NACIONES SALVAS
¿HABRÁ NACIONES SALVAS O SOLO PERSONAS?
©
Carlos Padilla. Julio 2016
La salvación de las naciones es un tema que puede ser
abordado desde distintos puntos de vista. Podemos interpretar que son las
naciones, los países o los pueblos,
las etnias o las tribus los que se salvan;
o que las personas de algunas naciones son salvas;
o que las personas salvas pueden proceder de todas las naciones. Si el creyente
ha entendido bien la doctrina de la
Seguridad Eterna de la Salvación,
que es una
cuestión fundamental
para el cristiano, para el desarrollo de su vida espiritual y para el ministerio
de la Iglesia, no tendrá muchas dudas sobre su salvación personal.
Ahora
bien, hasta ahí, estábamos tratando el tema desde la perspectiva de la salvación
personal, pero ahora lo haremos desde el punto de vista nacional;
naciones, pueblos, etnias, tribus.
DE BABEL A
BABILONIA -
DE IMPERIO A CIVILIZACIÓN – IMPERIOS DE LA HISTORIA
Muchos
imperios ha habido a lo largo de la historia, y todos han ido pasando y se han
ido destruyendo. No tenemos más que recordar Egipto, Asiria, Babilonia, Grecia,
Roma, España, Carlos V,
Inglaterra,
y ahora hablaríamos de
Europa, en
la que muchos ven la antesala de otro imperio romano, una vez salgan algunos
países.
Si
bien las naciones que existen y las que han existido en la historia
–incluso las que puedan llegar a existir antes
del regreso de Jesucristo en Su reino eterno–
han sido originadas por nosotros,
aunque algunos pensarán que fue Dios, porque desde
Babel la humanidad fue esparcida al dividirse por las lenguas. Por otra
parte existe una nación que fue creada por
Dios, con un propósito. Esa nación no es otra que Israel, y el propósito,
recibir, guardar la Palabra de Dios, las profecías, la Ley y aportar al Mesías
de toda la humanidad, ...porque
la salvación vine de los judíos,
Juan 4:22.
Sin
embargo vimos que a lo largo de
la historia,
y tras el inicio de la era de la Iglesia,
que
Israel ya no ha mantenido aquel estatus privilegiado,
sino que fue esparcida por el mundo,
entre las naciones. Sería la Iglesia
la que llevaría el Evangelio al mundo, aunque la Palabra y el Mesías procedieran
de los judíos. Pero hay una profecía final para
Israel. Por otra parte,
no solo Israel y la Iglesia son mencionadas en la Biblia en referencia a las
naciones que serán salvas, sino que
los Textos hablan de gente de todas la naciones, lo que hace suponer que se
trata de todas las que hayan existido a lo largo de la historia; Apocalipsis
7:9.
ISRAEL: NACIÓN CREADA POR DIOS
Todos conocemos la historia de Abraham,
como Dios le sacó de su tierra, de Ur de Caldea, y de su parentela, y de la casa
de su padre, Génesis 12, y le encaminó a una nueva tierra, la Tierra Prometida.
Además Dios llamó a Abraham para ser padre de naciones. Le dio un hijo en su
vejez, cuando su esposa Sara ya no podía concebir, al cual llamó Isaac. Éste
tuvo dos hijos, Jacob y Esaú, y Dios escogió a Jacob antes que nacieran, Génesis
25:23. A este, por su corazón inclinado a Dios, al igual que a su padre "abuelo"
Abraham, le cambió el nombre de Jacob a Israel. El resto lo conocemos bien, como
tras los 400 años de esclavitud en Egipto, llamó a Moisés y los sacó de Egipto,
de casa de esclavitud, y los condujo a cruzar el Mar Rojo, a través del desierto
a recibir la Ley en Sinaí hasta aquella Tierra, prometida a Abraham.
Israel recibió la Ley de Dios para ellos y
para todo el mundo. Recibió la Palabra de Dios, los profetas, al rey David,
construyó el templo con Salomón, y tras la desobediencia fueron invadidos,
llevados cautivos y esparcidos. Pero muchos amaban a Dios. Finalmente llegó el
Mesías anunciado, de la descendencia del rey David, según la profecía, Juan
7:42, Miqueas 5:2. A partir de este punto fueron escogidos los apóstoles. Ellos
recibieron y escribieron, con la inspiración del Espíritu Santo, el Nuevo
Testamento que tenemos hoy, 2000 años más tarde. Las profecías se han seguido
cumpliendo y el Evangelio sigue transformado vidas, mientras se cumplen las
Palabras de Jesucristo. El final del mensaje es la segunda venida de Jesucristo
en gloria para establecer el Reino eterno de Dios, al que somos llamados.
El Nuevo Testamento fue entregado también a
judíos, salvo un autor. En efecto los apóstoles autores eran todos judíos o
israelitas, salvo Lucas, que era gentil, el médico y amigo del apóstol Pablo,
autor del Evangelio que lleva su nombre y de Hechos. Por lo tanto lo que Israel
ha aportado al mundo, a las naciones, es lo más importante que la humanidad
podía recibir. Es menester que Israel sea protegido por ello. La fe de ellos en
el Mesías Jesucristo depende de Dios quien tiene un plan para todo y para todos
incluido Israel. Al final de la historia, los judíos recibirán al Mesías. Por lo
tanto Israel es la nación que ha creado Dios con estos propósitos.
¿HAY
NACIONES QUE SERÁN SALVAS Y OTRAS NO?
Abraham fue llamado por Dios para ser bendición a todas las naciones, un
modelo a seguir por su amor por Dios y su obediencia, confianza y por ser padre
de la fe. Ya hemos visto que una
nación crearía Dios de él: Israel,
pero también es llamado padre de la fe, y padre de todas las naciones de la
tierra por ello, Génesis 18:12, como ejemplo de que Dios se agrada de todos los
que Le aman, sean de la nación que sean. Esta es la forma correcta de entender
la existencia de Israel y las demás naciones, pues Dios nos ama a todos, pero
cada uno tiene un propósito.
Otras
naciones, al igual que Israel han sido formadas, aunque en sus casos por hombres,
pero con la bendición de Dios, como es el caso de EE.UU. en cuya constitución se
da fe de estar honrando a
Dios, aunque en los tiempos que corren todo se deteriora, conforme a las
profecías, sobre todo la de la apostasía,
2Tesalonicenses 2:3. Al igual que esta nación,
otras han adoptado, permitido o
fomentado la fe cristiana, como puede ser el caso de las naciones protestantes,
o en los últimos años Corea del Sur, y ahora China, fruto de las
misiones y para sorpresa de muchos. Por otra parte vemos como Israel está a
la cabeza mundial en tecnología, ahora que han vuelto a su tierra y se espera
que el Mesías venga.
Pero
vayamos a la cuestión de la salvación, pues ya hemos fundamentado que Dios
bendice a aquellos pueblos y naciones que aman a Dios en su mayoría.
No tenemos más que recordar las misiones enviadas por muchos países, las buenas
obras y apoyo a los países del tercer mundo, y sin embargo otros hacen poco o
nada. De igual modo Dios bendice a los que aman a su prójimo.
La Biblia revela al hombre que Dios está por aquellos
que Él, en Su soberanía, amor y propósitos ha elegido para vida eterna. ¿Pasa
igual con algunas naciones? Si Dios, a nivel individual, es quien elige, llama,
justifica y salva, también debe ser el mismo que lleva a buen puerto Su propia
obra, sino carece de sentido haber dado a Su Hijo en la Cruz para salvar a la
Iglesia, la cual, según Jesús, Él sujeta de la mano y no deja que se pierda,
Juan 10:27-30. Apocalipsis 5:9 nos
revela que los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos que están en
la presencia de Dios cantan un nuevo cántico que dice: ...Digno eres de tomar
el libro y de abrir sus sellos; porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre nos
has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación.
Luego los que poblarán el Reino de Dios serán representantes de todas las
naciones, orígenes y culturas. Esto no significa que haya unas naciones que
serán salvan y otras no.
Por el contrario, sí que hay ciertas
naciones bendecidas y otras no, debido a que su fundación y la mayoría de sus
miembros aman a Dios, sirva el ejemplo empírico las naciones de fe protestante.
Cerraremos este apartado observando que en los tiempos en los que vivimos en
este nuevo siglo XXI vemos cómo llegamos al fin de la civilización debido al
deterioro acelerado de la moral humana a nivel global, del levantamiento de
líderes dictadores y del cumplimiento de las ultimas profecías de la Biblia.
Esta es una señal del fin de los días, como la Biblia profetiza, 2Timoteo 3.
LA
IGLESIA: NACIÓN SALVA POR DIOS
De
igual modo que Dios creó Israel con un propósito, también ha creado la Iglesia,
la cual está formada por personas de toda tribu y lengua, pueblo y nación,
incluido Israel, para otro
propósito. Se trata de un propósito de conclusión del primero: englobar a todos
los orígenes, razas, etnias, pueblos, tribus, naciones y lenguas en un pueblo
para Dios ganado por Su Hijo Jesucristo en la Cruz del Calvario, donde ya no hay
judío ni griego, sino que todos los llamados formamos el Cuerpo de Cristo, si es
que hemos recibido la fe en la obra del Hijo de Dios, Jesucristo.
La Iglesia es un anticipo del Reino de Dios
en la tierra. El comportamiento en las buenas obras, la acogida de refugiados,
las misiones mundiales, la lucha por la justicia social para la liberación de
los oprimidos, reflejan que el Reino de Dios es el Paraíso, donde la justicia
será una de las esencias de la vida para todos. En el Reino de Dios, no habrá
hospitales –como dice la canción de Juan Luis Guerra– ni oprimidos, ni llanto,
pero sí justicia, liberación, verdadera amistad, paz, gozo y amor de Dios para
todos, fiel reflejo de lo que los verdaderos cristianos dan a su prójimo.
He recopilado una serie de Textos Bíblicos
que son fundamentales para estudiar este tema teológico, en los cuales
encontramos las bases de la salvación de las naciones:
En el Texto de Apocalipsis 5:8-10:
...Y cuando hubo tomado el
libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron
delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que
son las oraciones de los santos; 9y cantaban un nuevo cántico,
diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios,
de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10y nos has
hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
En el Texto de Hechos 10:34-45:
...Entonces Pedro, abriendo la
boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35sino
que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. 36Dios
envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio
de Jesucristo; éste es Señor de todos. 37Vosotros sabéis lo que se
divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que
predicó Juan: 38cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a
Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 39Y nosotros
somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en
Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. 40A éste levantó
Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; 41no a todo el pueblo,
sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos
y bebimos con él después que resucitó de los muertos. 42Y nos mandó
que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por
Juez de vivos y muertos. 43De éste dan testimonio todos los profetas,
que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
44Mientras aún hablaba Pedro estas
palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. 45Y
los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos
de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.
En el Texto de Apocalipsis 21:24:
...Y
las naciones "que hubieren sido salvas"
andarán a la luz de ella; y los reyes de
la tierra traerán su gloria y honor a ella. Este es
sin duda alguna el Texto que la Versión Reina-Valera ha popularizado en su
Revisión de 1960 como justificación sobre las naciones que podrían ser salvas,
se refiere a personas, no a naciones (la palabra es la misma "ethnos") pero el original griego
"Textus Receptus" al contrario que algunos Textos corruptos han omitido la parte
que incluye el requisito para entrar en el Reino: ser salvo.
El último Texto es el juicio a las naciones
de Mateo 25:31-46:
...Cuando el Hijo del Hombre
venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su
trono de gloria, 32y serán reunidas
delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros,
como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34Entonces el Rey
dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque tuve
hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y
me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces los justos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o
sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te
recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o
en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De
cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más
pequeños, a mí lo hicisteis. 41Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles. 42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve
sed, y no me disteis de beber; 43fui forastero, y no me recogisteis;
estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me
visitasteis. 44Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la
cárcel, y no te servimos? 45Entonces les responderá diciendo: De
cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños,
tampoco a mí lo hicisteis. 46E irán éstos al castigo eterno, y los
justos a la vida eterna.
La colección de Textos se puede completar
con: Génesis 18:18 - 22:18 con Gálatas 3:8, Salmos 33:12; 47:8; 72:11; 82:8;
102:12-15, Isaías 2:2-4; 60:3; Ezequiel 39:21; Daniel 7:14; Joel 3:2; Zacarías
14:2-12,16; Mateo 24:14; 25:32; 28:19; Marcos 11:17; 13:10; Lucas 21:24;
Apocalipsis 7:9; 15:4; 21:24 y 22:2.
CONCLUSIÓN
Israel
fue la nación que Dios formó para un propósito específico,
el cual hemos evaluado y por el cual debemos estar agradecidos y preservarlo.
La Iglesia recibe y engloba el resultado de aquel propósito: la totalidad de
aquellas personas que fueron escogidas por Dios, de todas las naciones
incluido
Israel, de todo tiempo durante la historia.
Vemos
a dos grupos de personas protagonistas de la escena en Apocalipsis 7,
cuando Juan
recibe la revelación de Jesucristo sobre los 144.000 sellados de las doce tribus
de los hijos de Israel, y por otra parte, la multitud vestida de ropas blancas,
de todas las naciones, tribus y lenguas de la tierra, los cuales fueron ganados
por el Evangelio.
¿Y
cómo fueron salvas aquellas personas de aquellas naciones gentiles o no
israelitas antes de la era de la Iglesia? ¿Y cómo es que los hijos de Israel
pueden ser salvos,
si la salvación requiere la fe en la obra del Hijo de Dios y ellos no creyeron o
no lo conocieron? La respuesta está en la doctrina de la elección de Dios, antes
de la fundación del mundo. Dios, como ya estudiamos en la anterior entrega sobre
la
Seguridad Eterna de la Salvación,
escoge y salva a quienes luego da fe para creer,
porque Él nos ha creado y conoce nuestros corazones.
Todos los elegidos,
pues, independientemente de la época en la que vivieran, al final creerán en la
obra de Su Hijo Jesucristo y serán salvos.
La
salvación de las naciones nos ha ayudado a comprender que no son las naciones en
sí, sino las personas que las integran y sus vidas de fe
de una mayoría que ora y lucha por Cristo,
las que hacen que unas naciones sean más
bendecidas que otras, y que sepamos que en todas partes Dios ha escogido a
quienes serán salvos para el Reino de Dios, sean judíos o gentiles, y todos
forman parte del Cuerpo de Cristo.
Finalmente
podemos llegar a una conclusión sobre el propósito que Dios ha tenido para
iniciar la historia con Adán y Eva, de ellos Caín y Abel, y tras Noé comenzar
una nueva andadura que llevó a la formación de Israel, para bendición de todas
las naciones –aunque
aborrecidos por los antisemitas, los cuales darán cuenta ante Dios, en el
tribunal de Cristo, como también lo harán los demás racistas–
para, tras el rechazo del Mesías, como nación, llamar a todas las naciones
"Mateo 28:16-20" a ser discípulos de Cristo para salvación eterna de los que han
sido elegidos y receptores de la fe en la Cruz de Cristo. Cerramos con el Texto
de Revelación o Apocalipsis, que, aunque en referencia a los que salen de la
Gran Tribulación, creo que expresa fielmente lo que acontecerá al final de los
días, en el capítulo y versículos 7:9-10:
...Después
de esto miré, y he aquí una gran
multitud, la cual nadie podía
contar, de todas naciones y tribus
y pueblos y lenguas, que estaban
delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y
con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece
a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Amén.
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