JESUCRISTO   LA RESURRECCIÓN VIENE. HE AQUÍ QUE VIENE CON LAS NUBES Y TODO OJO LE VERÁ, Y LOS QUE LE TRASPASARON. Apocalipsis 1:7.

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VASOS DE BARRO -VASIJAS DE DIOS

 © Carlos Padilla,  Junio 2012

 

Jesucristo le habló a Pablo, después de que cayera al suelo y le dijo: ...Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. Él dijo: ¿Quien eres, Señor?. Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tu persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón... Hechos 9:5.

Pablo todavía no había nacido de nuevo, pero era hombre de Dios, un vaso de barro en formación a quien llamaría al apostolado, y ¡vaya si lo cumplió!. Pero antes de ver aquella Luz que superaba a la del sol al mediodía, y que le dejó ciego, Pablo corría a cumplir su objetivo. Un objetivo que para él era la voluntad de Dios, pero que para Dios no lo era, y no porque Pablo no hubiese aprendido bien las Escrituras, ya que lo hizo a los pies de Gamaliel, lo que hoy llamaríamos un catedrático de Teología, donde Pablo se graduó además con una comprensión profunda. Ésta la usaría el Señor para revelarle la verdadera interpretación, que leemos en sus cartas y el evangelio de Lucas. Interpretación que ha sido un don de Dios para toda la Iglesia, y para todo creyente que viene a las Escrituras y que es, por Ellas, transformado en un discípulo de Cristo.

Pero Pablo era un vaso de barro en formación, todavía no había sido acabado ni puesto en el horno para cocerse, en el horno espiritual que es la carga de nuestra propia cruz y que emana de la Cruz de Cristo. Pero Pablo, no solo sería un buen vaso de barro para gloria, sino una vasija de aceite de la unción para la Iglesia hasta el día de hoy, en sus enseñanzas inspiradas por el Espíritu Santo en la Biblia, y por una vida de ejemplo cristiano. Pablo sería instrumento útil y escogido para el Señor. También nosotros podemos ser esos instrumentos que Dios diseña como Alfarero, pero nuestro envoltorio, ese barro, debe ser maleable en las manos de nuestro amoroso Padre.

Vamos a profundizar un poco más en la fabricación de vasos de barro y de vasijas de Dios, para comprender qué poner de nuestra parte para ser vasos para honra y gloria de Dios, para ser discípulos eficaces de Jesucristo. La pregunta es ¿qué tipo de vaso o vasijas somos? la respuesta de la Palabra es: ...Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?... Romanos 9:20. La respuesta individual de Dios está más cerca de lo que pensamos si Le dejamos llenar nuestras almas del Espíritu Santo, y de Su aceite de la unción.

 

DEL TORNO AL HORNO

Por todos es sabido que el alfarero pone el barro en un torno con una rueda que hace girar mientras le da forma al vaso, o a la vasija de barro, Jeremías 18:3. Esa pieza de barro necesita agua para mantener su flexibilidad y recibir la forma que el alfarero quiere. Del mismo modo la vida cristiana necesita el agua viva del Espíritu para ser moldeada. ¡Señor tengo sed de ti!, clamará el alma cristiana. Una vez el vaso o la vasija está acabada es puesta en un horno para que solidifique. Si, como las piezas de barro, en nuestra vida cristiana nos hemos puesto en manos del Señor y nos hemos dejado formar bien, tras salir del horno ya podemos ser útiles para la gloria de Dios. Si por el contrario nos endurecimos y no dejamos trabajar a Dios ni recibimos el agua, tenemos que ser quebrados y amasados de nuevo. Tenemos que ir, como en otra parábola, al taller del carpintero para que repare la madera de nuestra vida, quebrada, astillada, carcomida, para ser cepillados, reparados, encerados, y aplicados el aceite. Y de vuelta al Alfarero, vemos que Dios no pone en el horno vasos o vasijas sin terminar o secas y endurecidas.

¿Cuántas veces vamos en nuestras vidas adelante en nuestros proyectos, con toda diligencia, pero éstos son opuestos a la voluntad de Dios, o no los llevamos a cabo en el tiempo de Dios?, y nos para de golpe, nos tiene que tirar al suelo, o quebrarnos, como hizo con Pablo, como vimos al principio. El cristiano, sin embargo debe velar constantemente "velad sin cesar" en su relación personal con Jesucristo, para que el Espíritu Santo le hable a su corazón y reciba la bendición del Padre, la dirección inequívoca de aquello que hace con su vida. Dios nos pone en el camino de la Gran Comisión si somos utensilios acabados en virtud de poder llevar el agua, el aceite o el trigo. No piense quien no deje a Dios trabajar en su vida que será para usos honrosos.

La obediencia es un pilar fundamental de la relación personal con Dios para llegar a ser vaso de honra. Como Padre nuestro, al que decimos siempre "hágase tu voluntad", es lo consecuente en nuestra relación con Él, hacer aquella voluntad que nos corresponde. Oswald Chambers comentaba sobre el Salmo 25 en referencia a la relación con Dios, como nuestro Padre, que conoce todos los detalles de nuestras vidas, individualmente, se regocija en compartir con nosotros los gozos y las alegrías Suyas, pero ¿Le dejamos que nos hable, o llenamos todo el tiempo con nuestras oraciones?.

Al principio de nuestra vida con Dios tenemos muchas preguntas y súplicas, pero cuando maduramos en la relación, la mayor prueba de amistad con el Señor es compartir nuestros gozos y alegrías, no solo pedir y pedir. Los vasos de barro que somos, aunque frágiles ante la magnitud de nuestro Hacedor, contenemos el agua de vida de Dios, y en esa vida está la amistad con Su Hijo Jesús.

Dios es fuego consumidor, dice la Escritura en Hebreos 12:29, y por lo tanto si hemos sido bien hechos en Sus manos, si hemos buscado nuestro propósito en manos de Dios, a quien podemos preguntar hasta encontrar la respuesta, podremos venir a ese fuego de Su templo, a ese horno de solidificación del barro para bendición que es Su presencia.

 

DEL FUEGO A LA MISIÓN

Como vasos de honra para agua y vasijas de honra para aceite, como en la historia de Elías y la viuda de Sarepta, estamos para llevar estos dones a la iglesia y al mundo, a un prójimo que no conoce a Dios pero que Le necesita, aunque no lo sepa. Así, nosotros estábamos sin Dios en el mundo, pero cuando fuimos llamados, fuimos puestos para honra, para llevar la gloria de Dios en vasos de barro al mundo: ...Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios... Romanos 11:29.

Ahora bien, si no oímos a Dios, si respondemos al llamado de la Gran Comisión una vez somos salvos, tras el nuevo nacimiento, si nuestro envoltorio de barro lo hacemos endurecer se convierte en una vestidura hipócrita, soberbia, contraria a la voluntad del Alfarero, y nuestro Hacedor llegará a quebrar el vaso y desecharlo. En esta línea acusaba Jesús a escribas y fariseos llamándoles ¡hipócritas!, sepulcros blanqueados, que por fuera se muestran hermosos, mas por dentro estaban, y están hoy, llenos de huesos de muertos y toda inmundicia; que limpian lo de afuera del vaso. Generación de víboras, ¿cómo escaparéis de la condenación y del infierno?. Mateo 23. Así también era la predicación de su primo Juan el Bautista, cuando les decía a los mismos: "...¿Quien os enseñó a huir de la ira venidera?..." Mateo 3:7. Esa ira de la que huyen y esa que lleva a la condenación y al infierno, es la que quiebra el vaso de barro endurecido.

Un vaso hecho de barro, pero de otra clase, de otra composición química-espiritual, aunque polvo somos y al polvo volveremos, y el barro es polvo y agua, ese otro barro es el barro del pecado, el fango seco puesto en el horno, pero no en el horno de Dios, sino en el de una vida madurada en la obcecación y la soberbia, lejos de Dios. Una vida que no ha partido del "arrepentíos", sin reconciliación, sin nuevo nacimiento. O incluso algunos que se dicen creyentes, sin leer y estudiar la Biblia, sin oración íntima y profundamente con Dios, sin predicar ni dar testimonio al prójimo, sin buenas obras a su alcance por amor al prójimo, sin convivir con la iglesia, y sin tantas cosas de la vida cristiana. Cuando no se vive la vida que Jesucristo nos enseñó, Dios tiene que quebrar el vaso de barro de nuestro "hombre viejo" y poner nuestra alma en un nuevo vaso de barro limpio que esta vez será puesto en Su horno, tras el arrepentimiento.

Los vasos para ira, son aquellos que se oponen a Dios, los enemigos del Espíritu, los que están a merced del diablo, de su potestad en las tinieblas de este mundo. Sus vidas son para ira porque no obedecen a Dios, pierden el tiempo, viven buscando los placeres de la vida mundana, el dinero, el engaño de una felicidad falsa y temporal, etc. No dudan en hacer daño para conseguirlo, odian, matan, engañan, son fornicarios y adúlteros, idólatras, impíos, inmisericordes, para los cuales la condenación no se tarda. Unas vidas que solo sirven para construir la sociedad impía que vemos a nuestro alrededor, donde abunda el hambre, la injusticia, la falsa religión, la abominación, una esclavitud para la gloria del mundo, no de Dios, una vida en la que solo están fabricando ladrillos para el faraón. Pero esto es lo que éramos todos antes de conocer a Cristo, y por la gracia inmerecida de la misericordia, piedad y compasión de Dios, hemos sido rescatados de otro horno, el del infierno, y hechos hijos de Dios por el poder de la Cruz de Cristo, para Su gloria. Porque antes de ser crucificado y resucitar, Jesús dijo: ...Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo. Juan 16:33.

Así que nosotros somos de los que se dejan formar por Dios, de los que responden a Su llamado, pues el llamado de Dios es irresistible, porque Su amor nos sobrepasa, y porque confiamos por la fe en que Él es nuestro Hacedor. Y la misericordia triunfa sobre el juicio, y esa misericordia está en el corazón cristiano, reformado por Dios. Sí, fuimos predestinados para servir a Dios y alabarle, y disfrutar de Su amor y Su presencia por su Gracia irresistible, porque Dios nos conoció antes de la fundación del mundo, porque Dios es omnipresente y eterno. Así fue escogido Simón de Cirene para ayudar a llevar la Cruz a Jesucristo, y los hijos de este Simón son contados como discípulos: Marcos 15:21 y Romanos 16:13. Del mismo modo que el hecho histórico de la existencia del Sacro Imperio Romano Germánico en manos de Carlos I de España y V de Alemania, facilitaría que la Reforma Protestante llegara a todos los países que lo componían, a pesar de los abominables crímenes de los autos de fe de la "Santa Inquisición" que al principio la aplastaron en algunos países, pero que a la postre Jesucristo le abriría las puertas. Hoy la Biblia en todas las lenguas vernáculas inunda la tierra, todas las naciones, y es cada año el Best Seller número 1.

Todos estos conceptos sobre la predestinación, doble predestinación y libre albedrío, provocaban grandes debates en los tiempos de la Reforma, y aún hoy los provocan entre la iglesia. Si la doctrina reformada no es más que volver a la Biblia, ¿por qué hubo tantas luchas? Porque ellos no tenían la Biblia como nosotros la tenemos, hasta que se tradujo, hasta que se regresó a ella, hasta que se estudió de forma libre, sin los dogmas de la tradición de hombres de religión. Pero antes de la Reforma surgieron ya algunos focos, en distintos lugares y siglos antes que ya habían recibido la revelación del Espíritu del Evangelio y del Avivamiento. Antes, durante y después de Lutero, quien no tiene la exclusiva de la Reforma, ya hubo traducciones de parte de la Biblia, sobre todo al latín. Pero Lutero fue quien recibió el llamado a traducir a la lengua del pueblo, circunstancia que dio el gran cambio a la situación. Luego Reina y Valera al español, y Tyndale al inglés, junto con Lutero al alemán, cambiarían el mundo para siempre. ¿Cuántos nos hemos convertido leyendo la Biblia?.

Las tres solas luteranas y las dos más añadidas y de origen calvinista forman las cinco solas de la Reforma: Sola Scriptura, Sola Gratia, Sola Fide, Solus Christus, Soli Deo Gloria.

Este fruto del fuego de Dios en la Reforma dio estos pilares fundamentales de la doctrina reformada.

Sola Scritptura: Solo la Escritura es la autoridad divina para la salvación, y las tradiciones y otros libros no pueden contradecirla ni equipararse, por mucha tradición o antigüedad que puedan tener.

Sola Gratia: Solo la Gracia de Dios nos da la salvación por la obra del Hijo en la Cruz. La Gracia de Dios es el origen del perdón. No conocemos el pecado sino conocemos la Gracia. No por el sentimiento de culpa nos convencemos.

Sola Fide: Solo la fe en esa obra del Hijo es suficiente para la salvación, y el hombre no puede ganarla por sus méritos, buenas obras u obras de la Ley de Dios. Las buenas obras son por amor al prójimo, no como mérito para salvarnos. Hagámoslas, pues, por los demás - no por nosotros.

Solus Christus: Solo Cristo es el mediador, el salvador, el redentor del hombre para vida eterna.

Soli Deo Gloria: Solo a Dios la gloria, nuestra vida cristiana, todo lo que hagamos ha de ser solo para Su gloria. Dios es quien nos creó, amó y salvó.

Esto prediquemos siempre y en todo lugar llevando el fuego de la misión del Evangelio en la Gran Comisión, en la instrucción de Hechos 1:8, desde que ha venido sobre nosotros el Espíritu Santo, desde Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.

 

DE LA MISIÓN AL REINO DE DIOS

Una vez hemos alcanzado la vida de bendición y misión para la que Dios nos hizo, podemos caminar de Su mano confiados y gozosos, esperando nuestra redención para el Reino de Dios, aunque tengamos que esperar algún tiempo en esta vida. Y es de mucha bendición vivir sirviendo a Dios y al prójimo, como dijo el apóstol: ...Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Filipenses 1:21. Pero también nos llena de esperanza sobre la muerte y resurrección del cuerpo al anunciarnos que iba a preparar moradas/mansiones para nosotros y regresar. Esas mansiones o moradas son los nuevos vasos del Espíritu, nuestros nuevos cuerpos celestiales y eternos, que no enferman, ni envejecen, que no mueren sino que son Templo del Dios vivo.

Los vasos y las vasijas son almas escogidas por la gracia de Dios. Recipientes espirituales hechos para llenarse del Espíritu de Dios. Nuestra alma, que es Su templo, llena del agua del Espíritu y del aceite de la unción. En este vaso está el agua que quita la sed, el agua viva de Cristo que llena ésta alma que se ha entregado a Él. Con el aceite puesto en la lámpara del corazón, la luz de Dios ilumina nuestra vida para vida eterna, como en la historia de las diez vírgenes.

El barro es el alma ablandada por el Espíritu de Dios para recibir el Evangelio. La tierra que se mezcla con el agua, nuestra tierra, es nuestra alma y el agua es la Palabra de Dios. Cuando se está en el barro es que Dios está preparando la tierra para que reciba bien la semilla; el Evangelio de la Cruz de Cristo, pero el alma ha de aceptar esa agua para ablandarse y así poderla recibir en la profundidad. Si la tierra está dura, la semilla rebota y no profundiza. Esta nueva tierra ya blanda y hecha barro, es el material del que Dios hace nuestros vasos, nuestras almas para contener Su tesoro: Su Espíritu.

Como cristianos que llevamos agua y aceite de Dios nos vestiremos con la Vestidura Espiritual de la Unción, para compartir, disfrutar y servir a los hermanos, porque ellos son el Reino de Dios en la tierra hasta que venga lo perfecto. Como el Salmo 133 haremos y disfrutaremos, como vasijas del Espíritu.

Y finalmente, como nos anuncia la profecía de Apocalipsis, emanaremos aceite profético como los dos olivos del capitulo 11, versículo 4, que son los dos testigos del tiempo final, antes de la manifestación de Cristo en las nubes, "...y todo ojo Le verá..." Apocalipsis 1:7. Llevaremos la Palabra de Dios no adulterada con tradiciones, denominaciones y otras levaduras humanas. Proclamaremos la sana doctrina de la Cruz de Cristo que emana la salvación de la Gracia de Dios, por la fe en la obra de Jesucristo, y encenderemos el fuego de la presencia de Dios y la esperanza del Reino de Dios, para Su gloria hasta Su venida.

 

TEXTOS BÍBLICOS

...Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? 21¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? 22¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, 23y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, 24a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?. Romanos 9.

...Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Yahweh; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. 2Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 3El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. 4Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. 6Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. 7Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede. 2Reyes 4.

...Palabra de Yahweh que vino a Jeremías, diciendo: 2«Levántate y desciende a casa del alfarero, y allí te haré oir mis palabras». 3Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el torno. 4Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor hacerla. 5Entonces vino a mí palabra de Yahweh, diciendo: 6«¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice Yahweh. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel. 7En un instante hablaré contra naciones y contra reinos, para arrancar, derribar y destruir. 8Pero si esas naciones se convierten de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, 9y en un instante hablaré de esas naciones y de esos reinos, para edificar y para plantar. 10Pero si hacen lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerles. Jeremías 18.

...Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. Mateo 25.

...Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2.

 

DISCÍPULOS EN LA HISTORIA DEL CRISTIANISMO QUE FUERON VASOS Y VASIJAS PARA HONRA

Pedro y Pablo fueron formados en el torno de Dios, re-amasados del judaísmo hasta dejar el gran legado apostólico a la Iglesia hasta hoy. Mártires, como la primera iglesia, hermanos muertos en los circos hasta los tiempos de Constantino, sufrieron otro horno, el del martirio, pero éste lleva a la presencia de Dios. Fueron vasos y vasijas de barro para honra y gloria de Dios.

Ireneo, Clemente, Tertuliano, Orígenes fueron formados en el torno de Dios, re-amasados de la iglesia inicial hasta dejar el gran legado de las bases doctrinales como maestros en un mundo en construcción, pero base de los concilios que forjarían la ortodoxia de la fe. Fueron vasos y vasijas de barro para honra y gloria de Dios.

Agustín de Hipona fue formado en el torno de Dios, re-amasado de la filosofía de Platón hasta dejar el legado teológico que influiría a la Iglesia hasta hoy: La Ciudad de Dios.

Tomás de Aquino fue formado en el torno de Dios, re-amasado de la iglesia Católica y la vida monástica, y aunque forjado en Aristóteles, supo trabajar hasta dejar otro legado teológico que influiría a la Iglesia hasta hoy acercándola a una fe mas comprensible y filosófica: Suma Teológica, comparada esta obra a una catedral gótica. Estos dos gigantes de la fe, Agustín y Tomás, acercarían la fe cristiana al mundo filosófico, al platónico y al aristotélico. Fueron vasos y vasijas de barro para honra y gloria de Dios.

Martín Lutero fue formado en el torno de Dios, re-amasado de la iglesia Católica hasta iniciar el gran legado de la Reforma Protestante, del horno de Dios. Antes que él, otros hermanos lucharon por reformar la Iglesia en sus desviaciones, tanto teológica, de forma de vida y de orden, como Wycliff y Huss. Otros como el cardenal Cisneros, aportarían la Biblia Políglota Complutense, antes que Lutero. Pero sería la traducción a las lenguas vernáculas las que recibirían la bendición de Dios. Tras el alemán, vendrían todas las demás como la inglesa del Rey Jaime, y luego la española Reina-Valera. Fueron estos hermanos vasos y vasijas de barro para honra y gloria de Dios.

Juan Calvino fue formado en el torno de Dios, re-amasado de la iglesia Católica hasta dejar el gran legado de la Institución de la Religión Cristiana, el manual de la teología reformada, procedente del horno de Dios. Fue vaso y vasija de barro para honra y gloria de Dios.

John Wesley fue formado en el torno de Dios, re-amasado de la iglesia Anglicana hasta dejar el legado de la iglesia Metodista, basada en el pietismo, los moravos y el Gran Avivamiento. Los pobres, la fe viva del nuevo nacimiento, la predicación de esa fe viva y manifiesta al aire libre. La ordenación de laicos que fueran escogidos por el Espíritu en lugar de por tradiciones. Con su hermano Charles compositor de miles de himnos, fueron vasos y vasijas de barro para honra y gloria de Dios.

Billy Graham y su ministerio de evangelismo, fue formado en el torno de Dios, re-amasado de la iglesia local a predicar en el mundo entero y dirigir misiones en el ultimo tiempo por La Gran Comisión. Un vaso y vasija de barro para honra y gloria de Dios.

Todos estos y muchos otros que ahora no podemos mencionar, con sus errores y defectos, con las limitaciones de sus mentes, sus circunstancias y sus denominaciones, fueron usados por Dios como vasos de honra por una razón: la sinceridad de su fe y la obediencia a Dios. Todos fueron puestos en el horno de Dios, y Dios hizo de ellos los vasos y vasijas que llevaran aquella agua, aceite y trigo que en cada época la Iglesia podía llevar y recibir.

 

CONCLUSIÓN

Ud. y yo hermano/a, también con nuestros errores, defectos, influencias de la sociedad y denominación que sea, pero con corazón puro y fe sincera, y obedeciendo a Dios, hemos sido, somos y seremos formados en el torno de Dios, re-amasados de allí donde vengamos hasta ser hechos aquellos vasos de barro para honra y vasijas de agua, trigo y de aceite para la unción que Dios nos de. Como Creador del universo, ese otro vaso de barro en que vivimos temporalmente y que será también puesto en el horno de fuego de Dios, la vida del hombre no encuentra a Dios por evolución sino por creación y diseño inteligente de la ciencia de Dios, no nuestro. No nos podemos hacer a nosotros mismos para Dios. El Espíritu Santo llenará siempre nuestra vasijas-almas y mientras seamos formados por Él, proveerá las fuentes de agua viva de nuestro interior, siempre y cuando velemos y vengamos a las vigilias del Señor.

El horno de Dios está en Su presencia, porque Dios es fuego consumidor. Si de corazón servimos al Señor, también nosotros seremos como fuego del Espíritu, bautizados en Espíritu Santo y fuego, como anunciaba Juan Bautista, Mateo 3:11. Jesús dijo que vino a echar fuego en la tierra, "...¿y qué quiero si ya se ha encendido? De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!". Lucas 12:49, 50. Así también el cristiano.

Somos de barro, hechos para un propósito, pero el barro es una alegoría que nos revela nuestra fragilidad y dependencia de nuestro Creador y Padre. Pablo decía que por la gracia de Dios era lo que era, e inspirado por el Señor nos dejó escrito: ...Y si nuestra morada terrestre, este tabernáculo se deshiciese, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial... 2Corintios 5:1.

La intimidad con Dios es la fuente de la Gracia que nos consolida diariamente, el fuego del horno que nos hace vasos y vasijas de Dios para honra, hasta que venga el Hijo y nos lleve a Su Reino eterno. A Él sea la gloria por toda la eternidad. Amén.

 

 

  • Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y llamárase su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Profecía de Isaías 9:6.


  • Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi. Palabras de Jesucristo. Evangelio de Juan 14:6.
  • Ud. quiere conocer a Dios, pero sabe que el camino no es por las religiones, ni por las sectas, ni por la sociedad. El mundo, sin Dios, ha fracasado. ...Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son... Juan 17:9. Oración de Jesús.


  • Si de verdad busca Ud. a Dios, comience hoy una nueva vida, de la verdadera mano de Dios. El Evangelio es el mensaje para todas las naciones, sin importar la raza, la procedencia ni la cultura. Dios es el Salvador de aquellas personas que le abren su corazón y se arrepienten de vivir sin El.


  • ...Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1Corintios 15:58.

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