SALMO
23
DÉJATE
PASTOREAR
POR
DIOS
El
Salmo
23
se
ha
hecho
famoso
porque
es
como
las
buenas
esencias,
es
breve
pero
intenso.
En
él
se
revela
al
hombre
la
relación
que
debería
tener
con
El
Creador,
si
es
que
ese
hombre
tiene
un
corazón
abierto
a
Él.
El
Señor
es
mi
pastor;
nada
me
faltará:
Ya
vemos
desde
el
primer
versículo
cual
es
la
consecuencia
de
dejarse
pastorear
por
Aquél
que
dice:
Yo
soy
el
buen
pastor.
Nada
me
faltará
porque
siempre
pregunto
a
mi
Dios
para
ser
guiado
por
Él.
He
observado
que
el
versículo
primero
me
enseña
que
el
que
lo
pronuncia
dice
que
el
Señor
es
su
pastor,
que
está
reconociéndole
como
Aquel
a
quien
él
quiere
acudir
como
guía.
El
hombre
que
se
pastorea
a
si
mismo
fracasa,
porque
el
hombre
es
inconstante
ya
que
no
posee
la
verdad.
Yo
soy
la
verdad,
dice
Cristo
y
yo
busco
la
Verdad
y
la
hallé,
Dios
me
la
dio
porque
se
me
dio
a
conocer.
Dios
te
ama.
En
lugares
de
delicados
pastos
me
hará
descansar:
Si
sigo
a
Dios,
Él
me
lleva
a
que
mi
alma
descanse,
porque
los
pastos
que
como:
La
Palabra
de
Dios,
son
delicados
majares
para
mi
corazón.
Junto
a
aguas
de
reposo
me
pastoreará:
He
visto
a
lo
largo
de
estos
años
que
el
agua
representa
el
espíritu
de
una
doctrina,
el
agua
de
reposo
que
Dios
me
da
es
Su
Espíritu
Santo
que
me
pastorea
en
Su
reposo.
El
Evangelio
es
la
doctrina
para
todas
las
naciones
de
la
tierra,
sin
excepción.
Confortará
mi
alma:
Este
es
el
resultado
de
aceptar
el
pastoreo
de
Dios,
que
el
alma y la mente
del
hombre
queda
en
confianza
porque
ya
no
tiene
miedo.
La
vida
sin
Dios
es
una
vida
angustiosa
y
sin
rumbo,
carece
de
proyecto
que
tenga
significado.
Por
qué,
a
dónde,
cuando
o
para
qué,
son
las
preguntas
que
el
hombre
se
hace
a
lo
largo
de
su
vida.
Yo
me
las
he
hecho,
y
tu?
Jesucristo
es
la
respuesta.
Me
guiará
por
sendas
de
justicia
por
amor
de
su
nombre:
Lógicamente
Dios
me
ama
y
quiere
verme
andar
en
justicia,
en
la
predicación
del
Evangelio,
y
en
la
ayuda
a
mi
prójimo,
para
esto
Él
se
encargará
de
pastorearme
en
los
caminos
justos,
no
me
dejará
prosperar
en
los
injustos,
si
es
que
mi
corazón
está
con
Él,
por
amor
de
Su
nombre,
porque
lo
ha
puesto
en
mi
como
un
sello
para
que
las
naciones
me
vean
andar
con
Él
y
le
amen
también
ellos.
Aunque
ande
en
valle
de
sombra
de
muerte,
no
temeré
mal
alguno,
porque
tu
estarás
conmigo;
El
valle
de
la
religión
y
del
sistema
de
la
sociedad
se
presenta
tan
plano
y
se
nos
invita
a
vivir
según
los
sistemas
para
no
tener
que
esforzarse
en
nada,
que
me
lo
den
todo
hecho,
pero
el
hombre
de
Dios
subirá
a
las
alturas
donde
mora
Dios,
cuantas
veces
le
han
dicho
a
Ud.
que
tiene
que
pertenecer
a
esta
o
aquella
religión
o
manera
de
pensar.
Dios
da
la
guía
del
alma
en
Su
Palabra
para
que
las
doctrinas
de
los
valles
no
nos
engañen.
Es
todo
un
privilegio
caminar
con
el
Señor.
Tu
estarás
conmigo.
En
realidad
este
es
el
significado
del
nombre
de
Dios
dado
a
Moisés.
Dios
es
Aquél
que
siempre
está
conmigo
cuando
la
vida
se
complica,
o
pasamos
por
situaciones
difíciles
en
el
mundo.
Tu
vara
y
Tu
cayado
me
infundirán
aliento:
La
vara
es
la
Ley
de
Dios,
y
esta
ley
nos
da
el
aliento
de
saber
cual
es
la
moral
perfecta
a
la
que
ceñirnos,
porque
la
moral
de
los
hombres
cambia
con
las
épocas,
pero
Dios
es
el
mismo
siempre.
Aderezas
mesa
delante
de
mi
en
presencia
de
mis
angustiadores:
Dios
me
protege,
Él
prepara
mi
fiesta
para
celebrar
mi
victoria
que
es
en
Jesucristo,
y
los
enemigos
estarán
por
estrado
de
los
pies
del
pueblo
de
Dios,
porque
Cristo
venció
a
Satanás
en
la
Cruz
resucitando
y
destruyendo
la
muerte.
Los
que
me
angustian
verán
la
victoria
y
no
podrán
hacer
nada
para
remediarlo
porque
no
luchan
contra
mi
sino
contra
Dios
que
me
guarda.
Unges
mi
cabeza
con
aceite;
mi
copa
está
rebosando:
Mi
cabeza
es
Cristo,
mi
cabeza
tiene
la
unción
del
Espíritu
Santo
porque
en
mi
alma
mora
Él.
Si
yo
quiero
que
Cristo
sea
mi
cabeza,
entonces
el
aceite
de
Dios
alumbra
mi
lámpara
y
no
me
deja
andar
en
la
tiniebla.
Mi
copa
es
la
Santa
Cena,
y
rebosa
gloria
y
hora
para
mi
Señor,
el
esposo
de
mi
alma,
el
Cristo.
Yahshuah.
Ciertamente
el
bien
y
la
misericordia
me
seguirán
todos
los
días
de
mi
vida:
Dios
es
el
único
que
es
bueno,
su
bondad
manará
de
mí,
si
yo
le
amo
a
Él
y
mi
prójimo
recibirá
de
ese
bien,
y
yo
tengo
la
bendición
de
Dios
y
su
misericordia,
porque
él
cambia
mi
corazón
para
que
yo
tenga
también
misericordia
y
no
sea
impío;
sin
piedad.
Todos
los
días
de
mi
vida
veré
el
bien
y
la
misericordia
de
Dios
para
mi
y
de
mi
a
mis
hermanos.
Y
en
la
casa
del
Señor
moraré
por
largos
días:
La
culminación
de
este
salmo
corto
y
lleno
de
la
unción
del
Santo
es
la
Vida
Eterna,
donde
moraré
en
la
presencia
de
mi
Dios,
en
Su
casa,
aunque
ya
estoy
en
Su
corazón
y
ya
tengo
un
anticipo
aquí
en
la
Tierra
de
lo
que
Dios
me
guarda.
Mi
Salvador
me
prometió
que
iría
a
preparar
morada
para
nosotros
en
la
casa
de
mi
Padre
y
yo
le
espero
con
impaciencia.
¿Y
tu,
mi
hermano/a?...Morarás
en
la
casa
del
Señor
por
largos
días?
Allí
nos
veremos.
Amén?
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24.
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