MARIA
MAGDALENA
EL
ALMA ARREPENTIDA
María Magdalena era una mujer que por las circunstancias de su vida cayo en la
prostitución (En Lucas 7:39, el relato habla de la mujer, que parece ser esta María,
y la compara con una mujer pecadora en sentido de
prostitución ). Desde luego su alma no estaba llena de alegría con lo que había
conseguido, se sentía fracasada y se conocía pecadora. Había errado en su vida. Veamos
este relato de la Sagrada Escritura en el sentido espiritual y como lo podemos aplicar a
cada uno de nosotros.
Las personas que en su vida han sufrido graves problemas y luego por sus circunstancias
han caído en depresión, vicios y drogas de las que ya no saben salir, cuando encuentran
al Señor, porque Él siempre se acerca a nosotros, al verle y conocer como Él es, caen
llorando a sus pies, porque el Señor los ha amado estando ellos en sus pecados, en su
soledad e inmundicia. Así, nuestra alma, como la Magdalena, al ver al Señor que nos dice
que nos ama, aunque estemos en el fango del pecado; porque todos somos pecadores, y aquel
que se justifique es anti-Cristo...pues todos pecaron y son destituidos de la
gloria
de Dios... Romanos 3:23; caemos a Sus pies llorando por tanto amor, como para haber
dado la vida en la cruz para salvarnos de la soledad eterna, y cambiar nuestras vidas en
la Tierra.
Qué amor tan grande tienes Padre, que has querido tu venir en carne, en Jesucristo para
morir por mi, para dar tu vida por mi, si yo no te merezco, y tu me has vencido al
mirarme. Bendito seas Señor, mi Señor. Cómo no me voy a entregar a ti si tu me enseñas
que ame a mis enemigos, como cuando yo era tu enemigo y tu me amaste. Enséñame a amar
con ese amor con el que tu amas.
Claro, cuando María Magdalena vio al Señor y como perdonaba a los que se
arrepentían, tuvo fe, y vino a los pies de Cristo. He aquí nuestra alma a los pies de
Cristo llena de pecados pero llorando porque Él nos da la vida, y nos hace limpios ante
el por Su Sangre, y conocemos el arrepentimiento el cambio de mente y de manera de vivir.
Como a la adultera, ...ve y no peques mas... ¿Cómo voy a querer pecar
mas? ya
lucharé yo orando a Ti para que me des fuerzas para no pecar, porque ya no quiero añadir
mas dolor a tu Cruz, Señor.
Cristo echó a siete espíritus fuera del alma de la Magdalena, que simbolizan todos
los espíritus malignos que hay en cada uno de nosotros antes de conocer a Cristo. Cuando
Él nos mira y le percibimos, si nos entregamos a Él, Él entra en nosotros y echa fuera a
todo espíritu del mal, al entrar Él con el Espíritu Santo. ...He aquí, Yo estoy a
la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré
con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así
como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono... Apocalipsis 3:20.
No trates de limpiarte tu primero para que luego entre Cristo, porque el único que
puede luchar contra Satanás y vencer es Cristo, y nuestra alma es Su tierra prometida, es
Él quien la tiene que conquistar y reinar en ella.
Si tomamos como ejemplo la jerarquía de un ejercito, podremos comprender como funciona
el diablo y sus ejércitos. Cristo es el Rey, todos están bajo su poder y al liberar Él
nuestra alma, le ordena a todo el ejercito de Satanás que salgan de aquella tierra donde
ahora una vez se lo hayamos pedido, reina el Rey de Reyes, quién tiene poder sobre todo
el ejercito.
Los siete espíritus que el Señor saca del alma del creyente que viene a Él
arrepentido, son todos esos principados y potestades de los aires que dominan a una
persona, su alma, a base de encargarse de minarla con vicios y pecados, tales como el
adulterio, la fornicación, el alcohol, las drogas, el tabaco, la idolatría, la
homosexualidad, la prostitución, donde nuestra querida hermana cayó, que sea bendita
ella porque al Señor le agradó que ella fuera recordada y además nos sirva de ayuda
para comprender por parábola la situación del alma de cada uno de nosotros.
Sírvanos también esta porción del evangelio, para comprender que la
prostitución espiritual es usar nuestra alma para otros espíritus que no sean el de
Dios, que para eso fuimos creados, porque somos templo del Espíritu Santo. Igualmente
todo aquel que quiera usar algún intermediario que no sea el Esposo, el Hijo de
Dios, el esposo de nuestra alma, y vaya a los muertos, las vírgenes, santos, o cualquier
otro camino para comunicar con el mundo espiritual, rituales de sectas o religiones,
también será considerada su alma una ramera y por lo tanto enemigo del Esposo.
La primera que vio a Jesús resucitado, fue sanada por Jesús, estuvo junto a la Cruz,
presenció el sepelio de Jesús. María Magdalena.
Deja que Cristo entre en ti con el Espíritu Santo y reine en tu alma, y
Él
sacará a todo espíritu que mora en ti hoy, Él los echa fuera. Tuyo es Señor el Reino y
el Poder y la Gloria por los siglos de los siglos, Amén.
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