EL FUTURO DE LA IGLESIA
ALABANZA Y ADORACIÓN
El futuro de la iglesia incluye la alabanza y adoración, en nuestro caso la iglesia de habla hispana la cual está directamente relacionada con lo que acontece en el resto de iglesias –si las calificamos por lengua e influencia- con el camino que tome la iglesia de habla inglesa, sobre todo norteamericana. Si observamos la forma en que durante la historia ésta influencia ha impactado la adoración, en el mundo actual que se basa en la información globalizada, la influencia es más inmediata que cuando los misioneros importaban su liturgia a las comunidades que evangelizaban. La iglesia católica por su parte está perdiendo influencia a gran escala mientras que la iglesia evangélica va ganado esa batalla, al menos es lo que se vislumbra. Sin embargo la crisis general que sufre la iglesia, en todos los sentidos, al igual que la sociedad en su conjunto –y aquí se incluye la iglesia católica y la iglesia evangélica– afectan tanto a la falta de asistencia a los cultos como al futuro de cualquiera de los ministerios cristianos. El culto online se está convirtiendo en una solución cada vez más usada para muchos cristianos que ven apagarse sus iglesias en ánimo, fraternidad, propósito y calidad de la música, del sermón y de los propios hermanos. Durante este trabajo intentaremos buscar soluciones para el futuro de la iglesia como familia con una misión, su alabanza y adoración en la iglesia de habla hispana, sin olvidarnos de la Iglesia en general. El futuro de la Iglesia –de todas las iglesias en general– en los tiempos que vivimos con la influencia del transmodernismo que siguió al postmodernismo a paso galopante, fruto del relativismo general, estará directamente relacionado con nuestra fe y visión de la Gran Comisión. La Iglesia debe buscar la guía del Espíritu Santo, pero en este tiempo será un reto mantener un modo de vida público que, no solo influencie a ésta generación –la que muchos llaman última generación– con el Evangelio, sino en vivir de forma cristiana según nuestro Señor Jesucristo y los valores cristianos, la educación de nuestros hijos. En particular la alabanza y adoración que la iglesia de este tiempo pueda presentar al mundo, tanto para dar gloria a Dios como para proveer un momento de intimidad y paz a disfrutar de la presencia de Dios y del compañerismo de verdaderos amigos en Cristo con los que compartir la vida diaria y los ministerios de la Gran Comisión (Mateo 28:16-20) mientras aguardamos Su venida. Esta será una de las claves para encontrar amigos en Jesucristo, unidad y convivencia con un propósito doble: llevar el Evangelio de forma relevante impactando con una música de alabanza que Dios merece, y estar involucrados en nuestra sociedad para toda buena obra de amor al prójimo, para la gloria de Dios. ¿Hacia dónde va tu Iglesia?
Origen de la Alabanza y Adoración Cristiana y su influencia en la Historia de la Iglesia
El origen de la alabanza y la adoración cristiana se encuentra en el Antiguo Testamento en primer lugar, y luego en el Nuevo Testamento. Estas dos influencias son el fundamento de lo que ha sido la historia de la alabanza y adoración de la iglesia desde el siglo I[1]. Por otra parte Dios nos ha transmitido su “Imago Dei” o imagen de Dios, (Génesis 1:27) por la cual nuestra naturaleza espiritual busca Su presencia. Alabanza es proskuneoo; en griego. Adorar a Dios nos confronta con Su gloria kabod en hebreo, doxa en griego ¡Gloria a Dios en las alturas…!(Lc. 1:14) era el cántico de los ángeles. La liturgia necesita alabanza para el servicio a Dios, que es nuestro culto racional (Ro. 12:1). Alabar es un medio de adoración cristiana. Desde que el Señor nos dio a conocer Su Palabra, leemos historias reales como que impactan nuestras vidas de adoración, en personajes como Abraham y su encuentro con Melquised, su relación personal con Dios y cómo ofreció a su hijo Isaac a Dios en sacrificio. El Señor ya dio instrucciones a Moisés para que Le adorara el pueblo de Israel (Éxodo 6:13). De hecho las siete fiestas de Israel y el tabernáculo estaban directamente relacionadas[2], usando los neven, kinnors, platillo, aulo y los sacerdotes el shophar, aunque el pueblo rara vez participaba, salvo en el amén (1 Cr. 16:7-36). El rey David introdujo la alabanza en el santuario[3], y es el origen de la música en la iglesia como edificio o casa. La influencia de los Salmos es tan grande y su inspiración tan profunda que se han convertido en eternos para cualquier iglesia desde los tiempos de Israel, la iglesia primitiva, la Reforma y hasta nuestros días, que son fuente de inspiración del corazón del adorador verdadero. 150 maravillas con las que deleitarse y adorar a Dios en alabanza (Salmos). Entre los templos, Israel vivió su liturgia en la sinagoga, lo cual dura hasta el día de hoy, fuera en una casa particular o en un templo. Con su base se iniciaron las primeras congregaciones cristianas o iglesias, que incluyeron catacumbas como las de Calixto, y con más detalle vemos la liturgia de la iglesia primitiva en la “Didaché[4]”. Más tarde se iniciarían los grandes templos y catedrales. La alabanza inicial era sencilla en tiempos de los apóstoles[5] hasta tiempos de Constantino. Desde ahí llega una imposición de la liturgia monacal, se impone el latín[6] y el pueblo no participa, como vimos al principio en el Tabernáculo, y el canto Gregoriano en el siglo VI d.C.. No será hasta la Reforma que las lenguas vernáculas serían la base del culto, la traducción de la Biblia y la composición de letras y músicas de alabanza para toda la congregación para fomentar el compañerismo koinonia. Durante mil años la música fue “a capella”. Con el renacimiento entra en acción en la alabanza cristiana el órgano de pipa, y con esto la polifonía, al contrario del canto gregoriano monodia. Giovanni Pierluigi de Palestrina influenció los avances del barroco, Wagner aportó el contrapunto. Lutero, que era monje agustino y músico, compuso himnos para el pueblo y con él entra la música de himnos para el pueblo cristiano, en pleno auge del humanismo. Bach creó la mejor música para órgano, que era música modernista barroca para disfrute del que la toca. Haendel era mejor para el que participa. Y así vemos la disparidad entre la música del norte y del sur.
Para esta, la siguiente evolución de la alabanza hallamos que los instrumentos básicos eran el órgano y el piano, pero eso era algo típico de grandes catedrales o iglesias, algo que los más humildes cristianos evangélicos no podía permitirse. Llegaría el tiempo de finales del siglo XIX y principios del XX con la era industrial y el modernismo. Pero antes de este período hallamos la gran influencia de la iglesia metodista con los himnos de Charles Wesley que son la base del himnario de gran parte de la iglesia de habla inglesa y que se siguen usando hoy. Pero ya en el siglo XX es entonces donde la alabanza y la adoración conservadora se conviven con la alabanza en avivamientos y grandes campañas de evangelismo; algunos llevaban un pequeño órgano y un piano, como hizo al principio Billy Graham. En estos tiempos comenzaríamos a ver grandes estadios llenos, lo cual derivó a finales de los 60 en los primeros conciertos cristianos tras la reacción de la cultura “hippy” a las guerras y la llegada del “Jesus Movement[7]” que predicaba en base a mensajes más sentimentales que intelectuales: Jesús te ama, Dios es paz, etc. que se estableció en iglesias del siglo XX como Calvary Chapel, Hope Chapel Churches y Vineyard Churches. Aquí la música de alabanza ya se convierte en una moda cultural con bandas de rock y aspecto casual y busca sentir primero y luego entender. Esta influencia y tipo de culto de adoración y alabanza se convertiría en la base de grandes movimientos de alabanza que a día de hoy impactan todo el mundo evangélico desde la era de Internet y la televisión en “streaming” en directo online, lo que además provee de grabaciones de emisiones para ver a conveniencia en portales tipo “youtube” o “Godtube” dedicado a emisiones cristianas. Este tipo de servicios son de gran bendición para aquellos cristianos que viven en países donde el cristianismo es perseguido, o donde no hay comunidades, sin embargo se puede llegar a convertir en un enemigo de la propia comunidad a la cual los miembros de las iglesias dejan de asistir para ver el culto en su casa, o a conveniencia de horarios, con lo que se pierde la vida en comunidad y se alejan del compañerismo, la comunión unos con otros, dejando de congregarse, como advertía Pablo “como algunos tienen por costumbre (Hebreos 10:25)”. Esta situación actual que vive la iglesia afecta al cristianismo, pero además se añade que la comparación entre la pequeña comunidad y su calidad musical y de sermón, con las mega-iglesias que emiten los grandes cultos de adoración y alabanza, deprimen el ánimo de muchos. Sin embargo la realidad que hay detrás de estos “shows” de primer nivel, con luces y música de gran calidad puede llevar a estos mismos cristianos a una reconsideración de lo que es verdaderamente auténtico en la adoración y la alabanza, en lugar de solo mirar lo que se ve. Es sabido que muchas iglesias contratan a músicos profesionales, y no solo a músicos, sino a todo tipo de presentadores, organizadores, etc. para ofrecer lo que se está llegando a convertir en la cultura “mall” centro comercial en inglés, una iglesia centro comercial, con cafetería, zona de niños, áreas de esparcimiento, etc. una especie de ciudad cristiana en sí, donde uno ya no conoce a nadie y es un espectador o consumidor de un producto religioso, más que un adorador que alaba a Dios con su familia cristiana, sus verdaderos amigos, a los que conoce y con los que sirve a su comunidad. Por otro lado músicos cristianos hispanos como Marcos Witt (Lakewood español), Juan Luis Guerra, Marcos Barrientos, Jesús Adrián Romero o Marcos Vidal, han conseguido llegar a los niveles de concierto y grabación de música de alabanza de los cantantes de habla inglesa. Un canal de TV cristiana a nivel mundial pero de habla inglesa que apoya a Israel y llega a los países árabes es God.tv[8] a cambio de una suscripción. Este es el escenario de lo que llamaremos la crisis actual de la alabanza y adoración de la iglesia hispana, que trataremos en el siguiente apartado, antes de buscar algunas soluciones para aplicar en la actualidad y poder vislumbrar a dónde se dirige la alabanza y adoración del futuro en el último apartado de este trabajo.
Crisis Actual de la Alabanza y Adoración en la Iglesia Hispana
La iglesia hispana sufre una crisis de alabanza y adoración que tiene un origen y unas causas, las cuales son una mezcla de sus propios complejos de identidad y la fuerza de la influencia de los movimientos externos que han iniciado su crisis antes, y que ahora afectan al mundo hispano cristiano. Aunque podemos hablar de distintas zonas de influencia, con diferentes comportamientos, ya sea en EE.UU. donde la iglesia hispana está más expuesta y es un espejo hispano de la iglesia norteamericana, o Latinoamérica, que recibe más tarde este efecto, y España, que está en otro paradigma, posiblemente con influencias mezcladas del protestantismo europeo, el norteamericano y la influencia de los misioneros latinoamericanos, en impacto se ha globalizado debido a la influencia de dos tsunamis sociales: Internet y el transmodernismo[9]. Si a estos dos añadimos la falta de identidad propia de la iglesia evangélica hispana, con sus complejos de inferioridad ya tenemos las bases que deberíamos considerar para buscar una solución.
¿Cómo puede haber una crisis en la alabanza y adoración de la iglesia hispana o mundial? Algunos de los músicos cristianos hispanos de los que hablamos en el apartado anterior como Marcos Witt (Lakewood español), Juan Luis Guerra, Marcos Barrientos, Jesús Adrián Romero o Marcos Vidal, han conseguido llegar a los niveles de concierto y grabación de música de alabanza de los cantantes de habla inglesa. En algunos casos, como Marcos Vidal, se ve un esfuerzo por la teología en la letra, pero en el caso de otros, la influencia de la teología de la prosperidad, parece que la letra y la teología últimamente dejan lugar al espectáculo, parece que es un negocio de la música antes que la teología de ella, y el show prima por delante de la adoración verdadera. Su gran influencia en la sociedad evangélica hace que deban ser objeto de ataque del diablo, y también que los cristianos oremos para que ellos no caigan, y si lo hacen que haya quienes les vuelvan al Camino, de ello advierte Plutarco Bonilla. El culto se ha convertido en una catarsis, un “siento, luego existo”. San Agustín decía: “el hombre es incurablemente religioso”. Pero es necesario que el que adore lo haga en espíritu y en verdad, porque “Dios es Espíritu; y los que le adoren, en espíritu y en verdad es necesario que Le adoren (Juan 4:24)”. El cristiano necesita que le enseñen las virtudes de la adoración, en la cual recibe visión, inspiración, guía y fortaleza en Cristo. Por otra parte una adoración personal en soledad apoyada en una colectiva es base para la edificación propia y de la iglesia; el culto público de la Iglesia es su ministerio primario. Muchos cultos y sus alabanzas están carentes de una verdadera adoración que se produzca antes de la predicación, por lo tanto es de gran bendición conseguir captar la atención de la congragación desde el principio, con expectación, para que el corazón esté en reverencia y la Palabra se haga carne. Cuando los hermanos conocen a Dios y disfrutan de una atmósfera de redención, la íntima relación con el Espíritu Santo lleva a confesar el pecado y a sentir en los nuevos asistentes la necesidad del Salvador que predicamos. La alabanza con letra teológica puede llevar a conocer el perdón (Isaías 6). Pero además desata el valor, la dignidad y el sentimiento del alma del que busca a Dios en soledad o con los hermanos. En el libro de los Salmos leemos que un autor busca “solo estar en la casa del Señor todos sus días (Salmo. 27:4-11)”. La alabanza y la adoración enriquecen la personalidad y fortalece el carácter de espíritu que Dios puso en nosotros e integra cualidades físicas, mentales, sociales, morales y espirituales. Jesús, con Su Palabra y junto al Espíritu Santo nos alienta (Mateo 6:33-34) y da esperanza en un mundo cambiante y contrario a Su doctrina, pero la buena alabanza nos da paz. Si ella, el cristiano está lejos del Camino al Padre. Si la alabanza de los “builders” (termino social de la generación industrial de principios del siglo XX) era conservadora y del modernismo, con una liturgia basada en el púlpito, la de los “baby boomers” (los hijos de la postguerra II Guerra Mundial) buscaban la música para sentir, influenciados en el movimiento “Jesus Movement” y la sociedad hippy, pero es ahora en la sociedad trasmoderna de los llamados “millennials” y la generación “YZ” con Internet y la caída moral y cultural de la revolución social anárquica que la situación ya no es qué le pasa a la adoración, sino que la gente no va a la iglesia, una emigración de jóvenes, y no es solo en el ámbito católico, sino en el protestante y evangélico. La era digital y de las redes sociales aísla a la gente por naturaleza para sus vidas privadas y religiosas, en la cultura occidental. Solo en las culturas árabes, china y otras patriarcales sigue quedando una especie de respeto, pero es social, no voluntario. Ante esta crisis, que bien podría ser la generación que la Biblia anticipa y que anterior a la Segunda Venida (Apocalipsis 1:7) de Cristo, la solución pasa por la oración[10] por dirección, la unidad de los líderes y hermanos, la excelencia de vida cristiana y la calidad de todo lo que se ofrece a la comunidad, en nuestro caso centrándonos en la alabanza y la adoración, dejando atrás las modas de canciones sin teología, las modas de vestimenta, buscando el decoro para con Dios, buscando una obra social en la que toda la comunidad se vuelque y participe. Si conseguimos que las familias se unan en esto estarnos en la buena dirección. Pero estas propuestas son el tema que es parte de nuestro último apartado de este trabajo.
Futuro de la Alabanza y Adoración en la Iglesia Hispana
El futuro de la alabanza y la adoración en la iglesia hispana se ha de basar en dos principios: El amor a Dios y la oración por Su dirección. Si hay unidad de los líderes y hermanos, un esfuerzo por la excelencia de vida cristiana y la calidad de todo lo que se ofrece a la comunidad, en nuestro caso centrándonos en la alabanza y la adoración, dejando atrás las modas de canciones sin teología, las modas de vestimenta, buscando el decoro para con Dios, buscando una obra social en la que toda la comunidad se vuelque, si conseguimos que las familias se unan en esto, estaremos en la buena dirección. Lo que es auténtico es detectable por el ser humano. La música de alabanza y la adoración en medio de una comunidad auténtica impacta. En este sentido el calendario litúrgico anual es una guía para la congregación. Disponer cada año de una adecuada música para la Semana Santa, Pentecostés o Navidad ofrece una buena base para que la iglesia sea espiritualmente atractiva al cristiano. Si volvemos a repasar algo del estilo de música y la forma de conectar con la gente en los tiempos de la revolución industrial, la vida social y de la iglesia ha pasado del mundo rural a la emigración a las grandes ciudades, y ahora a Internet, lo cual ha influido en el tipo de vida cristiana.
Un ejemplo de cómo puede ser efectiva la alabanza y adoración para el futuro de la iglesia hispana es que hace un año y con otro hermano del seminario, de la iglesia a la que puedo acudir en ocasiones a Málaga, con motivo de la celebración del V centenario de la Reforma Protestante tuvimos el privilegio de ofrecer conciertos en Sevilla en el iglesia del Monasterio de San Isidoro del Campo, el lugar de donde partieron Reina y Valera. Luego siguieron varios conciertos en Málaga, hasta la catedral católica y uno en conjunto con un grupo de alabanza de Jordania, español e inglés. Pudimos compartir con creyentes de otras denominaciones, gente de la calle, hermanos y el director del Seminario, además de ser televisado en Andalucía por uno de los hermanos y profesor del Seminario. Pudimos adorar a Dios delante de creyentes católicos, hermanos y no creyentes que el Espíritu Santo ha tocado con una música que ha ido impactando a muchos por donde hemos ido llevando “Ensemble de la Reforma” presentado en dos partes: la primera en Salmos del Salterio de Ginebra[11] y la segunda, en himnos desde Castillo Fuerte, Amazing Grace, gospel y algunos más actuales. El hermano director explicaba la historia de la Reforma y el Evangelio entre algunas canciones, lo que me recordó la estrategia de John Wesley, cuando su hermano Charles[12] cantaba en las zonas industriales de Inglaterra y los mineros lloraban en presencia de Dios –dos líneas blancas de sus lágrimas se veían en sus caras negras al salir de la mina ser evangelizados– o la de Billy Graham en sus cruzadas cuando primero ofrecían la alabanza de su amigo George Beverly Shea[13]. El culto se hizo público tras la iglesia primitiva[14] y nosotros hoy seguimos sus pasos con una nueva estrategia, sabiendo que, como ellos, cantamos los mismos Salmos, himnos y cánticos odáis[15] espirituales (Ef. 5:19) que todavía impactan.
En cuanto al estilo de música para el futuro, está comprobado que suele gustar lo actual pero también clásico de calidad –como hemos comprobado del Renacimiento– y el “góspel” que les encanta a los españoles. Me consta que cuando los españoles viajan a Nueva York, es visita obligada por las agencias de viajes, incluir una visita a la iglesia de Harlem, para participar en una “misa góspel”. Música como la de Louis Armstrong o Aretha Franklin, y canciones como “Oh Happy Day” cuya versión original ganadora del Grammy en 1967[16] se puede ver en el enlace y que impactó el mundo secular con el Evangelio usando instrumentos y tendencias de la época y que lleva 50 años siendo un clásico; son favoritas de católicos, evangélicos y no creyentes. La iglesia hispana debería explotar esta ruta de evangelismo de alabanza y adoración para ganar almas para Dios en cada país de habla hispana, junto a lo clásico y a sus músicas locales.
Ahora bien, para que podamos ofrecer un culto efectivo necesitamos tener una liturgia que tenga orden y autenticidad, solo de esta forma los que van a seguir a Cristo estarán juntos[17]. Para ello necesitamos una alabanza y adoración de calidad y de corazón; una convicción de la fe y la Biblia, y confesión ante Dios; enseñanza teológica clara y comunicación; acción de gracias y sacrificio, compromiso de vida. La eucharistia “acción de gracias” (Lc. 22:19) se debe convertir en la celebración gozosa de victoria de Cristo, que se puede acompañar de un ágape, dependiendo del número de congregados, algo práctico en las casas, y donde los cristianos recordemos Su muerte expiatoria, Su resurrección y Su segunda venida (Lc. 22:19, 20) mientras respondemos con la “ofrenda y culto racional” de nuestras vidas dedicadas al Evangelio (Ro. 12:1). Debemos mostrar una actitud de reverencia y humildad, una amistad genuina. La planificación ha de ser del más alto nivel, la congregación junto al pastor y al director de música planificando juntos el culto. Y una herramienta vital para ello es usar las ventajas del calendario litúrgico, como indicábamos antes, porque: aporta datos de tradición conocida, que nos hace más inspirados y profundos en el culto, la adoración y estudio de crecimiento espiritual. Las lecturas son más indicadas cada domingo. Dan a la iglesia un esquema de la acción de Dios por Cristo. 4 A.T. y N.T. sistemático, que da a la iglesia la Palabra de Dios en los dos testamentos. El año cristiano contiene temas específicos de la fe: cuatro domingos de adviento antes de Navidad, el regalo es Cristo. Epifanía donde el regalo es las personas. Semana Santa, cuaresma, y su preparación. La Pasión y resurrección. Pentecostés y el nacimiento de la Iglesia por el poder del Espíritu Santo. Pero nada de esto servirá sin la oración de invitación a que el Espíritu Santo tome la dirección. Esto produce un sentido de expectación que abre la puerta a testimonios y acciones del Espíritu en los hermanos como iglesia en koinonia compañerismo. Somos instrumentos de Dios, vasos que han de estar llenos del Espíritu Santo (Mt. 18:20). Reconocer la dirección del Espíritu Santo quien testifica de Jesucristo (Jn. 16:5-11) y está presente cuando el Evangelio se predica en su plenitud. El Espíritu nos mantiene centrados en Dios para adorarle. Al aceptar Su dirección de adoración hablamos de Su encarnación, para glorificar a Cristo, (Juan 14:15-17; Gálatas 4:6.7) como Pedro y Pablo. Las tres acciones del Espíritu Santo: Inspira confesión de la fe que salva, y a poner nuestra vida bajo Cristo (1 Co. 14:33). Sus funciones las ejerce en las maneras de adorar del pueblo en la organización (Ro. 8:26, 27) y relación del creyente con el Padre como medidor. Y mantiene la adoración al guardar lo personal y lo corporativo en santidad (Ga. 16-29), tres elementos que las iglesias de Pablo tenían: Adoración carismática con alabanza entusiasta bajo la dirección del Espíritu. La adoración congregacional era didáctica, predicación y enseñanza, profecía e instrucción (1 Co. 2:13). Y alabanza en “eucaristía” en su significado de acción de gracias. Inspira adoración, oración, abre la mente y voz que alaba (Ef.5:19). El Espíritu Santo es nuestro líder dinámico en la relación con el Padre, por el Hijo, y para con todos. Por último debemos contar con el manual de sonido para la Iglesia, que es una herramienta imprescindible si queremos dejar un impacto en la congregación. Si es de calidad al oído, influye al alma, a la mente, al estado de ánimo, levanta o apaga el espíritu; esta es la ciencia del sonido. Si buscamos la presencia de Dios en la congregación, el líder de alabanza observará cómo las cabezas bajan, las manos se unen o elevan, y los miembros del coro y los músicos pueden estar tranquilos si se han preparado. La tecnología es la que asegurará que se escuche bien. El éxito del evento se define por la calidad de sonido.
El futuro de la alabanza y adoración en la iglesia, va a seguir dependiendo de que haya congregación, sin la cual no habría músicos ni cantantes cristiano, ni propósito para alabar a Dios. A pesar de todo y de que sea un proyecto difícil con las influencias de esta sociedad variante, los himnos seguirán sirviendo para unificar a la iglesia, para glorificar a Dios, para proclamar la sana doctrina que incluye un contenido intelectual fruto del poder de la propia Palabra de Dios, la cual provoca un impacto emocional espiritual. Además establecen un estado de ánimo adecuado y proporcionan un espacio para la reflexión. Son la base para adorar juntos y forma hábitos para la adoración del futuro. Un último punto que no debemos olvidar el que en la actualidad la iglesia está inmersa en el movimiento carismático, una tendencia internacional de las congregaciones que eran tradicionales históricamente, incluida la iglesia católica, y fomentan los dones espirituales (charismata) al estilo de las iglesias pentecostales. Si a esto unimos que gran parte del cristianismo occidental está harto del tele-evangelismo, con líderes auto proclamados, profetas y apóstolas, o el movimiento de Crecimiento de la Iglesia para la Gran Comisión que tiene cuatro estilos: el modelo “Iglesia Atractiva” de Rick Warren en su libro “Iglesia con Propósito[18]” que convierten las mega iglesias en Centros Comerciales y los servicios para los asistentes que ya comentamos en el primer apartado, donde se ofrece una música y culto casual contemporáneo. El modelo Iglesia Misional, que se centra en las misiones, sean locales o mundiales. El modelo “Predica a Dios para amigos y vecinos”. Y además el modelo “Ganador de Almas” en base a Hechos de los Apóstoles.
Sin caer en los errores de la teología de la liberación, la iglesia ofrece adoración a Dios cuando se ocupa de los pobres y de los hermanos en problemas. Además contamos con la obra misionera para una de las causas principales: La iglesia perseguida. Una de las organizaciones misioneras a nivel mundial para este punto es “Puertas Abiertas[19]” su labor es de apoyar toda iglesia, con lo que se pueda, sea solo oración y concienciación o en forma de recursos, ayuda o finanzas. Sin duda esta es otra forma de liturgia, pues es para gloria de Dios, por amor al prójimo y cumple con el requisito cristiano de “la fe sin obras en muerta en sí misma (Santiago 2:14-26)”. Todos queremos formar parte de una iglesia verdadera y completa en la que alabar, aunque nunca seremos perfectos, pero con un corazón firme en Cristo la adoración[20], y es ahí donde la música de alabanza juega su papel principal, y no hace falta que sea de calidad Grammy o Sony, pero sí de calidad y de corazón para gloria de Dios. Del mismo modo son los campamentos cristianos para jóvenes que organiza en España, Ágape[21] (Campus Crusade for Christ) y los GBU Grupos Bíblicos Universitarios. Karl Barth[22] decía que la gracia de Dios es una gracia libre, y también que la adoración cristiana es la acción más trascendental de la vida humana. Finalmente debemos concluir que el futuro de la alabanza y la adoración en la iglesia hispana, y en todas las iglesias, está en la dirección del Espíritu Santo.
El futuro de la alabanza y la adoración de la iglesia hispana está ya tan ligado a la iglesia occidental de habla inglesa, y procedencia norteamericana, australiana o británica, que difícilmente se va a desligar de esta influencia. Sin embargo, sería posible a través de una convención mundial al estilo “Lausanne” de habla hispana se pudiera concienciar sobre la identidad de la música, haciendo valer el conocimiento sobre las sociedades y su antropología cultural, y un profundo conocimiento de cómo se manejan en la vida los distintos grupos de edades, nietos, hijos, padres y abuelos, para orar y buscar la forma de unirlos, a aquellos cristianos, primero a los de una misma iglesia, y que sea objetivo pastoral. Saber cómo adora y alaba nuestra sociedad es vital para poder influenciarla de forma positiva para unir a la iglesia y para ganar a los que han de ser salvos. Hoy los cultos grandes son en escenarios en las mega iglesias, pero en los pueblos siguen siendo sencillos. Algo que debería formar parte de la solución es la concienciación, desde el pastor, ancianos y toda la congregación sobre la importancia de la unidad y obediencia a Dios, recordando la historia cuando Israel o la Iglesia no ha seguido a Dios. Sobre el estilo de música, es posible una mezcla de himnos clásicos y canción contemporánea además de alguna música de estilo local de cada país o región, de este modo la alabanza ofrece algo para cada gusto y para cada edad, siempre que las letras sean teológicamente Bíblicas. La iglesia hispana no necesita imitar a la iglesia de habla inglesa en su estilo de música ni de show, sino ser auténtica y luchar con oración por servir a Dios y al cuerpo de Cristo, si amamos a Dios y a Su Iglesia. Usemos Internet en cada iglesia para mostrar estudios bíblicos, evangelismo, calendario litúrgico, grabar cultos y llamar a la alabanza.
Finalmente, el futuro de la iglesia está en nuestro corazón, depende de nuestra fe, pero esto solo para nosotros, porque el futuro de la Iglesia es una maravilla de Dios, nada menos que existir hasta que él venga y seamos arrebatados en el aíre (1 Tesalonicenses 4:13-18) por el Señor Jesucristo, y todo ojo Le verá (Apocalipsis 1:7). El futuro de la Iglesia, de cada iglesia en particular está entre nosotros, del mismo modo que dijo Jesús a los discípulos “…el Reino de Dios está entre vosotros.” (Lucas 17:21). Así, pues, si vivimos estando en congregación con nuestra familia y amigos en Jesucristo, alabando a Dios con música de alabanza y adoración, y disfrutando de tiempo entre nosotros y con Cristo, seremos lámpara que se pone en alto para que todos en el mundo la vean, la que da esa luz al mundo que es el amor de Dios entre Su pueblo y todos los llamados querrán estar entre nosotros. El futuro de la Iglesia está garantizado porque Cristo murió por ella y vendrá a buscarla, como Su esposa; ¡seamos esa Iglesia que sólo Él se merece, para la gloria de Dios!
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[1] Samuel Vila, Escuain, Santiago. “Nuevo diccionario bíblico ilustrado”. TERRASSA, Barcelona: Editorial CLIE, 1985), 36.
[2] Ibid.
[3] Ibid, 793.
[4] B. Backhouse y C. Tylor. La Didaché. Historia de la Iglesia Primitiva. http://www.origenescristianos.es – (12 septiembre 2018).
[5] Santa Biblia, Reina y Valera revisión 1960. (Sociedades Bíblicas Unidas, 1993), Mateo 26:30.
[6] Justo L. González. Historia del Cristianismo. Tomo I.( Miami. EE.UU.: Unilit, 1994), 668.
[7] Jesus Movement (Movimiento de Jesús) – Iglesia Calvary Chapel. http://www.chapelonthevine.org/our-history (7 octubre 2018).
[8] God.tv – Canal de TV cristiana internacional, en inglés. https://www.god.tv (7 octubre 2018).
[9] James Parker III, “A Requiem for Postmodernism—Wither Now?” in Reclaiming the Center: Confronting Evangelical Accommodation in Postmodern Times, ed. Millard J. Erickson, Paul Kjoss Helseth, and Justin Taylor (Wheaton, IL: Crossway, 2004), 307.
[10] Eduardo Nelson. Que Mi Pueblo Adore. (El Paso: Texas. Editorial Mundo Hispano/Casa Bautista de Publicaciones, 2003), 94-103.
[11] Iglesia Reformada. Salterio de Ginebra. http://www.iglesiareformada.com/Salterio_Ginebra.html
[12] Methodist Hymn Site. Amazing Grace Hymn. http://www.hymnsite.com/lyrics/umh378.sht (12 marzo 2016).
[13] José Pablo Sáchez. El Predicador. Biografía de Billy Graham. (Ediciones Noufront. Valls. Tarragona. España, 2010), 41.
[14] Justo L. González. Historia del Cristianismo. Tomo I. (Miami. EE.UU.: Unilit, 1994), 143.
[15] Francisco Lacueva. Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español. (Viladecavals, Barcelona: Editorial Clie, 1984), 771.
[16] Gospel Roots of Rock and Soul (Raíces del Góspel en el Rock y el Soul). http://xpngospelroots.org/edwin-hawkins/
[17] Elber Montiel, Torres Daniel. Manual de sonido para iglesias. (Bogotá: Colombia. Publicado por Daniel Torres, 2015), 20.
[18] Rick Warren. Purpose Driven Church (Iglesia con Propósito). (Grand Rapids, Michigan. Zondervan, 1995), 251.
[19] Puertas Abiertas. Ministerio de Ayuda a la Iglesia Perseguida en el Mundo. https://www.puertasabiertas.org – (7 octubre 2018).
[20] A. W. Tozer. ¿Qué le ha sucedido a la adoración? (Terrassa: CLIE, 1990), 15.
[21] José M. Martínez. La España Evangélica de ayer y hoy. (Viladecavals, Barcelona. Editorial Clie, 1994), 409.
[22] Alfonso Ropero. Introducción a la Filosofía. Colección Pensamiento Cristiano. (Terrasa (Barcelona), España: Editorial Clie, 1999), 667.