7.- Y la séptima fue que
tras su lógica lucha interna, supo
perdonar a sus
hermanos cuando se arrepintieron, incluso ante el cumplimiento del sueño que
el mismo tuvo, cuando vio al sol y a la luna y a once estrellas postradas ante él,
buscando para ellos, ante Faraón la bendición para los suyos.
TEXTOS BÍBLICOS COMENTADOS
LA MANIFESTACIÓN DEL DON DE
SUEÑOS EN JOSÉ
GÉNESIS: CAPÍTULO 37
Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de
Canaán. 2Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de
diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba
con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e
informaba José a su padre la mala fama de ellos. 3Y amaba Israel a José más
que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una
túnica de diversos colores. 4Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más
que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.
5Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a
aborrecerle más todavía. 6Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
7He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se
levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se
inclinaban al mío. 8Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre
nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de
sus sueños y sus palabras. 9Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos,
diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que
el sol y la luna y
once estrellas se inclinaban a mí.
José es el tipo de discípulo del Mesías
Jesucristo que por su fidelidad al Señor es aborrecido por sus hermanos. Una
característica que he observado durante años, es que precisamente a aquellos
hermanos más aislados, los más aborrecidos son precisamente los que Dios
tiene guardados para hablarles y darles sueños, visiones, interpretación,
profecía y sabiduría. También casi todos los profetas fueron y son aborrecidos por el
pueblo, pero son precisamente ellos oyen la voz de Dios.
José es una antesala de lo
que representa nuestro Señor Jesucristo, un hermano de las doce tribus, o
hijos de Jacob que es Israel, ante el cual se habrían de postrar su padre José el
carpintero, su madre María y los once apóstoles, pues todos ellos por Él
habrían de ser salvos. La túnica de colores simboliza la túnica de Cristo de
una sola pieza, y los colores, siete, los de los siete espíritus de Dios,
los siete colores del arco iris en los que se divide la luz blanca, la luz
del mundo, la de Cristo.
10Y lo contó a su padre y a sus hermanos;
y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso
vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11Y
sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.
El vivo retrato
de situaciones como esta se experimentan hoy día en la Iglesia cuando un hermano, sea o no anciano
espiritualmente, por su corazón volcado a Dios, recibe bendición y oye la
voz de Dios, por envidia es aborrecido por sus propios hermanos en la fe,
sobre todo por los ancianos y pastores que le reprenden, aunque muchos
meditarán en ello, como también lo hizo Jacob.
La primera reacción de
Jacob fue de enojo por el sueño de José, pero al reaccionar se dio cuenta de
que si Dios hablaba a José, tendría que tener en cuenta el mensaje, le
gustara o no. Los hermanos de José en su ceguera por la envidia no
consideran que su hermano, a quien aborrecen, pueda ser aquel por quien Dios
les habla.
12Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.
13Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y
te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. 14E Israel le dijo: Ve ahora,
mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta.
Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. 15Y lo halló un hombre,
andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué
buscas? 16José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres
dónde están apacentando. 17Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y
yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y
los halló en Dotán. 18Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara
cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle.
La conspiración para matar
a José es la consecuencia del aborrecimiento, la actitud de desechar a un
hermano o a un amigo, el desprecio. Cuando un hermano aborrece a
otro, y me estoy refiriendo a la Iglesia, es igual que si lo matase; al
menos es lo que enseña la Biblia en 1Juan 3:15, y este Texto explica que la
consecuencia del que aborrece a su hermano es que es considerado homicida, y
termina este Versículo asegurando que sabemos que ningún homicida tiene vida
eterna permanente en él.
19Y dijeron el uno al
otro: He aquí viene el soñador. 20Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle
en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será
de sus sueños. 21Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo
matemos. 22Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna
que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus
manos, para hacerlo volver a su padre. 23Sucedió, pues, que cuando llegó
José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores
que tenía sobre sí; 24y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la
cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
25Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una
compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas,
bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26Entonces
Judá dijo a sus
hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su
muerte? 27Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre
él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos
convinieron con él. 28Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron
ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los
ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
29Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus
vestidos. 30Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no parece; y yo,
¿adónde iré yo?
Los hermanos de José se burlaban de él,
pero de lo que no estaban dándose cuenta es que en realidad pecaban contra Dios
pues el don es Suyo. Rubén y Judá interceden por la vida de José. Más
adelante veremos la consecuencia para ellos.
Los ismaelitas y los madianitas son hijos
de Abraham. A priori el peor enemigo al que le podrían vender por el odio
que se tenían y tienen todavía hoy, como vemos en Oriente Medio.
31Entonces tomaron ellos
la túnica de José, y degollaron un
cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; 32y enviaron la
túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado;
reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no. 33Y él la reconoció, y
dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido
despedazado. 34Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus
lomos, y guardó luto por su hijo muchos días. 35Y se levantaron todos sus
hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y
dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. Y lo lloró su padre. 36Y
los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán
de la guardia.
Mintiendo y usando la sangre de un sacrificio
animal para teñir la túnica de su hermano, es una actitud que simboliza al
que rechaza la salvación de Cristo, que en lugar de aceptar Su sangre, sigue
en la práctica religiosa que aquí se refleja en la del cabrito para
expiar sus pecados. Sin ellos darse cuenta, habiendo quitado la túnica a su
hermano, simbólicamente es el intento de quitar la unción, la protección de
su padre, pero la unción de Dios no es visible materialmente sino en los
hechos que acontecen, la cual seguiría a José, lo mismo que lo hace en
Cristo y en nosotros.
Si recordamos la historia, de este modo
procedió el sanedrín al mostrar al Mesías encadenado y sin su túnica, y
posteriormente crucificado, prosiguiendo con el sacrificio animal que no
cambia la actitud del pecador de una vez para siempre como lo hace la vida
del Hijo de Dios en aquellos que le reciben por la fe como salvador de sus
almas.
JOSÉ EN EGIPTO
GÉNESIS:
CAPÍTULO 39
Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la
guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado
allá. 2Mas Yahweh estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa
de su amo el egipcio. 3Y vio su amo que Yahweh estaba con él, y que todo lo
que él hacía, Yahweh lo hacía prosperar en su mano. 4Así halló José gracia
en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su
poder todo lo que tenía. 5Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de
su casa y de todo lo que tenía, Yahweh bendijo la casa del egipcio a causa
de José, y la bendición de Yahweh estaba sobre todo lo que tenía, así en
casa como en el campo. 6Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él
no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de
hermoso semblante y bella presencia.
7Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y
dijo: Duerme conmigo. 8Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí
que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi
mano todo lo que tiene. 9No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna
cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues,
haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? 10Hablando ella a José cada
día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con
ella, 11aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no
había nadie de los de casa allí. 12Y ella lo asió por su ropa, diciendo:
Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y
salió. 13Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había
huido fuera, 14llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha
traído un hebreo para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para
dormir conmigo, y yo di grandes voces; 15y viendo que yo alzaba la voz y
gritaba, dejó junto a mí su ropa, y huyó y salió. 16Y ella puso junto a sí
la ropa de José, hasta que vino su señor a su casa. 17Entonces le habló ella
las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí
para deshonrarme. 18Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a
mí y huyó fuera.
19Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le
hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor. 20Y
tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del
rey, y estuvo allí en la cárcel. 21Pero Yahweh estaba con José y le extendió
su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. 22Y el
jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que
había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. 23No
necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al
cuidado de José, porque Yahweh estaba con José, y lo que él hacía, Yahweh lo
prosperaba.
He aquí la bendición de aquellos que aman
a Dios y le sirven, que Yahweh está con ellos y los bendice en todo lo que
hacen. No obstante he aquí una advertencia en la
historia de José en la casa de Potifar. Hay momentos de prueba, como la
tentación de la esposa de Potifar. Es aquí donde se prueba al discípulo en
su fidelidad, pero no es esta la parte de la prueba sino en la consecuencia,
porque le enemigo, el diablo, que siempre está mintiendo y maquinando para
luchar en contra de los hijos de Dios, prepara una estrategia, la cual tiene como fin
echar al discípulo en cuestión en situación de descrédito y de aflicción. La
insistencia de la esposa es la misma que del enemigo, y a veces nuestra
propia mente y el mundo tienen
en nuestras vidas.
Por otro
lado podemos ver un poco más profundamente lo que significa la tentación de
la esposa de Potifar. La esposa simboliza su alma. En su alma, la mente de
Potifar es atraída por la honestidad de José, apreciando el gran valor
espiritual de este hombre, hoy cualquier cristiano al que queriendo convence
y convertir a su religión o filosofía, tienta por la amistad o buena
relación personal, a lo cual hay que estar atento para saber decir no, y si
es posible darle la vuelta a la situación para que seamos nosotros los que
ofrezcamos a nuestro prójimo, no ya que se acuesten "espiritualmente" con
nosotros, con nuestra forma de pensar, sino que se casen con Jesucristo
espiritualmente y sean uno con Él.
Dios permite estas pruebas, pero son para
fortalecimiento, en las que por la experiencia de que Yahweh está con
nosotros en todo momento, somos fortalecidos en nuestra fe.
JOSÉ INTERPRETA
SUEÑOS
GÉNESIS: CAPÍTULO 40
Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el
panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto. 2Y se enojó Faraón
contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de
los panaderos, 3y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia,
en la cárcel donde José estaba preso. 4Y el capitán de la guardia encargó de
ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la prisión. 5Y ambos, el
copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la
prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche,
cada uno con su propio significado. 6Vino a ellos José por la mañana, y los
miró, y he aquí que estaban tristes. 7Y él preguntó a aquellos oficiales de
Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo:
¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? 8Ellos le dijeron: Hemos
tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les
dijo José: ¿No
son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.
9Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba
que veía una vid delante de mí, 10y en la vid tres sarmientos; y ella como
que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. 11Y
que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía
en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. 12Y
le dijo José:
Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. 13Al cabo de
tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás
la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero.
14Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo
de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.
15Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí
por qué me pusiesen en la cárcel. 16Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a
José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza.
17En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería
para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.
18Entonces respondió José, y dijo: Esta es su interpretación: Los tres
canastillos tres días son. 19Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza
de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de
sobre ti.
20Al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, el rey hizo
banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y
la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus servidores. 21E hizo volver a
su oficio al jefe de los coperos, y dio éste la copa en mano de Faraón.
22Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había interpretado
José. 23Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.
El inicio de la
manifestación pública del don de José en Egipto, es la interpretación de los sueños
de parte de Dios. Este don, al haberlo usado y no esconderlo delante del
pueblo le serviría más adelante a José de salvoconducto para su bendición y
la de su nación.
El capitán de la guardia, Potifar, aunque
ya no tenía a José en su casa, a causa de su esposa, sabía de la lealtad de
José y le encarga a dos presos de relevancia, ¿quien mejor que él?, lo que
no sabe Potifar es que es parte del plan de Dios para librar a Israel y a
José de la cárcel, y que llegaría a ser su propio jefe.
Observamos como José intercede por su
propia situación hablando al copero de Faraón, que aunque se olvida de él,
queda en su memoria la experiencia de haber disfrutado del mensaje de parte
de Dios, de una manifestación de un hombre enviado por el Señor en su vida.
Al tiempo oportuno, al tiempo establecido por Dios ese hombre, el copero se
acordaría de José.
José interpreta
LOS sueños de Faraón
GÉNESIS:
CAPÍTULO 41
Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño...
...Y despertó Faraón, y
he aquí que era sueño. 8Sucedió que por la mañana estaba agitado su
espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus
sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese
interpretar a Faraón.
9Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de
mis faltas. 10Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la
prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los
panaderos. 11Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño
tenía su propio significado. 12Estaba allí con nosotros un joven hebreo,
siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó
nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño. 13Y aconteció que
como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido en mi puesto, y el
otro fue colgado.
14Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron
apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a
Faraón. 15Y dijo Faraón a
José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir
de ti, que oyes sueños para interpretarlos. 16Respondió José a Faraón,
diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.
17Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla
del río; 18y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa
apariencia, que pacían en el prado. 19Y que otras siete vacas subían después
de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras
semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto. 20Y las vacas flacas y
feas devoraban a las siete primeras vacas gordas; 21y éstas entraban en sus
entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de
las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté. 22Vi también
soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas. 23Y
que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano,
crecían después de ellas; 24y las espigas menudas devoraban a las siete
espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo
interprete.
25Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha
mostrado a Faraón lo que va a hacer. 26Las siete vacas hermosas siete años
son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo. 27También
las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las
siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de
hambre. 28Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha
mostrado a Faraón. 29He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la
tierra de Egipto. 30Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y
toda la
abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la
tierra. 31Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre
siguiente la cual será gravísima. 32Y
el suceder el sueño a Faraón dos
veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se
apresura a hacerla. 33Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente
y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. 34Haga esto Faraón, y ponga
gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años
de la abundancia. 35Y junten toda la provisión de estos buenos años que
vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las
ciudades; y guárdenlo. 36Y esté aquella provisión en depósito para el país,
para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no
perecerá de hambre.
He aquí la entrega de José
al empleo de su don, no solo implica ser valiente ante una situación que bien
le podría haber costado la vida, conociendo como reaccionaban los
gobernadores tan poderosos, sino que incluye un plan divino. Este
plan de Dios revelado a José se traduce en parte en la visión clara del
proyecto para solucionar una situación que a priori no tiene arreglo. Al
mismo tiempo José, por el hecho de recibir la sabiduría para exponer el
plan, sabe que Dios también le ha provisto del poder para llevarlo acabo, y
hace una sugerencia, quizá con la intención de ser nombrado encargado de
aquel proyecto. Esta actitud encomiable es la que hemos de tener en nuestras
vidas, las de buscar la bendición de Dios y la de estar dispuestos a
acometer las tareas más difíciles sabiendo que el Señor nos proveerá.
José gobierna Egipto
El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, 38y dijo Faraón a sus
siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el
espíritu de Dios? 39Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber
todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. 40Tú estarás sobre mi casa, y
por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo
mayor que tú. 41Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre
toda la tierra de Egipto. 42Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo
puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso
un collar de oro en su cuello; 43y lo hizo subir en su segundo carro, y
pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la
tierra de Egipto. 44Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno
alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto. 45Y llamó Faraón el
nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera
sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.
46Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón
rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra
de Egipto. 47En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a
montones. 48Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que
hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en
cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores. 49Recogió José trigo
como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no
tenía número. 50Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año
del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.
51Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo
olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. 52Y llamó el nombre del
segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi
aflicción.
53Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de
Egipto. 54Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había
dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto
había pan. 55Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el
pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a
José, y haced lo que él os dijere. 56Y el hambre estaba por toda la
extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a
los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. 57Y de
toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la
tierra había crecido el hambre.
El Señor utiliza a Faraón a quien él
mismo había establecido en el puesto para que entienda la sabiduría y el
plan de Dios. Oraremos pues al Señor para que bendiga a los gobernantes
y todo tipo de persona que está en puestos decisivos, aunque no nos gusten, para que reciban de Su parte la orden, sin ellos
saberlo, para llevar a cabo todo aquello que sea de bendición al pueblo de
Dios, a la Iglesia.
Cada uno de nosotros, ha
de perseverar en Cristo. Si esto hacemos también recibimos de parte del
Señor la visión clara de las soluciones a los problemas, y el poder para
llevar dichos proyectos a cabo. Pero la clave está en ser fieles a Dios en
todo tipo de circunstancias, en una fe y una confianza en Dios inamovibles,
aunque hay que construirla en oración mentalizándose a ello, trabajando
siempre para mejorar como hijos de Dios.
José comienza su ministerio de gobierno
de Egipto a los treinta años, otro símbolo de Cristo que comenzaría su
ministerio de salvación del mundo a la misma edad, cuando fue bautizado por
su primo Juan el Bautista.
Como estrategia de
gobierno José establece el quinto de la tierra, es decir el 20% de
impuestos. Bastante más bajo que lo que se estila en las economías del
primer mundo, en cuanto a impuestos de sociedades, y algo por encima de la
retención a un empleado. Un mismo rasero para todos, es decir, según se
prospere será el volumen del mismo porcentaje.
Los dos hijos de José
simbolizan sus dos grandes experiencias internas, una el olvido del
angustioso trabajo por el que tuvo que pasar para sobrevivir por causa de
la persecución por ser de Dios, y el olvido de sus propios hermanos, los que le
despreciaron y vendieron como esclavo. Y la
otra el cambio que Dios hizo en su vida precisamente por obedecerle dándole
bendición en el lugar donde había sido afligido, precisamente por
obedecerle. Elo que sus nombres significan.
José aceptó a Asenat como esposa, la hija
del sacerdote Potifera, que daba culto al sol en On. Curiosamente On viene
de la raíz hebrea "on" que es luz que significa lo mismo que la raíz egipcia
iwnw. Y del mismo modo el jefe de la guardia del rey Potifar tienen la misma
raíz, ambas en referencia al sol, sacerdote del sol y hijo del sol al que se
daba culto en On, luz. Sin ánimo de establecer significados, lo que
vemos es que el Señor pone a José ante aquellos que en esta cultura eran los
hijos de la luz, o iluminados, uno le compra y el otro le da su hija, pero
es que el que le pone a gobernar Egipto era llamado Ra, que es el sol, otro
iluminado por Dios para bendecir a José y finalmente a Israel. On es la
ciudad que sería la más tarde conocida como Heliopolis, en la era Helenística
de Alejandro Magno, fiel al pensamiento mitológico, donde acudirían los
eruditos para estudiar tomando el nombre original como lugar de iluminación
de sabiduría y conocimiento.
Podemos suponer que José habría recibido
de parte de Dios la bendición de que su esposa creyera en el verdadero Dios
viviente, en
Yahweh, pero desde luego habrá sido una lucha de costumbres y tradiciones
entre ambos para la educación de sus hijos. Finalmente hemos visto como han
sido aceptados en Israel y bendecidos por Jacob, lo cual confirma que
recibieron la fe del Señor como educación.
Los hermanos de José
buscan alimentos en Egipto
GÉNESIS:
CAPÍTULO 42
Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os
estáis mirando? 2Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto;
descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y
no muramos. 3Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en
Egipto. 4Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos;
porque dijo: No sea que le acontezca algún desastre. 5Vinieron los hijos de
Israel a comprar entre los que venían; porque había hambre en la tierra de
Canaán.
6Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la
tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a
tierra. 7Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas
hizo como que
no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis
venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos.
8José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron.
Jacob dice que ha
"oído", y conociendo a
Jacob lo que pasaba es que Dios le había hablado, pero no lo decía a sus
hijos porque eran malos.
La primera reacción de José es normal en
nuestra carne, de enojo por el daño sufrido por las personas que nos
aborrecen, pero el Señor, a través del don que le dio y como conoce el
corazón de José le hace recordar el sueño para que vea que esto es parte del
plan de Dios, y comience a trabajar en su corazón el perdón de ellos.
9Entonces
se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo:
Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido. 10Ellos le
respondieron: No, señor nuestro, sino que tus siervos han venido a comprar
alimentos. 11Todos nosotros somos hijos de un varón; somos hombres honrados;
tus siervos nunca fueron espías. 12Pero José les dijo: No; para ver lo
descubierto del país habéis venido. 13Y ellos respondieron: Tus siervos
somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el
menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece. 14Y José les dijo: Eso
es lo que os he dicho, afirmando que sois espías. 15En esto seréis probados:
Vive Faraón, que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor
viniere aquí. 16Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, y
vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en
vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías. 17Entonces los puso juntos
en la cárcel por tres días. 18Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y
vivid: Yo temo a Dios. 19Si sois hombres honrados, quede preso en la casa de
vuestra cárcel uno de vuestros hermanos, y vosotros id y
llevad el alimento
para el hambre de vuestra casa. 20Pero traeréis a vuestro hermano menor, y
serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.
21Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro
hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le
escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia. 22Entonces
Rubén
les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven,
y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre. 23Pero ellos no
sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos. 24Y se
apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó
de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos. 25Después mandó
José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de
ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y así se
hizo con ellos.
26Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí. 27Pero
abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio
su dinero que estaba en la boca de su costal. 28Y dijo a sus hermanos: Mi
dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó
el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha
hecho Dios?
José usa interprete para no darse a
conocer, usa expresiones como "vive Faraón" para despistar, pero al mismo tiempo hace preparar
para que lleven el alimento a su padre y familia. Veremos el resultado y
analizaremos porqué hace José todas estas maniobras estratégicas.
Los hermanos de José son conscientes del
juicio de Dios por lo que hicieron con él, y pagan el castigo del desprecio
durante toda su vida hasta que se arrepientan de corazón. Saben que Dios les
está castigando desde lo alto y viven temerosos de que algo malo les pase en
cada momento, juzgan todo con temor, porque sus conciencias no están
limpias. Todo lo contrario de aquellos que caminan en rectitud y ven la mano
de Dios, porque de sus corazones emana el amor de Dios, el perdón, la
justicia y la misericordia. Rubén les recuerda la advertencia que les hizo a
todos antes de tratar mal a José, y sabe que todo lo que les pasa es
consecuencia de esto.
29Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que
les había acontecido... ...Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis
privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le
llevaréis; contra mí son todas estas cosas. 37Y
Rubén habló a su padre,
diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en mi
mano, que yo lo devolveré a ti. 38Y él dijo: No descenderá mi hijo con
vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le
aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis
canas con dolor al Seol.
De nuevo el primogénito de Jacob
intercede por la supervivencia de Israel, pero su padre no acepta por ahora.
Los hijos
de Jacob llevan a Benjamín a Egipto
GÉNESIS: CAPÍTULO 43
El hambre era grande en la tierra; 2y aconteció que cuando acabaron de
comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Volved, y comprad
para nosotros un poco de alimento. 3Respondió Judá, diciendo: Aquel varón
nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro si no traéis
a vuestro hermano con vosotros. 4Si enviares a nuestro hermano con nosotros,
descenderemos y te compraremos alimento. 5Pero si no le enviares, no
descenderemos; porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro si no traéis
a vuestro hermano con vosotros. 6Dijo entonces Israel: ¿Por qué me hicisteis
tanto mal, declarando al varón que teníais otro hermano? 7Y ellos
respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por
nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y
le declaramos conforme a estas palabras. ¿Acaso podíamos saber que él nos
diría: Haced venir a vuestro hermano? 8Entonces Judá dijo a Israel su padre:
Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y
no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. 9Yo te respondo por él; a mí me
pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de
ti, seré para ti el culpable para siempre; 10pues si no nos hubiéramos
detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces.
11Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de
lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente,
un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras. 12Y
tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero, y llevad en vuestra mano
el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación.
13Tomad también a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón. 14Y
el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte
al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis
hijos, séalo.
Por fin Jacob acepta la
voluntad de Dios, una aparente adversidad que al final sería parte del plan
de Dios por amor a Su pueblo. Así es con nosotros, la Iglesia en todo el
mundo, en las vidas de cada uno en particular, que Dios nos lleva a veces
por caminos y circunstancias adversas y protestamos por ello, no entendiendo
que al final del túnel está la Luz de Cristo, y la mano de Dios se ve con
Su misericordia y generosidad. Es entonces cuando mirando hacia atrás en la historia vivida
que podemos apreciar el plan completo de Dios. Debemos siempre mirar la historia
completa de nuestras vidas y veremos la mano de Dios.
Jacob finalmente da las instrucciones
para llevar ante el señor de Egipto (José), los presentes y el doble del dinero
además de a su hijo pequeño. Es quien finalmente da la estrategia añadiendo
a las peticiones de José. Esta es una enseñanza de la diplomacia y buena
intención que se debe mostrar ante los demás, especialmente ante la
adversidad, siendo que confiando en Dios obremos en fe y adecuadamente,
dejando el resultado en Sus manos.
La intercesión de Rubén el primogénito de
Israel no parece convencer a su padre, pero sin saberlo está intercediendo por José, el hijo primogénito de la amada de Israel,
Raquel. Finalmente Judá intercede por su hermano y es a este a quien Jacob
escucha. Judá también estaba sin saberlo intercediendo por todo Israel siendo que la salvación
viene de los Judíos, y que esa salvación es Yahshua, de esta tribu.
15Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en
su mano doble cantidad de dinero, y a Benjamín; y se levantaron y
descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José.
16Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Lleva a
casa a esos hombres, y degüella una res y prepárala, pues estos hombres
comerán conmigo al mediodía. 17E hizo el hombre como José dijo, y llevó a
los hombres a casa de José. 18Entonces aquellos hombres tuvieron temor,
cuando fueron llevados a casa de José, y decían: Por el dinero que fue
devuelto en nuestros costales la primera vez nos han traído aquí, para
tendernos lazo, y atacarnos, y tomarnos por siervos a nosotros, y a nuestros
asnos. 19Y se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron a la
entrada de la casa. 20Y dijeron: Ay, señor nuestro, nosotros en realidad de
verdad descendimos al principio a comprar alimentos. 21Y aconteció que
cuando llegamos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de
cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso;
y
lo hemos vuelto a traer con nosotros. 22Hemos también traído en nuestras
manos otro dinero para comprar alimentos; nosotros no sabemos quién haya
puesto nuestro dinero en nuestros costales. 23El les respondió: Paz a
vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el
tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a
ellos. 24Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y
les dio agua, y
lavaron sus pies, y dio de comer a sus asnos. 25Y ellos prepararon el
presente entretanto que venía José a mediodía, porque habían oído que allí
habrían de comer pan.
26Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano
dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra. 27Entonces les
preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que
dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía? 28Y ellos respondieron: Bien va a tu
siervo nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e hicieron reverencia. 29Y
alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo:
¿Es éste vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga
misericordia de ti, hijo mío. 30Entonces José se apresuró, porque se
conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar; y
entró en su cámara, y lloró allí. 31Y lavó su rostro y salió, y se contuvo,
y dijo: Poned pan. 32Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos,
y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden
comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios. 33Y se
sentaron delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor
conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el
uno al otro. 34Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la
porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y
bebieron, y se alegraron con él.
Estos son los pasos que Jacob le pidió
que dieran ante José, los cumplieron todos y les fue bien. Dio de comer el
siervo a sus asnos, que simbolizan la carga espiritual que traen ellos, por
la bendición de su padre Jacob y de su Padre Yahweh, por llevar ángeles
escoltándoles en el camino. En pleno arrepentimiento de los hermanos de
José, su siervo trae agua para
lavar los pies, símbolo de lo que Jesucristo hizo con los apóstoles, y
símbolo de lo que hacemos cuando nos arrepentimos de algo que hemos hecho
mal, por la suciedad que se nos pega en los pies al caminar por el mundo,
siendo esta la contaminación espiritual de los que nos rodean con sus ideas,
conceptos, tradiciones y formas de vida en general, las cuales hemos de
limpiar de tanto en tanto para seguir una vida santa ante Dios, leyendo la
Biblia siempre y orando para que al congregarnos todos podamos compartir
nuestras experiencias y ayudarnos unos a otros en amistad de Dios.
El orden en el que se sientan según la
edad, simboliza el orden espiritual que José ha traído a su familia, a sus
hermanos. Del mismo modo es en la Iglesia, hay que establecer orden
espiritual entre el pueblo de Dios, entre los hermanos, en amistad, afecto
fraternal, amor de Dios, respeto, dignidad y ayuda mutua.
La copa de José
GÉNESIS: CAPÍTULO
44
Mandó José al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los
costales de estos varones, cuanto puedan llevar, y pon el dinero de cada uno
en la boca de su costal. 2Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca
del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.
3Venida la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos. 4Habiendo
ellos salido de la ciudad, de la que aún no se habían alejado, dijo José a
su mayordomo: Levántate y sigue a esos hombres; y cuando los alcances,
diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien? ¿Por qué habéis robado mi copa
de plata? 5¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar?
Habéis hecho mal en lo que hicisteis.
6Cuando él los alcanzó, les dijo estas palabras. 7Y ellos le respondieron:
¿Por qué dice nuestro señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos. 8He
aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos
a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa
de tu señor plata ni oro? 9Aquel de tus siervos en quien fuere hallada la
copa, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor. 10Y él dijo:
También ahora sea conforme a vuestras palabras; aquel en quien se hallare
será mi siervo, y vosotros seréis sin culpa. 11Ellos entonces se dieron
prisa, y derribando cada uno su costal en tierra, abrió cada cual el costal
suyo. 12Y buscó; desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fue
hallada en el costal de Benjamín. 13Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y
cargó cada uno su asno y volvieron a la ciudad.
14Vino Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se
postraron delante de él en tierra. 15Y les dijo José: ¿Qué acción es esta
que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar? 16Entonces
dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos
justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros
somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue
hallada la copa. 17José respondió: Nunca yo tal haga. El varón en cuyo poder
fue hallada la copa, él será mi siervo; vosotros id en paz a vuestro padre.
Toda esta maquinación es la estrategia de
José para ir haciendo traer ahora a su padre, pero en este punto José peca
por rencor en
soberbia y venganza pues ya podría haberse dado a conocer a sus hermanos
pero le pudo el rencor, que es la enfermedad por la que el hombre no puede
perdonar, hasta que aprende a perdonar porque comprenda que el hombre es
polvo y al polvo volverá, porque pueda ver la viga en su propio ojo, de modo
que pueda olvidar, de modo que acontezca la reconciliación, eso sí cuando la
otra parte ha cambiado su actitud y se ha arrepentido, que es el caso de los
hermanos de José, al menos de algunos de ellos. El arrepentimiento de
aquellos que pecan no es imprescindible para perdonar, pero si para
reconciliar. ...Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen... Lucas
23:34.
Intercesión
de
Judá ante José por Benjamín y Jacob
Entonces Judá se acercó a él, y dijo: Ay, señor mío, te ruego que permitas
que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu
enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón... ... 30Ahora, pues, cuando vuelva yo a tu siervo mi padre, si el
joven no va conmigo, como su vida está ligada a la vida de él, 31sucederá
que cuando no vea al joven, morirá; y tus siervos harán descender las canas
de tu siervo nuestro padre con dolor al Seol. 32Como tu siervo salió por
fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer,
entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre; 33te ruego, por tanto,
que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que
el joven vaya con sus hermanos. 34Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el
joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.
De nuevo vemos la
intercesión de Judá ante José por su hermano Benjamín, por amor de su padre,
Jacob, la intercesión por la bendición de Israel. José acaba de ver que si
sigue en su camino matará a su padre y accede a la intercesión de Judá. La
Iglesia también tiene que escuchar mucho de los Judíos Mesiánicos porque en
el ultimo tiempo la Iglesia necesita cambiar de actitud, porque estos
hermanos Mesiánicos, los que de verdad lo son, los que aman a Jesucristo,
Yahshua el Mesías el Hijo de Yahweh que murió en la Cruz del Calvario hace
casi dos mil años y resucitó de los muertos, ascendiendo al Padre y vive y
reina. Yahshua está con nosotros cada día en Espíritu Santo, y estos
hermanos se han arrepentido de no haber recibido la Salvación de Dios en
Cristo y cumpliendo la profecía de Romanos 11:25 al 36, hasta que conviertan
al resto de Israel.
Todos los hombres pecamos,
los doce hijos de Israel pecaron, pero en la escuela de la vida ante el
Señor, aquellos que tienen un corazón temeroso de Dios, son bendecidos con
el don de la fe, y cambian sus
conductas, cambian su mente en el llamado arrepentimiento, y comienzan a dar
frutos dignos de arrepentimiento. Esta es la situación en la que hallamos a
Judá, por quien, como sabemos, viene Jesucristo, el que intercede por nosotros
ante el Padre. Pero aún hay mas que ver en esta enseñanza en la historia de
Judá. Resulta que hasta este punto está intercediendo por la bendición de su
padre ante José, y José está en Egipto, que simboliza el mundo, es decir,
los gentiles, los que no son del pueblo de Israel, pero por los que Dios
también envía a Su Hijo para salvarnos. De este modo, Judá, está
convenciéndonos de que el Padre sufre por sus hijos y que debemos ser
misericordiosos con nuestro prójimo, en este caso siendo José el que está en
el mundo, siendo misericordiosos con Israel, que es Jacob. El mundo ha
aborrecido a la casa de Israel, y ellos han aborrecido al Mesías que viene
de Judá, por lo tanto pendiente queda la reconciliación de los Judíos con el
Mesías Yahshua y la del mundo con Israel, ambos por Judá en la Palabra del
León de esta tribu.
José se
descubre a sus hermanos
GÉNESIS:
CAPÍTULO 45
No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo,
y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al
darse a conocer José a sus hermanos. 2Entonces se dio a llorar a gritos; y
oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón. 3Y dijo José a sus
hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron
responderle, porque estaban turbados delante de él.
4Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se
acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para
Egipto. 5Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido
acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.
6Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan
cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7Y Dios me envió delante
de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida
por medio de gran liberación.
José, padre de Efraín y
Manasés, simboliza la Iglesia que ha perseverado para dar alimento al mundo
y a Israel. Sí, la Iglesia de Cristo es la mayor fuerza que hay sobre la
tierra, aun con sus defectos, pecados, divisiones y denominaciones, aquellos
que somos Iglesia, los que de corazón luchan la buena batalla de la fe,
estando en la parte del cuerpo que se esté, ha provisto al mundo de
continuidad influyendo en todos los países y gobiernos que han ido
existiendo en el primer mundo, tras guerras y cambios políticos, y finalmente está volviendo a orar y a interceder por Israel
hasta el cumplimiento de la profecía de la Biblia en que todo Israel creerá
en Yahshua, de la cual son antesala los Judíos Mesiánicos.
8Así, pues, no me enviasteis acá vosotros,
sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa,
y por gobernador en toda la tierra de Egipto. 9Daos prisa, id a mi padre y
decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto;
ven a mí, no te detengas. 10Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca
de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y
todo lo que tienes. 11Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de
hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.
12He aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca
os habla. 13Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo
lo que habéis visto; y daos prisa, y traed a mi padre acá. 14Y
se echó sobre
el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su
cuello. 15Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus
hermanos hablaron con él.
16Y se oyó la noticia en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José
han venido. Y esto agradó en los ojos de Faraón y de sus siervos. 17Y dijo
Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id,
volved a la tierra de Canaán; 18y tomad a vuestro padre y a vuestras
familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y
comeréis de la abundancia de la tierra. 19Y tú manda: Haced esto: tomaos de
la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, y traed a
vuestro padre, y venid. 20Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque la
riqueza de la tierra de Egipto será vuestra. 21Y lo hicieron así los hijos
de Israel; y les dio José carros conforme a la orden de Faraón, y les
suministró víveres para el camino. 22A cada uno de todos ellos dio mudas de
vestidos, y a Benjamín dio trescientas piezas de plata, y cinco mudas de
vestidos. 23Y a su padre envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de
Egipto, y diez asnas cargadas de trigo, y pan y comida, para su padre en el
camino. 24Y despidió a sus hermanos, y ellos se fueron. Y él les dijo:
No
riñáis por el camino. 25Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de
Canaán a Jacob su padre. 26Y le dieron las nuevas, diciendo:
José vive aún;
y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió,
porque no los creía. 27Y ellos le contaron todas las palabras de José, que
él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para
llevarlo, su espíritu revivió. 28Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo
vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.
José declara a sus hermanos el plan de
Dios, les exime de la culpa anteponiendo el plan de Dios al trato que
recibió de parte de ellos. La reconciliación es la mejor medicina del
corazón cuando ambas partes se arrepienten y muestran su cambio de actitud
por sus frutos, la forma de tratar y de actuar. A partir de este punto todo son
bendiciones para la casa de Jacob.
Faraón añade más bendición aun, ya que él
y su pueblo han sido grandemente bendecidos por José y les devuelve la
bendición con la tierra, es más, en su sabiduría él comprende que si José ha
sido de bendición para Egipto, más bendición vendría a Egipto con el resto
de su familia.
No riñáis. José conoce a sus hermanos, y
sabe que la carne de ellos, y en especial la de algunos de ellos, que
veremos en la profecía de Jacob sobre ellos, es una carne rebelde.
Jacob
recobra fuerzas, seguramente que
con esta alegría el padre de familia aun en su ancianidad, recibe tal
bendición espiritual que le devuelve las ganas de vivir, y comprobado está
en medicina que esto prolonga su vida varios años, los cuales serían para vivir dicha
bendición. Del mismo modo nuestro Padre se alegra ante la reconciliación de
Su pueblo y prolonga y aumenta la bendición de los que lo hacen.
Israel
llega a Egipto
GÉNESIS: CAPÍTULO 46
Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció
sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2Y habló Dios a Israel en visiones de
noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. 3Y dijo: Yo soy
Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo
haré de ti una gran nación. 4Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te
haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos... ...28Y envió Jacob a Judá delante de sí a José, para que le viniese a ver en
Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén. 29Y José unció su carro y vino a
recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su
cuello, y lloró sobre su cuello largamente. 30Entonces Israel dijo a José:
Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives. 31Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré
y lo haré saber a Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que
estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí. 32Y los hombres son
pastores de ovejas, porque son hombres ganaderos; y han traído sus ovejas y
sus vacas, y todo lo que tenían. 33Y cuando Faraón os llamare y dijere: ¿Cuál es vuestro oficio?
34entonces diréis: Hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra
juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la
tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de
ovejas.
Lo primero que hace Jacob antes de ir a
la bendición es buscar la presencia de Dios para hacer sacrificio. Dios le
habla en visiones de noche como suele hacer con nosotros cuando le buscamos
de corazón, para indicarnos y confirmarnos el camino. Israel envía a Egipto
a Judá para que José viniese a verle, otro símbolo de que Judá trae a José a
Israel, esto es los Judíos a los Gentiles. Precisamente un pastor de
ovejas es el que gobernaba Egipto para Faraón.
GÉNESIS:
CAPÍTULO 47
Vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus
ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de
Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén. 2Y de los postreros de sus
hermanos tomó cinco varones, y los presentó delante de Faraón. 3Y Faraón
dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron a Faraón:
Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres.
4Dijeron además a Faraón: Para morar en esta tierra hemos venido; porque
no
hay pasto para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la
tierra de Canaán; por tanto, te rogamos ahora que permitas que habiten tus
siervos en la tierra de Gosén. 5Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu
padre y tus hermanos han venido a ti. 6La tierra de Egipto delante de ti
está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos;
habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres
capaces, ponlos por mayorales del ganado mío.
7También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón;
y
Jacob bendijo a Faraón. 8Y dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de los
años de tu vida? 9Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi
peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de
los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de
mis padres en los días de su peregrinación. 10Y Jacob bendijo a Faraón, y
salió de la presencia de Faraón. 11Así José hizo habitar a su padre y a sus
hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la
tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó Faraón. 12Y alimentaba José a su
padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con pan, según el
número de los hijos.
No hay pasto en la tierra prometida,
porque todavía no era el tiempo. Esto simboliza que los Judíos que
recibieron a Jesús en tiempo del Nuevo Testamento, inician la Iglesia en
tiempos de Jesús teniendo que abandonar Jerusalén. Hay que pastorear las
ovejas de Egipto para que conozcan al Señor, porque ellas bendicen con
muchas cosas. Del mismo modo Jacob bendice a este Faraón. Faraón ofrece lo mejor a Jacob, ya que es
una bendición para él, para su pueblo.
13No había pan en toda la tierra, y el hambre era muy grave, por lo que
desfalleció de hambre la tierra de Egipto y la tierra de Canaán. 14Y recogió
José todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de
Canaán, por los alimentos que de él compraban; y
metió José el dinero en
casa de Faraón. 15Acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de
Canaán, vino todo Egipto a José, diciendo: Danos pan; ¿por qué moriremos
delante de ti, por haberse acabado el dinero? 16Y José dijo: Dad vuestros
ganados y yo os daré por vuestros ganados, si se ha acabado el dinero. 17Y
ellos trajeron sus ganados a José, y José les dio alimentos por caballos, y
por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos; y
les sustentó de pan por todos sus ganados aquel año. 18Acabado aquel año,
vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubrimos a nuestro señor
que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro
señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y
nuestra tierra. 19¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como
nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos
nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón; y danos semilla para que
vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra.
20Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los
egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre
ellos; y la tierra vino a ser de Faraón. 21Y al pueblo lo hizo pasar a las
ciudades, desde un extremo al otro del territorio de Egipto. 22Solamente la
tierra de los sacerdotes no compró, por cuanto los sacerdotes tenían ración
de Faraón, y ellos comían la ración que Faraón les daba; por eso no
vendieron su tierra. 23Y José dijo al pueblo: He aquí os he comprado hoy, a
vosotros y a vuestra tierra, para Faraón; ved aquí semilla, y sembraréis la
tierra. 24De los frutos daréis el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán
vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los
que están en vuestras casas, y para que coman vuestros niños. 25Y ellos
respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro
señor, y seamos siervos de Faraón. 26Entonces José lo puso por ley hasta hoy
sobre la tierra de Egipto, señalando para Faraón el quinto, excepto sólo la
tierra de los sacerdotes, que no fue de Faraón.
27Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron
posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera.
El pueblo, la sociedad
toda, no aprende de la enseñanza que se le dio al Faraón antes de que
viniesen los dos periodos de siete años. Si cada uno hubiese guardado una
parte en su propio granero para los años de hambre no hubiesen tenido que
comprarle a José el grano, no habrían tenido que cambiarle el ganado y
finalmente la tierra y sus propias vidas, convirtiéndose en esclavos. Lo
mismo que pasa hoy con los créditos bancarios, las hipotecas, el consumismo
innecesario, etc, al que podemos hacernos esclavos.
Llama la
atención que habiendo visto Faraón que José tenía la bendición del verdadero
Dios, y habiendo visto que sus sacerdotes no sabían la verdad, sigue
manteniendo su tierra y su sustento, pues era la única manera que tenía
Faraón de permanecer por encima de José ante las mentes del pueblo. José
tampoco se revela contra él, ni usurpa el trono de Egipto. Quede esto para
la reflexión. Hoy muchos religiosos son iluminados por otros muchos que
tienen la Verdad de Cristo, pero aunque la ven no cambian sus vidas.
28Y
vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de
Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años. 29Y llegaron los
días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado
ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y
harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto.
30Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en
el sepulcro de ellos. Y José respondió: Haré como tú dices. 31E Israel dijo:
Júramelo. Y José le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la
cama.
La mano debajo del muslo
era el símbolo del juramento. Jacob pide salir de Egipto para su
sepultura, pues en nuestro corazón, aunque hallemos bendiciones materiales
en el mundo, para vivir, nuestro corazón ha de ser de Dios, no hemos de
quedar el Egipto sino buscando el Cielo, la tierra del Señor, la ciudadanía
espiritual. El hombre de Dios, representado por Jacob, no quiere que su
memoria quede en Egipto, pide ser llevado a la tierra que el Señor le
prometió, aunque no haya visto la promesa cumplida todavía, por lo tanto es
por fe.
Jacob bendice a Efraín y a Manasés
GÉNESIS: CAPÍTULO 48
Sucedió después de estas cosas que dijeron a José: He aquí tu padre está
enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. 2Y se le hizo
saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se
esforzó Israel, y se sentó sobre la cama, 3y dijo a José: El Dios
Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me bendijo, 4y me
dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe
de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia después de ti por heredad
perpetua.
Siguiendo la línea de la Luz
sobre aquellos que encontró José en Egipto, a Potifar y a Potifera y su
hija, los cuales conocían la cuidad de On, la cual era luz para ellos, Jacob
procede en su encuentro con Yahweh en Bet-El la ciudad llamada Luz
en tierra de Canaán. Todos los pueblos buscan la Luz de Dios que es una
orden en nuestro corazón. Esto nos muestra que Dios lleva a sus hijos con
aquellos que son la mejor luz de los diferentes lugares del mundo, nos pone
con los que son cercanos a Él, Quien es la verdadera Luz del mundo, para que
les demos la Luz de Cristo enseñando que las religiones y los cultos no
traen la verdadera Luz; nosotros, que también somos llamados luz, podemos
traer la verdadera Luz si predicamos el Evangelio de aquel que es la Luz que
alumbra a todo hombre y que se hizo carne, Juan 1.
5Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la
tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son;
como Rubén y Simeón, serán míos. 6Y los que después de ellos has engendrado,
serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus heredades.
7Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de
Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la
sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.
8Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos? 9Y respondió
José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo:
Acércalos ahora a mí, y los bendeciré. 10Y los ojos de Israel estaban tan
agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y
él les besó y les abrazó. 11Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu
rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia. 12Entonces
José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra. 13Y los tomó
José a ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su
izquierda, a la derecha de Israel; y los acercó a él. 14Entonces Israel
extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el
menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus
manos adrede, aunque Manasés era el primogénito. 15Y bendijo a José,
diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac,
el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, 16el Ángel que me
liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi
nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran
manera en medio de la tierra. 17Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de
Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla
de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18Y dijo José a su padre: No
así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su
cabeza. 19Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él
vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor
será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones. 20Y
los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate
Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés. 21Y
dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con vosotros, y os
hará volver a la tierra de vuestros padres. 22Y yo te he dado a ti una parte
más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y
con mi arco.
Tus hijos, míos son, los
incluye en las tribus de Israel, ya que en la consecución del tiempo, son
quitadas dos tribus, Dan y Efraín, quedando Manasés para completar las 12.
Esto es espiritual. Efra-ín la
misma raíz que Efra-ta que es Belén, de donde nacería el Mesías, el Cristo
según la profecía. Efraín simboliza pues, así como su padre José cuando
estaba en Egipto, a la Iglesia en su parte institucional, pues es en
realidad su hermano Manasés el primogénito y el que es incluido en las
doce tribus contadas entre los 144.000 sellados de Apocalipsis 7. Es pues
Manasés la parte de
la Iglesia que simboliza las almas, las personas que de corazón aman a Dios,
y Efraín la parte de la Iglesia que simboliza la institución, la simbólica
Babilonia, la cual cae ante el verdadero creyente. Son pues bendecidos los hijos de José en
Egipto, y son bendecidos con la forma de heredad espiritual de Jacob, el
menor primero.
Profecía de Jacob
sobre sus hijos
GÉNESIS: CAPÍTULO 49
Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de
acontecer en los días venideros. 2 Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
y escuchad a vuestro padre Israel.
3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad, principal en poder. 4 Impetuoso como las aguas, no serás el principal,
por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.
5 Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad sus armas.
6 En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía.
Porque en su furor mataron hombres, y en su temeridad desjarretaron toros. 7 Maldito su furor, que fue fiero;
Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob,
y los esparciré en Israel.
8 Judá, te alabarán tus hermanos;
Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.
9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío.
Se encorvó, se echó como león, así como león viejo: ¿quién lo despertará?
10 No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies,
hasta que venga
Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.
11 Atando a la vid su pollino,
y a la cepa el hijo de su asna, lavó en
el vino su vestido, y en
la sangre de uvas su manto.
12 Sus ojos, rojos del vino, y sus dientes blancos de la leche.
13 Zabulón en puertos de mar habitará; Será para puerto de naves,
y su límite hasta Sidón.
14 Isacar, asno fuerte que se recuesta entre los apriscos;
15 Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa;
Y bajó su hombro para llevar, y sirvió en tributo.
16 Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de Israel.
17 Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda,
que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete.
18 Tu salvación esperé, oh Yahweh.
19 Gad, ejército lo acometerá; Mas él acometerá al fin.
20 El pan de Aser será substancioso, y él dará deleites al rey.
21 Neftalí, cierva suelta, que pronunciará dichos hermosos.
22 Rama fructífera es José,
rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro.
23 Le causaron amargura, le asaetearon,
y le aborrecieron los arqueros; 24 Mas su arco se mantuvo poderoso,
y los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob,
25 Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá
con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo,
con bendiciones de los pechos y del vientre. 26 Las bendiciones de tu padre
fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;
Hasta el término de los collados eternos serán sobre la cabeza de José,
y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.
27 Benjamín es lobo arrebatador; A la mañana comerá la presa,
y a la tarde repartirá los despojos.
Muerte y sepelio de Jacob
28Todos éstos fueron las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre
les dijo, al bendecirlos; a cada uno por su bendición los bendijo. 29Les
mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con
mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo, 30en la cueva
que está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre en la tierra de Canaán,
la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón el heteo, para heredad de
sepultura. 31Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a
Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea. 32La compra del
campo y de la cueva que está en él, fue de los hijos de Het. 33Y cuando
acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y
expiró, y fue reunido con sus padres...
Por otra parte Jacob pide ser sepultado en el sepulcro de
Macpela, donde están sus padres, y obedeciendo el orden espiritual es el
lugar donde sepultó él a Lea, la primera esposa que le correspondía por
edad, pues le fue dada la mayor primero, y él era el menor y bendecía al
menor primero. Raquel, su
amada, sin embargo fue sepultada en el camino a Efrata, Belén en el capítulo
48:7. Hubiéramos esperado que pidiese ser sepultado con Raquel. Esto tiene
un significado de orden espiritual. Del modo en que él obtuvo la
primogenitura que despreció su hermano gemelo pero mayor y primogénito Esaú, él bendijo a
los hijos de José en orden contrario al nacimiento, primero el menor como
él. Sin embargo para su sepultura no va con Raquel, sino con Lea que es la
madre de Judá, de donde viene la salvación del mundo, y Raquel que es la
madre de José provee al que salva a Judá, José, para que Israel siga existiendo. En la tierra prometida se
encuentran los dos lugares de sepultura, pero lo más
llamativo es la unión de circunstancias entre las dos esposas de Jacob, los
dos hijos unidos en el plan de salvación, Judá y José, y cómo el lugar del
nacimiento del Mesías está cerca del sepulcro de Raquel la madre de José,
mientras que Lea está con los patriarcas. Todo un plan divino para que se
unan Judíos y Gentiles en Jesucristo.
Muerte de José
GÉNESIS: CAPÍTULO 50
...Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos
aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos. 16Y
enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: 17Así
diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su
pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la
maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.
18Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron:
Henos aquí por siervos tuyos. 19Y les respondió José:
No temáis; ¿acaso
estoy yo en lugar de Dios? 20Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo
encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho
pueblo. 21Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a
vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.
22Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento
diez años. 23Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación;
también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre las
rodillas de José. 24Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas
Dios
ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró
a Abraham, a Isaac y a Jacob. 25E hizo jurar José a los hijos de Israel,
diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.
26Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue
puesto en un ataúd en Egipto.
Los hermanos de José aún
no han aprendido el valor del perdón, de cuando se perdona de corazón, se
olvida el mal que le hayan hecho a uno, ya no cuenta. Del mismo modo el
Señor Dios de misericordia nos perdona nuestros pecados cuando nos
arrepentimos de corazón y ya no se acuerda más de ellos, nos mira como a sus
hijos amados, tal y como leemos en Hebreos 10:17.
"No temáis", también se lo decía Jesús a los
discípulos, y "paz a vosotros" cuando aparecía entre ellos. Les habló al corazón, es una
práctica que se ha perdido en la sociedad de hoy, pero podemos recuperarla,
al menos en la Iglesia.
Finalmente
José profetiza a sus hermanos sobre la futura conquista de Canaán, la cual
sucedería a manos de Josué cuando salieron de Egipto unos cuatrocientos años
más tarde.
CONCLUSIÓN
JOSÉ EN EL
DICCIONARIO ESPIRITUAL DE JESUCRISTO.NET
José en Egipto es la
historia de cualquiera que ame a Dios, quien recibe revelación de
Él, como los sueños de José, que aunque nos aborrezcan nuestros
propios hermanos, o congéneres, tendremos una situación igual a la
de este antepasado espiritual nuestro, que ve como su padre, que
representa a nuestro Padre Celestial, no se olvida de él y le ama,
aunque le permite pasar una prueba, también rechaza a la mujer de
Potifar, que representa el alma de Potifar, o sea sus maneras de
andar en Egipto, el mundo, por ser recto con Dios y no seguir al
mundo es encarcelado, pero librado y todo para que al final sea el
vehículo de la salvación del pueblo espiritual de Dios, los hermanos
de José, nuestros vecinos, compañeros de trabajos y familiares, que
verán como van a arrepentirse. ...Mi Palabra nunca volverá
vacía...
Génesis 37:5 al 11,
37:12 al 28, 39:1 al 18, 39: 19 al 23, Salmos 105:17, Hechos 7:9,
Hebreos 11:22.
Una enseñanza que debemos aprender en la experiencia de José
es el don de sueños, estar pendientes de la voz de Dios en nuestras vidas.
Dios habla a los que le aman y muestra la solución de las distintas
situaciones de nuestras vidas.
Con la
ayuda de Dios podemos enfrentarnos a todo tipo de experiencias, sean
adversas o confusas y salir victoriosos si nuestro corazón está en sus manos
y nos arrepentimos cuando corresponde.
Concluiré con un repaso a las
siete cualidades que hemos aprendido: Ser fiel a Dios siempre; Hacer bien al
prójimo en la adversidad; Usar el don que Dios nos de; Dar gloria a Dios en
cuanto a que el don es Suyo; Dar solución a los problemas; Asumir la
responsabilidad que nos corresponde y perdonar. Si queremos crecer
espiritualmente podemos combinar estas cualidades con los siete escalones de
crecimiento que hemos de subir, expuestos en
La Virtud, pues de este modo
no caeremos jamás. Que la paz y la luz del Señor les acompañen siempre, y
que sus corazones sean guiados por la mano de Dios que nos muestra el
Camino, aquél que es el espejo en que hemos de mirarnos, nuestro Señor
Jesucristo, aquél que es la Luz del mundo. Amén.