno de
los redactores de esta magnífica enciclopedia y biblioteca de libros sagrados que podemos
llevar en una mano, en un solo libro, o también hoy en formato digital, tuvo la
posibilidad de tener disponible para ellos lo que para nosotros es cotidiano.
Así es que regalemos amor de Dios y La Biblia por Navidad.
LA
GARANTÍA DE QUE DIOS ES EL AUTOR DE LA BIBLIA
El Verbo es el Hijo
y la Escritura, de las dos formas accedemos a Jesucristo, que nace en nuestro
corazón por la fe. Existen dos garantías que emanan de la propia Biblia, de que
es de la procedencia de Dios. La primera es la que emana de los
Textos; su historicidad, su
profecía y su mensaje. No existe una enciclopedia o biblioteca de libros más antigua,
coherente, histórica y fehaciente que
La Biblia. La continuidad
de todos y cada uno de los libros entre sí, con siglos de diferencia, no tiene
parangón en la historia. Desde los orígenes hasta el fin, desde Dios y el hombre
hasta la ciencia, la fe y la razón, todo está abarcado por el Verbo revelado.
Las profecías, todas de
impecable cumplimiento, algo exclusivo de la Biblia, de forma matemática, y las
que están por cumplirse, se van componiendo ante nuestros ojos en las noticias
de acontecimientos finales. Y los más importante, Su mensaje de esperanza, de perdón, de
amor de Dios y de misericordia, redención y resurrección de los muertos para el
Reino de Dios, eterno, y de plenitud de felicidad de aquellos que creen en el
Verbo de Dios y Su obra en Jesucristo, Su Hijo eterno.
La segunda es el
efecto transformador que hace en todas aquellas personas que la leen y reciben
con fe en Dios, por ese mensaje que contiene:
El Evangelio, el nacimiento de
nuevo del Espíritu, el cambio de sentimiento, de forma de vida, los cuales no se
producen en aquellos que se acercan al Texto Sagrado con prejuicios enemigos,
para los cuales la misma Biblia dice en Génesis 3:24 que Dios puso querubines y
una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino al
Árbol de la
Vida, Jesucristo.
En cuanto a la
autenticidad, contamos con la obra de copistas cristianos inspirados por su fe,
mucho más diligentes que los paganos, porque los primeros tenían temor de Dios y
amor a Dios. Autoridades en la materia como Sir Frederik Keyon, director en su
tiempo del Museo Británico, explica que los Textos que tenemos, entre más de 4000
copias, como el Nestle, son prácticamente idénticos a los autógrafos de los
Apóstoles y Evangelistas. Es en el Museo Británico que se encuentra el Códice
Sinaiticus; y por otra parte el Vaticanus, en el lugar de su mismo nombre. La colección Chester Beatty copiados en el siglo III,
o los fragmentos del Evangelio de Juan del siglo II en la biblioteca de John
Rylands, en Manchester.
No existen en la historia de la humanidad obras más
documentadas que el N.T. y en especial los cuatro Evangelios. Pero son los
Padres de la Iglesia del siglo I y II, quienes conocieron a los Apóstoles y
quienes usaron y mencionaron sus obras como Sagrada Escritura los que aportan
una vivencia humana histórica. Papías, discípulo de S.Juan, siglo II, Ignacio de
Antioquia de Siria 115 dC., Policarpo de Esmirna 156 d.C. Justino Mártir
150 d.C. Fragmento Muratoniano. Taciano, 170 d.C. y su Diatessaron. Ireneo de
Lyon, discípulo de Policarpo "Contra Herejías". Pero por mucha evidencia que
aportemos, será solo una actitud humilde y reconciliadora ante Dios, la que hará
que Él mismo nos demuestre por Su Verbo y Su Espíritu, que es de Su procedencia,
y que es infalible. ¿Cuántas veces durante la historia se ha puesto en duda la
Biblia por los ateos y a los pocos o muchos años, la arqueología o la ciencia
han demostrado que era verdad? y ¿cuántas cosas que creemos estar mal, han sido
demostradas como correctas por falta de conocimiento?. Este es el reto, la Verdad
Bíblica, y está al alcance de todos, más
allá de la apologética de la
Biblia, se alcanza con un corazón limpio delante de Dios, como el mismo Señor
predicó en el Sermón del Monte en Mateo 5: "...Bienaventurados los de limpio
corazón, porque ellos verán a Dios".
LOS EVANGELIOS. ¿POR QUÉ CUATRO?
El trasfondo de los Evangelios
nos lleva a la historia
del cristianismo que está fundamentada en los Evangelios,
además de Hechos, las cartas de los apóstoles y Apocalipsis. Los Evangelios,
además de la historia de los hechos del Señor Jesucristo, Su nacimiento y vida,
ministerio, mensaje, milagros, experiencias espirituales, pasión y resurrección,
contienen un trasfondo que para la mayoría de lectores pasa desapercibido y que
emana como aguas vivas de la fuente divina, una vez profundizamos en ellos por
su estudio.
Qué duda cabe que
para ello contamos en nuestra época, casi dos mil años después, con fuentes de
todo tipo, las más doctas y más fidedignas, y con tecnologías que la exponen a
todo el mundo a través de Internet en todas las lenguas vernáculas, propósito de
la Reforma Protestante. Y precisamente del concepto
del libre
examen
de la Reforma Protestante, que podemos descubrirlas,
el cual no debe confundirse ni admitirse como libertinaje interpretativo; la
Biblia se interpreta a sí misma, no al gusto de algunos. Éste incluye el estudio de los Textos en lengua
original, griego koiné, y la versión hebrea o aramea del Evangelio de Mateo, que
proclaman algunos Judíos Mesiánicos, argumentando que luego fue traducido al
griego. Además de fuentes contemporáneas nos aportan otras como el documento Q,
del que comentaremos si podemos comprobar su veracidad y existencia para
estudiar el problema sinóptico, así como otras que pudieron formar parte de los
dichos, hechos y enseñanzas del Maestro, el Hijo de Dios encarnado.
Si bien el Nuevo
Testamento se divide en tres categorías literarias: histórico, epistolar y
profético, los cuatro Evangelios abarcan casi la mitad y junto a Hechos un 60
por ciento. Desde luego que podría haber habido un solo
Evangelio, pero ahora que estamos en la era del 3D y de lo multidimensional, comprendemos
mejor aun porque Dios nos presenta la mayor y más importante historia para la
humanidad, la de Su Hijo Jesucristo en cuatro dimensiones, o como diría Ernesto Trenchard en su libro "Introducción a los Cuatro Evangelios" ...como una
fotografía de frente, de cada lado y de atrás... Si analizamos brevemente
cada uno de los Evangelios comprobaremos que el trasfondo es de gran riqueza,
tanto histórica como espiritual, como el paralelismo entre los Evangelios y los
cuatro seres vivientes del libro de Ezequiel 1:5ss y los cuatro querubines de
Apocalipsis 4:7ss. Encontramos representado en el escudo diseñado por Ireneo de
Lión sobre el 120 d.C. tras formar el Canon Bíblico, que después
reinterpretarían Agustín de Hipona y Jerónimo. Según el carácter de cada
Evangelio interpretan cada una de las figuras simbólicas. El hombre, es Mateo en
Ireneo y Jerónimo, pero para Agustín es Marcos. El león, para Ireneo es Juan,
para Jerónimo es Marcos pero para Agustín es Mateo. El buey, es Lucas para los
tres. Y el águila, es Marcos para Ireneo, pero es Juan para Agustín y Jerónimo.
¿Quién llevaba razón?.
Mateo, discípulo
directo de Cristo, publicano,
el recaudador de impuestos romanos en
Israel, en Capernaum, llamado a seguirle y de quien los
Judíos Mesiánicos defienden que escribió en arameo o hebreo, muestra al
Mesías-Rey (el león). El León de la tribu de Judá porque está dirigido a los
Judíos, para mostrarles que Yahshua es el Mesías esperado y profetizado en el
Antiguo Testamento. Rechazado por la nación y crucificado, el Rey dejó vacía su
tumba y dio el Mandamiento de la Gran Comisión.
Genealogía completa de Jesús (1:1-17). Mateo escribió
dos veces, una en arameo y otra en griego. El
famoso “Reino de los Cielos” es exclusivo de Mateo en el NT referida en Daniel
2:44 y 4:37, debido a que los judíos no usan “Dios” por respeto en la Torá, pues
a los judíos se dirigía. Los demás Evangelios usan Reino de Dios. Palabras
clave: Cumplimiento, repetida con frecuencia sobre el cumplimiento en Cristo de
las profecías mesiánicas. Reino, aparece 50 veces y Reino de los Cielos 30.
Jesús como Rey, 2:2; 21:5; 22:11; 25:34; 27:11, 37, 42.
Mateo como autor viene de los primeros padres (Papías). Leví o también
MattithYah (don de Yahweh), como judío educado era bilingüe, clave para redactar en
las dos lenguas, para judíos de Jerusalén y para los de la dispersión en griego.
Su redacción se estima anterior al 70 d.C., porque no menciona la destrucción
del Templo, pero sí la profecía de su destrucción hecha por Jesucristo en Mateo
24. Redactaría entre Palestina y Siria, seguramente
Antioquia. Cubre desde el nacimiento de Jesús hasta Su ascensión al encomendar
la Gran Comisión, 33 d.C.
Marcos, discípulo
de Pedro, muestra al Siervo de Dios (el buey). El Siervo del Señor que vino a
servir dando Su vida por nosotros. Dirigido presumiblemente a los romanos, es el
más corto de los cuatro Evangelios y se concentra en la Pasión de Cristo.
Juan Marcos, Yohanan (hebreo: Yahweh ha hecho
gracia) y Marcus (latín: gran martillo), hijo de María, Hechos: 12:12, primo de
Bernabé, Colosenses 4:10. Como autor de este Evangelio, emana de fuentes
internas y externas. Era uno de los doce, escribe en Roma, según la tradición,
con detalles que solo él y Pedro verían. Judío de clase acomodada. Su madre
tenía la casa de Jerusalén de la Santa Cena, primer lugar de congregación de la
Iglesia. Su redacción se estima en vida de Pedro, o justo después de que muriera
mártir entre el 50 y el 68 d.C. según antiguos rollos de
la cueva 7 de Qumrán. Tampoco menciona la destrucción del Templo, pero sí la
profecía de su destrucción por Jesucristo en Marcos 13:2. Sin genealogía de Jesús,
porque no está dirigido a los judíos y no tiene que demostrar su ascendencia
étnica. El Evangelio más corto de los cuatro. Se centra en las obras
maravillosas del Señor. Muchos toques personales: con las fieras (1:13). A
quienes apellidó “Boanerges” 3:17. Jesús se indignó 10:34, etc. Expone
sentimientos humanos de Jesús, no solo su divinidad: su decepción 3:5; cansancio,
4:38; afecto, 10:21, etc. Diecinueve milagros. Ocho sobre Su poder sobre
enfermedades, cinco sobre la naturaleza, cuatro sobre demonios.
Cubre desde el ministerio de Juan el Bautista hasta la ascensión de Jesús tras
la Gran Comisión, 33 d.C.
Lucas, el médico
de Pablo muestra al Hijo del Hombre (el hombre). Muestra la verdadera humanidad
del Señor, los milagros de sanidades en especial. Escribe a los Gentiles, usa la
filosofía griega igual que al escribir Hechos. Lucas,
“gr. Loukas, latín Lucanus”. “El médico amado” amigo de Pablo,
Colosenses 4:14, Filemón 24, es
autor de este Evangelio, y de Hechos. De Antioquia, Siria según la tradición,
educado y docto médico griego. Su redacción entre Cesárea y/o Roma se estima
entre el 57 y el 59 d.C.; no menciona la destrucción del Templo, sí como profecía de
Jesucristo, en Lucas 21. Lucas es el Evangelio de la gracia universal de Dios y del Hijo del
Hombre (2:32; 6:20). Jesús es el enviado de Dios que cumple las profecías sobre
Él en Moisés, los Profetas y los Salmos. Muestra a Israel como el tiempo de la
promesa, hasta el ministerio y pasión del Señor Jesús como el tiempo de Cristo,
que abre el tiempo de la Iglesia con la obra del Espíritu Santo. Parábolas
exclusivas como “El Amigo Inoportuno” (Lc. 11:5-13) o “El Juez Injusto” (Lc. 18:
1-8) con énfasis sobre Jesús y la oración, ejemplo a seguir al orar siempre que
ha de enfrentarse a eventos relevantes (Lc. 3:21; 5:16; 6:12). Honra a la mujer
(23:27). Usó muchas fuentes, dice, al inicio de su Evangelio únicas al NT. 250
versículos en común con Mateo, no con Marcos, nos devuelve a la fuente “Q”. Su
excelente griego, ideal para gente culta de su época, inspiran el arte y la
música cristianos, (el Mesías de Hendel) o pinturas. La fuerza dramática de sus
relatos y su universalidad. El orden y la perfección de la estructura de este
Evangelio es una obra clásica calificada “el libro más hermoso que jamás se haya
escrito”. Textos como “Buena voluntad para con los hombres” en lugar de los
judíos (Lc. 2:14), “Luz para revelación a los gentiles” (Lc. 2:32) y la
genealogía del Señor hasta Adán, no hasta Abraham, muestran hasta que punto
Lucas tiene en mente a todas las naciones, que expone, como único Camino de
Salvación a Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, creador del mundo.
Abarca del nacimiento de Juan el Bautista hasta la ascensión de Jesús tras la
Gran Comisión, 33 d.C.
Juan, es el
discípulo amado, y muestra al Hijo de Dios (el águila) porque se centra en el
Espíritu Santo, en la deidad de Jesús, como Hijo Eterno de Dios. Habla del nuevo
nacimiento del Espíritu, de la trasformación interna del creyente y resalta los
milagros y el mensaje de la vida espiritual. Juan, (gr.
“Ioannes, hebreo Yohanan”,. El “discípulo amado” (Juan 13:23), es el autor del
cuarto Evangelio, (no sinóptico), tres cartas y Apocalipsis. Era de Betsaida,
Galilea, hijo de Zebedeo, pescador, y de Salomé, de familia acomodada, tenía la
casa en que solía quedarse Jesús. Educado y conocido del Sumo Sacerdote.
Discípulo de Juan el Bautista. Redactó sobre el 95 d.C. o antes del 70
d.C..
Es para muchos el libro más profundo y espiritual de la Biblia. Para
Calvino es la llave que abre los otros tres. Cristo da una revelación más
completa de Sí mismo y de Dios, atributos, divinidad, obra del Espíritu Santo.
Su comisión divina. La paternidad de Dios. Más de la mitad la dedica a Cristo,
su vida y últimos días. Sólo en Juan: Nicodemo, la Samaritana, judíos en la
Fiesta de Tabernáculos, la parábola del buen pastor, instrucciones a sus
discípulos y oración de intercesión en 17. Santa Cena, jueves o miércoles: Gran
Sábado solemne anual.
Creer. El
Verbo era Dios. Nacer de nuevo. Los Yo soy de Jesús. La plenitud. Sois luz. Ríos
de agua viva fluirán de vuestro interior. El Cordero de Dios. El Espíritu Santo
y su obra. Amor, Nuevo Mandamiento. Apacentar, pastorear corderos y ovejas del
Señor por amor a Él. Abarca del ministerio de
Juan el Bautista a las apariciones de Jesús a los discípulos, tras Su
resurrección, antes de Su ascensión Juan 21., 33 d.C.
Los tres primeros
Evangelios fueron escritos con anterioridad al 70 d.C. porque no mencionan
un
acontecimiento tan relevante como fue la destrucción del Templo por las tropas
romanas de Tito, siguiendo la profecía de Jesús en Mateo 24. Juan podría también
serlo, pero se acepta antes del 100 d.C. Los cuatro Evangelios, además, muestran
los cuatro pilares de la gracia de Dios en Cristo por su carácter divino:
Soberanía y humildad, humanidad y deidad.
El problema Sinóptico:
Aunque los cuatro Evangelios incluyen el mismo
mensaje, el Evangelio, cada uno de ellos está dirigido por un propósito, pero
son los tres primeros los que parecen compartir una fuente común, Mateo, Marco y
Lucas son los llamados Evangelios sinópticos, “ver juntos”. Estos comparten la
exposición de la vida de Jesús, la materia que exponen y su orden.
Existen varias
teorías al problema sinóptico. El llamado protoevangelio, que sería un documento
perdido, del que todos los apóstoles tomarían la información. Otra que presenta
a Marcos o a Mateo como el primero y fuente de Marcos y Lucas. La más fiable,
según los eruditos, es la llamada Fuente Q. Cesar Vidal en su libro “El Documento
Q” expone esta fuente como plausible además de otras dos posibles llamadas M y
L. La tradición judía era trasmitir oralmente, además de por escrito. Lo lógico
sería que un documento incluyera las doctrinas de Jesús como Maestro a toda la
comunidad. Otra fuente podría contener hechos, milagros. Todos podrían ser del
conocimiento común de Israel y de la Iglesia primitiva. Sería el Espíritu Santo
quien inspiraría a cada uno a realizar lo que finalmente sería una obra
entrelazada y complementaria uniendo los cuatro Evangelios para la Iglesia como
cuatro piezas de un rompecabezas, que encajan entre sí y dan las respuestas a
los cuatro enfoques a los que están orientados, para la evangelización de la
humanidad. Sea como fuere, lo que radia claridad es el propósito de Dios que
inspiró a los autores de estas cuatro joyas de la cristiandad, junto a Juan para
construir la base de los cimientos del cristianismo. Cuatro pilares
fundamentales sobre los que se asientan dos mil años de Evangelio que sigue
transformando las vidas de aquellos que reciben la fe por el oír, y el oír por
la Palabra de Dios expuesta en estos cuatro Evangelios canónicos, el Verbo que
se hizo carne y habitó entre nosotros, y todos los que Le reciben son hechos
hijos de Dios. Juan 1:1 y 1:12.
EL
CANON BÍBLICO
Como venimos
diciendo, La Biblia, no es un libro, sino una enciclopedia, una biblioteca de
libros concentrada en un formato único para nuestra comodidad, gracias a la
imprenta. Pero hasta Gutenberg los libros eran copiados por escribas,
pergamino a pergamino, manuscrito a manuscrito. Y esto no es todo. En los tiempos de Moisés y Aarón,
las Tablas de Piedra contenían el Decálogo. Luego la Ley fue escrita en los
rollos de piel de animal y enrollados en preciosas varas en cada extremo, estaban en poder de los sacerdotes o en las sinagogas. Mas tarde
se comenzaron las copias en pergaminos, hasta llegar al papel.
El Canon Bíblico
consta pues de dos partes, una para cada Testamento. Los Padres de la Iglesia
concluyeron qué libros contiene en N.T. en La Biblia. Pero lo que está claro es que no aceptamos los 27 libros del N.T. como canónicos solo porque sea el fruto de los concilios, y producto de la
defensa de la sana doctrina, sino porque además emana la huella inconfundible del Espíritu
Santo en su autoría. Por otra parte, la diferencia con las Biblias católicas y
las protestantes es
la añadidura en las primeras al A.T. de libros históricos no inspirados, no reconocidos por
los maestros rabinos ni por los maestros cristianos. Debemos dar crédito a los
judíos en el A.T. y a los cristianos en el N.T. Es de este modo que obtenemos los
libros en las Biblias protestantes, esto es: 39 del A.T. y 27 del N.T. total 66.
La Biblia
Hebrea, el Tanach solo contiene el A.T. la
dividen en 3 partes: La Ley en El Pentateuco, la Torá.
Los Profetas. Y los otros Escritos que
incluyen los Salmos y Proverbios. Los Profetas se clasifican en mayores y
menores. 24 libros agrupando varios que
no son otra cosa que los 39 canónicos para judíos y protestantes. Muy revelante mencionar que el A.T. contiene la Ley de Dios, que incluye
los 10 Mandamientos. La historia de la creación, que cada vez es más defendida
por la ciencia y el diseño inteligente por científicos de las mejores
universidades del mundo. Los planos del arca de Noe, que podría construirse hoy
idénticamente y con los mismos materiales. La vida de Abraham, Isaac y Jacob, y
la historia de José en Egipto. Moisés y la salida hacia la Tierra Prometida. La
arqueología del reino de David. Los planos del Templo de Jerusalén, y la
Constitución del Estado de Israel.
Los libros de la
Biblia cristiana se decidieron por su autoría apostólica, bien por se escritos
directamente por los apóstoles del Señor, o por la cobertura de autoridad de
alguno de ellos. Todos son inspirados por el Espíritu Santo, todos son
coherentes en las doctrinas que presentan, en sus profecías, en sus menciones de
la enseñanza de Jesús, en los milagros que narran y de las personas que hablan.
En todas las Biblias cristianas por lo tanto, protestantes y católicas, los 27
libros del N.T. son los mismos y en el mismo orden y con los mismos Textos. Es
por ello que otros libros de otros autores, incluso llamados evangelios
apócrifos no son incluidos por nos presentar la misma inspiración y coherencia,
sino que se contradicen; estos no son parte de la obra del Verbo de Dios.
El N.T. por su parte
incluye la historia del Verbo encarnado, el nacimiento del Hijo de Dios en la
tierra habiendo venido desde el Cielo. El Evangelio, la Buena Nueva de la
Salvación de Dios por la fe en la obra de Su Hijo en la Cruz, por nuestro
arrepentimiento y nuevo nacimiento del Espíritu de Dios. El anuncio del Reino de
Dios por la eternidad. Los cimientos de la vida cristiana y de la Iglesia que
han avanzado por 2000 años, desde los apóstoles. Las profecías de los últimos
tiempos de Apocalipsis. El regreso de los judíos a Israel y la oposición de
todas las naciones. El regreso de Jesucristo desde el cielo y todo ojo Le verá,
la resurrección de los muertos y el arrebatamiento de la Iglesia. Toda una obra
de orfebrería espiritual, de arquitectura profética, de ingeniería del Espíritu
Santo a lo largo de los siglos.
CÓDICES Y MANUSCRITOS. LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO EN QUMRÁN. LA FUENTE Q.
La pulcritud del
método de los escribas del A.T. era tal, que contaban las letras de cada copia.
Si había un solo fallo, un manchón del tinta, un error o una letra de más o
de menos, era enterrado o quemado. Del mismo modo el celo del Espíritu de los
copistas del N.T. hacía que esa herencia fuese trasmitida.
La versión
Septuaginta, o de los setenta, se realizó de las Escrituras hebreas del A.T. al
griego en el 250 a.C. en Alejandría. El Códice de Leningrado, el Texto
hebreo del A.T. masorético más antiguo del siglo X d.C. Los Códices más antiguos
de la Biblia completa son el Sinaítico, siglo IV, Museo Británico; el
Alejandrino, en el V, y el Vaticano, también en el IV.
Los Manuscritos del
Mar Muerto en Qumrán, han sido un hallazgo de incalculable valor para los
tiempos que corren, en los que acontece, tal y como las profecías ya
anticipaban, que el ateísmo, la apostasía y la lucha contra el cristianismo
están patentes. Los manuscritos se conservaban en vasijas grandes y guardaban en
cuevas, para librarlos de los cambios de temperatura, humedad y exposición a la
luz. Aportan información de incalculable valor, tanto para el A.T. como para el
N.T. Las fechas de los Manuscritos de Qumrán entre el 200 a.C. y el 70 d.C.
La Fuente, o
Documento Q, como documenta Cesar Vidal en su libro del mismo nombre, "...se trata de
una fuente escrita, compuesta en su mayor parte por dichos de Jesús aunque
también contiene algún relato de sus hechos, que constituyó el primer Evangelio
del que tenemos noticia con certeza y que fue utilizada por los evangelistas
Mateo y Lucas para la redacción de sus respectivos evangelios canónicos. El
término Q deriva de la palabra <Quelle> (fuente, en alemán)." Si los
descubridores de esta fuente llevan razón, no sería nada sorprendente dentro del
mundo judío recopilar y distribuir entre la Iglesia primitiva aquellas
enseñanzas y hechos del tan esperado Mesías. La riqueza que significa que los
cuatro evangelistas concordaran en la misma fuente y utilizaran y añadieran lo
que el Espíritu Santo les indicara, junto a sus propias vivencias y objetivos
del Evangelio particular de cada uno, como hemos visto en el apartado anterior,
no hace más que corroborar la garantía y procedimiento fidedigno que los
escritores de la Biblia han seguido desde las primeras palabras reveladas por
Dios al hombre.
VERSIONES EN ESPAÑOL
En el Escorial se
tradujo la primera Biblia al español, la versión Alfonsina, en la que trabajaron
judíos no conversos y conversos, siglo XIII. La Biblia de Alba, y la primera
traducción directa del griego de parte del N.T. en 1450 por Martín Lucena,
patrocinada por el marqués de Santillana. Tras esta la versión del A.T. Biblia
de Ferrara al ladino, hebreo español en 1533. Cabe mencionar que el cardenal
Cisneros en su empeño por la cultura conseguiría en 1517, año de su muerte, que
la Biblia Políglota Complutense fuese acabada. El Texto se presentaba en varias
columnas en latín, hebreo, arameo o griego según fuera A.T. o N.T., memorable
obra en la Universidad de Alcalá de Henares o Complutense. El Nuevo Testamento
de Francisco de Encinas del griego en 1543, dedicado al emperador Carlos V,
prohibida por ser reformado el traductor. Tras otras, la Biblia del Oso la
primera completa al español de los dos Testamentos desde lenguas originales por
Casiodoro de Reina, Basilea, Suiza 1569. Le seguiría Cipriano de Valera en 1602
quien durante veinte años revisó y comparó la obra de Casiodoro. Sucesivas
versiones hasta llegar a la más popular Reina-Valera de 1960.
Las versiones
católicas más relevantes han sido la de Torres Amat procedente de la Vulgata
latina, y a partir del Decreto de la Inquisición salieron a la luz obras de fray
Luis de León y otros hacia el 1800. Como llevaban cuatro siglos de retraso en el
siglo XX se edita la versión Nácar-Colunga 1944, otras como Bover-Cantera,
Biblia de ediciones Paulinas, o la de Herder. Por último la versión secundaria
de la versión francesa, Biblia de Jerusalén. Otras versiones populares
evangélicas son la traducción de la Biblia de las Américas, y la Nueva Versión
Internacional. El empeño en modernizar los Textos a un lenguaje más actual
todavía no ha dado el fruto esperado por las Sociedades Bíblicas y otras
entidades editoriales. Pueden ampliar información en el Nuevo Diccionario
Bíblico Ilustrado de Vilá y Escuaín, de
Editorial Clie. De todas
ellas recomiendo Reina-Valera de 1960, lástima que el nombre de Dios no haya
sido Yahweh en lugar de Jehová, influidos por la tendencia reformadora de la
época. Lealas todas en nuestro enlace a través de Bible Gateway o Sociedades
Bíblicas: La Biblia.
SALUDO DE NAVIDAD
La Biblia es cada año
el Best Seller en todo el mundo, en todos los idiomas de la tierra. No
hay un mejor libro para regalar, no importa la edad, pues hay formatos para
todos los gustos, o en enlace de Internet, o en formato digital o en aplicación
para smartphone, pero es Su contenido, vivo, el que nos adentra en el Reino de
Dios, y por el cual el Señor nos habla.
"...Mas la Palabra del Señor permanece para siempre..." 1Pedro 1:25.
¡Regale una Biblia por Navidad! ¡Feliz Navidad!. Amen.
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