JESUCRISTO.NET – NAVIDAD EN TU CORAZÓN
© Carlos Padilla, Diciembre 2018 Navidad
¿Es Navidad en tu corazón? ¿Ha nacido Jesús ya en tu corazón? ¿Crees en el Hijo de Dios? Si es así has nacido de nuevo y es Navidad en tu corazón todo el año. ¿Crees esto? porque Jesús le decía a Nicodemo, un principal entre los judíos que era necesario nacer de nuevo del Espíritu, y continuaba afirmando que el que cree en el Hijo de Dios no es condenado −pues tiene vida eterna (Juan 3:16)−; pero el que no cree en Él ya ha sido condenado. Juan 3:18. Nicodemo era un erudito en la fe de la Biblia pero necesitaba completar su fe con el Mesías en su corazón, tal y como le enseñaba Jesucristo, para que tuviera vida eterna y no fuera condenado. Es el mayor regalo de Navidad, el propio Jesús vivo en nuestro corazón. La Navidad está relacionada con dos nacimientos, el de Cristo en el mundo y el de Cristo en nuestro corazón por la fe: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre Su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6.” Una profecía que recibió otro principal entre los judíos, en el 700 a.C.
La Navidad empezó a celebrarse ya en el siglo III con fecha 25 de diciembre, según los registros de nacimientos romanos que algunos padres de la Iglesia consultaron, como leemos en los libros de Historia del Cristianismo. Aunque a día de hoy la fecha exacta no es posible de determinar y levanta grandes controversias entre los estudiosos, realmente lo que nos importa a los cristianos –y debería importarle a todo el que quiera ser salvo de la condenación y del infierno– es que amamos a Jesús y celebramos Su nacimiento. Y mi pregunta esta Navidad es ¿Ha nacido ya Jesús en tu corazón? ¿Ha nacido ya la salvación, el amor de Dios hacia Dios, hacia Su Palabra –¿la conoces? – hacia el prójimo, hacia las buenas obras sin esperar nada a cambio, hacia el perdón, hacia la compasión y la misericordia? Si Jesús ha nacido en tu corazón puedes decir que conoces a Jesús, has nacido de nuevo. Responderás, sí, a la pregunta: ¿Es Navidad ya en tu corazón?
La Navidad nació en el corazón de unos gentiles, los magoi, sabios de oriente, conocidos como los “tres reyes magos”, según relata el Evangelio de Mateo a los judíos, en el capítulos 1 y 2, quienes siguieron una estrella en el firmamento que según sus conocimientos anunciaba el nacimiento del Mesías, y también nació en el corazón de unos judíos, los pastores de ovejas que guardaban sus rebaños en las vigilias de la noche, según el Evangelio de Lucas a los gentiles, en el capítulo 2, quienes vinieron a adorar al Niño Jesús porque les fue anunciado por una multitud de ángeles, huestes celestiales que se les aparecieron en el cielo. La estrella y los ángeles; ambas señales del cielo convencieron a judíos y gentiles para adorar a aquel Niño Dios, el Rey de reyes y Señor de señores de todo tiempo y para la eternidad que anunciaba aquel profeta, Isaías siete siglos antes.
Pero la Navidad nació primero en el corazón de la virgen María, la madre del niño Jesús, luego en el de Juan Bautista al saltar en el vientre de su madre, Elisabet, parienta de María, luego lo haría en su marido, el sacerdote Zacarías, luego lo haría en José marido de María, y así podemos seguir leyendo en los Evangelios de Mateo y Lucas; y luego en el corazón de todos los creyentes. Pero no hemos de olvidar que ya la Navidad estaba profetizada por los profetas y que por lo tanto, en el corazón de ellos también nació la Navidad, nació la fe en el Mesías.
Pero aquel Isaías, profeta de Dios recibiría, además de la revelación del nacimiento del Niño Dios, que leíamos al principio, la siguiente revelación:
“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados… Isaías 53:1-12.” Muchos hoy todavía Le desprecian, aun siendo su Salvador.
Ambas revelaciones fueron cumplidas unos 700 y 733 años después, al pié de la Letra. Pero no solo esto, porque le rey David escribió por revelación otra profecía sobre aquel Niño que nos iba a ser nacido, sobre Su obra en la cruz, en el Salmo 22 de la Biblia:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?… …Se encomendó a Yahweh; líbrele Él… …He sido derramado como aguas y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas… …Horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; entre tanto que ellos me miran y observan. Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.”
Finalmente, y volviendo a la Natividad, celebramos con antelación la Navidad en los cuatro domingos de Adviento, recordando la historia del nacimiento más relevante de la historia. El Adviento está vinculado directamente con Apocalipsis pues significan lo mismo, en dos fases: la revelación de Cristo al mundo, primero para salvarnos, y en segundo lugar para llevarnos a Su reino para siempre. Cuando celebramos el Adviento estamos celebrando la primera venida de Cristo, y en Apocalipsis 1:7 la segunda.
Si ya es Navidad en tu corazón ¿Puedes anunciar la Navidad a otros en donde aun no ha nacido el Hijo de Dios, y enseñarles el porqué de Su nacimiento, muerte expiatoria, resurrección y futuro advenimiento? Si es así y lo haces cada día del año, ya es Navidad en tu corazón.