JESUCRISTO   LA RESURRECCIÓN VIENE. HE AQUÍ QUE VIENE CON LAS NUBES Y TODO OJO LE VERÁ, Y LOS QUE LE TRASPASARON. Apocalipsis 1:7.

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LAS BIENAVENTURANZAS

 © Carlos Padilla, Noviembre 2012

 

Jesucristo, el Maestro bueno, nos enseña en los evangelios las piezas clave para comprender la importancia que tiene saber diferenciar las características del Reino de Dios -también llamado Reino de los Cielos- de las del mundo en que vivimos temporalmente. Esto es relevante porque el primero es eterno, y nuestra estancia en él comienza con el nuevo nacimiento, mientras que el último es temporal, pero sus consecuencias pueden ser eternamente determinantes para nuestra alma.

El Reino de los Cielos es el objetivo de Jesucristo para nosotros, y lo es hasta tal punto que el Padre y el Hijo concluyeron que para traer la "Justicia" al hombre caído, a toda la humanidad, solo había una solución: morir por nosotros. El Hijo aceptó dar Su vida en nuestro lugar. Es por ésto que el Maestro bueno nos da las claves, las piezas que nos harán comprender cuan importante es, no solo entrar ahora, sino permanecer en el Reino, hasta su establecimiento final y perpetuo, en los nuevos cielos y nueva tierra.

Las Bienaventuranzas forman parte de esas piezas clave para entender la premura de que nosotros entremos, por la fe, en el Reino de Dios. Pero no solo eso, sino que una vez hayamos entrado en la nueva forma de vida con el Espíritu de Dios, tengamos también la misma premura en comunicarlo a los demás, a toda persona a nuestro alrededor, porque es la única esperanza antes de que les sean pedidas sus almas, o el mundo llegue a su fin, cuando venga Jesucristo a establecer el Reino de Dios.

 

LAS BIENAVENTURANZAS

En dos de los evangelios encontramos dos listas parecidas de estas conocidas enseñanzas, llamadas Bienaventuranzas. Dos listas que en realidad solo tienen una misma fuente: Jesús de Nazaret. Si estudiamos un poco los evangelios de Mateo y Lucas, y las audiencias a las que están dirigidos, enseguida comprendemos porqué el Espíritu inspira a cada autor a incluir distintas Bienaventuradas. Estas Bienaventuranzas son bendiciones que recibimos al creer en la obra de Jesucristo.

Mateo era judío, como es conocido, escribía para judíos, mientras que Lucas, un el médico gentil, escribía para gentiles, esto es, para los no judíos, todas las demás gentes, de todas las naciones, y etnias. Al dirigirse a los judíos, las Bienaventuranzas que Jesús enseña, son completas, e incluyentes de referencias a muchos Textos sagrados de la Torá. El Antiguo Testamento hace referencias a aquellos que tienen las características de los hijos del Reino, y para ellos Jesús, y Mateo al escribir, transcribe fielmente las enseñanzas que vinculan a Jesucristo con la Sagrada Escritura, prueban una misma fuente conocida para el pueblo de Israel, y que Yeshua es el Mesías, el Profeta, el Rabino de Israel y el Maestro de todas las naciones.

Lucas, con su objetivo en naciones gentiles que no conocen las Sagradas Escrituras hebreas, se centra en cuatro enseñanzas comunes a todos. Pero veamos ahora los Textos y sus referencias, y luego el porqué de su importancia.

Mateo 5

1Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. 2Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:

3Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. 5Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 7Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 8Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. 9Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

12Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Lucas 6

20Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía:

Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. 21Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. 22Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.

23Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.

24Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. 25¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. 26¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.

Lo primero que nos debe llamar la atención es la diferencia entre como es descrito el inicio de la historia en el modo en que Jesús comienza a hablar. Mateo escribe: "...y abriendo Su boca les enseñaba, diciendo". Lucas solo escribe: "...decía". Uno podría decir que es una obviedad que para hablar es necesario abrir la boca. Pero ese es un pensamiento racional de la mente Gentil. Si profundizamos un poco en la mente espiritual, la Mente de Cristo, hablando a una congregación Judía tradicional, es decir, religiosa de aquel tiempo, entonces veremos que abrir uno la boca para hablar las cosas celestiales debe tener autoridad, porque son palabras con poder para salvar almas, no es vocabulario ordinario. Por lo tanto para que podamos evangelizar diariamente debemos haber orado y estar ungidos, además de tener un profundo conocimiento de la Biblia. Así que, oremos y trabajemos para que podamos abrir nuestras bocas.

Mateo habla del Reino de los Cielos, mientras que Lucas habla del Reino de Dios. Mateo se dirige a los judíos y su tradición prohíbe mencionar o escribir el nombre de Dios, es por ello que se usaba Adonai "el Señor", y Reino de los Cielos, en lugar de Reino de Dios. Lucas se dirige a los gentiles, todas las naciones, y no hay tradición para no poder referirse a Dios, o usar el nombre de Dios, Yahweh, Jehová, o YHWH. Es, pues, el mismo Reino, el de los Cielos que el de Dios.

Mateo habla de pobreza espiritual, pues es patente que un buen judío religioso busca la riqueza de conocer a Dios. Esto incluye, para un judío, no solo la pobreza de recursos, de pan físico, sino la pobreza del alma nuestra de no tener espiritualmente una relación con Dios, porque a ambos, al pan de la carne y al pan del cielo los considera provisiones de Dios. Mientras el gentil primeramente se verá más asociado primero a un Dios que socorre al pobre, luego si cree y profundiza en la fe, buscará la riqueza del Alimento Sólido del Espíritu de Dios.

Del mismo modo Mateo se refiere al hambre y sed de justicia, mientras Lucas lo hace sobre el hambre, sin especificar. El buen judío busca la justicia de Dios en su vida, mientras el buen gentil buscará primero un Dios que provee de pan al hambriento. Luego si cree y profundiza en la fe, del mismo modo buscará comer de la Biblia para saciar su hambre y sed de Dios, el resto de su vida.

Mateo habla de consolación a los que lloran, mientras Lucas habla de reír. La risa pública no es bien vista en la tradición de la Torá, pues se asocia a vida pecaminosa y desenfreno, vida de pecado pagano, mientras que los gentiles lo interpretan como felicidad.

Los dos Textos coinciden en la persecución que recibimos, judíos y gentiles, si nacemos de nuevo y somos discípulos del Mesías, del Cristo.

Pero Mateo incluye cinco Bienaventuranzas más que Lucas, debido a su interés en alcanzar con el Evangelio a los judíos. Éstas son especialmente referenciadas en el Antiguo Testamento. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad, (está en el Salmo 37:11). Los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia, (una de las características por las que se conoce a Dios, Yahweh, ...porque para siempre es Su misericordia... Salmo 100:5). Los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios, (está en Salmo 24:4). Los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios (...La paz os dejo, mi paz os doy; yo no la doy como el mundo la da... Juan 14:27. Shalom y Jerusalén "Yerushalayim" son palabras cuya raíz es paz, el saludo de la paz y la plenitud de toda bendición de Dios, y la ciudad de la esa paz. Y los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos, (está en 1Pedro 3:14).

Si nos damos cuenta, el buen judío está estrechamente vinculado a estas cinco características por la Ley, la Torá. Ser manso, misericordioso, de limpio corazón, pacificador, pero además, y la historia lo atestigua, perseguido. Todas estas son características del Mesías Yeshua.

Judíos o gentiles, todos estamos llamados a hacer nuestras las nueve Bienaventuranzas, nueve como la Menorah de nueve brazos, que esté encendida en los corazones de los que aman a Dios y a Aquel que es Su Palabra, nuestro Señor Jesucristo, Su Hijo amado, Yeshua.

Los dos Textos también coinciden al terminar en la bendición final sobre nuestro gozo por causa de nuestro galardón en el Reino de Dios, si vivimos la buena vida de la fe en Cristo.

 

LA IMPORTANCIA DE LAS BIENAVENTURANZAS

Las Bienaventuranzas, como vimos al principio, son enseñanzas que forman parte del Evangelio de Jesucristo, el del Reino de Dios. Son piezas clave para entrar en ese Reino, y la salida de un mundo que, gobernado por el hombre influido por Satanás, ha sido y es un fracaso, y va a su destrucción. La buena noticia o Evangelio, es que Dios tiene un plan de salvación para la humanidad, para los que creen en Su Palabra, y ese plan nos da entrada por la fe en la obra de Su Hijo en la Cruz del Calvario.

¿Por qué es necesario creer en la muerte de Jesucristo en la Cruz del Calvario? Porque Su muerte es la expiación de nuestros pecados, y del pecado original: nuestra separación del Padre, no amar a Dios, no vivir nuestra vida con Él, quien nos ha dado la vida, el alma, el espíritu, y la existencia.

Las Bienaventuranzas nos han dado las siguientes indicaciones de como ha de ser nuestro carácter y nuestra vida, como discípulos de Jesús:

Somos bienaventurados cuando somos pobres en espíritu; cuando lloramos; si somos mansos; cuando tenemos hambre y sed de justicia; si somos misericordiosos; si es limpio nuestro corazón; si somos pacificadores; si padecemos persecución por causa de la justicia; y cuando por Su causa nos vituperen y nos persigan, y digan toda clase de mal contra nosotros, mintiendo.

Entonces, nuestro es el Reino de los Cielos; recibimos consolación; recibimos la tierra por heredad; somos saciados; alcanzamos misericordia; vemos a Dios; somos llamados hijos de Dios; nuestro es el reino de los cielos; y podemos gozarnos y alegrarnos, porque nuestro galardón es grande en los cielos.

¿Cree Ud. esto? ¿Cree ser heredero del reino de los cielos, ahora y en la eternidad?, ¿Es Ud. consolado por Dios, y recurre a Él para ello?, ¿Está recibiendo por heredad la tierra prometida en las almas de su prójimo cuando reciben el Evangelio que Ud. les trae por la predicación y compartiendo el testimonio de su vida con Dios, y cree que recibirá la nueva tierra por heredad?, ¿Recibe la misericordia de Dios, al tiempo que es misericordioso?, ¿Ve Ud. a Dios en su vida?, ¿Se considera hijo de Dios?, ¿Cree ser heredero del reino de los cielos?, ¿Se goza Ud. y se alegra porque su galardón es grande en los cielos?

Pues todos estos logros no son por sus méritos, sino por los de Cristo en la Cruz del Calvario. Recibirlos por la fe está en sus manos. Él dio Su vida para que Ud. reciba toda esta bendición. ¡Recíbala! en el nombre de Jesucristo, para gloria de Dios Padre.

Porque ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.

En tiempos de crisis económica, de pobreza incluso en el primer mundo, con la sociedad destruyéndose, con la juventud abandonada por su padres, sin valores, por gobernantes ricos en su cómoda posición, y cuando muchas iglesias de toda denominación siguen adormiladas con respecto a la Gran Comisión y a la Regla de Oro, es cuando las Bienaventuranzas harán la diferencia entre el mero creyente y el verdadero discípulo.

Los ricos en dinero, y en espíritu, los que creen que no necesitan nada de Dios ni de sus hermanos, ni familiares, se apacientan a sí mismos. Los que están saciados en su propia obra, vida, logros, lean la historia de Job, porque tendrán hambre y sed de Dios, y sin humildad no se ve a Dios, sin un corazón limpio no se Le ve. Los que ríen disfrutando de las bendiciones sin considerar a los que no tienen, lamentarán y llorarán. Pero el problema es que éstos, como el rico de la parábola del Rico y Lázaro, nunca más saldrán de allí, donde es el lloro y crujir de dientes, el infierno, Lucas 16:19-31 y Mateo 25:31-46 porque no tuvieron misericordia de los que tenían hambre, sed, desnudez, enfermedad o prisión. Los que solo buscan que hablen bien de ellos en lo políticamente y religiosamente correcto, porque ellos reciben la falsa enseñanza que les lleva a la muerte espiritual de sus religiones sociales, muertas al Espíritu. Y esta es la enseñanza del Maestro en Sus Bienaventuranzas.

 

CONCLUSIÓN

Las Bienaventuranzas nos dan un soporte y una llamada de atención para no dormirnos en nuestra vida espiritual. Jesús oraba con Pedro y los apóstoles. Éstos se durmieron. Nosotros tenemos los recursos de la enseñanza del Maestro bueno, la buena y viva enseñanza del fuego del Espíritu, de la que forman parte las Bienaventuranzas. Si en nuestra oración diaria, cada vez que buscamos ver a Dios, rogamos que nos sea concedido el don de hacer nuestras estas enseñanzas, así como otras, que son virtud para nosotros en nuestra vida diaria, no nos dejarán ni dormirnos, ni estar sin fruto en cuanto al Reino de Dios, ni nos dejarán caer jamás de la fe. Es en las Disciplinas Espirituales y en el trato a nuestros hermanos y al prójimo que andaremos por el Camino recto hasta la venida del Reino de los Cielos, donde nuestro galardón es grande.

En amor de Dios, el afecto fraternal, el Gran Mandamiento, la Regla de Oro, y la Gran Comisión son nuestra misión y nuestra vida, son el oro, el incienso y la mirra para nuestro Salvador y Señor. Cuando venga el Esposo a buscar a las vírgenes, esas almas que Le esperan con aceite producido en nuestro particular Getsemaní de la oración diaria y de la vida de esfuerzo en la fe, nos hallará esperándole en buenas obras, y nos dirá: ¡Venid benditos de mi Padre, porque... Mateo 25:31-46! También confirmado en Apocalipsis 7:16-17 ...Ya no tendrán hambre ni sed... ...porque el Cordero que está en medio del Trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Así pues gocémonos y alegrémonos en el gozo del Señor, y entremos en Su reposo, en el nombre de Jesucristo. Amén.

 

 

 

  • Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y llamárase su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Profecía de Isaías 9:6.


  • Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi. Palabras de Jesucristo. Evangelio de Juan 14:6.
  • Ud. quiere conocer a Dios, pero sabe que el camino no es por las religiones, ni por las sectas, ni por la sociedad. El mundo, sin Dios, ha fracasado. ...Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son... Juan 17:9. Oración de Jesús.


  • Si de verdad busca Ud. a Dios, comience hoy una nueva vida, de la verdadera mano de Dios. El Evangelio es el mensaje para todas las naciones, sin importar la raza, la procedencia ni la cultura. Dios es el Salvador de aquellas personas que le abren su corazón y se arrepienten de vivir sin El.


  • ...Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1Corintios 15:58.

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