LA UNCIÓN PROFÉTICA
...Así dice YHWH, el Santo de Israel y su
Formador: Preguntadme de las cosas por venir... Isaías 45.
La unción profética es un don de Dios que
siempre ha sido parte de la relación entre el hombre que vive en
la alabanza y su Creador. Cuando amamos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda
nuestra mente y con todas nuestras fuerzas, como no nos va a
hablar Dios. Dios siempre ha hablado a Su pueblo de muchas
maneras. La norma es que el profeta de Dios profetice, pero la
"excepción" es que aquellos que no son profetas lo hagan, como
fue el caso de Saúl, como lo es la profecía de Joel 2:28 sobre
los hijos.
Como veremos en Las Escrituras, profetizar tiene
dos significados. El primero es hablar la Palabra de Dios
...Los profetas profetizaron hasta Juan, desde
entonces el reino de los Cielos es anunciado... Mateo 11:13 y el
segundo es hablar de los acontecimientos futuros que Dios
anticipa para que Su pueblo se arrepienta o identifique Su
voluntad. ...Así
que hermanos, procurad profetizar... 1Coríntios 14:39.
la unción profética tras la alabanza
La unción profética es un don de
Dios que Él da cuando estamos dispuestos a hacer Su voluntad, y
por ello a escuchar Su voz, la cual nuestro espíritu oye del
Espíritu Santo, y la revela a nuestra mente para que podamos
discernir espiritualmente la respuesta y la conversación con
Dios. Estas cosas a muchos les sonarán a ...locura, y no las
pueden entender... como dice la Escritura en 1Coríntios 2:14,16 pero para los que tienen los sentidos
acostumbrados al Espíritu por la gracia de Dios, nos confirman
que ...tenemos la mente de Cristo...
Samuel, profeta de
Dios, profetizó a Saúl sobre los acontecimientos que le
sucederían antes de ser proclamado rey de Israel públicamente,
de modo que Saúl identificara con claridad las maravillas que
Dios hace cuando le amamos. El siguiente Texto Bíblico nos da
las claves de la unción profética. 1SAMUEL:
CAPÍTULO 10
1Tomando entonces
Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo:
¿No te ha ungido Yahweh por príncipe sobre su pueblo Israel?
2Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al
sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán:
Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de
inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré
acerca de mi hijo?
Lo primero que Dios hizo con Saúl fue ungirle a
través del aceite, por mano de Samuel, como hace con todos
nosotros, sus discípulos al bautizarnos con el Espíritu Santo. Luego le libró de la
preocupación mas inmediata en su vida, aquí representada en la pérdida de las asnas de su
padre, que al ser halladas liberarían su alma de aquella carga.
Las asnas además representan las cargas del padre de Saúl,
porque al ser animales de carga nos llevan a ver la carga de su
dueño, aquí el Padre de Saúl, su tierra y su parentela, de lo
que Dios también le tiene que librar. Esto mismo hace Dios con nosotros cuando nos dispone a
servirle, nos libera de las cargas que haya en nuestras vidas y
que sean impedimento para la obra a la que nos llama.
3Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor,
te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno
tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino;
4los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que
tomarás de mano de ellos.
A continuación se encontraría con
tres hombres que van a Bet-El, "Casa de Dios", es decir que van
a la presencia del Señor, con tres cabritos, tres tortas de pan
y una vasija de vino. Estos tres hombres nos recuerdan a los
tres varones que aparecieron a Abraham y que prefiguraban al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Los tres cabritos
simbolizan el sacrificio de Cristo que abarca los tres efectos
que consigue sobre nuestra alma, haciéndonos pueblo de Dios: El
primero es La Pascua,
la salida de la esclavitud al pecado, el segundo es la
confirmación del Espíritu en la fiesta de
Pentecostés
y el tercero es la Expiación por el pecado que nos da entrada en
Tabernáculos.
Son las tres épocas de las Fiestas del Señor. Todo esto es lo
que aceptamos una vez recibimos a Jesús como Salvador de nuestra
alma.
Esas tres tortas de pan son el pan del
conocimiento de Cristo en la experiencia de tres
vidas de hombres de Dios que acostumbran a ir a la presencia del
Señor y que tienen revelación e interpretación, de los cuales acepta
Saúl dos panes, como debe hacer un buen discípulo, reconociendo a aquellos
que Dios pone en su vida y que tienen Palabra de Dios.
La vasija de vino es el alma que lleva en si la
sangre de Cristo como salvación de su alma, la fe en el
sacrificio del Hijo de Dios, la cual predicamos a nuestro
prójimo para su salvación y unidad con nosotros.
Todo esto es lo que compone la Santa Cena: El
Sacrificio, el Pan y el Vino.
Los dos panes que se nos entregan simbolizan
nuestro nuevo hombre en Cristo en nuestra alma y en nuestro
espíritu, pero nos falta el nuevo cuerpo al que venimos a formar
parte al entrar en el Cuerpo de Cristo; lo cual anunciaremos en
la Santa Cena desde el momento en que comenzamos a participar de
ella. Todo discípulo recibe dos panes, y el tercero que ha de
llevar, es él mismo, una vez ha nacido de nuevo. A partir de
este momento él pasará a formar parte de aquellos que llevan los
tres cabritos, las tres tortas de pan y la vasija de vino a Bet-El.
Así la reflexión es: ¿Estamos yendo a Bet-El regularmente.
Estamos dando dos panes a otros?
5Después de esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de
los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de
profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero,
flauta y arpa, y ellos profetizando.
6Entonces el Espíritu de Yahweh vendrá sobre ti con poder, y profetizarás
con ellos, y serás mudado en otro hombre.
A estos tres hombres de Dios les precedía la
alabanza y la adoración. Una compañía de profetas que alaban, cantan y danzan
delante del Señor. Aquellos que vienen de la presencia de Dios, lo que es llamado el lugar
alto. Salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. Esta compañía de
músicos cubrían todas los instrumentos de música posible: el salterio es la danza del
cuerpo, alabar a Dios con el cuerpo; el pandero es la percusión, alabar a Dios
con nuestros corazones, la flauta es la alabanza del viento, símbolo de alabar a
Dios con nuestro espíritu, el arpa es la cuerda que al vibrar acalla el alma, y
ellos profetizando con la voz, el cántico que aúna en un solo instrumento, la
garganta, todos los sonidos, pues las cuerdas vocales se mueven por el viento y
con la boca dominamos incluso la percusión, el instrumento perfecto, que habla con música es
la alabanza de la mente de Cristo, y pronuncia el nombre de YHWH.
La alabanza y la adoración preceden a la
unción profética. Esta unción profética del Espíritu de Yahweh le sobrevino
estando con la compañía de profetas que alaban a Dios, la cual le absorbió y
profetizó. Los discípulos de Cristo igualmente hemos de convertir la alabanza y
adoración a Dios, y la oración en nuestras dos piernas espirituales, las cuales
no nos dejarán tropezar y con ellas podremos participar del salterio del gozo
del Espíritu Profético. El resultado de alabar y profetizar es que el
Espíritu Santo nos muda en otro hombre, y de esto damos testimonio todos los que
conocemos al Señor.
7Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo
que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.
8Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo a ti para
ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz.
Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de
hacer.
A partir de aquí, mis queridos hermanos, hay
que ejercitarse en confiar en Dios porque debemos hacer lo que viniere a nuestra
mano porque el Señor está con nosotros. Lo que hemos de hacer en cuanto a
nuestras vidas tardará siete días en sernos mostrados, cuando seamos construidos
en templos completos en Cristo, a través de los dones del Espíritu que nos sean
otorgados, y a través de la virtud
para nuestra edificación, pero lo que haremos espiritualmente vendrá solo y se
pondrá delante de nuestras vidas, porque las hemos entregado al Señor, haremos
los que nos viniere a la mano.
Dios nos habla
PROFECÍA
Dios, el Dios eterno, que dio a
Su Hijo Unigénito en sacrificio por amor a nosotros, pecadores y
merecedores del infierno y la muerte eterna, ese Dios grande y
majestuoso que cambiado nuestra condenación en bendición del
Altísimo por la fe en Su Hijo amado Yahshua, Jesucristo, lleva hablando a Su pueblo desde que Adán comenzó a
caminar sobre la tierra. Si estamos dispuestos a
escucharle y buscarle, Dios nos habla en la oración, por sueños,
en visiones, por señales, a través de
personas, y como no en Su Palabra, etc. Sin duda alguna Dios es quien conoce la forma
de hablar a cada persona, y esto lo pueden asegurar aquellos que
llevan tiempo caminando de la mano del Señor. Como ejemplo podemos
poner a personajes Bíblicos a los que habló Dios,
como Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Gedeón, Samuel,
David, todos los profetas, los apóstoles, Pablo, Ud. y yo, pues
inscritos estamos en el Libro del la Vida del Señor, que nos ha
comprado por precio, Su propia sangre.
Por tanto busquemos la voz de Dios en oración,
con alabanza y adoración, con conocimiento de Su Palabra, por
sueños, señales y prodigios, pero en todo esto
esforcémonos con amor por nuestro Señor quien nos ama y habla.
Como saber qué es la voz de Dios
Para identificar la voz de Dios,
un mensaje Suyo, un sueño que tengamos o que otros tengan,
visiones o señales, etc... hemos de ser como aquellos que iban a
Bet-El, o como los que volvían del lugar alto, gente de Dios
acostumbrada a estar en Su presencia. La voz de Dios no se oye
por técnica o por inteligencia, sino por pasar tiempo en
intimidad con Dios, abriéndole el corazón y derramando nuestra
alma ante Él, caminando junto a nuestro amado Señor Jesucristo.
Para iniciarse en el discernimiento espiritual
de la voz de Dios, y siempre que tenemos cualquier duda, debemos
comprobarlo con la Biblia. La Biblia es la guía de nuestra vida,
y la Palabra o mente de Cristo que contiene, es la mayor de las
profecías, y está a nuestro alcance. Es la guía para la iglesia
y para otros que aún no conocen a Dios. Dios nos habla en la
Biblia y todas las profecías que ha incluido en Ella, o bien se
han cumplido o las pocas que quedan están por cumplirse. La voz
de Dios nunca se contradice con Su Palabra; si el enemigo nos
engaña por la mente, no será acorde con la Biblia, sino
contrariamente, entonces hemos de rechazar el mensaje. Lo
principal, y el hábito que hemos de aprender es orar al Señor
para que nos de respuesta, pues Dios nos oye cuando oramos, nos
oye si oramos en el nombre de Jesús, en el nombre de Yahshua.
...Te preguntaré y Tu me enseñarás... Job 42. Si estamos buscando respuestas que no están en
el ámbito de lo espiritual, sino en el terreno de nuestra vida
cotidiana y en nuestras circunstancias, entonces debemos orar
para recibir sabiduría, sueño o señal, y debemos también, como
no, aprender de la Biblia. Recordemos a Gedeón como hizo pacto
con Dios para que Dios le respondiese sobre que hacer ante la
batalla, o como olvidar al siervo de Abraham cuando pidió señal
para encontrar esposa para Isaac, el hijo de su señor, una
historia que simboliza nuestra labor de evangelización cuando
buscamos almas para el Hijo de nuestro Señor. Pues si ellos
hacían esto, nosotros también hemos de hacerlo y ser fieles a
las respuestas de Dios, pues Dios está
aquí y Cristo vive, por lo tanto el Espíritu Santo nos llevará a
toda verdad en todo.
Si alguno duda, y piensa que puede oír la voz
del Señor, pida sabiduría de Dios en oración, pero pida con fe,
no dudando nada como dice Santiago 1:5 y 6.
...Pedid y se os
dará, buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al
que llama, se le abrirá. Mateo 7:7.
...Por tanto, os digo que
todo lo que pidiereis orando, creed
que lo recibiréis, y os vendrá. Marcos 11:24.
...Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho... Juan 15:7.
...Hasta ahora nada habéis pedido en mi
nombre; pedid y recibiréis, para que
vuestro gozo sea cumplido. Juan16:24.
...¿Cuanto
más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo
a los que se lo pidan?. Lucas11:13.
Conclusión
En la oración y la alabanza de nuestro corazón
se manifiesta el amor a Dios, se cultiva el amor a los hermanos
y al prójimo. Con esta edificación del corazón que Dios asemeja
al Suyo con el tiempo, nos hacemos uno con Él.
...El Señor es mi pastor, nada me
faltará... Salmo 23. Si bien este versículo es aplicado normalmente a
necesidades físicas, y algunas veces a las espirituales,
también, y dentro de estas debemos aprender a confiar en nuestro
Dios para recibir la unción profética, pues nada nos faltará y ...no menospreciéis las
profecías... 1Tesalonicenses 5:20, porque ...Yo testifico a todo
aquel que oye las profecías de este libro. Apocalipsis 22:18.
En 1Coríntios 14, Pablo enseña sobre los dones espirituales, una
petición tras hablar del don más excelente, el amor, el cual es
la base y fin de nuestra vida, el amor de Dios llamado también
Caridad, y una vez recibido y emanado este amor en nuestra vida
diaria, insta a la iglesia diciendo: "...sobre todo que profeticéis..."
amén.
|