CAMINO A BELÉN
...Noche de paz, noche de amor... La ciudad
del Gran Rey, la ciudad que simboliza nuestra alma; Belén de
Judá. También conocida como Efreta, "fértil". Conocida
internacionalmente por su nombre hebreo Bethlehem; significa literalmente "casa de pan", el pan del Cielo,
Jesucristo, Jesús de Nazaret, nació en Belén. Aquél pan que nos
alimenta el espíritu eternamente, la Palabra viva de Dios. El pan de la Santa Cena. El
origen de la historia de la vida de Jesús en la tierra comienza en Belén.
El nacimiento más importante de la historia de
la humanidad. El nacimiento que cambiaría para siempre el
destino de los hombres, de aquellos que en Israel esperaban la
redención de Dios, de los que esperaban al Mesías, de los que
creemos en el Hijo de
Dios. El nacimiento de Aquel que hace que nazcamos de nuevo. Todos estos
acontecimientos tienen su principio en Belén, por causa del
empadronamiento, y también, como veremos, por causa de una
fiesta anual de Israel; las dos cosas tienen un significado
espiritual trascendental para nuestras vidas, y para nuestra
fe.
Aconteció en aquellos días que se
promulgó un edicto de parte de Augusto Cesar, que todo el mundo
fuese empadronado. Y José subió de Galilea, de la ciudad de
Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por
cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado
con
María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y
aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su
alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió
en pañales, y lo acostó en un pesebre. Así nos cuenta el
Espíritu a través del Evangelio de Lucas, capítulo 2
una de las causas por las
cuales Jesús nació en Belén cumpliendo la profecía sobre el
lugar de Su nacimiento.
Cuando me hallaba orando en estos días,
preguntándole al Señor sobre la época de Su nacimiento, lo que
vino a mi mente fue la fiesta de los Tabernáculos.
Inmediatamente me puse a buscar en la Biblia
los datos que podría encontrar al respecto. Estos datos
parecen reflejar que del mismo modo que Jesús murió en la fiesta
de la Pascua, y resucitó en la fiesta de los Panes Sin Levadura, su nacimiento,
también sería en una de las tres grandes fiestas anuales
del Señor. Pero esto lo veremos más adelante.
Feliz
Navidad porque nuestro Dios
ha enviado a Su Hijo que se ha hecho hombre y ha venido de Su Reino eterno a nuestro
mundo finito. ...Porque un niño nos es nacido,
hijo nos es dado, y
el principado sobre su hombro, y se llamará
su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz... Isaías
9:6.
Del mismo modo que en Isaías, en
Mateo leemos como el ángel instruye a José a llamar al niño
"Emanuel", un
nombre que significa "Dios con nosotros",
la salvación de Dios entre nosotros, Yahshua.
EL EMPADRONAMIENTO ESPIRITUAL
El Cristiano,
simbólicamente en su corazón e íntimamente en su oración con
Dios, también debe ir al
Belén a inscribirse espiritualmente, recibir a Cristo en su
alma, nacer de nuevo del Espíritu. En parábola:
José es nuestra carne, que ha de obedecer al Señor; María nuestra alma,
en la que nace Cristo, la cual ha de ser llevada a Belén para que de a luz en el
lugar profético, para que nazcamos de nuevo del Espíritu Santo.
El significado simbólico del que estoy hablando es nuestra fe, es que hayamos aceptado que,
precisamente, era Yahshua el Mesías, nacido de María y que nació
en Bethlehem hace 2.000 años, el verdadero Mesías, el Cristo
anunciado, y no otro falso cristo en que creamos; y esto lo
digo, porque si entonces hubo falsos cristos, también en estos
últimos tiempos hay y habrá falsos cristos, que pretenderán
seguir luchando en vano por demostrar que Jesucristo no era el
Mesías, como confirman todas las profecías mesiánicas.
Jesucristo es el mismo que murió en la Cruz del Calvario por
nuestros pecados. El mismo que resucitó al tercer día y ascendió
a la diestra del Padre. Él
es el verdadero Mesías, tanto de Israel como de los Gentiles, o
dicho de otro modo, el Salvador de Judíos y de no Judíos.
Este es el simbolismo
imprescindible de que nos inscribamos en Belén de Judá
espiritualmente en el espíritu de nuestra mente, para hacernos
uno con Cristo en el cumplimiento de la profecía de Su
nacimiento, el histórico en la ciudad, y el espiritual en
nuestra alma. Ir a Belén para nosotros debe ser en nuestra mente
un símbolo de nuestra fe, que nunca dudemos de que Jesús de
Nazaret nació en Belén y que Él es el verdadero Mesías. Cuando
nacemos de nuevo y conocemos al Señor, cuando tenemos una
profunda relación espiritual con Él, ya no hay dudas. Pero antes
de este estado espiritual, la fe es el primer paso, y esa fe
viene por oír el Evangelio del Reino, el cual hemos de predicar
todos los creyentes, y que incluye la fe en el nacimiento de
Cristo en Belén, de la
Navidad en
Belén, en la profecía de Belén que llevará a Sión, en Su venida.
El
empadronamiento espiritual nos enseña dos formas de entender
Belén con respecto a nosotros: Empadronarse uno en Belén y empadronar a Cristo en nuestra alma.
Cada uno de nosotros nos tenemos que empadronar, inscribir en
Cristo, en el Libro de la Vida de Dios, si nuestro nombre no
consta en ese libro no tenemos entrada en el Reino de Dios.
Apocalipsis 21:27. Visto de otro modo, cada uno de nosotros debe
empadronar a Cristo en su alma, la cual se convierte en figura de la ciudad de Belén,
a la cual viene Cristo, como Su tierra.
Cuando uno se empadrona, recibe todos los derechos, pero también
todas las obligaciones. Así es también en el Reino de Dios. Si
recibimos el Evangelio y cambiamos interiormente en nuestro corazón,
también cambia nuestra vida. Los frutos del Espíritu no tardan en aparecer
y es entonces cuando andamos haciendo lo bueno, predicando el
Evangelio, ayudando y compartiendo con los hermanos, en buenas
obras de amor al prójimo, de modo que se vea en nuestras vidas
reflejado el fruto de Cristo en nosotros, porque por nuestros
frutos nos conocerán y porque haciendo lo bueno vendremos a
resurrección de vida.
EL NACIMIENTO QUE CUMPLIRÍA LAS
FIESTAS DEL SEÑOR
Aunque se
celebra el nacimiento del Mesías Jesucristo el 25 de Diciembre,
esta no es la fecha histórica, sino tradicional, la cual fue
impuesta por el papa Julio I en el año 350 d.C. con el pretexto
de que los romanos aceptaran con mayor facilidad la nueva fe,
mezclándola con las fiestas del paganismo que celebraba fiesta a
saturno en el solsticio de invierno. En la Iglesia Ortodoxa se
celebraba la Epifanía el 6 de enero, lo cual compartían muchas
de las iglesias de oriente en los primeros siglos. Todavía se
celebra como la visita de los reyes magos.
Jesucristo nació probablemente en
la fiesta de la cosecha, llamada de las Trompetas o de los
Tabernáculos, que incluía Trompetas, Expiación "Yom
Kippur" y los
Tabernáculos,
cuando todos los Judíos son llamados a Jerusalén por tercera vez
en el año, así como en Pascua y en Pentecostés. El año estimado
por la mayoría de expertos en la datación de tan especial
acontecimiento para la humanidad indican un margen varios años
antes de Cristo, entre el año 6 y el 4 a.C.
que es también el año de la muerte de Herodes, históricamente
datada por Josefo en este año.
Para llegar a la fecha de la fiesta de las
Trompetas o de
Tabernáculos como nacimiento de Cristo, tenemos en la Biblia una
serie de datos que son los siguientes:
En primer lugar nos tenemos que remontar a la
historia de un
sacerdote, pariente de Jesús: el sacerdote Zacarías, el esposo
de Elisabet, los padres de Juan el Bautista, al que muchos
llaman el primo de Jesús. Pues bien, Zacarías era uno de los 24 sacerdotes que ministraban en el templo durante el
año religioso, esto nos recuerda a los 24 ancianos de
Apocalipsis. Esto fue establecido por el rey David, 1Crónicas
24:10. Aunque tras la destrucción del templo, el exilio en
Babilonia y demás eventos, todo el orden quedó sin efecto, en la
reconstrucción del templo de Herodes, con toda su esplendidez,
el orden sacerdotal de las 24 clases fue restablecido. Este dato
también se ha hallado en Qumrán en los Rollos del Mar Muerto.
El año religioso Judío comienza en Abib, también llamado Nisan
(Semana Santa o Pascua), y se rige por el calendario
lunar. Comienza el día 1 de Abib o Nisan. Había 24 sacerdotes ministrando, dos semanas
al año cada uno, cada seis meses,
lo cual nos da 48
semanas. A estas semanas hemos de añadir las 3 semanas de las tres grandes fiestas que no cuentan para el
turno de los sacerdotes y en las que todos los sacerdotes
ministraban juntos. Esto nos da un año de 360 días, o 51,4 semanas. Zacarías era de la clase de Abías,
como nos indica Lucas 1:5.
Su turno era el octavo, según leemos en 1Crónicas 24:10. En su
primer
turno, en el orden del año religioso de Israel, coincidiría con la semana
de Pentecostés. Los sacerdotes se quedaban dos semanas,
y luego volvían a sus casas. Pero en las tres grandes fiestas,
venían todos a ayudar. Estando él con los demás sacerdotes le tocó en
suertes ofrecer el incienso y
...toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del
incienso... Lucas 1:9. La multitud está cuando hay una fiesta
importante. En el otro turno de Abías no habría multitud
esperando fuera porque no era una de las tres grandes fiestas.
Pero la clave sobre en qué turno sería nos la darán los pastores
con referencia al nacimiento del Mesías, pues nacería seis meses más tarde
que Juan, lo cual veremos más adelante.
Zacarías regresaría a su casa tras su servicio en
el templo y Elisabet concebiría a Juan el Bautista. Esto sería
en Siván, a mediados de
Junio, lo que nos lleva nueve meses más tarde a su nacimiento en Pascua.
Juan traía el espíritu y el poder de
Elías, como le dijo el ángel Gabriel a su padre, el sacerdote
Zacarías, para preparar el camino del Hijo de Dios.
Jesús, como sabemos, es seis meses menor que Juan en la carne,
como nos muestra el Evangelio cuando María visitó a Elisabet que
estaba embarazada de 6 meses, Lucas 1:26 y María había concebido
recientemente del Espíritu Santo. Eso fue posiblemente en el
mes de Kislev, el 24
del séptimo mes del calendario religioso Judío, y la Biblia
dice que es la fecha en que es puesto el fundamento del templo.
Jesús es la Piedra angular que los edificadores desecharon. Esta
es la fecha de la
fiesta de Hanukkah, cuando se celebra la dedicación del templo a
mediados de diciembre,
es también cuando se celebra la reconquista del templo
por los Macabeos, y que en nuestro calendario actual es el mes
de Navidad.
Nueve meses más tarde estamos en Tabernáculos, a finales de
Septiembre ó principios de Octubre, cuando nacería el Mesías.
José, ese año, por estar María en cinta y en estado avanzado
podría no haber acudido a la fiesta de los Tabernáculos (llamada la
fiesta de los Judíos) a la cual acudiría cada año como buen
Judío. Sin embargo, el acontecimiento que les obliga a ir
incluso con María encinta, es precisamente la orden de
empadronamiento. ¿Casualidad? no existe. Todo era parte del plan
de Dios para con Su Hijo y el cumplimiento de las profecías
sobre Él. ...Nacería en Belén... aunque no vivieran allí, sus
padres tendrían que ir.
Volviendo por un momento a Zacarías, y para estar seguros de que el turno del
sacerdote Zacarías era el primero y no el segundo, necesitamos
otro dato en la Biblia que nos de una prueba sólida. Esta la
encontramos en la historia de
los pastores que van a Belén tras oír
el cántico de alabanza de las huestes
celestiales. Lucas 2:15. En Israel en tiempos de Jesús el clima
en invierno es muy frío, como en el resto del hemisferio norte.
Los pastores guardarían los rebaños en rediles con paredes de
piedra y techados por el frío, no guardarían las vigilias de la
noche. A finales del verano sí es normal que los pastores estén
durmiendo al raso con sus rebaños, haciendo turnos. Es
precisamente después de la fiesta de los Tabernáculos que los
rebaños y el ganado vuelve a ponerse en los establos.
Los pastores son símbolo de los
cuidadores del pueblo de Dios. Estos guardaban las vigilias de
la noche sobre su rebaño, que son símbolo de las almas. Precisamente por
estar trabajando en la obra del Señor, los pastores
espirituales, al igual que aquellos, reciben mensajes del Señor
para alimentar al pueblo; si hubieran estados dormidos no les
hubieran visitado los ángeles de parte de Dios. ...No temáis
porque os ha nacido el Cristo... Lucas 2:10. Este es el buen pastor de las
ovejas, Quien guarda a pastores y a ovejas hasta Su venida en Su
Reino eterno. Y efectivamente encontraron al niño envuelto en
pañales y acostado en un
pesebre,
cumpliéndose las palabras del ángel.
María concebiría pues en lo que hoy es nuestra
Navidad. Si siguiéramos la celebración del nacimiento a la
manera oriental, donde la fecha de nacimiento es la fecha de la
concepción, volvemos a tener diciembre como la fecha de la
Navidad. Lo que hoy día casi coincide con la fecha de Hanukkah.
Los reyes magos, o sabios
de Oriente, vinieron a Belén, a adorar al Señor. Otro símbolo de
la grandeza del Mesías, reconocido en todas partes de la tierra
por aquellos que buscan a Dios y Sus señales. Seguían Su
estrella. Esta estrella coincide con las fechas en las que
varios eventos de carácter cósmico tuvieron lugar, como han
informado varios observatorios astronómicos, entre ellos
la NASA.
La fiesta de la cosecha
con Trompetas y Expiación antes de Tabernáculos, a la que todo
varón debía acudir al templo, ese año coincidiría con el período del empadronamiento del edicto de Roma,
y ese edicto no se pediría en pleno invierno, con los caminos
llenos de barro, lluvia, tempestades y algunas veces nieve. Roma
solía aprovechar las congregaciones de la fiestas para las
recaudaciones de impuestos e imposición de ordenanzas. Estos dos
acontecimientos harían que tanto Jerusalén como Belén, a tan
solo 8km, estuviesen
desbordados en
ocupación, causa por la cual, como dice la Escritura, no hubo
lugar en el Mesón para José y su esposa embarazada. Pero hay
otra causa menos conocida por la cual, como veremos, hace que no
solo ellos, sino muchos, estuvieran fuera de sus casas habitando
en una cabaña o tabernáculo, llamada establo o sukkot.
Espiritualmente,
Tabernáculos sería también la
circunstancia que haría que el Mesías naciera fuera de una casa, lo
que se hace cuando se celebra Sukkot, la fiesta de los
Tabernáculos. Además el nombre que recibe el establo en hebreo
es sukkah, que se usa igualmente para establo y tabernáculo, de
ahí que la fiesta se llame Sukkot, tabernáculo.
Juan 1:14 nos enseña sobre la fiesta de los Tabernáculos
comparando el nacimiento del Mesías como humano, tomando un
cuerpo temporal como el nuestro, para hacernos uno nuevo y
eterno en el
cielo, tras Su obra redentora, dándonoslo en la resurrección: ...Y el Señor se hizo carne y "fijó
tabernáculo" entre nosotros... Normalmente en nuestras Biblias
aparece ...y "habitó" entre nosotros... que es también literalmente correcto, pero
esta forma del verbo en el Texto de la palabra "skene/os", se refiere a habitar en
tabernáculos, y así consta en el Texto Griego, que puede
comprobar el lector en cualquier Nuevo Testamento Griego,
correspondiéndose con el significado espiritual de las fiestas
del Señor. Nuestro cuerpo es el tabernáculo temporal del alma.
el Salmo 133 nos recuerda el espíritu de la fiesta de los
Tabernáculos, vigente en la congregación del aquellos que aman
al Señor hoy y siempre.
José tendría parientes
en Belén. Al viajar allí para el empadronamiento y coincidir con
la fiesta de la cosecha, estarían en Belén justo antes de las
Trompetas y quizá con la intención de subir a Jerusalén una vez
acomodados en Belén. María debió ponerse de parto en estos días,
lo que impidió que fueran al templo y así Jesús nacería en
Belén, conforme a la profecía.
Jesús nació para cumplir
el anuncio, la Trompeta de la Salvación, la Expiación y para
mostrarnos que hace Tabernáculo con nosotros, que habita en
medio de nosotros como Salvador. El significado de las tres
fiestas juntas. Este séptimo mes
del calendario religioso es Tishrei. En él, el sumo sacerdote ha
de entrar en el Lugar Santo con una vestidura blanca en lugar de
su vestidura real de sumo sacerdote. Un símbolo de que Jesús
se quita su ropa Divina para tomar la vestidura de humanidad, y
un símbolo de que el sumo sacerdote se ha de quitar su estatus
ante la presencia del Señor. Jesús es el Sumo Sacerdote eterno
según el orden de
Melquisedec, Génesis 14:17. Salmo 110. Melquisedec, sin
padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de
días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios,
permanece sacerdote para siempre. Hebreos 7:3.
Si el Señor nació en
Tabernáculos, el primer
día de la fiesta,
que dura 7 días, al octavo día sería circuncidado. Pero resulta que ese
día en que sería circuncidado es el día en que se celebra el
regocijo en la Ley de Dios, la Torá, lo que cualquier Judío
reconoce como la celebración de estar dentro del pacto con Dios,
y el Mesías entraría en el pacto en Su circuncisión el octavo día,
el día grande de la fiesta. Nuestros cuerpos son también el
tabernáculo donde nace Cristo cuando Le recibimos como Salvador.
El Señor nace en un
tabernáculo, que es símbolo de nuestro cuerpo, fuera de su reino
celestial. Como la misma Palabra nos dice, y como el mismo Jesús
llamaba a su cuerpo en referencia de ser levantado en tres días
si era destruido. Esta es la alusión a la crucifixión, que los
líderes religiosos interpretaron por el templo de Herodes.
33Y habló
Yahweh a Moisés, diciendo: 34Habla
a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo
será la
fiesta solemne de los tabernáculos a
Yahweh por siete días. 35El
primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis.
36Siete días ofreceréis ofrenda encendida a
Yahweh; el octavo día
tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a
Yahweh; es
fiesta, ningún trabajo de siervos haréis. Levítico 23.
Esta tercera festividad del año se divide en
tres eventos. El día 1 Rosh
Hashanah que es la fiesta de las Trompetas. El día 10 Yom Kippur que es el día de la
Expiación. El día 15 el Shabbat, primer día de la fiesta de siete días de
Tabernáculos. Al octavo es otro Shabbat especial del pacto de la
Ley. 40 días después irían al Templo a la
presentación del niño, conforme a la Ley, coincidiendo de nuevo con
otra fiesta, Hanukkah, la fiesta de las luces en la
conmemoración del templo. Estaban trayendo al Templo a Aquel que
era la
luz del mundo que era Cristo y que venía al Templo, para iluminarlo,
precisamente lo que hacían en las fiestas.
Si el Señor nació en
Trompetas, en Expiación o en Tabernáculos, queda al lector para
que estudie la Biblia y demás fuentes históricas o otra índole y
que ore al Señor. Lo que sí está claro es
que el Señor en Su historia y en Su cometido, está directamente
relacionado con el significado espiritual de las Fiestas del
Señor y vendrá igualmente en una de estas fiestas.
Todas estas
cosas ocurrirían si Jesús hubiera nacido en el tiempo de la
Fiesta de las Trompetas y Tabernáculos. Son muchas
coincidencias, demasiadas diría yo para que fuese esta la fecha,
en lugar de en invierno. Desde luego los datos que hemos visto
parecen no dejar lugar a dudas. Pero de nuevo lo importante es
la obra de Cristo no la celebración de Su nacimiento. No piense
el lector que en algún momento mi intención es la de anular la
celebración del nacimiento de nuestro Señor, ni siquiera de
dejar de celebrarlo en Navidad, pero los datos Bíblicos son
nuestro pan, y el significado espiritual no puede quedar oculto
por la tradición de hombres.
Terminaremos este apartado con una de las vivencias con el Señor
en el Evangelio. Cuando Jesucristo estaba cumpliendo su
ministerio, acudió a la fiesta de los tabernáculos, la de los
Judíos, y en ella, en el último y gran día, el octavo el del
pacto de la Ley, se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como
dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en
él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no
había sido aún glorificado. Juan 7:37.
LA OBEDIENCIA Y LA FE
DE JOSÉ Y MARÍA
José, tantas veces olvidado cuando nos centramos
en la historia Bíblica, el
que sería el padre humano, aunque no natural de Jesús, era sin
duda alguna un hombre elegido por Dios. No solo de la familia de
David, cuya genealogía consta en Mateo 1, sino un hombre justo,
un hombre de fe, y sobre todo un hombre obediente a la voz de
Dios, que no dudaría en cumplir las ordenes recibidas por el
ángel del Señor. Este carácter de José, obviamente esculpido por el
Maestro de todo
carpintero que es el Señor, es fundamental para el
cumplimiento del plan de Dios para con Su Hijo en la tierra.
De igual modo, pero mucho más
conocida, y por parte de la Cristiandad erróneamente alzada a
nivel de diosa y reina del cielo, y al de intercesora, por las
tradiciones de los hombres que tanto denunció el Señor
Jesucristo, y que invalidan el mandamiento; encontramos a la
virgen elegida por Dios. Myriam, también de la estirpe de David,
cuya genealogía consta en Lucas 3, es sin lugar a dudas la mujer
escogida por Dios para encarnarse, una mujer justa, de fe y
obediente a la voz de Dios, su Salvador, que ella misma daría a
luz. Esta circunstancia turbaría a cualquier mujer, pero su
carácter espiritual fue también fundamental para el cumplimiento
del plan de Dios para con Su Hijo en la tierra.
Sin duda alguna estos dos personajes tan
importantes en la historia del Señor, serían los que Le traerían
a Belén, los que genéticamente habían sido guardados por Dios
para cumplir las profecías. Ellos tuvieron la fe inquebrantable,
ellos confiaron en Dios, incluso en la persecución, en el qué
dirán de una pareja que bien podrían haber sido acusados de
desorden pre-matrimonial, pero que fueron justos y piadosos, los
elegidos de Dios para una obra especial. Ellos llevaron a Jesús
a Belén y se empadronaron allí. Del mismo modo nosotros debemos
tener la fe y la obediencia de José y María, para cumplir la
obra que el Espíritu Santo nos encomiende a cada uno, y llevemos
a Jesús en nuestra alma para presentarlo a aquellos que tienen
ojos para ver y oídos para oír la Voz de Dios, en el Evangelio
de Jesucristo para entrar en el Reino de Dios para siempre.
Esta obra honorable, divina, espiritual y
celestial, hecha aquí en la tierra, es nada menos que esa obra
que hace que otro, nuestro prójimo, precisamente por traerle el
mensaje de su salvación, puedan salvar sus vidas hoy, y sus
almas después para la eternidad. Si alguno recibe a Cristo, es
inscrito en la estirpe espiritual que se empadrona en Belén.
¿Obedecerán, pues a Dios y tendrán fe para ir a inscribir a
otros en Belén?
DE BELÉN A SIÓN. JESUCRISTO
CUMPLE LAS PROFECÍAS DE SU NACIMIENTO Y VENIDA EN SU REINO
Cuando Herodes se turbó, al oír
que siendo él, rey, en Judea los sabios de Oriente le anunciaban
su visita porque venían a adorar al rey de los Judíos que
acababa de
nacer, habiendo seguido Su estrella; preguntó a los
principales sacerdotes y a los escribas, dónde había de nacer el
Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está
escrito por el profeta: ...Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no
eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti
saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel... Esta es
la narración que nos aporta Mateo 2, quien escribe su evangelio
enfocado principalmente a los Judíos
con énfasis en el cumplimiento de las profecías mesiánicas,
guiado por el Espíritu.
Un dato relevante sobre la
mentira de Herodes a los magos, nos da una advertencia que se ve
reflejada en la historia tantas veces, igual que hoy, de que
muchos líderes del mundo que dicen que son de Cristo, en
realidad son enemigos de Cristo, solo quieren sacar provecho y
persiguen al pueblo de Dios para tener el poder; por sus frutos los
conoceréis. Pero lo lamentable es cuando vemos a líderes religiosos,
líderes de iglesias
que solo quieren matar la relación directa con Cristo en los
discípulos, para tener ellos el control de sus vidas
espirituales. El Cristiano debe conocer la Palabra de Dios, y
tener una relación personal con Cristo. Un buen
pastor alimenta al pueblo de Dios para que todos vengan a
conocer a Dios y tengan una relación personal como amigos de
Dios, y entre ellos como hermanos y amigos, familia en Cristo; los edifica como templos del Dios vivo
dando libertad a sus almas en el Espíritu, y es precisamente
esta libertad la que hace que se unan los que son verdaderos
hermanos en la fe de Cristo. A Cristo se Le sirve con el
corazón, se da la vida por Él, no por imposición.
Dentro de las muchas profecías
sobre Jesucristo caben destacar las narradas en el Evangelio
según San Mateo:
...He aquí, una virgen concebirá
y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel. Mateo 1:23
de Isaías 7:14.
...Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no
eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti
saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel. Mateo 2:6
de Miqueas 5:2.
...Voz fue oída en Ramá, grande
lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no
quiso ser consolada, porque perecieron. Mateo 2:18 de Jeremías
31:15 sobre la matanza de los niños mártires de Jesús.
...Arrepentíos, porque el Reino
de los Cielos se ha acercado... ...Voz que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Mateo 3:2 y
3:3 de Daniel 2:44 e Isaías 40:3.
Cumpliéndose los ocho días para
circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, que es
Yahshua. Yah es la raíz del nombre de Dios, y Shua, es la
salvación de Yah. Alelu-Yah. Emanuel era pues Jesucristo que venía al
mundo; La Salvación de Dios entre nosotros, como había indicado
el ángel del Señor: Yah-Shua, Hijo de, procedente de Yah-Weh.
Y cuando se cumplieron los días
de la purificación de ellos, conforme a la Ley de Moisés,
esto es, cuarenta días más
tarde, subieron de Belén al
templo, también para presentar al niño primogénito.
En el templo se encuentran a Simeón que esperaba la consolación
de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y el Espíritu
Santo le había revelado que no moriría sin ver al Ungido del
Señor. También estaba Ana, profetisa que hablaba del niño a
todos los que esperaban la redención en Jerusalén. Belén está muy cerca de Jerusalén, a unos 8Km, lo que permitiría
ir al templo y venir en el día.
Otro dato profético en relación
con Belén, Efrata, es la profecía de Jeremías al referirse a
Raquel, enterrada allí, Génesis 35:19 ...Voz fue oída en Ramá,
grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus
hijos, y no quiere ser consolada, porque perecieron. Mateo 2:18.
Una vez cumplida la persecución de Herodes, dando muerte a los
niños menores de 2 años en Belén.
El siguiente acontecimiento fue
que el ángel avisó a José de nuevo para que fuesen a Egipto para evitar
la persecución de Herodes, hasta su muerte. El ángel, estando
ellos en Egipto, volvería
otra vez a instruir a José para que
volvieran, sin pasar por
Jerusalén sino que
regresarían a su lugar de residencia, Galilea, a Nazaret, porque
la profecía dice que el Mesías estaría en Galilea de los
Gentiles, que es la tierra de Zabulón junto a la tierra de
Neftalí entre las que está situada Nazaret, por lo que sería llamado Nazareno. El viaje
a Egipto cumple otra profecía en Oseas 11:1.
Este es el viaje profético del
niño Jesús. Salieron de Nazaret a
Belén, fueron al Templo en Jerusalén, luego a Egipto, y
regresaron a Nazaret. El viaje
profético del nacimiento de Jesucristo, el Mesías. Todo estaba
escrito en la Biblia, la Palabra profética de Dios. Pero hay
más.
Este viaje es
una parábola de la vida que experimentará un discípulo de
Cristo: Saldrá de su vida actual, Nazaret. En ella recibirá la
predicación del Evangelio, será llamado por Dios y concebirá en
su alma a Cristo. Viajará a
Belén donde
nacerá de nuevo del
Espíritu en su alma. De ahí será
circuncidado en su corazón al
ser, éste, cambiado porque era de piedra por otro de carne, en
misericordia y piedad, en amor de Dios. De ahí se es purificado
durante 40 días como el viaje de Cristo y como el de Israel por
el desierto durante 40 años. Durante este tiempo uno es tentado
a dejar la fe por le diablo. Cuando vencemos venimos al templo a
ser presentados a Dios, nos comprometemos a vivir con Él. Es
entonces cuando nuestra vida entra en peligro de muerte, tenemos
que huir a Egipto para evitar que no reine en nosotros el rey
impuesto sino el verdadero Rey que acaba de nacer en nosotros.
Este situación finaliza y volvemos a nuestra ciudad de origen,
donde daremos testimonio de Él en nuestro entorno de vida. Este
es otro cumplimiento profético, pero en nuestras almas, que cada
uno que recibe al Señor cambia en su interior. De esto da
testimonio cualquier verdadero Cristiano durante la historia.
El cumplimiento de la profecía de
la venida de Cristo naciendo en Belén, ha quedado patente en la
historia, conforme a lo anunciado en la Biblia. Es el
cumplimiento de la primera venida de Cristo, del Mesías, del
Salvador de la humanidad, para cumplir la obra de la Cruz en el
Calvario y pagar por el pecado de cada uno de nosotros, dándonos
por la fe en Su obra, entrada al Paraíso Eterno de Dios, tras la
resurrección. Esta es la primera parte, ya cumplida de la venida
del Mesías, como también lo sería otra parte como el Mesías Sufriente
de Isaías 52 y 53, en La Pasión de Cristo
para luego resucitar y ascender a la diestra del Padre. Y nos
queda esperar Su venida en Su Reino, lo cual evidentemente se
cumplirá igualmente acorde con las profecías de la Biblia.
Si esta profecía ha sido cumplida
por el Hijo de Dios, con total precisión, siendo un bebé, así como las demás; alrededor de 300 que
hay sobre Él, de las cuales puede leer una selección de
70 profecías de Cristo en esta
web, ¿Cómo no se cumplirá también la profecía sobre la segunda
venida de Jesucristo para establecer Su Reino cuando venga en
Sión?
Sión el nombre
dado a uno de los montes de Jerusalén, pero también lo es a otros
lugares del entorno de Jerusalén y a la misma ciudad. Por lo
tanto la profecía de la venida del Señor a Sión, como todas las
demás, se cumplirá. Además de que se cumpla, y teniendo en cuenta
que el Señor ha cumplido los grandes acontecimientos en fechas
señaladas de Su Ley y festividades solemnes, cabe pensar que
también volverá en una fiesta de Israel. No piense el lector que
voy a proponer ni el día ni la hora, porque el Señor ya nos
advirtió que nadie lo sabe, más que el Padre. Por ello lo único
que sí quería conseguir es que cada uno estudie las Fiestas del
Señor porque hay un dato que nos muestra que cuando el Señor
venga tocará la trompeta. Ésta, bien puede ser una referencia a
la fiesta de las Trompetas que es la primera de las tres fiestas
del séptimo mes, seguido de la Expiación y de Tabernáculos.
Estas dos ya están cumplidas, solo falta la trompeta. Esta es la
fiesta de la cosecha, cuando venga el Señor a recoger la mies,
Levítico 23:22-25, 1Corintios 15:52, 1Tesalonicenses 4:16 y
Apocalipsis 14:1.
TEXTOS BÍBLICOS DEL NACIMIENTO DE
JESUCRISTO EN BELÉN
MIQUEAS 5
2 Pero tú,
Belén Efrata, pequeña para
estar entre las familias de Judá, de ti
me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas
son desde el principio, desde los días de la eternidad.
MATEO 2
1Cuando
Jesús nació en Belén de Judea
en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos
magos, 2 diciendo:
Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su
estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
3 Oyendo esto,
el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
4 Y convocados
todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les
preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5 Ellos le
dijeron: En Belén de Judea; porque así
está escrito por el profeta:
6 Y tú,
Belén, de la tierra de Judá, no eres
la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un
guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.
7 Entonces
Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos
diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
8 y
enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca
del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también
vaya y le adore. 9
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que
habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando,
se detuvo sobre donde estaba el niño.
10 Y al ver la
estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
11 Y
al entrar en la
casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron;
y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y
mirra. 12
Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a
Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
LUCAS 2
1Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de
Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
2 Este primer censo
se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
3 E iban todos para
ser empadronados, cada uno a su ciudad.
4 Y José subió de
Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que
se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
5 para ser
empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba
encinta. 6 Y
aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su
alumbramiento.
7 Y dio a luz a su
hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un
pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
8Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las
vigilias de la noche sobre su rebaño.
9 Y he aquí, se les
presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de
resplandor; y tuvieron gran temor.
10 Pero el ángel les
dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será
para todo el pueblo:
11 que os ha nacido
hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
12 Esto os
servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en
un pesebre.
13
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes
celestiales, que alababan a Dios, y decían:
14
¡Gloria
a Dios en las alturas, y en la tierra paz,
buena voluntad para con los hombres!.
15 Sucedió que cuando
los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron
unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha
sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
16 Vinieron, pues,
apresuradamente, y hallaron a María y a José, y
al niño acostado en
el pesebre. 17 Y al
verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.
18 Y todos los
que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.
19 Pero María
guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
20 Y volvieron los
pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que
habían oído y visto, como se les había dicho.
CONCLUSIÓN
La ciudad de Belén ha de ser
parte integrante de la historia del Evangelio que predicamos,
por la relevancia de ser la ciudad de nacimiento del Hijo de
Dios cuando se hizo hombre.
¿Se ha empadronado ya en
Belén, la espiritual?.
Curiosamente Jesús no nos pidió nunca que
celebráramos Su nacimiento, tan relevante para nosotros, sino Su
muerte: ...haced esto en memoria de mí... Lucas 22:19. Es en efecto Su
muerte la que conquista la victoria sobre la muerte por causa
del pecado, en la resurrección, dándonos acceso a entrar en Su
Reino por la fe en Su obra.
El hecho de que el Señor haya nacido en tiempos
de una de las fiestas Judías, nos lleva a pensar que vendrá en
otra de las fiestas, así como murió en Pascua, como el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, no impide que
celebremos Su nacimiento en Diciembre, aunque también podemos
celebrarlo en el verdadero tiempo. Más yo insto a mis hermanos a
celebrar Su muerte y resurrección prioritariamente, porque Jesús
no pidió que celebrásemos Su nacimiento sino Su muerte.
Jesús, el Hijo eterno de Dios vino a la tierra y
nació como hombre para que conociésemos a Dios Padre, por eso
celebramos la Navidad con gozo cada año. Antes de ser
crucificado y resucitar, Jesús le dijo a Pilato: ...Yo
para esto he nacido, y para
esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo
aquel que es de la verdad, oye mi voz... Juan 18:37. ¿Oiréis hoy
Su voz? La profecía de Belén, históricamente y espiritualmente, ya se cumplió, y por la fe estamos
empadronados en Cristo. Jesucristo siempre está con nosotros, en
cualquier etapa de nuestras vidas, no importa la edad ni
nuestras circunstancias. Ahora esperemos con paciencia,
trabajando en la obra de la evangelización y las buenas obras,
porque muchos no conocen el mensaje de salvación. Emanuel fue el
nombre dado por el ángel al Señor, y recordémoslo siempre,
significa Dios con nosotros, ...he aquí que estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo, por tanto id y haced
discípulos a todas las naciones... hasta el cumplimiento de la
venida del Rey Yahshua a Sión. Feliz Navidad en la Belén de
vuestras almas. De Belén a Sión. Amén.
©
Carlos Padilla, Navidad 2008 |