VÍA CRUCIS ESPIRITUAL
EL CAMINO DE LA CRUZ - VÍA DOLOROSA - EL CAMINO DE
JESUCRISTO A SU VICTORIA
©
Carlos Padilla, Semana Santa - Abril 2015
Jesucristo llevaba Su cruz desde el lugar donde
Poncio Pilato le sentenció a muerte por crucifixión
–para que se cumpliera la Escritura "Isaías 53"–
a petición del Sanedrín, y
durante el recorrido por las calles de Jerusalén, hasta el monte
conocido como "Gólgota" o "Calvario" (monte de la Calavera, por
su forma de cráneo), fue escribiéndose una historia que los
primeros cristianos comenzaron a recordar cada año, una vez se pudo volver
a la ciudad, tras su destrucción en el 70d.C. por el general
romano Tito y sus tropas –también cumpliendo la Escritura "Mateo
24".
El cristianismo, en sus diferentes
denominaciones, desde el más tradicional, lleva veinte siglos practicando el recorrido, no sólo en
sus propias iglesias, con representación de imaginería y en
muchas ocasiones con fanatismo idolatra–
sino en la propia ciudad de Jerusalén. Muchos llevan cruces,
algunos
son flagelados o torturados de distintas formas para acercarse
"emocionalmente" a la vivencia de Nuestro Señor. Sin embargo
Nuestro Señor más bien querría que el sacrificio que hiciésemos
fuese el fruto de nuestros labios ...que confiesan Su nombre,
Hebreos 13:15. Sea como fuere todo cristiano debe recordar la
Pasión de Cristo, Su Vía Crucis y Su victoria definitiva en la
resurrección.
Las estaciones de un Vía Crucis
–forma latina traducida y conocida como Camino de la Cruz, pero
también conocido como Vía Dolorosa, por el sufrimiento de Cristo
en el recorrido hasta el Calvario– se pueden conmemorar de forma Bíblica, para
recordar y agradecer al Señor Su gran amor por nosotros, y no es
necesario caer en idolatrías o fanatismos. En cualquier
congregación se puede narrar, según la Biblia de forma histórica
y espiritual. Compararemos
a continuación las estaciones de La
Biblia con el Vía Crucis tradicional, y el
significado de las estaciones de la verdadera historia de Jesús
y su aplicación a nuestras vidas.
Finalmente haremos memoria de las
conocidas como "Últimas Siete Palabra de Jesús" estando en la
Cruz y terminaremos nuestro breve recorrido con una conclusión
práctica y espiritual.
14
ESTACIONES DEL CAMINO DE LA CRUZ
La historia de los Evangelios
narra el Camino de La Cruz. Todo comenzó después de la Santa
Cena, y describe los momentos clave de la entrega del Señor de
sí mismo por nosotros, empezando en el huerto de Getsemaní
cuando ora al Padre aceptando que se haga Su voluntad, pero pidiendo, si
fuera posible que pasase de Él aquella copa "que había de beber"
–la de mis pecados y las de aquellos que Le reciben como
Salvador. Y continúa la historia de nuestro Señor.
1.- Jesús ora en el Monte de los
Olivos, Lucas 22:39-46. Estando en Getsemaní, pide al Padre, que
si fuera posible, pasara de Él aquella hora. Pero Él sabía que
había venido al mundo para morir por la Iglesia y aceptaba la
voluntad del Padre. No obstante, sabiendo que todo es posible
para Dios, lo deja en Sus manos. Esta primera estación nos muestra la humanidad del Hijo de Dios.
Jesucristo era Dios y Hombre al mismo tiempo. En nuestra vida se
aplica a que aceptemos la voluntad de Dios y cumplamos nuestro
compromiso cristiano, tanto espiritual como humano.
2.- Jesús traicionado por Judas y
arrestado, Lucas 22:47-48. Los soldados de los principales sacerdotes y de los
fariseos le llevan al Sanedrín. El amigo íntimo, quien conocía
el lugar, entrega al Señor. Un acto que llevaría a un –hasta ese
momento– discípulo a traicionar a Señor aun estando junto a Él
entre sus íntimos. Las consecuencias ya las conocemos. En
nuestra vida conoceremos a los verdaderos hermanos por sus
frutos, ya que un corazón verdaderamente convertido a Cristo por
el Espíritu Santo es siempre fiel a Cristo y a los hermanos.
3.- Jesús es condenado por el
Sanedrín, Lucas 22:66-71. Personalmente me recuerda al tribunal
de la Inquisición condenando a todo cristiano verdadero a la
hoguera tras las torturas. No importa de qué iglesia o religión
se trate. Cuando los líderes no dudan en destruir a los
creyentes que ven lo que ellos no ven, con tal de mantener su
estatus y poder no representan a Dios, sino al enemigo y a ellos
mismos en su pecado. El Evangelio gana las almas por La Palabra,
no por la fuerza ni la imposición. Jesús es superior
espiritualmente y en poder, a todos aquellos líderes de la falsa
religión.
4.- Jesús negado por Pedro, Lucas
22:54-62. ¿Hay algún cristiano que nunca halla fallado a nuestro
Señor? El que esté libre de pecado sea el primero... Juan 8:7.
Ya conocemos la historia de Pedro, uno de los tres
íntimos de Jesús y a quien enseño el significado de la piedra de
la fe, a quien enseñaba en Juan 21 a pastorear a sus ovejas, el
que caminó sobre las aguas, todo un ejemplo de apóstol. Muchos
han discutido que aun no había nacido de nuevo, hasta después de
la resurrección y ascensión de Jesús. Desde luego nada mejor que fallarle al Señor
para aprender nuestra humildad y dependencia de Él. Sin duda
Pedro se arrepintió hasta dar su vida por su Maestro. Si
fallamos y caemos, levantémonos y cumplamos la Gran Comisión.
¡Imitémosle!
5.- Jesús es juzgado por Poncio
Pilato, Lucas 23:13-25. Esta es la primera estación del Vía
Crucis tradicional y que coincide con la quinta del Bíblico.
Cuando algunos jueces de la historia o actuales, dirigidos por
intereses políticos se parecen a la acción de Pilato. El mundo y
sus gobernantes, pocas veces reciben a Jesús. Ello significa
perder su estatus, sus vidas. Cuidado al juzgar a los hermanos,
en los que está Cristo, sobre todo cuando quienes los condenan
son los falsos líderes de la religión. No hagamos como Pilato.
6.- Jesús es azotado y coronado
con espinas, y vestido con el manto de púrpura, Juan 19:1-2.
Pilato envió a Jesús a Herodes, Lucas 23, al oír que era Galileo
para intentar librarse de juzgarle. Herodes le menospreció,
vistió de ropas de gala y Le devolvió a Pilato. Antes era el
procurador Pilato; ahora lo era el tetrarca. En ambos casos
hombres violentos y asesinos dispuestos a todo por mantener su
estatus. No dejemos que nuestra carne prevalezca, sino recibamos
a Jesús estemos en el nivel social que estemos, sea un rey,
político o juez, pues Él es el Rey de reyes y está por encima de
todos nosotros como Juez justo.
7.- Jesús toma su Cruz, Marcos
15:20. Esta es la segunda del tradicional. El Señor lleva Su
Cruz por amor de nosotros. Tomemos nosotros nuestra cruz por
amor a Él y a nuestro prójimo.
8.- Jesús es ayudado por
Simón de Cirene
a llevar la Cruz, Lucas 23:26. Las estaciones 3 y 4 del
tradicional anteceden con la primera caída de Jesús y Jesús se
encuentra con su madre. Esta es la quinta del tradicional.
Que alegría nos da cuando un hermano nos ayuda, y también cuando
ayudamos a otro hermano. Más no lo hagamos por obligación sino
de corazón, pues no importa cuan duro sea el camino, o pesada la
carga, en el poder del amor fraternal de Cristo todo es más
llevadero. ...Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga... Mateo
11:30.
9.- Jesús se encuentra con las
mujeres de Jerusalén, Lucas 23:27-31. De nuevo el tradicional
antecede con dos estaciones, la sexta y séptima, en las que
Jesús se supone que encuentra a Verónica que le limpia la cara,
y Su segunda caída. Esta sería la octava del tradicional. El
mensaje de Jesús a las mujeres es de exhortación. Debemos
recibir Su exhortación y también enseñar a otros que a veces
cuando hemos decidido servir al Señor y los demás no lo
entienden, darles una palabra de exhortación mientras llevamos
nuestra cruz.
10.- Jesús es crucificado, Lucas
23:33-47. El tradicional antecede con dos estaciones, la novena
y la décima en las que Jesús cae la tercera vez, y es despojado
de sus vestiduras. La once coincide con la 10 Bíblica. El Señor
se entrega hasta el final, hasta el final más amargo con tal de
salvarnos en Su gran amor. Dio Su vida por nosotros. Demos
nosotros nuestra vida por Él.
11.- Jesús promete al ladrón
creyente entrar en el Paraíso, Lucas 23:43. El reconocimiento de
culpabilidad del ladrón y el reconocimiento de Jesucristo como
El Señor muestran la fe que uno tiene. Yo soy un pecador que
merece la cruz, pero mi Señor me amó y cambió mi corazón para
siempre. El Paraíso de Jesús nos espera por la eternidad.
12.- Jesús entrega a Juan a su
madre, y a su madre a Juan, Juan 19:25-27. Jesús nos pide que
nos cuidemos unos a otros, a las madres que las tratemos como
nuestras, a los hijos como de nuestros hermanos, y a todos los
hermanos como de la familia de Cristo, afablemente. Debemos
hacer también como Jesús, dejar nuestros seres queridos ser
cuidados por nuestros hermanos, que han de ser hospedadores.
13.- Jesús muere en la Cruz,
Lucas 23:44-46. El tradicional tiene aquí la estación doce.
Jesús entrega Su vida al Padre, nadie se la quita sino que Él la
da, porque así lo pactó con el Padre antes de la fundación del
mundo. Nunca olvidaremos la muerte del Señor. Tomando la Santa
Cena con nuestros hermanos íntimos Su muerte anunciamos. ¿Hemos
muerto nosotros, a nosotros mismos?
14.- Jesús es sepultado, Lucas
23:50-54. Finalmente coinciden aquí los dos Vía Crucis en la
última estación –¿Ecumenismo?... El tradicional antecede en la
estación trece con Jesús bajado de la Cruz y entregado a su
madre. La sepultura es un estado previo a la resurrección. A
veces nuestras vidas parecen sepultadas por algunas
circunstancias, pero confiemos en Dios, porque Él nos levantará
de la postración. Tampoco nos quedemos en el estado de sepultura
al perder un ser querido, pues la resurrección viene. Cristo
resucitó y vive entre nosotros. ¡Esperamos Su venida en Gloria!
"ES VIERNES; PERO VIENE
EL DOMINGO"
Muchos conocerán el que yo calificaría como uno de los mejores sermones
de nuestro tiempo, conocido como "I'ts Friday; but Sunday's coming" que
puede traducirse como "Es viernes;
pero viene el Domingo". Parece que se remonta al ministerio
del pastor bautista de California, Dr. S.M. Lockridge. Narra
la Pasión de Cristo haciendo énfasis en que según nos cuentan la
historia del Camino de la Cruz los apóstoles, al principio puede
parecer que es el diablo quien va ganando la batalla al conseguir
que Jesús sea traicionado, entregado a sus enemigos, condenado a
muerte por crucifixión, tras ser torturado, y rechazado por los
judíos y los romanos. Describiendo la situación hasta el
Calvario, y la crucifixión y muerte del Señor todo parece a
primera vista perdido.
Cada evento –un símil al Vía Crucis– se inicia
con la exclamación "es Viernes" y se termina con la otra "pero
viene el Domingo". Al finalizar la narración entra la segunda
parte del título del sermón haciendo énfasis en "pero llega el
Domingo", el Domingo de Resurrección, cuando el mundo cambia
para siempre, donde la humanidad comenzaría a saber que desde
ese día la puerta al Paraíso está abierta. En una parte del
sermón dice "¿...se dan cuenta? ellos solo saben que es Viernes,
es decir, creen que han vencido, pero no saben que viene el
Domingo" ellos creen que viene un primer día de la semana como
cualquiera, pero desde aquel sería el primer domingo del
calendario en la historia, en referencia a lo que significaría
aquel Domingo de Resurrección, el cual cambiaría la historia
para siempre, lo cambiaría todo.
El sermón termina de forma magistral con la
exclamación del centurión romano que estaba al pie de la Cruz de
Cristo: ¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios! Marcos 15:39.
Este militar romano era experimentado en ver hombres morir en
cruces y en tratar a los reos de forma despiadada y cruel. Para él ver que un hombre podía entregar su vida a Dios
y morir en un momento determinado, tras haber perdonado a sus
verdugos, era una situación nueva e impactante, pues
nunca, ni antes, ni después de Jesús, nadie moriría de esa forma,
demostrando tener control de su propia vida.
Jesús dio Su vida por nosotros al Padre y
resucitó. La
resurrección es real y nos aguarda a todos. La muerte ya
no tiene el poder sobre nosotros, que solo es temporal. Todo
queda enfocado a la fe, donde el que la recibe sabe que un día
resucitará y se encontrará junto a Dios, y vivirá en Su reino
para siempre.
7 últimas palabras de Jesucristo
en la Cruz
Heinrich Schutz, compositor
alemán del siglo XVII compuso una obra para órgano, de las siete
Palabras de Cristo en la Cruz. También el compositor austríaco
Joseph Haydn haría igualmente, un siglo más tarde.
1.- "Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen" Lucas 23:34.
2.- "De cierto de cierto te digo
que hoy estarás conmigo en el Paraíso" Lucas 23:43.
3.- "Mujer, he ahí tu hijo...
...He ahí tu madre" Juan 19:26-27.
4.- "Elí, Elí, ¿lama sabactani?
...Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Mateo 27:46.
5.- "Tengo sed" Juan 19:28.
6.- "Consumado es" Juan 19:30.
7.- "Padre, en Tus manos
encomiendo mi Espíritu" Lucas 23:46.
Fueron estas Palabras, y habiendo
visto lo que vio, que resalté antes la reacción del centurión, y
nadie mejor que él, quien dijo: ¡Verdaderamente este hombre
era Hijo de Dios! Marcos 15:39.
CONCLUSIÓN
¿Pueden o deben participar los
cristianos Bíblicos, protestantes-evangélicos, en definitiva, los
no tradicionales como católicos u ortodoxos en el Vía Crucis -
Vía Dolorosa o Camino de La Cruz? La respuesta debe estar
enfocada a la forma y no a la conmemoración de la historia en sí, sin duda
las más revelante para la humanidad, la de nuestra salvación.
Por lo tanto no significa que no debamos
conmemorar, organizar o practicar en algún Vía Crucis si se organiza de la manera
más Bíblica posible, devocional y sentida, acorde a La Biblia. Lo que se
debe evitar es participar en idolatrías, sacrificios
personales para salvación –que proceden de un cristianismo
herético como las indulgencias o las bulas– por lo demás todo
cristiano debe recordar el Vía Crucis en Semana Santa, aunque sea
leído en su casa con su familia.
La conclusión es que nos hallamos
ante una de las profecías Bíblicas cumplidas más relevantes para
la humanidad. Como dijimos al principio –para que se cumpliera
la Escritura "Isaías 53"– donde podemos destacar el versículo
cinco: "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por
su llaga fuimos nosotros curados." Sin duda alguna el profeta
Isaías (758a.C.) recibió grandes profecías y es posiblemente el
profeta de mayor estima en el pueblo de Israel, como en la
Iglesia, y por ello escogido para recibir esta gran profecía
cumplida en Jesús de Nazaret.
Sí, Él llevó nuestros pecados a
aquella Cruz en el Calvario para que nosotros tengamos la puerta
abierta al Paraíso de Dios por la fe en Su obra. El Vía Crucis,
como historia vivida por nuestro Señor comenzó un día que sólo
el Padre y el Hijo conocen cuando acordaron en el Espíritu,
amarnos estando en nuestros pecados, antes de la fundación del
mundo, antes de la Creación. Ese día culmina en la
resurrección,
al tercer día de Su crucifixión, que
produce nuestra resurrección. A su vez hace que el Camino de La
Cruz exista y tenga sentido, pues es la culminación del
Vía
Crucis donde la Vía Dolorosa se transforma en Vía de la Victoria
y de la Gloria de Cristo. ¡Bendito Tú, nuestro Salvador y Señor
Jesucristo! ¡Gracias, nuestro mejor y eterno Amigo! ¡Te
esperamos para ir a Tu Paraíso! ¡Ven Señor Jesús! Amen.
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