LA REFORMA PROTESTANTE
LA VUELTA AL EVANGELIO SIN LA INQUISICIÓN
©
Carlos Padilla, Octubre 2014
La Reforma Protestante se considera iniciada
formalmente el 31 de Octubre de 1517, víspera del día de todos los santos, cuando el Martín
Lutero clavó sus famosas 95 Tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg –el 500
Aniversario de La Reforma será en 2017–
y lo hizo
con la intención de invitar a todos al debate. Recomiendo su
lectura.
El objetivo de Lutero era denunciar la corrupción del papado, la venta de
indulgencias (comprar el perdón de pecados de Dios por dinero, tanto de vivos
como de muertos, que la Iglesia Católica vendía para la construcción de la
catedral de San Pedro, lo que ponía al papado por encima de la autoridad de la Biblia e
iniciaba la guerra religiosa que el papado convertiría en la sangrienta y
diabólica Inquisición).
Lutero era traductor de hebreo y griego, además de doctor en Teología por la
Universidad de Wittenberg. Alemania contaría desde entonces con la Biblia
traducida al alemán de los Textos originales, tras la victoria de la libertad
religiosa conseguida por los príncipes alemanes contra Carlos V de Alemania y I
de España, quien quería imponer su concepto –que inicialmente seguía la corriente erásmica de la época, pero que después fue influenciado por el poder del papado
y su oferta de apoyo y bendición a su reinado imperial, al igual que se le
ofreció a sus abuelos los Reyes Católicos– un concepto personal, auto formado de cristianismo en el imperio.
Mientras tanto el
Protestantismo en España y su pasado, presente y futuro es uno de los temas más
relevantes para la Iglesia Evangélica española de hoy,
pues tiene la responsabilidad de dar gloria a Dios
impactando España y los países de Latinoamérica con el
Evangelio de Cristo. No en vano son territorios que fueron
conquistados, entre otras cosas, para ser evangelizados, una cuestión que hasta
hoy causa controversia por el resultado. No obstante es la labor del cristiano
evangelizar, pero no por la fuerza de la espada de forja, sino por la del
Espíritu, y el en ello llevar su cruz. Conocemos las Palabras de nuestro
Señor: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a
vosotros” Juan 15:18. Ya el Señor Jesucristo nos ponía en sobre aviso y nos
preparaba anunciándonos que no nos dejaría solos, sino que enviaría al Espíritu
Santo.
Así, la Iglesia comienza su andadura de la “Gran
Comisión” de llevar el anuncio del la “Buena Nueva” del Evangelio del Reino de
Dios al mundo, y en nuestro caso a España. Nuestro país ha estado lastrado por
muchos enemigos poderosos desde el comienzo, quizá porque su cultura
conquistaría todo el orbe y podría también evangelizarlo, lo
cual golpeaba al diablo de frente. Sin embargo los primeros reyes godos
abrazaban la fe de los antiguos Padres y perseveraban
hasta el medievo como Dios permitía en aquellos tiempos. No sería hasta la
Reforma Protestante, que España, tras haber descubierto
América, se cerraba las puertas a la vuelta al cristianismo primitivo y
verdadero. ¡Nunca sabremos cual hubiera sido el impacto en Latinoamérica si la
Reforma les hubiese llegado desde el principio!
España fue machacada por la Inquisición para
no recibir la Biblia en lengua española, como Alemania –desde la imprenta de
Gutenberg, que la honró siendo el primer Libro impreso– lo haría en alemán,
traducida
por Martín Lutero, como ya dijimos del hebreo, arameo y griego originales,
así como otros países en su lengua. Cartas de los reformadores y reformistas
españoles, las mejores, no nos han faltado, como las de Valera y Del Corro,
hemos tenido a tiempo la Biblia Reina-Valera y muchos libros, misioneros y
algunos católicos relevantes, convertidos, pero no
tuvimos reyes ni gobernantes, o la Inquisición se encargó de ahogarlos –como a
la reina de Navarra– o en el miedo y la superstición.
Pero, aunque no se conozca mucho por la sociedad, sí ha habido en España medios
de comunicación evangélicos que, sobre todo desde el siglo XIX en forma de
periódicos, cartas, panfletos, libros y Biblias han sido el soporte de los
hermanos para transmitir la fe bajo una regia imposición en contra por las
autoridades.
Hoy nuestra sociedad cuenta con iglesias
evangélicas, radios, periódicos digitales, y comienza alguna televisión
pentecostal (TBN), con
limitaciones. Las asociaciones evangélicas hacen una gran obra en la calle,
tanto predicando como ayudando a los pobres y marginados. En verano son
conocidos los campamentos para niños y familias. Hay conciertos de Gospel, y
otros grandes eventos, pero todavía nos falta ganar a una sociedad cansada de
una iglesia católica muerta y una clase política corrupta, mientras se vive la
injusticia del paro, la crisis económica y el abandono educativo de nuestros
hijos. Somos europeos, sí, peor no sirve de mucho formar parte de un club en que
unos pocos ricos se aprovechan de los pobres. Para cambiar esta situación, la
Iglesia en España, no solo tenemos la oportunidad, sino la responsabilidad de
hacer la obra de Dios. Primero vemos que falta unidad en medio de los
evangélicos, y por consiguiente, la falta de un plan único de actuación que concentre todo el
potencial.
La pregunta que nos va a surgir es: ¿Si Dios nos
concede los recursos necesarios para impactar a nuestro país, estará la Iglesia
evangélica preparada para utilizarlos eficazmente? Además de los medios
tradicionales de comunicación, la radio, el periódico, es en las iglesias y en
sus ministerios, junto al evangelismo en la calle que tenemos la gran
oportunidad, pero y si además se nos da lo que hoy estamos recibiendo: Internet
con fibra óptica y 4G con TV en el móvil, puede poner fin al límite de licencias
de televisión y radio. ¿Seremos capaces, en unidad –sin crisis de identidad,
como dice nuestro filósofo Julián Marías– de cambiar nuestra sociedad llevando
el mensaje del Evangelio en clave española del siglo XXI?
El mundo os aborrecerá – Iglesia y
SOCIEDAD
No hay duda alguna para la mente del cristiano, y
no solo para su mente, sino, sobre todo para su corazón y su espíritu,
que es su responsabilidad formar parte de la obra de Dios llamada por la Biblia
“La Gran Comisión”.
La Iglesia por lo tanto es la que recibe el llamado de Jesucristo a ir por todas
las naciones y hacer discípulos. La Iglesia debe ganar la sociedad, de hecho la
ha ganado en muchas culturas, como la europea, aunque los tiempos y los vientos
sean contrarios muchas veces, y aunque el mundo nos aborrezca, no así las almas
de aquellos que son “pescados” para el Reino de Dios. Jesucristo nos prometió no
abandonarnos nunca, y Él es fiel y confiable, cumplidor del Pacto que ha hecho
con nosotros, en Su sangre. La Iglesia, sin embargo ha sido fluctuante, se ha
desviado del Camino, hemos fallado a nuestro Señor, pero también la Iglesia ha
rectificado y ha vuelto a retomar el Camino recto. Gracias demos a Dios y solo a
Él sea la gloria porque envió Su Espíritu Santo para que nos guíe y cuide. Una
de las principales rectificaciones de rumbo, sino la más importante fue la
Reforma Protestante del siglo XVI que comenzó a través de Lutero, quien tomo las bases
dejadas varios siglos antes por Wyclif,
y más tarde con Calvino, las cuales
harían que los verdaderos
cristianos tuviesen el Camino alumbrado, lejos de las tinieblas en que se
hallaba la iglesia romana y la sociedad.
En España, la Iglesia viviría en sus carnes la
frase de Jesús “el mundo os aborrecerá” con todo el peso de crueldad posible.
Mientras en Alemania, Suiza, Países Bajos y más tarde Inglaterra comenzaban a
leer la Biblia en su lengua, en España recibiríamos la Biblia en Español,
pero sería prohibida bajo pena de muerte y excomunión. Mientras tanto la
comunicación del Evangelio sería por cartas de hermanos reformistas como Valera
o Del Corro, quienes escribirían al propio rey de España, Felipe II. También
mantendrían viva la fe con cartas a las congregaciones clandestinas de Sevilla y
Valladolid. En Inglaterra llegaría la separación de Roma y finalmente la
Confesión de fe de Westminster en 1643 que ha sido un legado para la verdadera
Iglesia de Dios. En España los hermanos en la fe Bíblica, como sociedad poco
pueden hacer para comunicar el Evangelio debido a la persecución inquisitorial.
No obstante, como dice Gabino Fernández Campos en “El Protestantismo en España”
el legado de los protestantes españoles en tiempos de la Reforma, cubre la
educación (Encinas), el arte (Catedral de Sevilla), la literatura (Del Corro o
Valera), y de este modo impactando la sociedad española, y cuya obra perdura
hasta nuestros días. No en vano conversos tan relevantes como la reina de
Navarra se cuentan entre los protestantes, la cual ofreció el castillo para
instalar la imprenta ofrecida a Antonio del Corro por un impresor, testimonio de
lo cual encontramos en la carta de Del Corro a Cipriano de Valera para contar
con su beneplácito y apoyo para imprimir biblias
en español.
Tras estas vivencias en tiempos de la Reforma, por
tres siglos, España vivió en la oscuridad y la
reprensión. No sería hasta la primera república, luego
en la segunda, y tras el franquismo, en la democracia, todavía joven y lejos de haber cambiado la sociedad en
profundidad moral y espiritual, que el país ha tenido libertad de expresión en
lo religioso, pues la iglesia católica aun hoy sigue ejerciendo gran opresión
contra el protestantismo. La iglesia evangélica española tiene mucho trabajo por
delante, sin desmerecer la gran obra que se está consiguiendo, que sin duda ha
establecido ya los cimientos en buenas obras, que ahora deben ser seguidos por
el resto de la construcción por un evangelismo que impacte a toda la nación, que
lleve a todos a conocer el mensaje de la Salvación por la obra de Cristo, sin
los méritos de la religión ni de obras humanas. Las Palabras del Señor siempre
estarán vigentes:
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me
ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo
suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo por eso el
mundo os aborrece… …Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del
Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio
acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo
desde el principio.” Juan 15:18-19 y 26-27.
Impacto de la Inquisición en la
sociedad española
El
Santo Oficio –así se denominaba la institución católica para el exterminio de
los protestantes y no católicos– tiene en su haber cifras de aproximadamente
3.500 acusados de luteranismo entre los tres siglos del absolutismo de Austrias
y Borbones. Lo cual, según expertos en el tema debe suponer un 70% de aquellas
sentencias que fueron reales, pero esta cifra se estima en un exiguo 7,12 de
aquellos casos que trató realmente el Santo Oficio.
La imposición doctrinal del catolicismo en España en el periodo de la Reforma
Protestante, incluía la prohibición de la lectura de la Biblia, lo cual tuvo
graves consecuencias para una sociedad que vivía en el oscurantismo espiritual
y cultural. Mientras en Europa comenzaban a imprimirse biblias en distintas
lenguas vernáculas, en España, el clero leía sus libros en latín en las iglesias
para que los fieles no supiesen ni pudiesen conocer el mensaje. Y no solo en
España, sino en todo el imperio quedó prohibida su lectura. El impacto en la
sociedad fue negativo, perdiéndose en aquellos siglos la lectura de la apreciada
traducción de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, hecha en el mejor momento
de la lengua castellana, con toda la riqueza que hallamos en El Quijote. Sin
duda la mejor versión de La Biblia de todas las
producidas posteriormente en el mundo de habla hispana. Muchos de los
renombrados escritores españoles e hispanos recibieron gran impacto de esta
Biblia, como Gabriel Mistral (Chile), Jorge Isaac (Colombia), Luis Cabrera
(Méjico), Ricardo Palma (Perú), Andrés Bello (Venezuela), Arturo Capdevila
(Argentina) y en España: Miguel de Unamuno, Salvador Espriu, María Zambrano,
Carmen Conde o Concha Alós.
Sin
embargo, mientras muchos hermanos en Sevilla o Valladolid sufrían la ira de la
Inquisición, los reformadores españoles, Valera, Del Corro, Enzinas, Pere Galés
y muchos otros trabajaban sin descanso para impactar a los españoles con libros,
biblias, proyectos educativos, congregaciones clandestinas en las casas, como la
de los Cazalla, y contaban con el apoyo de influyentes buenos cristianos de fe,
algunos de ellos nobles y otros reconocidos doctores universitarios que tenían
que emigrar para no ser asesinados por el tribunal inquisidor del Vaticano y los
reyes españoles. Éstos que se hacían llamar cristianos y
defensores de la fe, por medios de una impiedad insospechada, al
estilo del yihadismo, usaban métodos o artes
inquisitoriales, comenzando por la confiscación de los bienes, el uso de
testigos de la propia familia, quienes delataban a su
propia sangre, y posterior sentencia, tortura y ejecución pública en la hoguera
o de otras formas, trataba la iglesia oficial a la sociedad española.
Otros eran torturados para obtener información y se les dejaba pudrir
literalmente en las cárceles húmedas y malolientes hasta la muerte, incluyendo a
mujeres embarazadas, niños y ancianos, sin miramiento
alguno, y en nombre de Dios y de la "Santa Madre Iglesia
Católica y Apostólica Romana", asesina de los que no puede convertir por
la fuerza a su herejía destructora; tales eran las artes de la Inquisición.
Nombres como Juan Ponce de León, Juan González –el predicador– Julián Fernández,
Francisca Chaves, Garía Arias –el maestro blanco– Juan Egidio y el doctor
Constantino, ambos canónigos predicadores de la catedral del Sevilla, sufrieron
persecución, tortura, y algunos la muerte para la gloria de Dios en Jesucristo,
por abrazar el verdadero Evangelio. Con este antecedente, la sociedad española
ha quedado marcada por una historia, que, aunque posteriormente en tiempos de
las dictaduras de Primo de Rivera o de Franco no se solía ejecutar por causa de
fe, si que la iglesia católica –parte del poder político hasta casi nuestros
días en democracia– ha seguido manteniendo una fuerte influencia en la tradición
de una sociedad que todavía está saliendo del oscurantismo.
El
impacto de la iglesia Evangélica en España, como dice Juan Simarro,
presidente de la Misión Evangélica Urbana de Madrid, se basa en tres puntos:
Difusión del Evangelio, la influencia cultural y nuestro comportamiento social.
En parte, la Sociedad Bíblica, y el legado de Julianillo y Borrow, los Grupos
Bíblicos Universitarios G.B.U., el Colegio El Porvenir, la obra de Fliedner o
CLIE la de Vila con una completísima librería evangélica, y la Librería
Evangélica CLC están impactando nuestra sociedad. Pero son los medios de
comunicación evangélicos los que necesitan aumentar su impacto, que están
consiguiendo, entre los cuales contamos con el diario en Internet Protestante
Digital, o Actualidad Evangélica. A estos antecedieron diarios como El
Evangelista Español (1871-73) La Aurora de Gracia (1874-76) y La Estrella de
Gracia (1875-77).
Ya a principios del siglo XX el ministerio de los colportores y la legalización
de la Alianza Evangélica Española sientan las bases para los medios de
comunicación actuales, pero tendrían que sobrevivir a las dos dictaduras, la de
Primo de Rivera y la de Franco, y peor aún a la reacción
católica. A todo ello ha sobrevivido la “zarza que arde y
no se quema” de la verdadera Iglesia, que es el medio de comunicación de Dios
para abrir la puerta de la Biblia y del Evangelio a una España que todavía
necesita ser evangelizada a gran escala. Con la ayuda de Dios. Amén.
Cartas, Epístolas y Concilios
Siguiendo la tradición de los apóstoles, España
recibió en tiempos de la Inquisición las cartas de ungidos hermanos reformistas
como Valera o Del Corro. De ellos daremos testimonio en nuestra gratitud,
pues sus obras son de gran importancia para la Iglesia. Como podemos leer de
Valera a los cautivos de Berbería,
él espera en sus oraciones que Su Majestad, en referencia a Jesucristo, haga la
obra entre ellos, mientras les escribe una carta consolatoria y doctrinal. Del
mismo modo hizo Antonio del Corro al rey Felipe II en una carta abierta a la
mente del monarca para que comprendiese el horror que permitía en su reino, a
manos de la Inquisición y los justos juicios de Dios que vendrían sobre la
nación por causa de la barbarie inquisitorial que el monarca
permitía, los cuales vinieron. Una obra que expone todo el contenido
teológico necesario para transformar a cualquier persona que la lea con un
corazón dispuesto hacia Dios.
Las obras
de nuestros hermanos son de gran inspiración, y verán aquellos que han recibido
la fe y nacido de nuevo, la guía del Espíritu Santo que efectivamente están
inspiradas en La Biblia que es inspirada por Dios, y merece ser distribuída a
todos, y a los españoles, pues en ellas tenemos aquellas cartas de los
apóstoles, las epístolas. Ésta cartas son vigentes a día de hoy, como lo es toda
la Palabra de Dios. Por lo tanto, epístolas y cartas cuentan con un mismo
Espíritu inspirador, las primeras son enteramente inspiradas por Dios, y las
segundas inspiradas las mentes de sus autores para escribir el mensaje a los
hermanos. La Iglesia y la sociedad, desde ese instante
andarían ese camino
juntos, aunque muchas veces en una guerra a muerte, otras viviendo milagros y
finalmente en buenas obras. Pero no debemos olvidar que la sociedad ha recibido
el impacto de la Iglesia porque ésta ha sido guiada por el Espíritu Santo.
Para corregir los desvíos que ha podido vivir, Dios
permitió algunos buenos concilios
como el de Nicea. De ellos se confirmaría el Nuevo Testamento.
Los Manuscritos del Mar Muerto,
en Qumrán han probado la veracidad de la Biblia para la sociedad escéptica. Sin
embargo la iglesia católica se desvió del Camino incorporando libros a la Biblia
que no eran inspirados, como los que incluyeron los 70, versión que mandaba
traducir Ptolomeo Filadelfo II para la Biblioteca de Alejandría con el fin de
unir todos los libros hebreos, siguiendo la costumbre de la época que traducía
todo documento que llegaba a sus manos, al griego. Luego serían aceptados en los
Concilios de Trento 1.547 y Vaticano 1.870 y servirían de base a herejías como
el purgatorio o el culto a los difuntos.
Nunca los cristianos protestante
aceptaron esos libros que los judíos tampoco reconocieron como inspirados por
Dios. La Confesión de fe de Westminster da fiel testimonio de ello en 1.643
siendo no autoritativos para la verdadera Iglesia de Dios.
La Predicación en lugares públicos
Desde los primeros reformistas y misioneros que
venían a España a traer el Evangelio, siempre fue el
anhelo predicar en lugares públicos, del mismo modo que hacía Pablo al llegar
las ciudades que evangelizaba. El relato de Hechos 17:19 sobre su predicación en
el Areópago de Atenas es el más relevante. España ha sido mucho tiempo lugar
católico, donde la predicación, si la ha habido, ha estado en manos del clero
siguiendo la doctrina tradicional católica. Sería pues tras el medievo, en que
España, como muchos otros países católicos, los países y reinos cristianos que
iban a Jerusalén a luchar contra los infieles, la más relevante sociedad de la
fe, aunque una fe errada y basada, no en la espada del Espíritu, sino en la de
forja del herrero. No en vano el rey actual de España conserva entre su
colección de títulos el de rey de Jerusalén. Luego serían personajes como el
Quijote de la Mancha los que recordarían las hazañas de los caballeros hidalgos
cristianos. Pero en estos pasajes del Quijote se ve claramente una sociedad ya
manida y supersticiosa que no sabe nada de la Biblia, mientras en el “mundo
protestante” los países del norte de Europa, ya comenzaban a salir de la
incultura leyendo la Biblia y gustando de oír un buen sermón que levantara el
alma.
España es un bicho raro, bien definido por Américo
Castro:
“Es inútil aplicar métodos de intelección lógica al estudio de nada hispánico
–historia política, religiosa, literaria o ligüística– si no se incluye en la
explicación el modo español de existir”. Si la tradición es cierta, sobre el
viaje de Pablo a España
–mencionada dos veces en la Biblia– sería el primer
cristiano que predicara en público, como acostumbraba. Los siguientes siglos
serían de adhesión a la usanza romana. Desconocemos si ha habido grandes
relevancias públicas en estos tiempos. No sería hasta los tiempos de la Reforma
que tendríamos, siguiendo los pasos de Lutero, a los más relevantes
evangelizadores, los cuales no pudieron gozar de la libertad de expresión bajo
la persecución de la Inquisición. Pero, desde los libros, Reina, Valera, Del
Corro, Valdés desde sus lugares internacionales como Londres, París, Amberes,
Ginebra llenaban España de cartas, libros y La Biblia en español.
Si bien no ha sido en público, al modo en que los
hermanos Wesley lo hacían en la Inglaterra industrial, si lo fue en plazas o
lugares de reunión. Ha llegado el protestantismo español a disfrutar de
escuelas, como la del Escorial en Madrid, o Barcelona, Valdepeñas y muchos otros
lugares, donde se ha educado a generaciones bajo el profesorado evangélico. Se
utilizan Casas de la Cultura y otros edificios públicos para eventos de predicación.
Debido a la vinculación entre los reyes españoles con el papado, y bajo las
dictaduras, solo en periodos republicanos, hubo más tolerancia con lo
protestante, no porque hubiera un mejor ánimo hacia Dios, sino
por favorecer lo no católico porque ha estado siempre del lado del poder.
Hoy existe la asociación de policías evangélicos y fuerzas armadas. Más tarde se
han congregado, ya por décadas, familias enteras en campamentos de verano, y se
hacen eventos con el beneplácito de ayuntamientos, que incluyen teatro, cine, y
actividades para niños, y son plataforma para el Evangelio en público. Desde
hace años, en la actualidad se comienzan a organizar algunos conciertos, como
Hillsong, que aunque están en su fase inicial sin duda serán el comienzo de
eventos evangelísticos, como ya lo es el Gospel. Está prevista en Barcelona en
uno o dos años una campaña evangelística de Franklin Graham, hijo del
prestigioso evangelista Billy Graham. Actualmente cabe resaltar la labor que
llevan haciendo en la Puerta del Sol de Madrid los hermanos de Misión Urbana,
ocho años predicando y ofreciendo ayuda. Sin duda queda mucho por hacer, pero
entre las buenas obras y los eventos se abren puertas en España.
Internet TV Cristiana en España
Del Areópago de Atenas, a Gutenberg
en Alemania, y a Internet global, la arena evangelística llega a su culminación
con la TV por Internet al mundo. Desde los tiempos en que España pasó de
tener la única cadena de televisión española, conocida como “la primera” se
fueron añadiendo canales. Primero fue la “segunda cadena” en tiempos de Franco.
Más tarde, con la democracia vinieron los canales privados, Antena 3, Telecinco,
y los autonómicos, que junto a los estatales se financian con fondos públicos.
Curiosamente en ninguna televisión de alcance nacional existe un programa
evangelístico de televisión de gran impacto a día de hoy. Excepcionalmente
existe la emisión del programa evangélico de la “segunda cadena, ahora conocida
como la 2 de TVE”
que dirige el hermano José Pablo Sánchez,
de Decisión, dentro de un pequeño espacio de tiempo concedido por el gobierno y
en horario muy temprano los domingos, cuando la nación duerme o está de ocio. En
el libro de José Pablo Sánchez sobre la biografía de Billy Graham, relata los
logros en televisión y radio en EE.UU. En el ámbito regional, la situación es
igual, donde en algunas cadenas de televisión ceden algunos espacios en horarios
sin audiencia. Aunque sabe a poco es el fruto de años de negociaciones y la
ayuda de iglesias y de asociaciones cristianas como FEREDE quien representa a
los evangélicos ante el gobierno de la nación.
Lo cierto es que España a 2014 solo dispone de una
cadena de televisión cristiana que se puede considerar de ámbito
nacional, pero limitada al satélite, o en Madrid bajo TBN. Cuando uno ve
televisiones como God.tv que emite desde Jerusalén al mundo, la reacción es orar
a Dios para que se nos conceda un ministerio tal que se pueda levantar al pueblo
cristiano de habla hispana, no solo en España, sino en todo el mundo, y no solo
para levantarlo, sino para unirlo y alimentarlo hasta la venida del Señor
Jesucristo. Ahora bien, en España, las cadenas de televisión hasta la fecha,
están sujetas a una licencia que concede el gobierno de la nación, y las
cantidades económicas que son necesarias son demasiado grandes para ser
accesibles a una iglesia dividida en denominaciones y pobre.
Por otra parte, el contenido de la verdadera
Doctrina de Cristo, predicado públicamente por un medio de tanto impacto
nacional como puede ser una televisión o una radio, atemoriza a los gobiernos,
cuyo interés es venderse a sus votantes y vivir una vida tibia y permisiva con
las vidas amorales de una sociedad muerta espiritualmente. Es por esto que la
apertura de Internet por medio de fibra óptica en España, que ya es una
realidad, sin protocolos ni licencias, puede permitir poner en marcha una cadena
de televisión con programación completa y de calidad para ganar a esta
generación en todas sus edades, y por todos los medios audiovisuales. Si además
se pudiera conseguir apoyarlo con una cadena de radio nacional sería el mayor
logro de medios de comunicación cristiana en nuestro país, que sin duda
impactaría también al resto de naciones hispanoamericanas. El requisito
principal es la unidad de toda la iglesia evangélica española para llevarlo
acabo, o un ministerio con el llamamiento de Dios y los recursos que solo Él es
capaz de otorgar. Lo que sí es cierto de un modo u otro, es, que el tiempo ha
llegado, es ahora, y la oración de todo aquel cristiano que ame a los hermanos
de España será fundamental para que Dios lo conceda. No solo habremos dejado
atrás los tiempos de la reprensión inquisitorial, sino que los campos podrán ser
sembrados. Una vez logrado la lucha espiritual será contra
el ateísmo, el relativismo, religiones y sectas –incluso
con algunas que se hacen llamar cristianas– y la vuelta a antiguas ideologías de
género ya vistas en Sodoma y Gomorra, las cuales pueden ser vencidas con la
Palabra de Dios, ya que se supone que estamos en una sociedad democrática
en la que todos pueden expresarse bajo la misma vara de medir de la libertad de expresión,
al amparo de la bandera de los derechos humanos de Naciones Unidas,
cosa que estará por ver.
Ya hemos visto periódicos, revistas, panfletos,
ministerios como el de Juan Gili y su bibliobus, los Gedeones llenando
hospitales, hoteles y cárceles con Las Escrituras, Mecovan (medios de
comunicación evangélicos) Libertad Digital, Evangelismo en Acción, Actualidad
Evangélica, radios y televisiones cristianas, como Solidaria, pero éstas están
limitadas a las licencias. Un nueva puerta se abre con la llegada de la fibra
óptica y el 4G al país para emitir por Internet en vivo, lo cual muchas radios
han ido haciendo, pero ahora podrán hacer a cualquier móvil por televisión, en
vivo y con la calidad necesaria. ¿Si Dios nos concede los
recursos necesarios para impactar a nuestro país, estará la Iglesia Evangélica
preparada para utilizarlos eficazmente? Internet con fibra óptica y 4G TV en el
móvil pone fin al límite de licencias de televisión y radio. ¿Seremos capaces,
en unidad, de cambiar nuestra sociedad llevando el Evangelio en clave española
del siglo XXI?
Conclusión
La Reforma Protestante que es
conocida gracias a cristianos relevantes como Wyclif, Lutero y Calvino nos lleva a
predicar el Evangelio, el verdadero mensaje de La Biblia, mandato de Jesucristo
llamado "La Gran Comisión". Los medios de comunicación evangélicos en
España a comienzos del siglo XXI cuentan con la suficiente madurez y enfoque
para que comencemos a ver la luz, tras el oscurantismo de una sociedad tildada
de bipolar católica-atea. Abrir las puestas al Evangelio en una tierra que hasta
ahora ha sido un pedregal, donde poco ha florecido la buena Semilla de la Buena
Nueva del Reino de Dios, ha sido, es y será el reto que tendremos que superar
con la guía y la inspiración del Espíritu Santo. Contamos ya en 2014 con unas
estructuras tecnológicas que incluyen la fibra óptica siendo instalada en toda
la nación por una de las empresas, sino la primera, en telecomunicaciones en la
sociedad modera. Esto implica que en breve contaremos con la televisión por
Internet. Si Dios lo quiere se terminarán las limitaciones de licencias del
gobierno, y las iglesias –mejor sería La Iglesia– podrán
hacer uso de una nueva y hasta ahora la más potente forma de comunicar el
Evangelio a toda la sociedad de habla hispana, no solo en
España, sino en toda Latinoamérica y otros lugares del
mundo.
Pero toda la tecnología de la que vamos a disponer,
la cual sobrepasa a todas las barreras de las divisiones denominacionales, las
inquisitoriales de la todavía influyente iglesia católica
española sobre los gobiernos, no serviría de nada sino hay una unidad espiritual
y fraternal en el Mensaje que comunicamos a la sociedad. Tenemos ya madurez
entre muchas de las iglesias para compartir con otras el mismo propósito, pero
muchas otras no. Tenemos clara la declaración de fe. Tenemos clara la situación
de la sociedad española y sus necesidades, que lejos del relativismo humanista,
necesita el Mensaje de Salvación, justicia y amor de Dios que leemos en el
Sermón del Monte (Mateo 5). Allí la Iglesia era una, y Su pastor Jesucristo.
Para que la sociedad sea impactada por la Iglesia tenemos que ser uno en Cristo,
usar todos los recursos que tenemos, las asociaciones, los campamentos, las
misiones, la ayuda social, la relevancia política de aquellos que están en
puestos de poder y son hermanos, pero es en el día a día y entre nuestro prójimo
que podemos establecer las bases para comunicar a la sociedad nuestra relación
personal con Dios en Cristo, y que la compartimos con nuestros hermanos con gozo
y esperanza en un nuevo Reino de justicia. Sabemos que luchamos contra los
restos de la Inquisición intolerante que no reconoce ninguna otra iglesia que la
católica –aunque ya hay muchos católicos y protestantes que
están dejando atrás las rencillas, las intolerancias y se comienzan a comunicar,
lo cual ocurre cuando la relación pone a La Biblia por delante de la tradición
de unos y otros– pero también debemos tener la fe que Dios nos demanda
porque el mismo Cristo que dio la fe a los primeros cristianos, a los
reformadores y reformistas, es el mismo Cristo que vive
en nosotros hoy.
Nuestra oración sea sobre cómo vamos a transmitir
el Mensaje en este país en unidad. Muchos países como EE.UU. ya han vivido la
experiencia de tele predicadores que cada uno van por su lado. Vemos como God.tv
impacta al mundo de habla inglesa desde Jerusalén, en
clave profética. Falta otro medio similar en proyecto pero de habla española. La
sociedad está herida y sin rumbo en medio de la corrupción política y económica.
Somos la esperanza, la sal y la luz del mundo. Pongamos la televisión cristiana
como candelero para traer a Jesucristo a los corazones de todos, y cumplamos la
Gran Comisión haciendo discípulos en nuestra nación para la gloria de Dios.
Concluimos, pues, con la pregunta final del prólogo: ¿Si Dios nos concede los
recursos necesarios para impactar a nuestro país, estará la Iglesia preparada
para utilizarlos eficazmente? Además de los medios tradicionales de
comunicación, la radio, el periódico, es en las iglesias y en sus ministerios,
junto al evangelismo en la calle que tenemos la gran oportunidad, pero y si
además se nos da lo que hoy estamos recibiendo: Internet con fibra óptica y 4G
TV en el móvil, puede poner fin al límite de licencias de televisión y radio.
¿Seremos capaces, en unidad, de cambiar nuestra
sociedad llevando el mensaje del Evangelio en clave española del siglo XXI?
¿Tendremos el coraje y la dedicación que tuvieron Valera o Del Corro, ahora más
cerca de los últimos tiempos, una vez se abre España para que sea impactada con
la Palabra de Dios? De la oración, la entrega a Dios y la unidad de la Iglesia
va a depender el resultado y la conquista definitiva del potencial que Dios haya
dado a esta nación por Su Iglesia, la cual tiene pendiente, no
ya iniciar, sino más bien acabar una
Reforma Inconclusa. Más la oportunidad se nos dará y estamos a
las puertas. No obstante se hará la voluntad de Dios, quien siempre ha puesto
líderes ungidos con Su Espíritu para llevar a cabo Su obra, por amor
al prójimo en buenas obras, por amor de Su Iglesia y para
Su gloria. Amén.
Bibliografía
González,
Justo L. Historia del Cristianismo. Tomo I. Miami. EE.UU. Unilit,
1994, Pag. 507
Consejo
Evangélico de Madrid. El protestantismo en España: pasado, presente y
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