LOS SUPERCRISTIANOS

© Carlos Padilla – Marzo 2022 

¡No! No se trata de unos superhéroes de cómic o del cine, del tipo Superman, Batman, Spiderman, Los Increíbles, Capitán América, u otros. Tampoco se trata de una nueva rama o denominación del cristianismo que tenga súper poderes, ni siquiera en el caso de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, con todos los dones del Espíritu. Pero, a lo largo de mi vida como cristiano, he llegado a observar a dos tipos de cristianos que bien se pueden llegar a denominar supercristianos. Al primer grupo pertenecen unos que a sí mismo parecen reconocerse como tales, y que miran a los demás cristianos como si fuesen de inferior clase. Al segundo grupo, pertenecen una serie de cristianos que, por el contrario pasan desapercibidos a primera vista, pero que por su amor de Dios, sus frutos del Espíritu, y buenas obras en silencio, resplandecen aunque no quieran llamar la atención. Estos son los dos grupos de supercristianos. ¿Formas parte de alguno de estos grupos?  

LOS SUPERCRISTIANOS AUTO PROCLAMADOS

Estos, destacan sobre todo por considerarse especiales, bien por formar parte de una determinada denominación cristiana, y naturalmente desprecian a los demás de otras denominaciones o iglesias. Suelen ser ya ancianos, esto es, líderes de su congregación. En la antigüedad, en los primeros siglos después de Cristo, uno de estos grupos fueron los llamados Gnósticos. Estos creían que hacía falta un conocimiento superior para formar parte de su “élite” ya que solo ellos tenían acceso a ciertas “revelaciones”, que por supuesto el cristiano de “común” nunca podría entender. Justo lo contrario que hacía el Señor Jesús, que siendo el Maestro de todos, hablaba de forma sencilla a la gente humilde y a los pobres.

A estos supercristianos de élite no se te ocurra pedirles ayuda porque están muy ocupados en sus prioridades. No cuentes con ellos si hay que ir a socorrer a otros, no creas que van a querer ir a evangelizar, ni van a participar en tus obras, solo en las que ellos han establecido y que se pueden contabilizar para luego hacer gala de ellas, no les interesan acciones del tipo del buen samaritano (Lucas 10:25…), pues no aportan galardones para escalar en su organización.

Jesús dijo que cuando des limosna, no hagas sonar trompeta delante de ti. Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las equinas de las calles para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa, (Mateo 6).

LOS SUPERCRISTIANOS ANÓNIMOS

Siguiendo con el símil de los superhéroes a los que he comparado a los supercristianos, en sus historias vemos que están equipados con súper poderes. Algunos autoproclamados supercristianos creen que tienen de su propio ser dones especiales o súper poderes por sus propios méritos. Sin embargo la enseñanza Bíblica nos muestra que el cristiano cuenta con la Armadura de Dios de la carta de Efesios 6:11, que lejos de ser unos súper poderes propios, son el mismo poder de Dios pero en humildad y fe sabiendo que es Dios quien opera en nosotros, si es que le servimos a Él y no a nosotros mismo y a nuestros intereses. Otra guía que nos ayuda es la de las Bienaventuranzas de Mateo 5, en la enseñanza de Jesucristo.

Conozco a algunos cristianos que están pasando por el cáncer pero que animan a los demás y no pierden la fe, que aceptan la voluntad de Dios en sus vidas, que mientras trabajan y siguen el tratamiento, cuidan de sus hijos. Conozco a una madre inmigrante cristiana, dejada por su marido, que trabaja a miles de kms de su país para sacar a su familia adelante y con un hijo en un centro de rehabilitación de drogas, y tiene más fe y ánimo en Cristo que la mayoría de cristianos. Los pastores perseguidos en los países donde la persecución al cristiano es extrema, queman sus iglesias, ellos y sus familias son atacados, pero siguen sirviendo a Cristo mientras piden oración y ayuda. Un hermano de un país lejano, viudo, son él y su hijo, trabajan y luchan por salir adelante, y su fe es enorme, pero a veces me contacta para hablar y buscar apoyo, ánimo y compartir la vida en Cristo. Todos ellos son supercristianos.

Conozco a algunos cristianos que también diría que son supercristianos, aunque ellos lo negarían. Conozco misioneros, buenos amigos, algún presidente internacional de una misión cristiana, un rector de seminario teológico, profesores, traductores de Biblia a lenguas de países remotos con los que compartir es estar con amigos en Cristo, a quienes no se les ve buscar lo suyo, sino lo de Dios y de los hermanos, humildad, que siendo doctores académicos y de peso en el pueblo de Dios, predicadores e “influencers”, no presumen de ello, se adaptan a la vida sencilla de aquellas familias con las que comparten, y sus esposas y sus hijos igualmente.

También conozco hermanos de iglesias de distinta denominación que son buenos amigos en Cristo, que no dejan que una diferencia de algún tema teológico nos divida, que te hospedan en su casa, que cuidan de ti si viajas a su ciudad, que comparten lo que tienen de forma humilde, que no imponen sus criterios, pero que guardan la fe y la santidad, mostrándose amigos.

Conozco hermanos a través de internet a miles de kilómetros desde hace años, con los que la amistad, la oración, la ayuda y el compañerismo en Cristo es difícil de encontrar en otros que están cerca. También ayudan en sus ciudades si les pido ayuda para otros, y comparten los estudios Bíblicos de este ministerio con sus hermanos.

Conozco esposas en Cristo que llevan su casa y su trabajo, que educan a sus hijos en el temor de Dios, que son pacientes para con las familias que no creen. Conozco esposos en Cristo que trabajan pero ayudan en casa y comparten las tareas, que juegan con sus hijos y los enseñan, que hacen planes para vivirlos con su esposa y sus hijos. Matrimonios en Cristo que ayudan en la iglesia, que limpian el suelo, o hacen tareas administrativas, al tiempo que pueden predicar el sermón, dar clases de teología, siendo titulados de seminario, o que hacen un programa de televisión, y sin embargo son sencillos y humildes, buenos amigos que comparten con todos.

Conozco hermanos que ayudan a gente pobre, que les llevan comida, que les ayudan a pagar una factura de luz, o les arreglan el coche, que dedican sus vacaciones para ir a una misión con los pobres de otro país, que visitan a presos y a enfermos en hospitales, que se quitan de hacer algo para donarlo y nadie sebe de ello, pero Dios sí lo sabe y lo recompensa. Todos ellos, su ejemplo, y la vida de nuestro Señor me han hecho mejor cristiano, me han ayudado en mi camino como discípulo de Cristo, y a ser más como ellos y más como el Señor Jesucristo. Seamos todos ejemplos unos a otros: “Porque de hacer el bien y de la ayuda mutua, no os olvidéis, porque de tales sacrificios, se agrada Dios” Hebreos 13:16.

Estos son los supercristianos anónimos, que siguiendo al único y verdadero Súper, que es Jesús de Nazaret, sí que son buenos samaritanos que no buscan su propia gloria, y que aunque forman parte de su iglesia y trabajan en sus proyectos, no lo hacen por su propio galardón, sino para los demás y para la gloria de Dios en Cristo.

Con ellos puedes ir a evangelizar, a ayudar a quien lo necesita, a formar un coro góspel para un evento, aun siendo de distintas iglesias, por una causa común que glorifica a Dios, con los que puedes orar en cualquier momento. Con estos hermanos que aunque no lo saben son supercristianos, cuentas con amigos en Cristo. Porque aunque tengamos dones espirituales, lo importante es el amor de Dios en Cristo de los unos para con los otros, como dice el Texto del apóstol Pablo a los Corintios:

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1 Corintios 13.

CONCLUSIÓN

Hemos visto que hay algunos que podríamos verdaderamente llamar supercristianos, pero hay otros que se lo creen sin serlo. El buen cristiano es digno de un galardón, la corona de justicia de la que hablaba el Apóstol Pablo a 2 Timoteo 4:8, pero esta la da Dios, cuando la ganamos aquí ante los demás de forma humilde y sin buscar notoriedad, sino que Dios, que ve en lo oculto, lo hará notorio en Su Reino y en la medida que Él juzgue adecuada.

Hemos visto la gran diferencia entre aquellos que buscan su propia gloria, y los que buscan la gloria de Dios. Los verdaderos cristianos humildes de corazón en Cristo, pero valientes en el testimonio y en amor a Dios y al prójimo, esos hermanos amigos en Cristo con los que puedes contar para servir a Dios, para servir al prójimo, para llevar el Evangelio, o para la ayuda mutua, los que tienen una fe inquebrantable, son los que sin saberlo, son supercristianos, los que unen a los cristianos y hacen la iglesia, los otros son los que la destruyen.

El Texto Bíblico de Mateo 25:31-46 sobre la actitud de unos y otros en el Juicio a las Naciones, creo que es perfecto para cerrar:

“Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. 32 Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas á su derecha, y los cabritos á la izquierda.  

34 Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis; 36 Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis á mí. 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿ó sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, ó en la cárcel, y vinimos á ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis.

41 Entonces dirá también á los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles: 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 Fuí huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, ó sediento, ó huésped, ó desnudo, ó enfermo, ó en la cárcel, y no te servimos? 45 Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis á uno de estos pequeñitos, ni á mí lo hicisteis. 46 E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna.” ¡Amén!