El
tiempo de Dios es una de las leyes, espiritual y literal,
que rigen la creación, el universo y todo lo que existe.
El hombre, aunque también está bajo esta ley, me refiero
a todo hombre y mujer que piensa que vive bajo su propia
ley y voluntad no puede
llegar a vivir una vida plena ni de bendición, por lo
que vive en la incertidumbre y bajo el miedo porque
continúa pecando desde Edén donde Eva, la mente del
hombre, comió del árbol
que daba un fruto que la hacía esclava de una moral
personal, de una ley férrea, una ley sin embargo que solo
sirve para esclavizar el alma. Dios quiere que le
preguntemos a Él, y Él, como buen padre nos enseñe.
Este estudio Bíblico nos guía al conocimiento profundo
de la voluntad de Dios a través de la paciencia, la
oración y por llevar nuestra cruz, en una relación
espiritual diaria con nuestro Señor.
Si
ha pasado años de su vida espiritual preguntándose
por qué cosas que pensaba que debían ocurrir, porque
sabía que Dios así se lo hacía sentir, aún no han
ocurrido, pero ha visto la
mano de Dios antes en su vida, y su corazón está
entregado a obedecer y amar a Dios y a sus hermanos en
la fe, y a su prójimo, ésta es entonces una guía de crecimiento
espiritual personal y para la congregación, que le aporta
las herramientas que harán que su vida sea una vida de
frutos espirituales de Dios, haciendo las cosas en el
tiempo de Dios, orando en la voluntad de Dios, y
actuando bajo la guía de Dios.
Este crecimiento espiritual comienza con la oración
eficaz, a la que hace referencia la Biblia en Santiago
5:16, y en una
conversación amigable y personal con el Todopoderoso,
que nos lleva al conocimiento de cuando Dios nos va a
apoyar en lo que hacemos, en lo que oramos y en nuestro
proyectos de la vida, sean estos proyectos en el campo
espiritual o de la vida diaria.
Para conseguir esta bendición, una de las cosas
principales que hemos de aprender a buscar en nuestra
oración diaria, es la revelación de Su voluntad
de modo que oremos acorde con Su Espíritu y no
con el nuestro. Hay acontecimientos diarios en los que
el Señor nos muestra cómo Él y sólo Él controla nuestras
vidas, nuestros proyectos, nuestras ambiciones
espirituales.
A
modo de ejemplo y antes de continuar, recordemos algunos
de los hermanos ancianos que vivieron y experimentaron
esta relación con Dios:
Abraham no vio a Isaac, su hijo prometido, hasta que era
muy anciano. Sin duda era el tiempo en que Dios quería
que ocurriese. ¿No cree que Abraham, en más de una
ocasión dudaría si aquello no era más que una ilusión,
un proyecto de su propia mente?
Moisés tuvo que ser muy paciente, 40 años en el desierto
con un pueblo quejándose contra él, hasta llegar a la
tierra prometida, y una vez a las puertas no entró en
ella. ¿Cuantas veces no dudaría Moisés si lo que hacía
no era más que fruto del deseo de su corazón?
El
rey David no construyó el templo de Dios en Jerusalén,
aunque pasó gran parte de su vida preparando los
materiales, y al final Dios le dijo que sería su hijo
Salomón quien lo haría, para más tarde perderse por las
muchas mujeres.
Simeón era un hombre de Dios a quien el Espíritu Santo
dijo que no moriría hasta ver al Mesías, esperanza que
era compartida por muchos en Israel. Lucas 2:25. No
debemos pensar que recibió tal mensaje y que ocurrió en
el momento; tuvo que esperar, seguramente años, antes
que ocurriera. Seguramente sería tentado a dudar y
perder la fe al no ocurrir acto seguido.
TEXTOS BÍBLICOS:
... En tu mano están mis
tiempos... Salmo 31:15.
... Bendeciré a Yahweh
en todo tiempo; u alabanza estará de continuo en
mi boca. Salmo 34:1.
... Tiempo es de
actuar, oh Yahweh, porque han invalidado tu ley. Salmo 119:126.
... El hombre se alegra
con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo,
¡cuán buena es! Proverbios 15:23.
... Todo tiene su
tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo
tiene su hora... ...Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y
ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que
alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios
desde el principio hasta el fin. Eclesiastés 3:1 y 11.
... Porque el hombre
tampoco conoce su tiempo... Eclesiastés 9:12.
... Y dijo: He aquí yo
te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque
eso es para el tiempo del fin. Daniel 8:19.
... Y por la mañana: Hoy
habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo
nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto
del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! Mateo 16:3.
... Y él dijo: Id a la
ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice:
Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua
con mis discípulos. Mateo 26:18.
... Mirad,
velad y orad; porque
no sabéis cuándo será el tiempo. Marcos 13:33.
... Y caerán a filo de
espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones;
y Jerusalén será hollada por los gentiles,
hasta que los tiempos de los
gentiles se cumplan. Lucas 21:24.
... Entonces Jesús les
dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro
tiempo siempre está presto. Juan 7:6.
... Y de una sangre ha
hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten
sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el
orden de los tiempos, y los límites de su
habitación. Hechos 17:26.
... aprovechando bien el
tiempo, porque los días son malos. Efesios 5:16.
... que prediques la
palabra; que instes a
tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 2 Timoteo 4:2.
... Y me dijo: No selles
las palabras de la profecía de este libro, porque el
tiempo está cerca. Apocalipsis 22:10.
Es común a todos nosotros, que en nuestras vidas, cuando oramos al Padre en
el nombre de Yahshua, el Hijo de Dios, tantas veces
querríamos que las cosas que pedimos ocurrieran de
inmediato, sobre todo cuando sabemos que tenemos razón
en lo que pedimos, cuando la Palabra de Dios también nos
avala en nuestra intención, incluso cuando el Espíritu
Santo, de alguna manera nos está indicando en nuestro
corazón que aquello por lo que oramos es Su voluntad. De
cualquier modo, y esto es lo que tenemos que aprender,
las cosas que son de Dios, solo ocurrirán en el tiempo de Dios.
En
mi vida con Dios, he experimentado cosas que yo sabía
que pasarían porque Él así me lo reveló, algunas veces
antes de lo que yo pensaba, y también he visto cosas que
han pasado más tarde de lo que yo pensaba. Si se ha dado
cuenta, en ambas ocasiones he usado “yo pensaba”, y esa
es la razón por la que yo no sabía cuándo ocurrirían,
porque las esperaba en mi tiempo y no en el tiempo de
Dios.
Una pregunta viene a nuestras mentes, ¿por qué Dios hace
las cosas, pero tantas veces no en nuestro tiempo?
¿por qué Dios no ha hecho tantas cosas importantes
todavía, que afectan al mundo entero, a Su iglesia, Su
reino, a nuestras preocupaciones y esperanzas de
nuestras vidas?
Las cosas
de Dios pasan en el tiempo de Dios, porque es el momento
exacto en que encajan en la cronología de los tiempos
establecidos por Él. Si pasaran cuando nosotros
queremos, seguramente el plan de Dios no funcionaría. Él
es el soberano en esto porque es el Creador. No es que
Dios no quiera satisfacernos también a nosotros, por el
contrario, Él nos hace partícipes de su obra y nos hace
parte activa de ella. Como dijo de Abraham en Isaías
41:8 "mi amigo" y a quien trataba así:
...¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer...?
Génesis 18:17.
Hay también acciones y formas de vida
que no dependen del tiempo una vez se está con Dios,
porque son para todo tiempo, como amar, amarse unos a
otros, ayudar al necesitado de todo tipo; predicar el
Evangelio especialmente lleva mandamiento de hacerse a
tiempo y fuera de tiempo en 2 Corintios 4:2, porque esa
persona que no está en Cristo puede ser llevada esta
noche, lo cual sería en tiempo de Dios, así que haberle
predicado es nuestra responsabilidad y siempre es en el
tiempo de Dios y es una obligación, algo básico para
nosotros, si es que somos parte del reino de reyes y
sacerdotes que Jesús compró con su preciosa sangre. Si
nos vemos débiles en esto, o en amar o en otra función
básica espiritual, tenemos dos rodillas con las que
luchar esta batalla, hasta que nos hagamos
conquistadores de nuestros actos en el amor de Dios.
Para todas estas cosas siempre es el tiempo de Dios,
porque no son cuestión de tiempo sino de esencia. Es así
como somos, porque somos hijos de Dios. En la dimensión
espiritual, son cosas de supervivencia espiritual. Del
mismo modo no dejamos de
respirar, de comer, de beber, de mirar, de hablar,
porque son funciones básicas de supervivencia física.
El
arca de Noe: El Señor nos salva del día del juicio, en
Su venida, cuando nos lleve en el aire delante de los
impíos.
Dios envió a Moisés: El Señor nos liberta de la
esclavitud al pecado.
La
conquista de Jericó: La conquista del alma de un nuevo
hermano para Dios.
Construcción del templo: del templo interior del alma.
Primera venida de Cristo, el Mesías a conquistar Su
reino: Hecho en el Calvario en Su cruz, resucitando y
haciéndonos libres del pecado y de la condenación, para
aquellos que creen en el como Hijo de Dios y Le reciben
como su Salvador.
La
conversión del hombre convirtiéndose en iglesia.
La
conversión de la mayoría de los Judíos a Cristo, el
Mesías, como cumplimiento de la profecía de Romanos
11:26.
Segunda y final venida del Mesías a establecer Su reino.
Y todas estas
cosas ocurrieron en el tiempo de Dios, literalmente y
ocurren también en el alma en el tiempo de Dios.
Como vemos, todas estas referencias han
sido bien cumplidas en el tiempo de Dios, se están
cumpliendo, y esperamos pacientes la llegada del Rey, el
Hijo de Dios, para establecer Su Reino en el tiempo de
Dios. Gloria a Él.
HaleluYah.
CONCLUSIÓN
Para conocer la
voluntad de Dios, hemos de orar en Sus caminos,
hemos de vivir como Él vivió, orar acorde a Su
enseñanza, pensar como Él pensaba entonces, piensa
ahora, y pensará mañana, aquellos con un corazón
comprometido a amar a Dios. Muchos cristianos, y otros, dicen que
hacen las cosas de Dios, pero no obedecen Su Palabra: …si me amáis
guardad mis
mandamientos… Juan 14:15, y …me llamáis
Señor, Señor y no hacéis lo que yo digo… Lucas 6:46 y dicen que
aman a los hermanos, y a su prójimo, pero con sus actos
lo niegan. Ellos no entenderán los tiempos de Dios en
sus vidas, no tendrán una vida de certeza sino de duda.
Aquellos que aman a Dios y se ponen de rodillas cada día, aquellos
que luchan la buena batalla por amor de Dios, de los
hermanos y del prójimo, aquellos que viven en el tiempo
de Dios, haciendo estas cosas básicas, también reciben
la bendición de conocer el tiempo de Dios en sus propias
vidas y para las vidas de otros. Oración, sueños,
visiones, revelaciones, en la Palabra de Dios, son los
canales que usará Dios, pero hay un requisito especial,
la paciencia con perseverancia. Si perdemos la
paciencia, tenemos dos rodillas, oremos por ello, oremos
para que los hermanos también la tengan, paciencia y
perseverancia, vienen tras el dominio propio, el cual
llega con el conocimiento si somos virtuosos en la fe, y
estos son los pasos previos para el Amor y el afecto
fraternal, y la piedad, esenciales para la supervivencia
del cuerpo de Cristo. Lea 2
Pedro 1.
Así, pues, ¿se considera una persona de su tiempo, vive
en su tiempo o en el tiempo de Dios?
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