NACER DE NUEVO
EL NUEVO
NACIMIENTO DEL HOMBRE DEL ESPÍRITU DE DIOS
©
Carlos Padilla, Noviembre 2005
GÉNESIS CAPÍTULO 1 -
LA CREACIÓN
DE LA MENTE Y LA TRANSFORMACIÓN DEL ESPÍRITU
Génesis, capítulo
primero, nos presenta el principio de la existencia de la creación y la del hombre, y
el proyecto realizado por Dios Padre mediante su Hijo a través de una serie de hechos
llevados a cabo por el Espíritu Santo que lo hacen posible. Este estudio, sin embargo,
se enfoca principalmente a la interpretación
espiritual, simbólica y metafórica de este Texto tan importante de la Biblia
en el que, si literalmente vemos la creación física en una
explicación sencilla para todas las edades y
tiempos, debido a la riqueza espiritual de La
Palabra de Dios, en el enfoque espiritual de Dios
para con el hombre, podemos ver y comprender la
creación de la mente y del espíritu del hombre, y su
aplicación a nuestros conocimientos para nuestra relación con Dios y con nuestro
prójimo.
El
hombre se diferencia del animal en su
espíritu, en su mente, en su alma y en su cuerpo;
pero por
el espíritu recibimos
la semejanza de Dios en cuanto a
esencia y composición espiritual, una semejanza que el hombre pronto se encargó de dejar
muerta, con la gravedad y las consecuencias que esto supone, pues la parte superior
de nuestro ser, la del espíritu, nos asemeja a Dios, porque Dios es Espíritu. Si
nos renovamos en el "...espíritu de nuestra mente..."
Efesios 4:23 o lo que es lo mismo, en el arrepentimiento o cambio de mente, recibimos el bautismo del
Espíritu Santo (...nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu
Santo... 1Coríntios 12:3) que viene a morar en nuestra alma y además nos aportará la mente del
Mesías, para que lleguemos a ser de la misma mentalidad espiritual del Señor. Al igual que Dios,
(...hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...
Génesis 1:26), tenemos la capacidad mental del
pensamiento y el entendimiento, de manera que podemos proyectarlos a nuestro
prójimo. La diferencia es que Dios
discierne por Su Espíritu,
proyectando lo absoluto y eterno, la Verdad, y nosotros,
antes de nacer de nuevo, discernimos por la mente,
de forma racional, quedándonos en lo del mundo, en lo temporal y limitado, en la
muerte espiritual, porque a lo más que llega el hombre por la razón, es a la religión de
tradiciones, ídolos y mandamientos de hombres que puede llegar a mezclar en un
ecumenismo global y contradictorio que le lleva a la desesperación y la
incoherencia irracional, lo cual aprovecha el diablo y sus ejércitos para
conseguir que les del culto y adoración engañando al mundo entero con la
multitud de deidades paganas de todas las culturas, consiguiendo que el hombre
no tenga una relación personal con el único Dios verdadero y el único
intercesor: Jesucristo.
La mente diferencia al hombre del animal en cuanto al
pensamiento, el discernimiento y la comunicación con su prójimo,
en especial por el habla y la escritura de la palabra. Pero la mente
sola no es suficiente, no nos puede llevar por la razón al estado al que Dios
nos necesita crear. El espíritu
está muerto a lo verdaderamente Espiritual
de Dios hasta que es nacido de nuevo por el Espíritu Santo,
que es el Esposo de nuestro espíritu. La mente es el puente entre nuestras dos
naturalezas, la carnal a la espiritual, hasta que pasemos a ser espirituales, y
nuestra mente deja el mando a nuestro espíritu
una vez lo ceda al Espíritu de
Dios. Pero precisamente
nos ha dado el Señor la mente, para que por la fe en el
Evangelio de Cristo, podamos transformar
nuestra mente en Espiritual y conscientemente nos relacionemos con Él,
sujetando nuestra mente a nuestro espíritu, de forma que el Espíritu de Dios en
nuestro espíritu cambie nuestra alma, salvándola, purifique nuestros
sentimientos para que amemos con amor de Dios, y nos de la mente de Cristo,
1Coríntios 2:16 para que entendamos lo Espiritual de Dios.
De
este modo, si sólo nuestro espíritu se relacionase con Dios, lo cual puede hacer,
como dice el Apóstol Pablo en 1 Corintios 14:14
...Porque si yo oro en lengua
desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto...
quedaríamos
sin entendimiento ni edificación, mas al estar provistos de la mente,
ahora Espiritual, esto ya no ocurre, sino que como dice el
Maestro: ...amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda
tu mente y con todas tus fuerzas... Marcos 12:30, los cuarto pilares del amor de
Dios en el hombre.
Nuestro espíritu, el cual hemos de entregar al Padre:
...en
tus manos encomiendo mi espíritu...
Lucas 23:46, en la resurrección,
lleva grabada nuestra
nueva naturaleza nacida de
nuevo,
que incluye nuestra nueva mente que discierne y piensa y se comunica,
con la mentalidad de Cristo, la cual a su vez es parte de nuestra
alma renovada y salvada, que siente y ama con el amor de Cristo. La
mente discierne las sensaciones y los sentimientos del alma para
poder transmitirlos a Dios, a los hermanos, y a nuestro prójimo.
Además de gestionar
la razón, el pensamiento, el intelecto, etc.
aunque es la
cualidad intelectual del alma, es solo por el nuevo nacimiento que
se hace una con
la mente de Cristo y
queda grabada en ella, la cual pasa a grabarse
en nuestro espíritu, grabándose por la salvación en
el Espíritu
de Dios. Todo esto originado por la fe en la obra redentora imprescindible de Cristo. Esta unidad
alma-mente-espíritu es la parte inmaterial en la que
ahora están bien coordinados los sentimientos, las
emociones, el discernimiento, los pensamientos, el amor y la
fuerza para vivir; el proyecto y la dirección de nuestra vida, en definitiva,
toda nuestra naturaleza
al
convertirse por el nuevo nacimiento pasa a ser espíritual.
Por el Espíritu de Dios emana el amor
de Dios, desde que Su Espíritu mora en nosotros, ...la carne para nada
aprovecha... Juan 6:63, es temporal.
...Polvo eres y al polvo volverás... Génesis 3:19, pero por la
resurrección adquirimos un nuevo cuerpo espiritual, 1Coríntios 15:44.
Nuestra mente y nuestro espíritu, estaban necesitados del
Espíritu Santo para que pudiese haber una coordinación espiritual en toda la
arquitectura de nuestro ser, y esta arquitectura está diseñada
para comenzar su construcción con la
aceptación de lo que en La Escritura se llama
"la piedra
angular", o principal piedra y cabeza del ángulo, que es Cristo
en nuestro templo del alma. Cuando Le recibimos es cuando
entendemos que debemos demoler lo que hasta ahora habíamos edificado, y poner el
cimiento de nuestra vida que es Su Evangelio, el cual una vez instaurado en
nuestra mente, por la fe, va a conseguir que nuestras dos naturalezas; la carnal y la
espiritual sean dominadas por el Espíritu de Dios, que Cristo envía del Padre
para dirigir la obra. Es, pues, el Espíritu de Dios la clave para que podamos
permanecer en el Camino que culmina con la construcción del
Templo Interior, y
de nuestras vidas en Cristo,
y así, además, seamos de bendición a nuestro prójimo y nos mantengamos sin mancha del mundo,
porque ...peligramos a toda hora...
1Coríntios 15:30. Sigamos aguardando con esperanza y confianza la
venida del Reino de Dios, del cual ya tenemos un anticipo en nosotros mismos por ...las arras del Espíritu...
2Coríntios 1:22, y lo
vamos disfrutando al compartir nuestras vidas con nuestros hermanos en la fe,
porque Jesús vive y está con nosotros hasta el fin del mundo. Mateo 28:20,
porque el Reino de Dios está entre nosotros, Lucas 17:21.
AMARÁS A DIOS Y A TU
PRÓJIMO, Y LOS CUATRO PILARES DE NUESTRO SER
La guía de La Escritura nos explica dos cosas
en referencia a nuestro ser. El Señor nos muestra como funciona nuestro interior
al repetir el Gran Mandamiento a los escribas diciendo: ...amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerzas... Marcos 12:28, y Pablo su composición, de la siguiente
forma: ...todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible,
para la venida de nuestro Señor Jesucristo... 1Tesalonicenses 5:23. Por lo tanto
para entender el funcionamiento y el equilibrio de estos componentes del
ser, tal y como Dios nos hizo a Su imagen y semejanza, veamos como se coordinan:
Nuestro espíritu tiene
como Esposo y Cabeza al Espíritu Santo.
El Espíritu Santo nos revela las cosas de Dios en nuestro espíritu, y hace que
estemos convencidos en nuestro interior de Su veracidad, lo que solemos expresar
como saber en nuestro corazón. Pero es necesario el nuevo nacimiento por la fe,
para que también nuestra mente sea arrepentida, o cambiada, y podamos discernir
y entender lo espiritual. El espíritu del hombre no debe separarse del Espíritu
de Dios, porque así "amarás a Dios con todo tu corazón".
Nuestra alma es el objetivo de la salvación de Dios, 1Pedro 1:9,
porque es el soporte
inmaterial
de nuestro cuerpo, y donde reside
nuestra mente y nuestro espíritu, además de
receptáculo del Espíritu Santo. En el alma se coordinan las emociones y los
sentimientos, pero por parte de la mente también, entre otros, los pensamientos y
el entendimiento, pero por parte del espíritu que ha nacido de nuevo, las
revelaciones, los discernimientos y las experiencias espirituales, toda una
verdadera vida nueva en Cristo. Nuestra alma se hace una con el alma de Dios y
recibe y emana de Su amor sobrenatural, porque así "amarás a Dios con toda tu
alma".
Nuestra mente es la capacidad racional de
nuestro espíritu y el centro de mando de inteligencia
de nuestra alma, la cual una vez renovada con la mente de Cristo,
se hacen una. La mente
ha sido definida por los diccionarios como la potencia intelectual del alma,
pero también en el mundo intelectual se confunde el alma y el espíritu.
A
diferencia de nuestro espíritu, que como hemos dicho, recibe la revelación
intuitivamente directamente del Espíritu de Dios, la mente necesita entender la revelación,
para lo cual no debe separarse de la Mente de Cristo, porque así "amarás a Dios
con toda tu mente".
Nuestro cuerpo
es el soporte material y animal temporal de nuestro ser. Su
centro de mando es el cerebro, que
funciona automáticamente para el mantenimiento de la vida
biológica humana.
La capacidad del instinto animal de nuestro cuerpo como
capacidad de supervivencia puede llegar a dominar el alma, la mente,
y además llega a anular la voluntad de nuestro espíritu, esto ocurre cuando no se conoce a Dios.
Y como dice el Maestro: ...no temáis a los que matan el cuerpo, mas el
alma no pueden matar. Mateo 10:28. Mientras la capacidad de la mente esté en
el cuerpo, la función del cerebro puede ser discernida
y ordenada conscientemente por la voluntad del hombre en
cuanto a sus acciones, muchas veces con grandes luchas, porque lo animal se
revela a lo racional, lo moral y lo espiritual. Por ello es imprescindible haber nacido de nuevo del Espíritu de Dios, para
que el cuerpo pueda ser regido por el espíritu del hombre, de manera que los
deseos de la carne no batallen contra el alma, 1Pedro 2:11. Si el
espíritu a su vez sigue al Espíritu Santo, todo nuestro ser vive ordenadamente y
en armonía como una orquesta dirigida por su director, sabiendo cada miembro
interpretar virtuosamente su instrumento y conociendo a la perfección la obra,
porque así "amarás a Dios con todas tus fuerzas".
El
conocimiento de las cuatro partes de nuestro ser y la capacidad que Dios nos da
de discernir de donde vienen cada una de las experiencias de nuestro ser, nos
permite poner orden en nuestro comportamiento y actitud, para mantenernos
enfocados hacia una vida plena y ordenada por el Espíritu. Para coordinar
todo nuestro ser en el equilibrio espiritual de Dios, es necesario, como podemos ver, recibir al que es la cabeza y Esposo,
Cristo mismo quien nos envía al
Espíritu Santo. Tras haber recibido de Él el don de la fe, con su esencia y
naturaleza en nosotros podemos añadir a nuestra
fe, virtud, a la virtud conocimiento, al conocimiento dominio propio, al
dominio propio paciencia, a la paciencia piedad, a la piedad afecto fraternal
y al afecto fraternal amor, y este de Dios. Estos siete pasos en la
construcción espiritual del hombre se ven reflejados en los siete días de la creación
desarrollados a continuación. Tomado del Estudio Bíblico
VIRTUD.
Con nuestro espíritu en Espíritu, podemos discernir lo
Espiritual de Dios, y dominar a
nuestro
ser completo, de modo que nuestra mente no sea carnal sino
espiritual. Cuando nacemos de nuevo, la mente, al convertirse en espiritual,
puede gobernar lo carnal de forma espiritual, y no al contrario, como pasaba antes
de conocer al Señor, donde la mente era carnal y gobernaba y anulaba lo
espiritual de Dios en nosotros. Este es el origen de que muchos busquen a Dios con la mente,
intentando conocer al Señor racionalmente, y no se dan cuenta de que primero
necesitan tener una relación personal con la persona del Espíritu Santo quien
nos enseña lo Espiritual de Dios. De ahí emanan muchas falsas iglesias que se
llaman a si mismas cristianas, pero que no lo son, pues no conocen personalmente
al Espíritu de Dios. Para ello debemos discernir espiritualmente y filtrar
nuestra mente en la Mente o Logos de Cristo,
que emana del Espíritu Santo, para que podamos entender y trasmitir los pensamientos, las
revelaciones del Señor y los sentimientos, las experiencias del alma
y las sensaciones del cuerpo, los cuales hemos de discernir
para comprendernos a nosotros mismos y a nuestro prójimo, teniendo dominio
propio y una vida con un propósito espiritual sirviendo al Señor.
Este
estudio sobre la mente y el espíritu del hombre muestra como ésta es
transformada
en el hombre nacido de nuevo del Espíritu de Dios y pasa a
ir de la mano del Espíritu, para discernir
también espiritualmente, una vez el hombre pasa de ser alma
viviente a espíritu vivificante,
1Corintios 15:45.
TEXTO BÍBLICO
GÉNESIS CAPÍTULO 1
LA CREACIÓN
1En
el principio crió Dios
los cielos y la tierra.
La palabra génesis
significa principio, en este primer libro del
Pentateuco, El Espíritu de Dios nos enseña a través
de Moisés, el principio de la obra de Dios para con
el hombre, y también
principio de la relación del hombre con Dios. Según
la versión Bíblica encontramos
creó, o crió,
(según versión Reina Valera antigua o la de 1960, o
Nácar Colunga)
lo cual
nos lleva al concepto de que Dios
proyectó, que Dios en su mente, "El Logos, de Juan 1" proyecta
y construye, cría los cielos y la tierra.
Espiritualmente el hombre recibe en su mente los conceptos de cielos,
como lugar del Señor y los ángeles, dimensión
espiritual, y la tierra como
su propio ser, el alma, y discierne la existencia de
ellos por la fe en la Palabra de Dios, por la
revelación del Espíritu a nuestro espíritu que lo traduce a nuestra mente.
2Y
la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el
Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.
La tierra
desordenada simboliza el alma vacía de la persona,
alma vacía de Cristo, esa alma es la tierra prometida del Señor, donde Él
ha de reinar, y donde cada uno de nosotros
encontraremos a Cristo, no solo en nosotros, sino en
aquellos hermanos que Le hayan
recibido. La situación previa de la mente
que no ha recibido al Espíritu de Dios, es desordenada
y se encuentra en tinieblas de oscuridad espiritual,
se encuentra ante el abismo, "lugar sin fondo", donde
por su razonamiento no puede hallar a Dios, ni las
respuestas a las preguntas existenciales: ¿Quien
soy?, ¿Por qué estoy aquí?, ¿De dónde vengo? y ¿A
dónde voy?. Pero Dios ya ha previsto
ésto y su Espíritu se mueve sobre
la haz,
o faz de
las aguas. Estas aguas son las doctrinas,
mentalidades, proyectos que el hombre vive, con los
que el hombre ha sido educado, pero más exactamente
son las opciones de pensamiento existencial, en las
cuales el Señor se mueve para que podamos verle
cuando le busquemos, mas bien que Dios hace el
encontradizo con nosotros
y se nos presenta la llamada del Señor. Un hijo de
Dios nos es enviado para que nos predique el
Evangelio de la salvación universal de Cristo, o lo
leemos en la Biblia.
3Y
dijo Dios: Sea la luz: y fue la luz.
Dios dijo: sea la luz, y cuando el hombre
acepta el plan de salvación de Dios y recibe al Hijo de Dios como su salvador
personal, se hace la luz en su mente que comprende el mensaje por la fe. El
mensaje a la mente humana es tan poderoso que transforma todo pensamiento
anterior. Esto es debido a que el Evangelio está en realidad transmitido a
través del Espíritu Santo. Es en este punto que nuestro espíritu se renueva, nace de nuevo,
recibe la esencia del Espíritu Santo en nuestro interior, en nuestra alma, de manera
que comienza a sentir con un corazón como Cristo siente, y a pensar con la mentalidad de Cristo.
4Y
vio Dios que la luz era buena: y apartó Dios la luz
de las tinieblas.
Cuando ya somos salvos, dentro de nuestra
alma, Dios aparta o santifica la luz que es Cristo, de las tinieblas que es la
mentalidad de nuestro viejo hombre, la cual queda circuncidada desde nuestro
corazón, que simboliza nuestro espíritu. Nuestro espíritu, ahora vivo, da una
nueva vida a nuestra alma, donde tenemos nuestra
personalidad y nuestra individualidad, ahora es lleno de la luz de Cristo, que
con la esencia de Su Espíritu y a través de Su mente en la nuestra, nos da la fuerza para vivir la vida que agrada a
Dios, la que nos dará la paz de espíritu y la felicidad de tener amistad
personal con el Hijo del Dios viviente.
5Y
llamó Dios á la luz Día, y á las tinieblas llamó
Noche: y fue la tarde y la mañana un día.
Alegóricamente un día, podríamos decir el
primer día de nuestra nueva vida, ha sido separado de la noche en la que
vivíamos antes de conocer a Dios, antes de recibir la fe en la Cruz de Cristo. A
partir de este momento comenzamos a discernir las cosas que son del día y
a diferenciarlas de las que son
de la noche, pero lo más importante no es el hecho en sí de discernirlo, sino el
hecho de que el Espíritu Santo ponga en nuestro corazón la voluntad de compartir
cada situación de nuestras vidas con Dios Padre a través del Hijo preguntándole
al Espíritu, en lugar de reaccionar directamente por el conocimiento, aunque ese
conocimiento sea santo. El pecado no es conocer el bien y el mal, sino preguntar
a Dios que es lo espiritual en cada situación de nuestras vidas. Un ejemplo: si
un pobre me pide y le doy, hago una buena obra. Si ese pobre es un drogadicto o
un alcohólico, y usa el dinero para drogarse o emborracharse, no hago el bien
sino prolongar el mal. Si pregunto a Dios y puedo discernir o me muestra que no
es para un buen uso, o no le doy o le ofrezco ayuda de un centro Cristiano de
rehabilitación.
El primer día del hombre tras recibir la fe, según 2 Pedro,
comienza el desarrollo de la virtud que nos es dada. Es la voluntad de luchar
en las cosas de Dios en cada una de nuestras
facetas para llegar a ser hechos a la estatura de Cristo, como dice la
Escritura, lo cual resulta de bendición no ya para nosotros, sino para nuestro
prójimo. Esta voluntad o virtud de hacer lo espiritual nos es dada por al
unción del Espíritu Santo.
6Y
dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y
separe las aguas de las aguas.
Esta es la finalidad que Dios buscaba cuando
Su Espíritu se movía en medio de las aguas; que las aguas de Su Espíritu fuesen
separadas, es decir, santificadas de las aguas del mundo, siendo las aguas las
fuentes de conocimiento y discernimiento para nuestra mente, toda la variedad de
espíritus. El Espíritu Santo
hace que nuestro espíritu se renueve continuamente
y que las aguas de las que
bebamos sean espirituales. Para esto, el nacido de nuevo mantiene una
conversación interior con Dios de continuo.
7E
hizo Dios la expansión, y apartó las aguas que
estaban debajo de la expansión, de las aguas que
estaban sobre la expansión: y fue así.
Dios ha hecho la expansión; esta expansión
como veremos en el siguiente versículo son los Cielos, y Cielos con mayúsculas.
Estos Cielos son la dimensión espiritual en la que están las aguas del Espíritu
apartadas de las aguas de abajo, las de la creación material.
8Y
llamó Dios á la expansión Cielos: y fue la tarde y
la mañana el día segundo.
La dimensión espiritual ya es un concepto en
nuestras mentes a partir de aquí, aprendemos a diferenciar entre lo espiritual y
lo del mundo, con este orden que pone Dios, viviremos apartándonos, es decir
santificándonos de lo que no pertenece a los Cielos, eligiendo lo que si.
El segundo día del hombre ejercitando la
virtud,
comienza su determinación de adquirir conocimiento de Dios, y este a
través del estudio de Las Sagradas Escrituras, La Biblia, de la oración, una vez ha
entendido que La Palabra pertenece al Cielo de Dios, a la expansión, y de la
revelación de la
unción del Espíritu Santo.
9Y
dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de
los cielos en un lugar, y descúbrase la seca: y fue
así.
El hecho de juntar las aguas de debajo de los
cielos, cielos en minúscula, para que veamos lo seco, nos revela que ese ...la
seca, o lo seco... seca del Espíritu, es nuestra alma aislada en las aguas de abajo, de modo que
pueda ser arada para plantar la semilla del evangelio que será regado con las
aguas de los Cielos, las del Espíritu Santo. Así como científicamente el agua es
origen de vida biológica, el agua del Espíritu del Señor es agua viva que riega
nuestra alma para que de nuestro interior fluyan ríos de agua viva.
10Y
llamó Dios á la seca Tierra, y á la reunión de las
aguas llamó Mares: y vio Dios que era bueno.
La Tierra simboliza como ya hemos visto,
nuestra alma. Las aguas llamadas Mares son el mundo, las culturas de la
humanidad, las cuales influyen en nuestra mente y la condicionan, por eso Dios
aparta la Tierra-alma para que pueda dar frutos del Espíritu.
11Y
dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba
que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según
su género, que su simiente esté en él, sobre la
tierra: y fue así. 12Y
produjo la tierra hierba verde, hierba que da
simiente según su naturaleza, y árbol que da fruto,
cuya simiente está en él, según su género: y vio
Dios que era bueno. 13Y
fue la tarde y la mañana el día tercero.
Produzca la tierra, es produzca nuestra alma
sus primeros frutos, siendo la hierba verde con su simiente y los árboles,
nuestros proyectos de vida de la mano de Dios. Nuestra mente comienza a dar
frutos por la Palabra de Dios que dice: ...produzca... esta es la enseñanza de
fe que aprendemos aquí, que en el momento que Dios da su bendición, producimos
los primeros frutos.
El tercer día del hombre tras haber dedicado
su mente al conocimiento adquiere dominio propio, por la oración y la
unción; en
entendimiento que su mente ha recibido, comprendiendo como controlar los
sentimientos de su alma, que una vez lo asimila se hace una con la mente en
cuanto a la voluntad de servir a Dios, y el dominio de su carne, y esta
determinación nos es dada por esa
unción del Espíritu Santo sobre nuestro espíritu. Sin duda este paso dará buenos frutos, sobre todo de
cara al prójimo.
14Y
dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión de los
cielos para apartar el día y la noche: y sean por
señales, y para las estaciones, y para días y años;
15Y
sean por lumbreras en la expansión de los cielos
para alumbrar sobre la tierra: y fue.
16E
hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera
mayor para que señorease en el día, y la lumbrera
menor para que señorease en la noche: hizo también
las estrellas.
Esta es la descripción espiritual del orden de seres
espirituales de la región Celestial, los ángeles. Estos han sido y son
simbolizados por las estrellas, los mensajeros de parte de Dios durante toda la
historia en cuanto a los tiempos y las profecías. Nos dan señales para las
estaciones espirituales. Alumbran espiritualmente la tierra, el alma del
hombre. Hizo Dios dos grandes lumbreras, el Ángel del Señor y el ángel de luz,
que cayó de su dignidad y que ahora señorea sobre las tinieblas. De este modo
Dios ha hecho que entendamos que hay una batalla entre dos ejércitos, el de
Cristo y el del diablo, todo por conquistar la tierra prometida de nuestras
almas, pues somos el proyecto de Dios.
17Y
púsolas Dios en la expansión de los cielos, para
alumbrar sobre la tierra, 18Y
para señorear en el día y en la noche, y para
apartar la luz y las tinieblas: y vio Dios que era
bueno. 19Y
fue la tarde y la mañana el día cuarto.
No obstante tenemos otra visión de este Texto en la que
entendemos que la gran lumbrera del día es el Señor y la de la noche
es la Iglesia. El sol simboliza
al Señor pues tiene luz propia, es una estrella. La luna, aunque refleja la luz
del sol, no tiene luz propia. Esto es lo que hacemos nosotros, aunque no tenemos
luz propia emanamos la luz del Señor para que en la noche, crean, por la
predicación, aquellos que miren la luz, y esperen a la mañana para ver y que les
resplandezca la luz del sol.
El cuarto día del hombre, tras haberse ordenado
y dominado, se adentra en la paciencia, aguardando las señales que
vendrán por mano de ángeles, lo cual sólo se entiende cuando se tiene la mente
de Cristo, como dice la Escritura ...porque el hombre natural no percibe las
cosas del Espíritu de Dios, porque para él son locura, porque se han de
discernir espiritualmente... 1Coríntios 2:14, a través del espíritu nacido de nuevo. Estos
ángeles a veces son hermanos de parte de Dios, o mensajes por sueños, visiones;
de nuevo esta bendición nos es dada por la
unción del Espíritu Santo.
20Y
dijo Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima
viviente, y aves que vuelen sobre la tierra, en la
abierta expansión de los cielos. 21Y
crió Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que
anda arrastrando, que las aguas produjeron según su
género, y toda ave alada según su especie: y vio
Dios que era bueno. 22Y
Dios los bendijo diciendo: Fructificad y
multiplicad, y henchid las aguas en los mares, y
las
aves se multipliquen en la tierra.
23Y
fue la tarde y la mañana el día quinto.
Este representa el dominio del hombre sobre los mares, el
mundo, las culturas, la humanidad, que en su mente, el hombre ha salido de su
tierra y de su parentela para ir a la tierra prometida del Señor, una nueva vida
de la mano de Cristo, el mensaje de Dios a Abraham
en Génesis 12. Y las aves son de nuevo los
ángeles una vez han venido a la tierra para ayudarnos si son de parte del Señor,
y para luchar contra nosotros si son enemigos.
El quinto día del hombre recibe la piedad
al haber entendido que como no predique el Evangelio de la Salvación, por
misericordia hacia su prójimo, las potestades de los aires, las aves del enemigo
harán que la tierra de su prójimo, su alma se pierda porque su mente se quede en
los mares del pensamiento de la humanidad anti-Cristo, que construye un mundo
sin Dios como la torre de Babel. La piedad espiritual nos es dada una vez más por al
unción del Espíritu Santo.
24Y
dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según
su género, bestias y serpientes y animales de la
tierra según su especie: y fue así.
25E
hizo Dios animales de la tierra según su género, y
ganado según su género, y todo animal que anda
arrastrando sobre la tierra según su especie: y vio
Dios que era bueno. 26Y
dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen,
conforme á nuestra semejanza; y señoree en los peces
de la mar, y en las aves de los cielos, y en las
bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que
anda arrastrando sobre la tierra.
27Y
crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo
crió; varón y hembra los crió.
...Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza..., hombre o mujer,
hemos sido dotados del espíritu humano, de un alma que puede
llegar a amar y ser capaz de sentir como Dios siente y con una la mente
que por el arrepentimiento puede llegar a entender las
maravillas de Dios, si Le recibimos con amor verdadero y Le pedimos Su Espíritu
Santo, naciendo de nuevo. Somos los señores de la
creación de Dios. En nosotros está como tratemos la creación y como usemos sus
recursos, porque Dios nos ha puesto a gobernar y señorear Su creación. Señoreamos pues sobre el resto de
criaturas porque somos la esposa del Hijo de Dios, nuestra alma,
si Le queremos, es preparada para las bodas del Cordero de Apocalipsis19.
28Y
los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y
multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y
señoread en los peces de la mar, y en las aves de
los cielos, y en todas las bestias que se mueven
sobre la tierra. 29Y
dijo Dios: He aquí que os he dado toda hierba que da
simiente, que está sobre la haz de toda la tierra; y
todo árbol en que hay fruto de árbol que da
simiente, seros ha para comer.
30Y
á toda bestia de la tierra, y á todas las aves de
los cielos, y á todo lo que se mueve sobre la
tierra, en que hay vida, toda hierba verde les será
para comer: y fue así. 31Y
vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era
bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el
día sexto.
Una vez bendecidos hemos de multiplicarnos dando frutos
espirituales. Dios nos ha dado la hierba, las hojas de la hierba simbolizan las
hojas de la Biblia, las cuales nos son para comer, el
Evangelio. Todo árbol con simiente simboliza el conocimiento de todas las áreas
las cuales podemos comer, conocimiento y sabiduría, siempre y cuando no lo
antepongamos a nuestra relación con el Señor como pasó en la caída del pecado en
Edén. Y a toda bestia y a todas las aves y a todo lo que tiene vida, están sujetos al Señor, que es la
Palabra, el Logos, el Verbo de vida, su creador, igual que el nuestro.
Este es el sexto día del hombre en el cual una vez ha cambiado
su mente por la de Cristo, una vez su alma siente con el corazón circuncidado y
ha recibido la piedad, la cual emana de ese nuevo corazón que con el alma llena
del Espíritu Santo, puede emanar el afecto fraternal a través de
nuestro espíritu nuevo, para con los hermanos del
Cuerpo de Cristo y para con el mismo Señor. Los que igual que nosotros han sido comprados por precio de
sangre, la sangre de Cristo, el Mesías, nuestro Señor. Él es el ejemplo del
afecto fraternal, con Él no hay temor, por lo tanto los cristianos deben
emanar de sus almas este mismo sentir los unos con los otros, comprendiendo que
somos aun humanos, y
aunque racionales, arrastramos nuestra parte animal como
leemos en
1Coníntios 15:44, pero que dentro tenemos la misma esencia
del Señor pero si a veces ofendemos, o tratamos
mal o somos maltratados por otros,
debemos usar del amor de Dios que nos es concedido una vez nos soportamos y
cumplimos la ley de Cristo de Gálatas 6:2 y ponemos nuestras vidas por los
hermanos como en 1 Juan 3:16-17. Y todo esto nos es concedido por la unción de
nuestro inseparable y amado Amigo, enviado por el Esposo, el Espíritu Santo.
Para terminar esta exposición tomaremos sólo los tres primeros
versículos del Capítulo 2 que comienza con la terminación del primero, y
culminamos la creación del nuevo hombre espiritual.
1Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo
el ejército de ellos. 2Y acabó Dios en el día séptimo la obra
que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. 3Y
bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra
que había hecho en la creación. El hombre puede vivir de la manera
desarrollada en este estudio, que es por creación del Señor, sin embargo el
resultado del hombre común es que se quedó cegado por el fruto de uno de los
árboles, el del conocimiento de la ciencia del bien y del mal, y esto es lo que
el enemigo usó para que, precisamente por la mente, por la tentación a la mente,
en su falta de virtud, por no querer esforzarse, prefirió el plan "cómodo del
código, de la norma a seguir, del conocimiento del bien y del mal del cual
guiarse y no preguntar a Dios, para no esperar la respuesta y actuar de forma
impaciente" y se bajó del tren espiritual de la vida que Dios nos había
preparado. Lo vemos en
Mirando al Árbol del Edén. Pero la buena noticia es que hoy podemos volver a
subir en ese tren que lleva a una nueva vida y salir de este estancamiento que
hace que todas las facultades con las que Dios nos capacitó originalmente,
puedan tener su pleno desarrollo para bendición, para una vida nueva de la
verdadera mano de Dios por el nuevo nacimiento de lo Alto. Y todo esto es
posible por la unción del Espíritu Santo, nuestro inseparable Amigo, de parte
del Esposo y guía, que nos lleva a toda verdad, hasta la implantación universal
del reino de Dios.
CONCLUSIÓN La obra de la
creación de Dios en la visión espiritual, como hemos visto, hace que todo nuestro
ser: ...espíritu, alma y cuerpo... sean ordenados y pasen de ser alma viviente a
espíritu vivificante. La naturaleza espiritual vence sobre la carnal. El mérito
es de Cristo que ha vencido por nosotros y paga el precio con Su vida en la cruz,
para que lleguemos a ser a la altura que Él ideó en su proyecto para nosotros,
el de hacernos a Su imagen y conforme a Su semejanza para que nos convirtiéramos
en Su esposa para la eternidad. El Espíritu Santo se hace uno con nuestro
espíritu, la mente de Cristo se hace una con nuestra mente de manera que sea
nuestra alma, ya salva, la que emane el afecto fraternal verdadero
y el amor
verdadero por la fuente del amor de Dios.
Este es el objetivo de Dios en nosotros, en nuestra creación
personal y espiritual.
El famoso Texto del Evangelio
de Juan, en aquella conversación trascendente entre Nicodemo, un fariseo,
maestro de Israel y Yahshua, el Señor nos muestra la necesidad de nacer de nuevo
del Espíritu: ...1Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un
principal entre los judíos. 2Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí,
sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas
señales que tú haces, si no está Dios con él. 3Respondió Jesús y le dijo:
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4Nicodemo le dijo:
¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es. 7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8El
viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni
a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9Respondió
Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres
tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11De cierto, de cierto te digo, que lo
que sabemos hablamos, y lo que hemos visto,
testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12Si os he
dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las
celestiales? 13Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo;
el Hijo del Hombre, que está en el cielo. 14Y
como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado, 15para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna. Juan 3.
La humanidad Adán de Génesis 5, lleva ya demasiados años
construyendo religiones con su mente. Ya
es la hora de que comprendamos que hasta que el espíritu nazca de nuevo, no
puede heredar el Reino de Dios. Todo lo que hace el hombre en el campo
espiritual con la mente es Babel, y a lo que lleva
esta es al
ecumenismo en un intento de evitar racional que sigan matándose entre culturas.
El Señor por Su parte, y sin embargo nos advierte: ...Salid de ella
pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de
sus plagas... Apocalipsis 18:4. Salgamos de la mente y entremos en el Espíritu
por el nuevo nacimiento del agua y del Espíritu, que da Dios desde las Alturas.
Respuesta de Jesús a Nicodemo que acabamos de leer. Hay
que nacer de nuevo por la fe, que es un don de Dios. La mente es sin duda
una capacidad que el hombre natural no
usa para lo espiritual, porque necesita ser cambiada por
la de Cristo, por ello el hombre la usa sin embargo para lo material.
Si esta mente no cambia por haber el hombre nacido de nuevo, con el resto de nuestro ser, no
evoluciona a la dimensión a la que ha de llegar, para unirse a nuestro
espíritu, para que el Espíritu de Dios en nosotros sea el que controle nuestros
pensamientos, discernimientos, sentimientos y desarrollo. Esto
no se consigue por el intelecto, ni por el razonamiento, sino por la locura de
la predicación de la Cruz, que produce fe. Dios está en el nivel
superior al ser Espíritu, nosotros sin Él nos quedamos en el nivel inferior de
la mente. La mente de Dios es Espíritu, es de una esencia distinta a la mente
humana. Dios es Espíritu vivificante y ese Espíritu creador es llamado
Logos por
la misma Palabra, la cual es Cristo, nosotros debemos hacernos uno con el
Logos, pues Él nos ama y nos anhela. ...Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente;
el postrer Adán, espíritu vivificante...
1Corintios
15:45.
Y Ud. mi querido amigo y hermano lector, ¿Ha comenzado ya en su
interior la obra de
la creación que hará que su ser interior, su templo interior se ordene en la
unidad como el Padre y el Hijo en el Espíritu y resulte la unidad entre
su cuerpo, alma, mente y espíritu
con el Espíritu? ¿Ha pensado en pasar de ser alma viviente a
convertirse en espíritu vivificante de la mano de Dios, ha comenzado a usar de
la primera capacidad que le ha dado Dios tras el don de la fe, la virtud, se ha
renovado en el espíritu de su mente? ¿Se ha dado cuenta de que
no hemos señalado el séptimo y último de los niveles espirituales que se leen en
en Texto de 2Pedro? Si lo busca y lo trabaja espiritualmente en oración y
esfuerzo, y esto hace podrá llegar a
la culminación de su ser, la capacidad de amar con amor de Dios; el
séptimo de los siete niveles espirituales del discípulo simboliza el
séptimo día de la creación de Dios en su alma, y Dios descansará de Su obra,
porque vivirá en el Shabbat
espiritual, en el reposo del Señor, y empezará a emanar amor de Dios. Este es el
objetivo final de toda la exposición, así como de la creación de nuestro ser a
imagen y semejanza de Dios. Génesis nos muestra nuestros comienzos, pero hoy
hemos visto nuestra culminación. Si Ud. todavía no puede amar con el amor de
Dios, no se desespere, hoy ha leído todas las herramientas que Dios nos enseña
en Su Palabra, en Su Hijo Jesucristo, y que en su relación con el Espíritu Santo
le llevarán a amar junto a Dios con Su amor. Si amar con amor de Dios es la
fuente de vida de su corazón y ha
nacido de nuevo del Espíritu, su vida ha cambiado, ya no piensa ni ama como
antes, es una nueva criatura. Dios le bendiga y unja con el amor de Su Espíritu,
el amor de Jesucristo, el amor del Padre. Amén. Si quiere profundizar más sobre la Mente de
Cristo puede comprar el
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