
10 PREGUNTAS FILOSÓFICAS Y EXISTENCIALES AL CRISTIANISMO
© Carlos Padilla – Marzo 2023
1.- ¿Existe Dios y es el creador del universo? ¿Qué Dios? ¿Cómo conocer a Dios?
La respuesta filosófica a la primera de las grandes preguntas, y teniendo en mente las escuelas de pensamiento, y a algunos de los primeros filósofos, como Epicúreo, Sócrates, Platón o Aristóteles, en cuanto a la metafísica (más allá de lo físico), tiene cuatro componentes: El argumento cosmológico, que nos dice que el universo debe tener un causante, porque todo lo que tiene un principio, tiene un origen o creador, ¿el Dios de la Biblia? El argumento del diseño expone que si algo muestra un diseño procede de una mente inteligente, y la creación emana diseño por todas partes, luego tiene un diseñador, ¿el Dios de la Biblia? El argumento ontológico muestra por la razón qué existe, y si un ser supremo existe debe tener atributos perfectos, ser eterno, sin principio, y debe poder conocerse, ¿de nuevo el Dios de la Biblia? Y el argumento moral expone que si existen valores morales objetivos, Dios ¿el Dios de la Biblia? ha de existir y haberlos provisto a la conciencia humana. Julián Marías diría que Dios es el auténtico objetivo de la filosofía. Lo anterior se podría relacionar con el conocido enunciado de que la Teología es la reina de las ciencias, como se puede ver en la sala central de la biblioteca del Monasterio del Escorial. Las objeciones del naturalismo, del darwinismo y el evolucionismo, del anti-teísmo y el agnosticismo, y del relativismo y el nihilismo, se pueden leer en dos Estudios Apologéticos completos en: https://www.jesucristo.net/apologetica-cristiana-1/ y https://www.jesucristo.net/Apologetica-Cristiana-2/
El cristianismo responde a las preguntas ¿Existe Dios? ¿Qué Dios existe? y ¿Cómo conocer a Dios? que es evidente que por medio de las cosas hechas, el universo, la tierra, la naturaleza y el hombre, con todo el diseño que estos muestran, y las leyes de la física, que una mente inteligente ha diseñado y creado todo lo que existe, y todo esto además de una moral absoluta muestran la persona de Dios en la Biblia como el creador. La frase “por medio de las cosas hecha” viene de un argumento del apóstol Pablo en (Romanos 1), pero el Areópago de Atenas en respuesta a los filósofos griegos, que habían hecho un altar “al Dios no conocido” y decía Pablo que de Ese les hablaba él, y que en Él vivimos y nos movemos y somos, (Hechos 17:16-34), algo no lejano a los pensamiento de Pascal. No existe tribu en el planeta, por aislada que esté, que no crea en un ser supremo, dios, o espíritu; es como una orden de búsqueda que hay en la mente humana que sabe que hay un Dios creador. La Biblia empieza en (Génesis 1) con: “En el principio Dios creó…”. Y el Dios que existe tenía que tener los atributos del Dios de la Biblia: eterno, infinito, juez justo, fiel, Dios de los ejércitos celestiales, Rey del universo, su creador y arquitecto, todopoderoso, omnisciente, omnipotente, omnipresente, todo bondadoso, que ama hasta la muerte de Su propio Hijo unigénito Jesucristo por nosotros; la lista continua. Ese es el único Dios que puede existir bajo el prisma filosófico y ese es el Dios de la Biblia.
Y si ya creemos en Dios ¿cómo podemos conocerle? Jesús dice: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino es por Mí” (Juan 14:6). Y también dice que: “El Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que Yo os he dicho”. Pero para esto es necesario nacer de nuevo del Espíritu, porque: “El que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3), esa fue la conversación de Jesús con Nicodemo, un principal sabio de la sinagoga de Jerusalén. Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/jesucristo/
2.- ¿De dónde venimos y porqué estamos aquí? Origen del hombre y del universo.
Los filósofos, tras estudiar a Dios y el origen del universo, comenzaron a poner al hombre en el centro del pensamiento, para buscar su origen. Aquí llegamos a un punto de conexión con la primera pregunta, porque si concluimos que Dios existe, y es el creador, sabemos de dónde venimos. La razón enlaza más fácilmente con un origen desde Dios en conexión con el “por qué estamos aquí”, ya que un Dios creador puede relacionarse con nosotros. Pero si no sabemos de dónde venimos, si se cree en la evolución desde la nada, la casualidad, etc. “Cogito ergo sum” -pienso, luego existo- es la frase célebre de Descartes sobre nuestra percepción de que existimos porque pensamos, pero no responde a las preguntas del origen ni el por qué.
El cristianismo responde que hemos sido creados por Dios nuestro Padre, que nos ha provisto de alma y espíritu, y ha dado vida a nuestro cuerpo, y una mente capaz de comprender, aprender, y relacionarse con Él y de disfrutar la experiencia de las relaciones, la familia, la amistad y el amor. “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros… …siendo, pues, linaje de Dios…manda a los hombres que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia…” (Hechos 17). Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/retodeCristo.htm
3.- ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué futuro nos espera? ¿Hay vida después de la muerte?
La filosofía continúa sus búsqueda de respuesta a otra pregunta existencial sobre a dónde vamos, que sin querer se relaciona con nuestro propósito, pero podemos verlo desde el punto de vista individual o como humanidad. La filosofía y la razón pueden llevarnos a respuestas inciertas sobre nuestro propósito y nuestro futuro, pero pueden utilizar la historia de la humanidad para vislumbrar que nuestra vida individual y como humanidad se parecerá a lo ya acontecido. Pero ¿querríamos conocer nuestro futuro si realmente fuera posible? El existencialista Heidegger concluye que el hombre vive para morir, toda una motivadora esperanza, y no hay nada más, por lo que vive en angustia.
El cristianismo responde desde la resurrección, que es para el cristiano parte de la seguridad de la salvación que proviene de Dios por Su gracia, pero creemos que todos resucitarán, unos para vida eterna en el Reino de Dios, y otros para el infierno eterno, según Jesucristo, (Mateo 10:28). El futuro que nos espera aquí es una vida plena que experimenta a Dios cada día, pero también sabe que este mundo no es el Reino de Dios y que hay y habrá tribulación, hasta la segunda venida de Cristo. La Biblia nos presenta el futuro del mundo, de la creación y de la humanidad por las profecías, las cuales se han cumplido, se cumplen y sin duda se cumplirán sin excepción. Y también sabe que existe el Paraíso de Dios a donde somos llamados por la fe para estar con el Señor por la eternidad; es hacía ahí que vamos, ese es nuestro futuro, el cual las profecías han probado, y creemos en la vida después de la muerte por la resurrección de Cristo. Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/resurrec.htm
4.- ¿Quién soy? ¿Cuál es mi propósito y el sentido de mi vida?
La filosofía busca la respuesta a la identidad del individuo desde el principio. La propia identidad es una amalgama de componentes del cuerpo, del alma, de la mente y del espíritu. Por ejemplo, el ADN es un programa de diseño biológico individual que nos diferencia a los unos de los otros, y que de algún modo nos individualiza. Los filósofos no conocían esta composición del hombre, pero buscaban la respuesta a ¿quién soy? la identidad, también en nuestra naturaleza. Las respuestas contemplan la diferencia entre cada persona, incluyendo observar a dos bebés gemelos al nacer y cómo desde su nacimiento ya muestran diferencias de carácter y diferentes dones, siendo que comparten ADN, lo cual nos fascina a todos, no solo a los científicos. Pero ¿quién soy? además de lo que traemos de nacimiento, suma lo que vamos experimentando en la vida, nuestras circunstancias “Yo soy yo, y mis circunstancias” diría Ortega y Gasset, además de familia, país, educación, etc. y todos con el tiempo vamos cambiando, aunque la esencia permanece. Volvemos a la frase “cogito ergo sum” muy lejos de hallar una respuesta. ¿Somos lo que hacemos, nuestro trabajo, profesión, etc.? Entonces la filosofía todavía no puede responder cuál es el sentido de la vida ni nuestro propósito, más bien lo que somos y hacemos podría aportar algo de luz, porque si no hay un propósito, o no podemos conocerlo lleva a muchos la desesperanza, a cuestionar los valores y la vida misma, pero el filósofo seguirá buscando su respuesta.
El cristianismo sí tiene respuestas y enseña que quien llega a ser hijo de Dios (Juan 1:12) por el nuevo nacimiento (Juan 3:3), nueva criatura es (2 Corintios 5:17) y por lo tanto sabe quién es desde entonces. Esto responde a la segunda cuestión sobre cuál es nuestro propósito: conocer a Dios, como lo principal. De ahí emana el sentido de nuestra vida. Además, y ya que sin duda muchos quieren saber cuál es el propósito de sus vidas, cuenta con la oración, la fe, la Biblia, además de los otros hermanos con los que compartir y encontrar la respuesta de Dios, que siempre habla de algún modo al corazón del creyente. Los que conocemos a Cristo damos fe de cómo nos ha cambiado con Su Espíritu, y cómo ahora somos nacidos de nuevo y madurados por Su presencia, disciplina y amor. Además están los dones que Dios da a cada uno, tanto los de nacimiento para la vida secular, como los del Espíritu para la vida espiritual. Pero también muchos se preguntan si tenemos libre albedrío o si ya estamos predestinados, aunque confunden el concepto de predestinación espiritual con el del destino de sus vidas, siendo el primero para salvación y el segundo para nuestra historia, que debemos ir descubriendo con ilusión y esperanza, con fe y virtud. Podemos pedir a Dios para saber nuestro propósito, algo con lo que el ateo no cuenta y se lanza a su propia aventura según sus pensamientos, sentimientos y sensaciones, y va a la deriva influido por su entorno, y muchas veces el resultado es negativo, con depresión y desesperación. San Agustín hablaba de la búsqueda de Dios como lo que nos llena y da propósito en la vida, lo que asegura nuestra existencia y sentido. Pero somos libres para vivir con Dios o para pecar, desde Adán y Eva, y dijo Dios: “He aquí que el hombre es como uno de nosotros sabiendo el bien y el mal…” (Génesis 3:22). Lamentablemente vemos que todos somos pecadores, aunque algunos lo buscan y otros no, ahí empieza una distinción que hace la diferencia entre una persona y otra, y que afecta a su propósito en la vida y que aporta respuestas a quien es, pero sobre todo afecta a su destino final y eterno. Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/retodeCristo.htm
5.- ¿Qué es la verdad y cómo podemos conocerla?
El pensamiento filosófico concluye que hay verdad absoluta, verdad relativa, y otros conceptos que variaban según cada filósofo: para Platón la verdad era el bien. La razón y la ciencia suelen argumentar que la verdad es algún concepto, hecho o realidad sobre algo o alguien que puede comprobarse, la realidad, resumiendo la descripción de Tomás de Aquino. El propio Pilatos preguntaba a Jesús qué era la verdad, porque Jesús le respondió que Él había venido a dar testimonio de la verdad, y Pilatos quiso librarle de la cruz.
El cristianismo tiene una respuesta que cambia la perspectiva del concepto, al contemplar la respuesta de Jesucristo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…” (Juan 14:6). Aquí Él es la verdad, y Su Palabra es verdad. Además podemos conocer la verdad y la verdad nos hará libres (Juan 8:32) a través de Su Palabra, pues Dios nos revela Su voluntad y propósito para con nosotros al amarnos para salvarnos y ofrecernos vivir eternamente en Su Reino, sin maldad ni pecado, sino en paz y amor de Dios. El mundo provee mucho conocimiento que es mentira, de hecho el diablo es conocido como padre de mentira (Juan 8:44) y engaña al mundo entero, hoy por TV, Internet, redes sociales, y medios, corrupción y sufrimiento. Dios es la verdadera fuente de la verdad, porque Él nos ama y nos ha hablado la verdad, Su Evangelio que nos salva para vida eterna en Su Reino por la fe en la cruz de Cristo; quien cree esto tiene vida eterna (Juan 3:16) y es verdad. Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/verdad.htm
6.- ¿Cuál es la moral y la ética correcta? ¿Hay una ley absoluta? ¿Quién debe gobernar?
La filosofía busca cuál ha de ser el bien y el mal como un código ético y moral, pero es algo subjetivo porque depende de qué código sigamos, no puede aportar un código absoluto porque cambia con el tiempo. Si seguimos uno que sea absoluto y verdadero, entonces sería objetivo y nos daría paz de conciencia, pero ¿existe uno así que el hombre haya provisto? El hombre no puede elaborar ese código absoluto porque depende de sus tradiciones, educación, época de la historia, lugar y sociedad dónde vive, uso y costumbres, influencias sociales y políticas e ideológicas, y vemos cómo las leyes se cambian al antojo de las ideologías de los gobernantes políticos del momento, y varía en distintos países y sus regiones. Algunos, como los relativistas, o los nihilistas como Nietzsche dicen que o bien todo es relativo, o que no hay efectos de nuestras acciones por nuestra ética o moral, porque al final no hay nada, lo cual es una contradicción en sí misma, porque vemos los efectos inmediatos o a medio plazo de nuestras acciones; eso sin contemplar todavía los eternos. Podemos aprender la tolerancia, respetar diferentes opiniones y formas de vida, pero nuestra conciencia nos acusará según qué código tiene dentro.
El cristianismo cuenta con que Dios ha puesto una conciencia básica que nos acusa sobre lo que está bien y lo que está mal, aunque a estas alturas el mundo se ha alejado mucho, y la mayoría aguanta de forma hipócrita, algo que el apóstol Pablo en la Biblia (1 Timoteo 4:2) llama “tienen cauterizada la conciencia”. La Ley de Dios es la moral absoluta, y ésta desde los ojos del Nuevo Testamento, no ya la parte sacrificial y expiatoria, y la aplicación del castigo, la cual Cristo cumplió en la cruz, y Él mismo dice de la Ley: “Porque ni una jota ni una tilde pasarán de la Ley hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5:18). La vigencia de los 10 Mandamientos (Éxodo 20).
¿Quién debe gobernar? Ya hemos conocido todos los sistemas de gobierno en la historia, y vemos que pueden ser válidos o no según la corrupción y los propósitos de los que ostentan el poder. Si bien parece que la democracia occidental permite luchar contra el absolutismo, hoy en día el hombre ya no cree en ningún sistema por la gran corrupción y desviación que hay, donde los poderosos están angustiando las vidas del pueblo con impuestos abusivos, injusticia social, hambre en el mundo, pobreza, inmoralidad y guerras. Jesucristo es Rey de reyes y Señor de señores, y vendrá al final del tiempo para juzgar al mundo y establecer Su Reino, al cual por Su muerte y resurrección nos ofrece el perdón de los pecados, y por la fe la entrada en la vida eterna, donde reina la justicia (Apocalipsis 21 y 22). Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/La-Venida-del-Hijo-del-Hombre.htm
7.- ¿Si Dios es bueno, por qué existe y permite el mal?
Algunos filósofos concluyen que porque el mal existe, Dios no existe, porque creen que Dios, el Dios que debe existir, no lo permitiría en este mundo. Pero el mundo ha decidido vivir apartado de Dios, en pecado y bajo el mal. También argumentan que Dios no existe porque al no evitar el mal, no es todopoderoso ni todobondadoso, pero eso es ignorar la injusticia y la maldad del hombre; John Locke. El problema del mal y del sufrimiento aparta de la fe a muchos que creen que Dios está obligado a permitirnos vivir a nuestro antojo y en pecado, y además piensan que está obligado a proveernos para que seamos felices y no existan tragedias viviendo apartados de Él, como si fuera nuestro servidor. Muchos culpan a Dios de todos los males que les ocurren, mientras viven de esa forma, y como pretexto dicen que niegan la existencia de Dios y no Le tienen en cuenta, ni Le obedecen. El mundo actual es el fruto de la deriva del hombre en su afán por apartarse de Dios, y ha quedado patente que ni el hombre, ni la sociedad son capaces de proveer un orden, una moral, una justicia y una seguridad y prosperidad que solo el Dios de la Biblia promete en Su Reino.
El cristianismo, sin embargo cuenta con el mensaje de la Biblia de que Dios no permitirá el mal en Su Reino eterno, lo exterminará en este mundo el día del juicio, (Apocalipsis 21 y 22). La evidencia es que Dios sí existe y es luz, y no hay tinieblas en Él (1 Juan 1:5), aunque tanto para el ateo como para el teísta el mal existe en este mundo. ¿Y si Dios tiene una razón para permitir el mal en este mundo? La historia prueba que la maldad ha sido usada para el bien. El ejemplo supremo es el Señor Jesucristo, quien sufrió tortura y murió en la cruz, algo que es malo, sufrió incluso siendo inocente, pero Dios usó ese mal para bien, pues era el plan de Dios, aceptado por el Señor Jesucristo, cuyo fruto fue nuestra salvación y la gloria de Cristo, (1 Corintios 15 sobre la resurrección). La fuente del mal comenzó con la rebeldía de un ángel contra Dios, y el diablo siguió luchando contra Dios queriendo tomar Su lugar arrastrando a un ejército de ángeles demonios y luego al hombre, parte de la humanidad, desde Adán y Eva. La razón para permitir esto es que es la elección que Dios ha dado a ángeles y personas, ser libres para amarle. ¿Podríamos argumentar a nivel filosófico que Dios ama y no obliga a nadie a amarle? Si concluimos que eso es así, y la Biblia lo respalda, sería lógico que los que aman a Dios sean llevados por Él a Su Reino donde ellos sí quieren estar y amar a Dios, y que Sus enemigos y nuestros, no estén más. Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/Apologetica-Cristiana-2/
8.- ¿Existen la eternidad y lo infinito?
La filosofía encuentra que los conceptos de eternidad e infinito no son parámetros que la mente humana domine, pero podemos comprender los conceptos de no tener principio ni fin, o de algo sin límite, aunque no lo experimentamos en la vida diaria. Malebranche hablaba de la percepción de infinito a través del espíritu, que no tiene límites por la razón, y que Dios es infinito porque tiene todas las ideas de todo lo que ha creado. La ciencia estudia qué ocurre fuera de espacio tiempo desde la física, pero debido a los muchos cambios que los científicos van haciendo a medida que se descubren evidencias empíricas que a veces contradicen al último descubrimiento, no podemos estar seguros de cuál será la respuesta científica a estos conceptos, ni hay forma de medirlos.
El cristianismo enseña que Dios es eterno, infinito, inmutable, pleno “sin principio ni fin de días” (Hebreos 7:3). Calvino hablaba de la necesidad del hombre de lo eterno y lo divino. Si Dios eterno nos llama a vivir con Él eternamente en Su Reino, la eternidad debe existir, es parte del Evangelio, es la razón por la que Jesucristo dio Su vida en la cruz por nosotros, para que pudiésemos ir allí. Si Dios no fuese eterno, no habría podido crear el universo, estaría limitado en el tiempo y en capacidad. Jesús enseña sobre el juicio a las naciones que el resultado es eterno: “E irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna” (Mateo 25:46), “porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven, son eternas” (Pablo – 2 Corintios 4:18). Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/sietedecadas.htm
9.- ¿Es el alma inmortal?
La filosofía busca el alma para conectar la parte mística, lo espiritual, la relación con Dios. Platón enseñaba que el alma es inmortal, y no era el único de los filósofos griegos que creía que el alma tenía divinidad y no podía morir. Las respuestas filosóficas a menudo no son suficientes para la mente hambrienta de conocimiento, la cual recurre a la ciencia creyendo que hallará la respuesta a preguntas metafísicas, pero hay que intentarlo. La plenitud y lo inmutable deben ser características de lo eterno e infinito, es hasta donde podemos añadir por la filosofía. Descartes encuentra que necesitamos de Dios, recurrir al alma, pero también al universo, a la ciencia y las matemáticas; sin el alma no llegamos a Dios, que ve necesario para la existencia. Kant concluye que el alma es inmortal y nuestra parte que puede relacionarse con Dios.
En el cristianismo encontramos que el alma tiene un principio y que es creada por Dios. (Eclesiastés 12:7). En la Biblia, además es objeto de la salvación de Cristo, junto a nuestro espíritu y nuestro cuerpo que será transformado en la resurrección (o en el arrebatamiento de los santos vivos cuando venga Cristo); el cuerpo resucitado es de otra composición, llamado cuerpo espiritual (Pablo – 1 Corintios 15:44), pero el alma del pecador que no se arrepiente estará en el infierno con el cuerpo espiritual: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). De ahí la urgencia por predicar el Evangelio para que puedan salvarse los que son llamados. Leer un Estudio Bíblico en: https://www.jesucristo.net/Espiritu-alma-cuerpo.htm
10.- ¿Qué es el amor?
Los filósofos de Grecia llegaron a identificar dos características en el amor: el que ama y busca un ideal inalcanzable en quien ama, y por otro lado el amor que busca amar a la otra persona es sus cualidades, por quien es; esa podría ser la conclusión de Platón. Por otra parte se identifica con el instinto básico (eros), y también por el que busca conocer a otros, o por cosas como el propio conocimiento, o aquello, o aquella persona que nos gusta mucho en la vida. Los distintos tipos de amor incluyen el que hay entre un hombre y una mujer, y el amor platónico, el de padre y madre por sus hijos, entre hermanos, por la familia, entre buenos amigos, por los hermanos en la fe, al prójimo, y en la caridad. ¿Pero no habrá otro amor mayor que estos, y una fuente de amor que haga que estos sean tan profundos como merecen?
El cristianismo recibe de Dios un concepto mucho más profundo sobre el amor, pues Dios nos amó mientras éramos sus enemigos, mientras somos pecadores, hasta tal punto que el amor de Dios dio a Su Hijo unigénito en nuestro lugar para salvarnos del infierno eterno (Juan 3:16): “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Pero ¿amamos nosotros a Dios con el mismo amor? Jesús enseño a los apóstoles que no había mayor amor que el de aquel que pone su vida por sus amigos, y pidió que sus discípulos nos amáramos los unos a los otros, sobrellevando unos las cargas de los otros, lo que Pablo describe como la Ley de Cristo (Gálatas 6:2). “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…” (1 Corintios 13:4-8).
CONCLUSIÓN
Hoy hemos visto 10 preguntas filosóficas y existenciales al cristianismo. El pensamiento humano tuvo su gran cuna en la cultura griega, desde donde impregnó la cultura romana y con ella el mundo. El cristianismo llevaría estas preguntas a toda la humanidad desde la predicación del Evangelio. Hoy, desde la era de internet, como lo fue el Areópago de Atenas para Pablo, el pensamiento humano es compartido y estudiado por todas las generaciones. El hombre sigue buscando a Dios, y Dios al hombre, y aunque parezca que hoy somos mucho más sofisticados por el conocimiento científico y el gran acceso a la información, las preguntas siguen siendo las mismas.
Hace falta pensamiento crítico para estudiar estas preguntas. Por otro lado están las preguntas para las que, bajo los ojos del racionalismo, no tienen respuesta, pero que sí la tienen bajos los ojos del cristianismo en base a la Palabra de Dios, la fe y las profecías cumplidas, que son una prueba imposible de rebatir, y esto para los que necesitan pruebas porque no tienen fe. El cristiano puede y debe usar la razón y el pensamiento crítico en la filosofía aunque sus respuestas se basen en la verdad de Cristo, la cual está en la Biblia, porque así podrá comprender la mente del que solo es racional y proveer mejores respuestas, entre las cuales creo que el siguiente Texto de Pablo a los Corintios es perfecto para tratar la filosofía o amor por la sabiduría: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”. (1 Corintios 1:18-25).
Cerramos con la enseñanza de Aquel a quien Pablo llama “sabiduría de Dios” el Señor Jesucristo, quien más allá de la sabiduría, dio a los apóstoles un Nuevo Mandamiento, un Texto que está por encima de las 10 preguntas filosóficas aquí enunciadas porque se centra en el Amor ágape: “…Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. (Juan 13:31-35). La Biblia responde todas nuestras preguntas porque es el mismo Dios quien la ha revelado para nosotros. ¡Amén!