JESUCRISTO   LA RESURRECCIÓN VIENE. HE AQUÍ QUE VIENE CON LAS NUBES Y TODO OJO LE VERÁ, Y LOS QUE LE TRASPASARON. Apocalipsis 1:7.

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EN ESPÍRITU ALMA Y CUERPO

 © Carlos Padilla, Julio 2010

...Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1Tesalonicenses 5:23.

Sabemos que nuestro objetivo como cristianos es la Gran Comisión encomendada por nuestro Señor Jesucristo, para que vayamos y hagamos discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que nos manda el Señor, porque he aquí que Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Confiados, pues, en que Él tiene toda potestad en el Cielo como en la tierra, vayamos con ánimo pronto y urgente porque a nuestro alrededor muchos no conocen al Señor, quien está con nosotros, pues ésta es la mejor causa, la mayor misión contenida en la Biblia en Mateo 28:16-20.

Sabiendo que nuestro objetivo como Iglesia es ir al mundo a ganar almas para el Reino de Dios mediante la predicación del Evangelio, salgamos pues a evangelizar y conquistar vidas para Dios, siguiendo las estrategias, las revelaciones y la señales de Dios. Usemos los medios de comunicación, la oración, el ayuno y todos los proyectos que cada iglesia Bíblica y evangelizadora proyecte para la participación de sus miembros, lo cual se ve reflejado en la conquista de la tierra prometida cuando Josué lideró al pueblo de Dios.

Para ello, primero tenemos que conquistar nuestra propia vida, o mejor dicho, dejarnos conquistar por Dios. Nuestra vida tiene tres campos de batalla: el espíritu, el alma y el cuerpo; y estos tres pueden convertirse en nuestras herramientas y vehículos de transporte para la conquista espiritual de la mano del Espíritu Santo. Para que estos tres componentes no sean un obstáculo, podemos aprender a comprendernos en cuanto a la estructura con la que nuestro Padre y Creador nos ha diseñado y compuesto de modo que no sean otros los que nos dominen, física, sentimental y espiritualmente, y estemos libres para servir a Dios eficazmente. Solo de esta forma podremos comprender a los demás y servirles con paciencia y esperanza en el Evangelio del Reino de Dios.

En espíritu, alma y cuerpo es un estudio Bíblico espiritual dedicado a buscar el objetivo, el propósito y la misión de nuestra vida teniendo en cuenta cada uno de los tres componentes del ser humano, creado por Dios a Su imagen y semejanza, para una vida cristiana de bendición para Dios, para nosotros mismos y para los demás, para ello nos pondremos en manos del Espíritu Santo, santificador del cuerpo, en las de Cristo, Maestro de nuestras almas, y en las del Padre, dador del Espíritu.

Pablo de Tarso, en el Texto expuesto al principio, inspirado por el Espíritu de Dios, llega a darnos las claves del propósito cristiano y cómo poner todo nuestro ser en funcionamiento conscientemente en el Espíritu. Otros Textos de las Escrituras inspiradas a otros autores Bíblicos, y del mismo Señor, nos servirán de base para encontrar nuestro llamamiento y destino espiritual en la Iglesia y en la vida.

Pablo era Judío y también ciudadano romano, doctor en Torá -las Escrituras hebreas- de la mano del maestro Gamaliel, de religión fariseo, y llamado por Jesucristo de forma sobrenatural a la conversión y a la verdadera Luz del Hijo de Dios, cuando perseguía a los cristianos, siendo transformado por el Espíritu Santo para que pudiera comprender la vida cristiana, la verdadera vida que agrada a Dios. Es cuando conocemos a Dios de forma personal - a través de la religión interior, no por la mera participación en la religión exterior de la tradición y las prácticas - que somos transformados a través de la fe en la obra de la Cruz de Cristo. Es por medio de una vida diaria con Dios que el cristiano, al igual que Pablo, llega a entenderse a si mismo para compartir su vida con su Señor y con su prójimo, tanto en la Iglesia para la Gran Comisión, como fuera de la Iglesia donde llevará su misión a cabo, y para guardarse para vida eterna en Su venida.

La historia de Pablo no es una más, pues brilla por la gracia de Dios, pero, al igual que la de cada uno de nosotros, podemos establecer un punto de partida personal. Es más, es Dios mismo quien llama a cada uno en un punto de su vida para servirle con un objetivo específico, y es también Dios quien nos capacita y nos da el don o los dones que vamos a necesitar. Pero antes es necesario que comprendamos cómo funcionamos y cómo repercute lo que hacemos en cada una de nuestras partes del ser, y en el orden que aparecen: el espíritu, el alma y el cuerpo.

Mis estudios Bíblicos anteriores: Virtud sobre los siete dones del Espíritu, y también David y Goliat sobre la Fe y las Cinco Piedras, me han sido de gran utilidad para explicar la manera en que todos y cada uno de nosotros que hemos sido llamados por Dios en Cristo, al igual que el joven e inexperto David, necesitamos poner en manos de Dios, y en orden, nuestro espíritu, nuestra alma, nuestra mente y nuestro cuerpo, para que sea el Espíritu Santo en quien pongamos nuestra mira, de quien recibamos la enseñanza y en quien confiemos, a través de una relación personal con nuestro mejor amigo, y amigo fiel y Todopoderoso, nuestro Señor Jesucristo.

De estos estudios aprendemos que nuestro espíritu ha de nacer de nuevo del Espíritu de Dios, que el alma es el objetivo de la salvación de Dios y centro de nuestros sentimientos, emociones y pensamientos de la mente, y que el cuerpo ha de ser Templo del Espíritu Santo, donde sea Él quien domine nuestras sensaciones, de las que muchas son contrarias a la santidad, pero que Él se encarga de hacernos discernir instintivamente para apartarnos de ellas.

Con este breve planteamiento de funcionamiento de la vida interior del cristiano, allí donde se produce la salvación de Dios, somos conscientes de cuan importante es la llamada a la santidad, un concepto que muchos piensan que es algo limitado a super héroes, pero se trata, más bien, de una cualidad que da Dios a todo el que llama hijo, un don del Espíritu, la fuerza de voluntad que procede de Dios para la vida espiritual que va de la mano del Dios vivo, la cual se convierte en plataforma de otra vida, la vida exterior del cristiano, la que produce los frutos del Espíritu. La primera vida es para uno mismo con Dios, la segunda vida es para el prójimo con Dios. Si de verdad quiere servir a Dios en su vida, siga leyendo en espíritu, alma y cuerpo.

 

LA MISIÓN DE NUESTRA VIDA. CAMBIO DEL CARÁCTER POR EL DON DE DIOS

Una vez hemos comprendido cómo funcionamos, es fácil entender que bajo el Espíritu de Dios podremos colaborar con Dios en trabajarnos a nosotros mismos. Sólo de esta forma podremos tener una relación personal con Dios más profunda y espiritual, y también podremos acometer nuestra misión personal, el llamamiento individual de nuestra vida, en el servicio a Dios y a la Iglesia por medio de un cambio de carácter que solo Dios puede realizar en nosotros y que revelará a nuestro espíritu, lo que la Escritura llama la unción y el bautismo de fuego.

Para que podamos comprender la enseñanza de la Escritura en cuanto a la transformación que hace el Espíritu de Dios en nuestro carácter, estudiaremos las vidas de nuestros hermanos en la fe y personajes relevantes de la Biblia. Así como las doce tribus hallan referencia simbólica en los doce apóstoles, también en los patriarcas encontramos una simbología de la Trinidad en Abraham, Isaac y Jacob, como el Padre, el Hijo y el Espíritu. Además también encontraremos otro paralelismo entre la Trinidad de Dios y la trinidad de nuestro ser, en tres apóstoles que son columna de la Iglesia. Si prestamos particular atención al cambio de su carácter cuando nacieron de nuevo del Espíritu lo entenderemos con suma claridad; me refiero a Juan, a Pablo y a Pedro.

Juan es el apóstol del Espíritu, el simbólico y el del amor de Dios por su Evangelio, sus cartas y Apocalipsis, el "discípulo amado" el que estuvo a los pies de la Cruz. Pablo, el del alma y la mente, por su preparación teológica, conocimiento del griego, la cultura helenística y filosófica y por su experiencia sentimental en su conversión sobrenatural. Pedro, el del cuerpo, por recibir del Padre el don de la fe en Su Hijo Jesucristo, siendo esta fe la piedra del fundamento sobre la que se edificará el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, la pertenencia, pero ésta a Dios en Cristo, para predicar a los Judíos que tienen la pertenencia al pueblo de Dios por la descendencia de Abraham, y necesitan recibir al Mesías Yahshua, Jesucristo, para salvación como los Gentiles.

Es en el carácter de estos tres personajes que encontraremos también tres bases de la misión y el ministerio cristiano. Juan  fue transformado en su carácter de un joven violento, conocido junto con su hermano como Bonaerges "hijos del trueno" Marcos 3:17 -lo cual quedó reflejado cuando querían hacer descender fuego del cielo sobre los samaritanos que no recibieron el Evangelio- y lo fue como el apóstol del amor, Juan 3:16 y 1Juan 3:16.

Pablo fue transformado del erudito celoso de la Ley de Moisés, de las tradiciones e interpretaciones de los rabinos, en el apóstol a los Gentiles. Lo sobrenatural de su conversión haría de él el apóstol que el Señor usaría para llevar el Evangelio a todas partes, en toda cultura, y sobre todo a ser el que con mayor celo entendería, y así se esforzara en enseñar la salvación por la gracia de Dios, sin los cumplimientos, prácticas y esfuerzos religiosos, tradicionales y de las obras. La reforma protestante iniciada por Lutero y Calvino tendrían en las cartas de Pablo la confirmación de la gracia del amor de Dios. Al igual que Pablo mismo, los reformadores y todo cristiano Bíblico encontramos el camino de la salvación sin méritos personales, sino en los méritos de Cristo en la Cruz, porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha entregado a Su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.

Pedro fue transformado, de pescador sin letras, al apóstol a los Judíos, liderando sobre el sanedrín, el sumo sacerdote, los sacerdotes, los rabinos, los escribas, los fariseos y la sinagoga. Pedro nos muestra cuan ruin es nuestra carne en la triple negación que hizo del Señor, cumpliendo la profecía de Jesús la noche que Le entregaron. Le negó tres veces: en espíritu, en alma y en cuerpo. Pero su corazón arrepentido, el mismo que recibió la revelación de la fe, igual que Abraham, le convirtió en el apóstol que lideraría a la Iglesia al principio de Hechos, en la elección del sustituto de Judas, en su discurso de una gran conversión el día de Pentecostés. Pedro mismo enseñaría que cada cristiano es piedra de la fe con la que, junto a Jesús, la principal piedra del ángulo, formamos el Templo del Señor.

El Señor siempre nos revelará aspectos de nuestro corazón y carácter que ni se nos pasan por la cabeza que podemos tener. Pidan, pues, a Dios, porque Él les revelará y dará el don que hay en cada uno. Si a mi me hubieran dicho antes de mi conversión que yo sería escritor cristiano dedicado a la interpretación simbólica, profética y espiritual de la Biblia, que pastorearía una congregación o que dirigiría un ministerio de webs cristianas en dos idiomas, les hubiera respondido que estaban completamente locos. Ahora soy siervo de Cristo por la locura de la Cruz, por Su gracia, y si Dios lo quiere para Su gloria.

 

TRES TEXTOS BÍBLICOS DE LOS TRES APÓSTOLES EN ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO

Veamos tres joyas de Textos Bíblicos que nos llevarán a tres Textos fundamentales de cada uno de estos tres apóstoles, una vez sus caracteres fueron transformados, en cuanto a la revelación que Dios les dio por el Espíritu.

EN ESPÍRITU

El nuevo nacimiento de nuestro espíritu, del Espíritu de Dios, Juan 3:3...

...Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

EN ALMA

La salvación de nuestras almas 1Pedro 1:9...

...Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

EN CUERPO

De Cristo, nuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo, 1 Corintios 6:19...

...Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. 18Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Y estos tres Textos Bíblicos son la base de estos tres Textos de los tres apóstoles simbólicos en espíritu, alma y cuerpo:

Juan:

Juan 3:3 nos muestra como el hombre ha de nacer de nuevo del Espíritu, para poder ver el Reino de Dios: ...Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Juan 3:16 nos revela el amor de Dios: ...Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Juan 16:7-15 nos aporta las tres convicciones de la obra del Espíritu Santo: ...convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado por cuanto no creen en mi; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado...

Juan nos muestra el Espíritu en el nuevo nacimiento, Juan 3:3; el amor de Dios, Juan 3:16 y la obra del Espíritu Santo, 16:7.

Pablo:

Romanos 12 nos revela la estructura de la Iglesia comenzando con la renovación de nuestro entendimiento. ...Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta... ...6De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. 9El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

1 Corintios 12 nos revela racionalmente el funcionamiento espiritual del cuerpo de Cristo, de esta forma sabemos como está constituida una iglesia doctrinalmente sana y Bíblica, una guía a la que acudir siempre. Para ellos Pablo, de nuevo, nos explica tres componentes: la diversidad de dones del Espíritu, la diversidad de ministerios del Señor para organizar racionalmente el funcionamiento eficaz de la Iglesia y la diversidad de operaciones que lleva a cabo el Cuerpo de Cristo, para lo cual sus miembros, los cristianos, hemos tenido que ser ungidos con los dones en nuestro espíritu, asimilar, aceptar y asumir los ministerios y llevar a cabo las operaciones:

...No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. 2Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. 3Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. 4Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 7Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho...

Los dones:

...8Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Los ministerios:

...27Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 28Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. 29¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? 30¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? 31Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente.

Las operaciones en el amor de Dios:

Las operaciones se harán con el don más excelente, el amor de Dios. Hablaremos la Palabra de Dios, ese será el sonido de nuestro espíritu con amor; profetizaremos, entenderemos, conoceremos y tendremos fe para ser de Dios en nuestra alma, en nuestra mente; y viviremos nuestra vida y serviremos a los pobres con amor de Dios en nuestras obras y acciones. Así sigue el Texto en el capitulo 13: ...Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 4El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8El amor nunca deja de ser...

1Tesalonicenses 5:23 es el Texto fundamental de este estudio Bíblico que nos revela la composición de nuestro ser: ...Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Pedro:

1Pedro 2:9 Nos revela la pertenencia excepcional al Cuerpo de Cristo y nos llama linaje escogido, nos llama sacerdotes reales, nos llama una nación santa a la Iglesia, porque es lo que Dios ha adquirido a cambio de la obra en la Cruz de Su Hijo, y esa Iglesia tiene dos funciones básicas: el anuncio del Evangelio y las buenas obras: ...Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. 11Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

1Pedro 5 nos aporta otros tres fundamentos clave para una Iglesia sólida, bajo el símbolo del cuerpo representado por Pedro para que en la Iglesia se perciba el cuidado de los hermanos voluntariamente, con ánimo pronto, siendo ejemplo a los demás, para lo cual seremos perfeccionados, afirmados, fortalecidos y establecidos por Dios en el Espíritu de Jesucristo: ...Ruego a los ancianos que están entre vosotros... ...apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey... ...10Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, (el espíritu, tras el nuevo nacimiento, por el bautismo de fuego) afirme, (la mente, convencidos de la necesidad de la Salvación de Cristo, para salvación y para evangelizar) fortalezca (el alma en el carácter, con sentimientos del amor de Dios); y establezca (en el cuerpo de Cristo, es decir en la congregación a la que pertenecéis y en la misión para la que habéis sido creados por Dios). 11A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

2Pedro 1:3 termina la enseñanza en espíritu, alma y cuerpo, primero hablando del divino poder de Dios en nuestro espíritu, que viene a través del conocimiento de Dios también en la mente transformada por Él, teniendo la esperanza en el alma de Sus promesas, de modo que nuestro cuerpo llegue a ser participe de la naturaleza divina en la vida y en la pertenencia a la Iglesia: ...Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 5vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

El resultado de estos tres Textos de los tres apóstoles es el levantamiento de la Iglesia, Efesios 2:21...

...Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Y por este amor de Dios a nosotros, por llamarnos a formar parte de Su Iglesia, se produce en nosotros el primer Mandamiento, Marcos 12:30...

...Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Cuyo origen, como hemos visto, nos devuelve a Juan 3:16...

...Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Y ese amor de Dios hace que busquemos la misión de nuestra vida para llevar a otros lo que hemos experimentado - la conversión por la fe - y nos pongamos en manos de Dios para que haga en nosotros una transformación del carácter, tras nuestro cambio de mente llamado arrepentimiento.

 

CONCLUSIÓN

Hemos visto que nuestro espíritu recibe del Padre dones espirituales para servir a Dios en la Gran Comisión, principal función del cristiano. El espíritu recibe revelación directa, no depende del razonamiento y de la comprensión, funciona por intuición espiritual, simplemente uno sabe lo que es de Dios, porque la fe en la Cruz de Cristo es locura para el hombre, y esto es comprobable en la Biblia, 1Corintios 1:18, para ir aprendiendo y confiando en el Señor que nos guía y para comprobar nuestro discernimiento y presunción de las revelaciones, si son o no de Dios. Y podamos amar a Dios con todo nuestro corazón.

Hemos visto que la mente comienza a comprender las cosas de Dios algún tiempo después que el espíritu, algunas tardarán años. El amor no es entendible, es del corazón, es espiritual. Uno se enamora de Dios espiritualmente, no racionalmente. Pero es a través del Espíritu, que nuestro espíritu discierne para que nuestra mente pueda comprender la Palabra de Dios, es por esto que no podemos ir a la Biblia solo con el razonamiento, solo con el intelecto, es imprescindible el interprete celestial, el Espíritu de Dios. Y podamos amar a Dios con toda nuestra mente.

Hemos visto que nuestra alma, al sentirse salva y confiada en Dios para mantenerse en la salvación, descansa en los sentimientos y aprende a confiar en Dios, dejando las venganzas, los juicios, los odios y todo sentimiento que antes el enemigo usaba para dominarnos. Es ahora, el amor de Dios el que nos iluminará sentimentalmente. Y podamos amar a Dios con toda nuestra alma.

Y hemos visto que nuestro cuerpo, con sus necesidades fisiológicas, puede ser conducido y provisto de lo que necesita y cuidarlo de tal manera que no sea para nosotros obstáculo para servir a Dios. Tenemos, además, las herramientas del ayuno y la auto disciplina con las que podamos disfrutar de una vida sana y ordenada. Y podamos amar a Dios con todas nuestras fuerzas. Y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, cumpliendo el principal y más grande Mandamiento de toda la Biblia que es de parte de Dios.

En la segunda parte de este estudio aprenderemos a desarrollar nuestros dones en la Iglesia, tanto las capacidades que tenemos naturalmente como las que no tenemos y nos son otorgadas sobrenaturalmente por Dios. La Gran Comisión está compuesta de muchos ministerios, y tenemos por delante el reto de usar nuestros dones y descubrir nuestra misión personal de forma fraternal y unánime dentro de la iglesia a la que pertenezcamos, para aportar nuestra coyuntura al Cuerpo de Cristo, y desarrollar nuestra vida en espíritu, alma y cuerpo.

La despedida es de Pablo a los Hebreos: ...Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

  • Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y llamárase su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Profecía de Isaías 9:6.


  • Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi. Palabras de Jesucristo. Evangelio de Juan 14:6.
  • Ud. quiere conocer a Dios, pero sabe que el camino no es por las religiones, ni por las sectas, ni por la sociedad. El mundo, sin Dios, ha fracasado. ...Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son... Juan 17:9. Oración de Jesús.


  • Si de verdad busca Ud. a Dios, comience hoy una nueva vida, de la verdadera mano de Dios. El Evangelio es el mensaje para todas las naciones, sin importar la raza, la procedencia ni la cultura. Dios es el Salvador de aquellas personas que le abren su corazón y se arrepienten de vivir sin El.


  • ...Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1Corintios 15:58.

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