JESUCRISTO   LA RESURRECCIÓN VIENE. HE AQUÍ QUE VIENE CON LAS NUBES Y TODO OJO LE VERÁ, Y LOS QUE LE TRASPASARON. Apocalipsis 1:7.

   PAGINA INICIAL 

 CONT@CTENOS    EL CAMINO A  DIOS    EL EVANGELIO   LA BIBLIA     DICCIONARIO ESPIRITUAL    ALIMENTO SOLIDO

MISIONES

¿Qué es una misión? ¿Cuándo es de Dios? ¿Cuál es nuestra misión?

 © Carlos Padilla, Agosto 2013

 

Nuestra misión en la vida es uno de los temas más importantes que debemos abordar. Saber que es una misión, cuando es de Dios, y cual es la nuestra también lo es. Existen dos tipos de misión en nuestra vida: la que se refiere a la vida como hijos de hombre, y la que se refiere a la vida como hijos de Dios. La primera engloba personalidad, familia, cultura, tradición, educación, relaciones, profesión, intelecto, etc. La segunda engloba el alma y el espíritu; nuestra relación con Dios, nuestra salvación, la vida eterna, religión, espiritualidad, y una vez conocemos a Dios, nuestra función como evangelistas, como buenos samaritanos y como miembros de la Iglesia.

 

Muchas personas identifican el concepto de misión, o de misionero, solo con aquellas obras o personas que ayudan a los pobres en países lejanos. Sin embargo la misión, cuando es cristiana, Bíblicamente hablando, incluye obras que hacen personas en nuestra ciudad, a nuestro alrededor, personas y obras cercanas. Pero lo más importante a la hora de definir la misión cristiana es el Evangelio para la gloria de Dios. La salvación del alma para vida eterna, y la ayuda aquí en la tierra, nunca deben separarse.

 

Sería importante reconocer, y hacer ver a muchas personas, a muchos cristianos en el mundo, que su obra realizada en el nombre de Dios es una misión de Dios, es Bíblica, y por lo tanto han de ser considerados misioneros, y han de considerarse a sí mismos misioneros. De hecho, todo cristiano es un misionero de Dios, un evangelista y un sacerdote, (1Pedro 2:9-10).

 

 

¿QUE ES UNA MISIÓN?

 

Una misión (del latín "missio" enviar) es un llamamiento  de una autoridad superior, una orden de lo alto que uno recibe bajo autoridad para llevar a cabo una obra, no un proyecto propio de nuestra propia mente. Lo que determina que una obra en particular, o un ministerio cristiano es una misión, en el mundo cristiano es el llamamiento del Espíritu Santo en cada uno de nosotros. El Espíritu Santo es la autoridad superior, quien nos llama y pone bajo Su poder. Pero hay más. La misión que recibimos es nuestro timón, el norte, la fuerza que nos dirige en la vida, la que hace que nuestro corazón palpite con pasión de Dios. Cada cristiano recibe uno o varios dones del Espíritu que podrá comprobar en la Biblia si son de Dios. Ese llamamiento es irresistible, pues es de Dios. La cuestión es si debido a una filosofía de misión inadecuada consideramos que nuestro llamamiento, nuestra misión es o no relevante para Dios y para la Iglesia. El hombre sin una misión está perdido, sin rumbo, no sabe para que vive y se siente fracasado e inútil, no vive, solo sobrevive.

 

Jesucristo es sin duda alguna la persona de la historia que ha llevado a cabo la mayor misión jamás cumplida: la salvación para vida eterna de aquellos que creen en Él como el unigénito hijo de Dios, como Dios mismo, y quienes Le esperan en Su Reino. Una vez dio Su vida en la Cruz y resucitó, venciendo el poder del pecado la muerte y ganando para nosotros la vida eterna, nos dejó una misión que cumplir, la cual conocemos como La Gran Comisión: Mateo 28:16-20.

 

Cada cristiano tiene, sin embargo un llamado, uno o varios dones que el Espíritu Santo ha puesto en su vida para llevar a cabo la misión específica, la cual es parte integrante de la Gran Comisión, que abarca todo el tiempo y todas las misiones que incluye.

 

 

¿CUÁNDO UNA MISIÓN ES DE DIOS?

 

Una misión es de Dios cuando glorifica a Dios por medios Bíblicos. Los valores Bíblicos para una filosofía de misión incluyen el reconocimiento de que la misión es de Dios, no nuestra, y que es por lo tanto sobrenatural, pues Dios equipa a los que llama; no dependemos de nosotros mismos. El Señor siempre está con nosotros hasta el fin del mundo.

 

La Biblia nos enseña a considerar la misión como eclesial. Por lo tanto, debe realizar y utilizar todos los ministerios misioneros conjuntamente por medio del Evangelio, para establecer iglesias mundialmente, y que estas crezcan. La misión debe mostrar fraternidad real, una unidad entre cristianos, entre iglesias, entre denominaciones, entre los grupos ministeriales y extra eclesiásticos de las misiones. Además, la Biblia nos muestra la misión como personal; somos las personas individualmente las que formamos las iglesias y las que damos testimonio con nuestras vidas, que han de ser parte de la misión. Tanto el cristiano, como la Iglesia en su conjunto, y cada iglesia en particular, han de considerar su vida un sacrificio vivo como parte de la misión de Dios.

 

Debido a que la teología de misión enfatiza la inspiración, autoridad y suficiencia de la Biblia a todo hermano o receptor del Evangelio, de cualquier cultura, es para la congregación una garantía mantener clara Su validez. No se puede aceptar ningún otro planteamiento religioso que distorsione el Evangelio, como teologías de libros de las culturas, porque la Biblia es el único libro que es la Palabra de Dios, profética y santa, demostrado por el cumplimiento de todas las profecías, algo exclusivo de la Biblia. Dios se comunica con toda cultura por la Biblia, de ahí apoyar a los que la traducen y llevan a todas las culturas. Este ministerio de traducción es una misión de Dios, pues da gloria a Dios y llama al hombre a conocer a Dios. Solo así tendremos una filosofía de misión basada en la Biblia.

 

Es Dios quien hace esto posible a través de la Trinidad; esto debemos enseñar. Él escoge y habilita para ello para demostrar, por la Palabra, que Jesús es el único Señor y Salvador, ante las opciones de a quienes predicamos, de distintas culturas y religiones, quienes no pueden presentar una salvación hecha por un salvador, que además sea Dios el creador, y el Hijo de Dios, sino que traen un mensaje: haz esto, para obtener lo otro, basado los méritos y justicias propias. Hinduistas, budistas, musulmanes, chinos, suramericanos, ortodoxos, celtas, etc., no importa cual sea nuestro origen, todos traemos bagaje religioso, cultural y tradicional que debemos abandonar y que no es de Dios, sino del hombre. La misión es, pues, transcultural pues pasa de una cultura a otra, y además es multicultural, de modo que nosotros como misioneros debemos permear toda cultura, desde la nuestra, entendiendo la idiosincrasia de las demás, para presentar el Evangelio de un modo adecuado a tales culturas, sin modificar el contenido del Evangelio.

 

El Evangelio, en su teología de misión de Dios nos reta en sacrificio a presentarlo como el único Camino a Dios y a Su Reino, pues Jesucristo, el único que ha dado Su vida por nosotros y ha resucitado dice: "...Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por mí." (Juan 14:6). El verdadero cristiano es instrumento de Dios para llevar a cabo Su misión, proclamar ese Reino a todos, empezando por su vecino y hasta donde cada uno alcance. Esa misión es de Dios.

 

 

¿Cuál es NUESTRA misión?

 

Ante todo uno debe conocer y tener una filosofía de misión, lo cual es sumamente importante porque determina el objetivo personal y congregacional en la misma. Cada cristiano depende de lo que incluye y cree que es su misión. Pero la cuestión es si ésta es Bíblica, si se sostiene e incluye los conceptos Bíblicos como base misional. Además debe integrarse en la realidad contemporánea, poder aplicar el valor Bíblico de las enseñanzas de Jesús a los apóstoles, en nuestros días.

 

Por otra parte ha de ser considerada misión de Dios, estar dirigida por el Espíritu Santo. Si esta filosofía se adapta bien al contexto cultural, local, circunstancial, y se usan bien los dones del Espíritu, y colabora con las organizaciones misioneras y otras iglesias para conseguirlo, permanecerá en continua reforma, según la cultura y la época a nuestro alrededor cambie, sin alterar el mensaje del Evangelio. La misión finalmente ha de ser para la gloria de Dios.

 

Con estos requisitos, el cristiano tiene las garantías de que saber si la llama misionera que arde en su corazón es de Dios. Primero, porque lo ha recibido como parte de su llamamiento cuando recibió a Jesucristo. Segundo, porque es recurrente, no puede vivir sin llevarlo a cabo. Tercero, porque ha comprobado que es Bíblica. Cuarto, porque tras haber orado y ayunado dejando la misión en las manos de Dios, ésta sigue siendo un llamamiento, aunque no disponga hoy de todos los recursos para llevarla acabo, y Dios capacita al que llama. Quinto, porque ha recibido señales de parte de Dios, la cuales han sido pedidas en oración. Sexto, porque lo ha compartido con los hermanos de la iglesia y ha encontrado el apoyo para llevarlo a cabo, y lo han entendido como de Dios. Y, séptimo, porque su misión es para la gloria de Dios.

 

...Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Romanos 8:28.

 

...Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Romanos 11:29.

 

...Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, 9quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. 2Timoteo 1:8.

 

Una vez tenga claro cual es su misión, puede prepararse para llevarla a cabo a través de las Disciplinas Espirituales.

 

CONCLUSIÓN

 

Jesús nos dice a quienes va a considerar haciendo la misión de la Iglesia, en Mateo 25:31-46: "...Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí..." Si usted ayuda en su iglesia, limpia el suelo, es técnico, dona fondos, da de comer a los pobres, da un techo al que no tiene, ropa al desnudo, o visita a los enfermos, ora por los que necesitan, es parte del ministerio de prisiones, predica, o es pastor, o esposa de pastor, o hijo/a de pastor, o canta en el coro, etc, etc, etc, y ese es su llamado, está sirviendo a Dios y dando gloria a Dios; esa es su misión.

 

Las dos preguntas que nos quedan que hacernos, y cuyas respuestas nos proveen de la visión del alcance de las misiones, y nos aclaran si nuestra misión particular es de Dios, son:  ¿Es cada una de estas misiones solo válida si se hace a 10.000kms, o lo es si se hace en nuestra ciudad? y ¿Es solo una, o son todas las misiones parte de la Gran Comisión? Sin lugar a dudas, se haga donde se haga, es misión de Dios. Ahora bien, para que algunas de estas misiones se lleven a cabo, bien donde vivimos, bien en el otro lado del planeta, hace falta la colaboración entre iglesias y sus ministerios, y enviar a aquellos que han sido preparados y llamados para ayudar a dejar establecidas las iglesias de cada país, para que estas a su vez llenen sus ciudades del Evangelio de Cristo y puedan llegar a ser autosuficientes. Pero la segunda respuesta es que toda misión incluye todos los ministerios y dones, los cuales son misiones en particular de las que todos formamos parte como cuerpo de Cristo. Con esta visión de toda la Iglesia mundial, y con la actuación local en mente y en el corazón podremos dar la gloria a Dios en todo aquello que hagamos que haya venido de Él. Así, las misiones de Mateo 25:31-46 forman parte de Mateo 28:16-20, La Gran Comisión.

 

La preciosa historia de Nehemías y su colaboración con el sacerdote Esdras es uno de los pasajes Bíblicos que nos servirán siempre como guía de una misión de Dios. Identificó la misión y aprovechó su posición. Como líder carismático animó al pueblo a edificar el muro, con estrategia de defensa y obra al mismo tiempo, pues los que trabajaban en el muro, en una mano tenían la herramientas y en la otra la espada, Nehemías 4:17. Usó los dones de todos en la misión, nombrando dirigentes. Aceptó a extranjeros y locales que eran fieles al Señor. Mantuvo una buena comunicación con todos en el proyecto. No estuvo exento de oposición en su misión por parte de locales y extranjeros enemigos del Señor, lo cual también sufrimos y sufriremos todos los que queremos glorificar a Dios, pero el triunfo es de Dios para Su gloria. El objetivo fue la gloria de Dios, devolviendo a los sacerdotes y levitas a sus funciones, trayendo la Ley al pueblo y dedicándole el muro a Dios. Lo puede leer en los libros de la Biblia: Esdras y Nehemías, sobre el 450 a.C.

 

Al igual que Nehemías y Esdras el discípulo de Jesucristo sabrá siempre cual es su misión, y que es de Dios, porque la unción misma que el Espíritu Santo le confirma, le enseña constantemente y reafirma en lo que hace. Esto es posible en una relación personal con Dios a través de Jesucristo y por el Espíritu Santo, profunda, diaria, permanente, en todo momento. Creo que el Texto Bíblico de 1Juan 2:27 es tan relevante que se ha convertido en fundamento sólido para nuestra fe de misión, y con él me despido, si Dios quiere hasta el próximo estudio Bíblico:

...Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. Amen.

 

 

 

  • Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y llamárase su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Profecía de Isaías 9:6.


  • Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi. Palabras de Jesucristo. Evangelio de Juan 14:6.
  • Ud. quiere conocer a Dios, pero sabe que el camino no es por las religiones, ni por las sectas, ni por la sociedad. El mundo, sin Dios, ha fracasado. ...Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son... Juan 17:9. Oración de Jesús.


  • Si de verdad busca Ud. a Dios, comience hoy una nueva vida, de la verdadera mano de Dios. El Evangelio es el mensaje para todas las naciones, sin importar la raza, la procedencia ni la cultura. Dios es el Salvador de aquellas personas que le abren su corazón y se arrepienten de vivir sin El.


  • ...Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1Corintios 15:58.

  © Copyright. Todos los derechos reservados.  Desde Jesucristo.net  se autoriza la utilización de estos textos, previa petición, sin que se altere el contenido y citando su procedencia.