JESUCRISTO   LA RESURRECCIÓN VIENE. HE AQUÍ QUE VIENE CON LAS NUBES Y TODO OJO LE VERÁ, Y LOS QUE LE TRASPASARON. Apocalipsis 1:7.

   PAGINA INICIAL 

 CONT@CTENOS    EL CAMINO A  DIOS    EL EVANGELIO   LA BIBLIA     DICCIONARIO ESPIRITUAL    ALIMENTO SOLIDO

VIVIENDO POR LA FE

 © Carlos Padilla, Octubre 2010

Jesucristo es el principio y el fin de la vida, porque la vida eterna comienza en Él. Jesucristo dice de Sí mismo: ...Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre sino es por Mi. Juan 14:6. Además Jesucristo a través de Su obra de Salvación en la Cruz nos reemplaza y libra del castigo eterno, del pecado y del infierno. Como existe un solo Dios vivo que se manifiesta en tres personas, y Su Hijo Jesucristo también está vivo ahora, y el Espíritu Santo es la tercera persona de la Santa Trinidad que nos cuida cada día, los cristianos tenemos una relación plena con Dios por la fe, un don recibido de forma inmerecida. Ésta, nuestra experiencia diaria llena nuestras vidas de paz, del amor de Dios y de un propósito de servir a Dios y al prójimo, tanto en la predicación del Evangelio como en las buenas obras, con la gran esperanza de verle venir de nuevo en las nubes para establecer Su Reino en el Paraíso de Dios por la eternidad, al que somos llamados.

Si Ud. nunca había escuchado o leído antes este tipo de descripción del Evangelio expuesta en el párrafo anterior es que nunca ha asistido a una iglesia Bíblica. Si Ud. es cristiano estará de acuerdo con el párrafo porque ya ha creído en el Evangelio, se reconoció pecador, necesitado de salvación, creyó que existen, el cielo que Dios anuncia para los que Le aman, pero también el infierno eterno para los que Le aborrecen. Ud. Ya ha recibido a Jesucristo, el Hijo de Dios como salvador personal, renunciando a sus propios méritos por ser inútiles para ello, ha creído en la vida eterna tras la resurrección, y que todo esto es un don de Dios inmerecido que hemos recibido. Y Ud. se preguntará qué aprenderá de la fe leyendo de nuevo el Evangelio si ya lo creyó y se convirtió. La respuesta es tan sencilla como el llevarle a confrontarse con la reacción de aquellos que no son cristianos, quienes primero tendrán que creer en Jesucristo, no solo en que Él existió, sino en que existe ahora, que está vivo porque resucitó y subió al trono de la gloria y está sentado a la diestra del Padre. Este mundo está viviendo sus últimos tiempos bajo el gobierno del enemigo pero Jesucristo vuelve al final de los tiempos según las profecías Bíblicas, de las que quedan ya muy pocas por cumplirse. ¿Lo cree Ud.? En Hebreos 11:6: ...Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Le hay, y que es galardonador de los que Le buscan.

Todo esto que al cristiano le parece una evidencia, al que todavía no cree a Dios en Su Palabra, le parece un abismo en su mente, una opción más dentro de las religiones del mundo. Quizá quien está leyendo tiene fe, pero no cree todavía en el plan de salvación de Dios, y que este plan es única y exclusivamente a través de Su Hijo unigénito, Jesucristo. De hecho las dos terceras partes de la población mundial no es cristiana, de hecho la mayoría son analfabetos o no han leído la Biblia ni asistido a una iglesia Bíblica, pero Dios es misericordioso. Esto demuestra que se puede tener fe sin creer a Dios, como la propia Biblia nos relata: ...Tu crees que Dios es uno, bien haces, también los demonios creen y tiemblan. Santiago 2:19. Pero claro, también hay quienes no creen que la Biblia es inspirada por Dios, o piensan que otros libros también lo son, etc.

No es pues la mera fe la que salva, sino que cuando es don de Dios es para salvación, y una fe que hace que creamos en la obra redentora del Hijo de Dios en la Cruz por nosotros, el Evangelio de la Palabra de Dios, una fe viva que cambia el carácter y hace que el que abraza el Evangelio nazca de nuevo y lo pueda ver tanto aquel que se salva como los demás, diariamente, porque ...por sus frutos los conoceréis... Mateo 7:20. Esta fe que cambia el carácter y da una nueva vida, como hemos dicho antes, produce dos cosas: Testimonio de Jesucristo y buenas obras. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. El que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira Dios está sobre él... Juan 3:36.

Si no se cree a Dios, ni lo que enseña, diciendo que necesitamos que Él nos salve porque nosotros no podemos salvarnos a nosotros mismos, ni a través de ninguna religión de prácticas o tradiciones, ni por nuestros méritos, si rechazamos a Dios la persona queda separada de Dios por la eternidad, pues la muerte no permanece eternamente en el hombre, ya que será resucitado para vida eterna de todos modos para un estado consciente. La cuestión es si va a pasar la eternidad en el Reino de Dios o en el infierno de fuego, donde Jesucristo dice: ...allí será el lloro y el crujir de dientes... Mateo 8:12.

...Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Lucas 16.

El diablo lucha para que Ud. no crea el Evangelio a toda costa, para que le acompañe en su morada en el lago de fuego y azufre, es más, lucha para que los que sí creen a Dios duden, a través de las dificultades de la vida, en los momentos difíciles, cuando estamos débiles, en las pruebas de nuestra fe o como Lázaro en la miseria. Pero si confiamos en Dios, nuestro Padre, nunca nos perderemos de Su mano poderosa, en Cristo, porque abogado tenemos para con el Padre, a Cristo el Justo, nuestro "Paraklitos". Esta palabra griega es aplicada tanto a Jesucristo como al Espíritu Santo, porque en sus manos estamos ahora. El primero es nuestro abogado defensor y sustituto de nuestra sentencia. El segundo es nuestro abogado protector, un recuerdo al ángel de Yahweh que acampa alrededor de los que le temen y los defiende, pero esta vez es Dios mismo en persona, uno más de los prodigios de Dios que hace cada día.

Dios ha hecho grandes prodigios, además de salvarnos y además de la creación del universo, y del cielo espiritual. Si bien el Señor dice que es bienaventurado el que cree sin ver, también nos provee de profecías y de milagros que son luz en la oscuridad. Aquellos que inmerecidamente hemos recibido el don de la fe y hemos creído a Dios, tenemos buen ejemplo de fe en otros antepasados en la Biblia como Noé, que construyó el arca en el monte mientras se burlaban de él, hasta que toda la población murió ahogada excepto los que creyeron, que iban en el arca con Noé. O la historia de Moisés que fue criado por Faraón, quien había dado orden de matar a todos los varones de los hijos de Israel. De esta forma Dios no permitió que el plan del diablo triunfara, sino que se tornara en favor del proyecto divino pues el mismo que dio la orden de matar a todos los niños hebreos acabaría criando y adoptando al libertador de Israel.

Qué diremos de Abraham y Sara que pensaron que por adelantarse a Dios, en Ismael habrían de tener la descendencia prometida, pero Dios sería fiel a Su Palabra y Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y Sara daría a luz a Isaac de Abraham, para que la descendencia viniese de la promesa de Dios, de la esperanza y la confianza en Él. O la historia de David y Goliat, cuando nadie creía que podrían vencer a los Filisteos, llegó un adolescente y con una piedra venció al paladín, porque creyó a Dios. O Job cuando tenía que ser confrontado con su propia justicia y fue probado en su fe, pero siempre reconoció a Dios hasta que se dio cuenta de su orgulloso corazón arrepintiéndose y recibiendo mucha mejor bendición de Dios que la que tenía antes. Y aunque a priori parecía una estrategia del diablo contra él, el fin de su experiencia fue de gran bendición de Dios para su vida.

Qué diremos de la fe del leproso que le dijo a Jesús: Si quieres puedes limpiarme, en Marcos 1:40, al que el Señor respondió, ¡Quiero, se limpio!. El paralítico descolgado por el techo por la fe de sus amigos para ponerlo delante de Jesús, Marcos 2. Jairo, principal de la sinagoga creyó en el poder de Dios para sanar a su hija mientras una mujer con flujo de sangre tocaba el manto de Jesús sanando completamente, Marcos 5:21 y ss, la niña resucitaría con las famosas palabras de Jesús: "Talita Cumi". Multitud de enfermos sanados en Genesaret, "símbolo del Paraíso del Reino de Dios", Marcos 6:53. El padre del muchacho endemoniado le rogó al Señor, y le respondió que si podía creer todo le sería posible y le respondió: Creo, ayuda mi incredulidad. Jesús reprendió al espíritu inmundo, Marcos 9:23. Jesús alabó la fe de la mujer sirofenicia que creyó en Jesús y sano a su hija que tenía un espíritu inmundo, Marcos 7:24. La confesión de Pedro, la clave y la piedra de la fe en Jesucristo: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente "y lo que ello significa", Mateo 16:16. El centurión del que el propio Jesucristo se admiró por su fe en Él, porque había entendido el orden celestial y quien era Jesús, Yahshua el Mesías, el Rey, el Hijo heredero de Dios, en términos militares le vio como el comandante en jefe de los ejércitos celestiales, esto es, como Yahweh de los Ejércitos, y sanaría a su siervo, Lucas 7. O la fe de los propios apóstoles y la experiencia sobrenatural de Pablo y su obediencia. Nunca olvidemos estas experiencias y añadámoslas a las nuestras porque son alimentadoras de nuestra fe diaria, de las cuales daremos testimonio en la Iglesia para el regocijo de nuestros hermanos y para los que no creen sean conmovidos ante la obra de Dios.

...Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12.

Otros creyentes nos han dejado estas frases célebres, quienes han hallado la fe en diferentes situaciones, como San Agustín quien concluiría "...La fe es creer lo que no se ve. La recompensa de esta fe es llegar a ver lo que uno cree". "...Quien pierde su fe no puede perder más". Publio, I a.C. "...El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la Paz". Teresa de Calcuta. "...¿Racionalizar la fe? quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de llegar a la libertad en Cristo". Unamuno. Estos cuatro personajes nos muestran cuatro formas de ver la fe. Si bien Agustín es claro exponente de la fe salvadora del Señor y su anhelo es llegar a abrazar al Señor, Publio, un romano, que obviamente tenía fe, aunque fuera una fe pagana, se daba cuenta en sus razonamientos que si la perdía, se caía el pilar de su vida, pues la fe produce fuerza para vivir y esperanza en la vida. La hermana Teresa hallaría y lucharía por su fe mediante las obras en la experiencia de la indiferencia humana ante la desgracia del prójimo, y Unamuno se rendiría en sus razonamientos ante el Espíritu de Cristo.

Podríamos decir que la fe en Dios tiene tres etapas: La fe que salva, la fe viva y la fe consumada. Veamos estas tres etapas.

 

LA FE QUE SALVA

"Emun" y "aman", en hebreo, y "pistis" en griego son las palabras para fe o creencia. La fe es un don vivo que hay que alimentar cada día de nuestras vidas. Pero, entonces ¿qué diferencia hay entre la fe en cualquier persona o cosa, o incluso en uno mismo, y la fe que salva, la fe en el Hijo de Dios?. Cuando la Biblia habla de fe, se refiere a la fe en Dios. Todas las personas son potencialmente creyentes porque Dios nos ha dado esta capacidad, de hecho todo el mundo cree en algo superior, incluso los autollamados ateos o agnósticos se esfuerzan por creer, argumentar y razonar de forma contraria a Dios, o creer en ellos mismos o en las cambiantes evidencias empíricas, lo cual es una lucha constante, sobre todo cuando se enfrentan a los momentos profundos de la vida donde la razón no está equipada para comprender, solo el corazón comprende. La Biblia dice: ...para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2. Y también la Palabra nos advierte sobre qué creer en 1Juan 4:

...Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 5Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. 6Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.

La famosa cita de la Biblia: ...el justo por su fe vivirá... de Habacuc 2:4 que Pablo recuerda en Gálatas 3:11 y que fue la fuente de inspiración de la reforma protestante de Lutero, merece un profundo estudio, no solo porque la fe es un don de Dios, sino porque se está refiriendo a la fe en Dios, fe a la que se refiere el Apóstol Juan en el Texto que acabamos de leer, fe que hace que creamos en Su plan de salvación para nuestras almas. Ese plan, como ya hemos venido diciendo, es a través de la fe en la obra redentora de Su Hijo Jesucristo en la Cruz del Calvario. La obra que ha consumado Jesucristo sustituyéndonos a nosotros para librarnos de la recompensa del pecado, que es la muerte eterna al Espíritu, si es que creemos que estamos separados de Dios y necesitados de salvación porque hemos vivido siendo rebeldes e independientes de Él, nos bendice, no solo con la salvación para vida en Su Reino, sino con una vida de bendición aquí y ahora. Como nos asegura el versículo más famoso de la Biblia: ...Porque de tal manera amó Dios al hombre, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16. Si Dios no ha escatimado a Su propio Hijo por amor a nosotros y nos ofrece la Salvación y la vida eterna en Su Reino, solamente a través de la fe en la Cruz de Cristo, la cual, en la resurrección nos llevará a Su presencia, ¿por qué muchos no lo creen?.

La Biblia nos habla de cuando Dios nos conoció antes de la fundación del mundo, cuando vio nuestros corazones, y habla de Su elección, de la predestinación para salvación, del llamamiento a través de la predicación y de como al que quiere endurece, y al que quiere escoge. ...Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; 27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane. 28Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. 29Y cuando hubo dicho esto, los Judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. Hechos 28.

Ahora bien, muchos entienden la predestinación como el control total de Dios sobre nuestras vidas y que todo cuanto hacemos es Su plan para nosotros, pero la Biblia, aunque habla de la absoluta soberanía de Dios, y de que Dios es quien elije, lo hace con Su justicia. Dios lucha en la batalla por las almas contra el diablo, como hemos leído tantas veces. Luego la predestinación es una doctrina en referencia a la salvación de los que aman a Dios, desde antes. Una escena que ocurre tanto en nosotros como en los ángeles en las regiones celestiales, donde no solo se rebelarían hombres sino ángeles. Todo esto lo podemos leer en la Biblia en la carta universal de Judas, léala, se lo recomiendo.

La fe en Dios es, pues, como una escalera de cuyo primer peldaño es creer en el Evangelio, creer que somos pecadores, habiendo vivido una vida bajo nuestra propia justicia y por tanto apartados de Dios, y creer que Si Dios nos llama a la reconciliación a través de la obra de Jesucristo, y que no hay otro Camino seremos salvos. Si recibimos al Hijo de Dios en nuestro corazón, hemos comenzado una nueva vida, hemos nacido de nuevo, por el don de Dios llamado fe. Es a partir de aquí, que tendremos que seguir subiendo peldaños de la escalera de Dios en la vida diaria.

Para los que conocen el Evangelio es evidente que hace falta creer en la obra del Hijo de Dios en la Cruz del Calvario, pero la mente humana debe recibir ese mensaje para recibir el don de la fe, que Dios otorga a los que Le aman. Pero ese don, la fe, procede de la voluntad de Dios en cuanto a que el origen del don es el corazón mismo de nuestro Padre que comprende mejor que nadie nuestra necesidad espiritual y los obstáculos de la mente y de la carne, nos deja sentir Su presencia, la cual parte de Su gracia, de Su voluntad, de Su amor por nosotros, los hijos pródigos del Reino de Dios. Y esta fe que viene por gracia  de  Dios, es el medio de obtener el fin, el objetivo de Dios al entregar a Su Hijo que voluntariamente se ofreció como Cordero redentor, la salvación de nuestras almas: "...porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8."

...Esta es la palabra de fe que predicamos: 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. 12Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Romanos 10.

 

LA FE VIVA

...14¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 16Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oir, y el oir, por la Palabra de Dios... Romanos 10:17.

El Señor nos gana por Su gracia inmerecida, si recibimos a los que anuncian el Evangelio, o si somos enviados a predicarlo, bienaventurados somos, porque esta es la batalla de la fe, por la que debemos contender ardientemente como fe dada a los santos, los que antes éramos pecadores pero que el Señor ha transformado por medio de Su gracia dándonos una fe que se ha convertido en nuestras vidas en la fe viva.

Esa gracia inmerecida de la fe en el Evangelio transformador de Dios la relata el famoso himno "Amazing Grace" donde John Newton, relata su conversión y el encuentro del perdón de Dios aun cuando se hallaba bajo la carga del pecado de haber sido el capitán de un barco de tráfico de esclavos negros de África. Su doloroso y profundo arrepentimiento le llevaron finalmente a dedicar su vida al Señor. Finalmente reconocería ante todos que no podía ser un completo cristiano alguien que se dedicaba a aquel negocio, descubriendo su corazón con la carga por aquellas miles de almas que él había trasportado en la podredumbre de la panza de su barco, para venderlos como animales de carga. De aquella panza de su barco sería de donde emanaría una melodía de la garganta de un esclavo, la que quedaría grabada en su oído y a la que pondría letra. Aquella letra y aquella melodía con la que compondría tan famoso himno, idóneo para todo pecador, para que cada uno de nosotros la cantemos, sería entonada con los miembros del parlamento inglés por un joven político que tras perder la esperanza, intentó abandonar la política, desanimado en su lucha para conseguir la abolición de la esclavitud. Tras haber sido animado, inspirado y apoyado a servir a Dios en el parlamento por aquel viejo marinero ahora ordenado pastor evangélico y autor de muchos y famosos himnos de alabanza, triunfaría finalmente aquel político llamado William Wilberforce, cuando consiguió la abolición. La historia ocurre a finales del Siglo XVIII. La película sobre esta historia real ha sido un gran éxito reciente. La gracia del amor de Dios nos da una fe viva en Su misericordia y gana nuestro corazón. Historias como esta son prueba de ello.

La fe se hace viva por la experiencia de los frutos del corazón arrepentido y se convierte en poder para predicar el Evangelio. Esta fe viva tiene que tener su fundamento en que la Palabra de Dios que uno hable transformará la vida del que oye con fe salvadora y recibe la buena noticia que produce arrepentimiento - cambio de mente y por consiguiente cambio de vida - y esperanza, porque Aquel que Es la Palabra de Dios, el Verbo de Dios, vive. Esta ha de ser la convicción del predicador, y de cada cristiano, porque el sacerdocio cristiano es para todos, no solo de los pastores de las iglesias y de los ancianos, sino que todos hacemos, como sacerdotes, hombres y mujeres, niños y ancianos, un sacrificio de alabanza, fruto de labios que confiesan Su Nombre. ...Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree... Romanos 1:16.

El sacerdocio proveniente de esta fe viva, se ve reflejado en la fe que tuvo Pablo al predicar en la sinagoga de Tesalónica, luego en la de Berea, y posteriormente en un famoso lugar llamado Areópago, en la por muchos llamada capital cultural del mundo de su tiempo, me refiero a la acrópolis de Atenas, ciudad fundamental en el desarrollo de la democracia. El Areópago se convirtió en el lugar de reunión del consejo, del tribunal de apelación, y de justicia, parecido a lo que hoy conocemos como parlamento, y tribunal supremo juntos. No apuntaba mal nuestro hermano Pablo, guiado por el Espíritu Santo obviamente, ¿no le parece?. Tras su famoso discurso, Dionisio el areopagita creyó en Jesucristo. A su memoria se construiría una basílica. Con él muchos otros también creyeron en la predicación de Pablo. Hechos 16 y 17. Pablo, así, fue perseguido en la primera ciudad, pero grandemente aceptado en la segunda, aunque los Judíos de la primera le persiguieron en la segunda, y recibido en la tercera. Él prosiguió predicando en todas las ciudades en las que el Espíritu Santo le ordenaba, Hechos 16:6. La promesa del Señor se cumpliría en nuestros tiempos cuando muchos Judíos están aceptando el Evangelio, los llamados Judíos Mesiánicos, pero no debe sorprendernos pues es profecía de Dios, y tampoco si nos damos cuenta de que todos los autores del Nuevo Testamento menos uno, eran Judíos, los Apóstoles y por supuesto nuestro Señor, porque ...La salvación viene de los Judíos, Juan 4:22.

Ahora bien, la fe viva tiene que ser alimentada a diario, tanto para predicar como en cada circunstancia de la vida, ante cada decisión importante. Siempre vendremos en oración a Dios, en el nombre de Jesús. Solo pasando tiempo con Dios - hablando con Dios - hallaremos el Camino en la fe viva. Además, mientras servimos a Dios en la Gran Comisión, nuestra fe está viva y en aumento, porque el justo vivirá por la fe, y el justo lo es porque Dios le ha justificado concediéndole la fe en Su Hijo. ...Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. 12El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida... 1Juan 5:11. Por tanto la fuente de la vida es el Hijo, Jesucristo, y es con Él con quien los que creemos en la fe viva del Evangelio pasaremos imprescindiblemente tiempo en el estudio diario de la Biblia, nuestra enciclopedia, nuestro manual de vida y consulta, en la cual meditaremos durante nuestras vidas, como hacen médicos, abogados, jueces y cualquiera que quiera seguir creciendo en el conocimiento de su vocación, en nuestro caso conocer profundamente y servir a Dios y al prójimo, y mantenernos en Su Camino hasta Su regreso para establecer Su Reino.

La fe en Dios, así, se transforma de regalo inmerecido en modo de vida que nos llevará, si la ejercitamos y alimentamos, por el Camino de una vida bendecida por Dios hasta el día de nuestra resurrección o transformación. La fe en Jesucristo es el medio, la herramienta de Dios, la luz que ilumina la oscuridad, es por eso que Jesús dice que Él es la luz, y que nosotros mismos somos luz del mundo por el mensaje que llevamos dentro y que predicamos. La gracia es la bondad de Dios. La salvación es la voluntad del amor de Dios por nosotros. Jesucristo es el autor y consumador de la fe. Por tanto luchemos ardientemente por esta fe viva cada día para no perder este "tesoro que tenemos en vasos de barro", para que cuando venga el Esposo, halle fe en la tierra, en Su Iglesia, recibiendo luz de lámparas llenas de aceite de Su unción en nuestras almas. Luz del Espíritu en la que Él se refleje y reconozca, como cuando el esposo se mira en los ojos de su amada esposa.

Una vez hemos creído tendremos que llevar nuestra cruz, tanto por mantenernos en la fe como por luchar con el Evangelio por salvar almas, y el diablo se encargará de sembrar la duda. Incansable en su intento por apartar al cristiano de su Camino, trabaja contra nuestras convicciones para trastornar nuestra perseverancia, de lo cual La Biblia nos advierte y prepara diciéndonos: ...Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 8Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 10Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 11A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1Pedro 5.

La fe es el don de Dios que nos mantiene anclados a Él, a pesar de los cambios de ánimo, la ansiedad, las dudas, los razonamientos, y las circunstancias cambiantes de la montaña rusa de la vida. Como decía Pascal tras su conversión a Cristo, "el corazón del hombre tiene sus razones" para creer. Pero la mente no puede discernirlas porque no está hecha para ello, ésta solo puede razonar. Es nuestro espíritu, tantas veces simbolizado en la Biblia por el corazón, el que tiene la capacidad de discernir internamente lo que es y diferenciarlo de lo que no es en el terreno espiritual, sin previo razonamiento. La mente vive considerando las opciones, la información, el conocimiento, los datos, las dudas, y nunca es capaz de anclarse a algo por si sola, ha de haber convicción, y esta es una actitud espiritual, no racional, porque cambia según recibe información que la mente gestiona y razona. Si el hombre puede comprender esto habrá ganado la batalla, porque confiará en Dios y su fe será viva e indestructible. Nuestro espíritu no duda cuando es alimentado por el Espíritu Santo, la mente sí. El campo de batalla es la mente, pero si vivimos por el Espíritu, vencemos en un campo de batalla superior, la región celestial.

Somos demasiado impacientes, aun tras miles de años lo seguimos siendo; ¿no lo es Ud.?. No dejemos nunca de creer en Él aunque estemos pasando por un valle de sombra de muerte, no temeremos mal alguno porque Dios está con nosotros, como nos dice el Salmo 23. Dios es fiel, y obra a nuestro favor, si vamos con Él. Su mano poderosa está en nuestras vidas y Él suple nuestra falta de fe, pero tenemos que confiar en Él, porque Él aumenta nuestra fe y conoce nuestra condición. ...Auméntanos la fe... Lucas 17:5, pedían los apóstoles al Señor, oración que debemos hacer nuestra cada día. La fe surge cuando creemos en el gran mensaje universal del Evangelio del Reino de Dios, y es que es un mensaje demoledor para la mente, ¿quién, como decimos en lenguaje coloquial, en su sano juicio, no querría ir al Reino de Dios por la eternidad?. Ese mensaje da esperanza, y viniendo de Dios, da confianza, porque Dios no miente, no es un político ni un líder de una organización humana, es el Rey del Universo. La fuente de la confianza en Dios es la fidelidad de Dios, la cual nos llena de fe, Efesios 3:12. Oramos a Dios porque confiamos en Él. Como hemos visto, la fe está en nuestro corazón, pero debemos ejercitarla en el Espíritu Santo, para lo cual encontramos una lista de herramientas espirituales que tanto el Apóstol Pablo como el Apóstol Pedro recibieron del Espíritu del Señor.

Pedro nos relata en su segunda carta universal, capítulo uno, versículo cinco y sucesivos: ...Añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento del Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Puede profundizar más sobre los siete dones del Espíritu en el estudio Bíblico sobre la Virtud.

Pablo escribiría: ...Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Gálatas 5:22. ...Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia... 2Timoteo 3:10.

Partiendo de estos Textos Bíblicos podemos estudiar los siguientes ingredientes para alimentar nuestra fe. Poniéndolos en práctica ayudan a tener una fe efectiva y viva si se meditan profundamente. 26 palabras en 7 escalones. Estúdielas con un diccionario, y si puede hágalo en hebreo y en griego Bíblicos:

 

Virtud - Arrepentimiento - Perdón - Gozo - Oración.

Conocimiento - Doctrina - Esperanza - Propósito.

Dominio propio - Obediencia - Conducta - Mansedumbre - Templanza.

Paciencia - Longanimidad - Confianza - Paz.

Piedad - Justicia - Misericordia - Benignidad.

Afecto fraternal - Bondad - Fidelidad.

Amor.

Por lo tanto la fe viva es la fuente de luz que ilumina nuestro espíritu en la vida, en la Iglesia, a la hora de levantar un ministerio, a la hora de predicar el Evangelio, o en la intercesión, la alabanza y la adoración. La fe viva es un motor, una fuerza que no viene de nosotros, sino de Dios pero que nosotros tenemos que alimentar. La fe viva la vemos cuando sentimos que el Espíritu Santo nos inspira cada día en tantas experiencias de las que sin duda todos los hermanos en el mundo podrán dar testimonio. En todos los casos dependemos del Señor, y es en la humildad y en el reconocimiento de nuestra dependencia de Él que perseveraremos, sin movernos ni a derecha ni a izquierda, sino firmes en la fe, hasta Su venida, solo así la fe viva se consolida y se convierte en fe consumada.

 

LA FE CONSUMADA

Jesucristo es el autor y consumador de la fe, Hebreos 12:2, pero la fe es el instrumento que Dios nos da por Su gracia para que podamos rebasar la barrera de la mente humana y sus limitaciones para tener entrada a una relación personal de amistad con Dios para la eternidad. ...Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre sino por mi. Juan 14:6. Fíjese que no dice "nadie va al Padre", sino "nadie VIENE al Padre" porque Jesús está en el Padre y el Padre en Él, Juan 14:10 y 11. Por lo tanto Jesús quiere que seamos sus amigos y amigos del Padre. ¿Y quien no querrá ser amigo de Dios para siempre?.

Muchos son los que en su vida han gozado, gozan y gozarán de Su amistad. El propio Dios dice del patriarca: ...Abraham, mi amigo... Isaías 41:8. Dios llama a Abraham, Su amigo. Los que somos la descendencia espiritual de Abraham, los hijos de la fe, de esa fe que cambió la vida de nuestro antepasado espiritual, el padre de la fe. Hoy la puerta al corazón de Dios está abierta, porque el Velo del Templo se rasgó de arriba abajo cuando Cristo expiró, traspasando el pecado del corazón del hombre, por la obra de Cruz de Cristo. Y es precisamente ésta la clave de la salvación, creer en lo que Dios dice que necesitamos entender para ser amigos suyos, sus hijos, Su plan de salvación, no el nuestro, y vivir con Él todos los días, aquí en la tierra, y en la eternidad cuando regrese Jesucristo.

Hablaríamos de la fe interminablemente, pero es en nuestra vida diaria, y es en la de otros cuando nos veremos confrontados con la realidad y podremos ver los frutos de nuestra relación con Dios. Solo entonces sabremos cómo está nuestra fe y nuestro crecimiento cristiano, solo entonces sabremos si nuestra fe está consumada y es parte de nuestro carácter. Porque, ¿cómo le hablamos de la fe a alguien que acaba de perder a un ser querido, a una madre que ve a su hijo al borde de la muerte en un hospital, a un enfermo terminal, o a un anciano abandonado, a un niño huérfano, o a una viuda joven con hijos en un país pobre. Unos padres con un hijo nacido con una enfermedad grave o parálisis. Un preso, o esclavo o maltratado. Al marginado o simplemente al traicionado por su mejor amigo o hermano, o hermano en la fe. A un padre de familia sin trabajo, o a un empresario que ha quebrado y no puede pagar a sus empleados ni sacar adelante su familia?.

Y tantas circunstancias se me ocurren, que todos en mayor o menor medida hemos experimentado, podemos experimentar, o vemos a otros, familiares, amigos o desconocidos experimentar, situaciones que hacen que se pierda la fe, y Dios lo sabe, pero no se va de nuestro lado, y al igual que vivió Job, todos los que confiamos en Dios seremos bendecidos siempre. Dios nos promete la vida eterna, en bendición, en sanidad, en alegría, en resurrección, con nuestros seres queridos que Le aman, con nuestros hermanos y amigos en la fe y con nuestro mejor amigo, nuestro amado Señor. ...Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Santiago 1:2.

La fuerza para salir adelante en todas estas circunstancias viene de Dios y la fe proviene de Él, sobre todo cuando Le buscamos. Debemos estar ahí cuando nos necesitan, orar, tener fe cuando otros la han perdido, porque también otros la tuvieron cuando nos faltó. La piedad y la esperanza serán compañeras cuando estemos en el desierto o en el valle de sombra de muerte. Pero aunque no veamos luz y no tengamos esperanza en momentos difíciles, no olvidemos la soledad y el abandono que vivió Jesucristo en Getsemani cuando bebió la copa del pecado de la humanidad y desde la Cruz, Su corazón nos amó, aun siendo despreciado: ...Elí, Elí, lama sabactani... "Padre, Padre, ¿porqué me has abandonado?". Miremos pues a Cristo, ejemplo de la fe consumada, recordemos Su pasión en la Cruz por nosotros, por los pecadores, por los que le aborrecieron y además, acompañemos y lloremos con los que lloran y oremos, porque pronto la luz resplandece al final del túnel, Dios nos levanta y saca del valle y nos lleva a lo alto del monte en Su presencia y riamos con los que ríen, y los que ríen con nosotros. Y en aquel día ...he aquí que viene con las nubes, y todo ojo Le verá, y los que Le traspasaron... Apocalipsis 1:7.

La fe consumada también mira a las profecías cumplidas y tiene esperanza en las pocas que están por cumplirse, pues la profecía es una lámpara de la Palabra de Dios que alumbra la fe. Es por ello que cuando recordamos la profecía cumplida en Israel al recibir de nuevo su estado por Naciones Unidas en 1948, conforme a la profecía de Zacarías 12: 2,3 y 6, casi dos mil años después de la destrucción del Templo, "Mateo 24", que nuestro corazón se regocija y nuestra fe es alimentada en gran manera. Y aún más al recordar cómo en su primer jubileo, "Levítico 25:11", se ha celebrado en Jerusalén el concierto en vivo de música Mesiánica de alabanza a Dios por Paul Wilbur, en inglés y hebreo coincidiendo con la fiesta de los Tabernáculos. También fue interpretado y grabado en español por René González. El evento contó con gran participación de Judíos Mesiánicos convertidos al Mesías Yahshua, Zacarías 12:10, a Jesucristo como Señor. Cada año desde entonces se celebra en Tabernáculos el Día de Oración por la Paz de Jerusalén. Ahora vemos en las noticias como las naciones de alrededor de Jerusalén se preparan para rodearla conforme a la última profecía de Zacarías 12: 9 - 14:2 y 14:12 y Apocalipsis 16:16.

La fe consumada nos da una nueva vida para la cual el Señor dice: ...Misericordia quiero y no sacrificio... Mateo 12:7. Cristo habita en nosotros por la fe, Efesios 3:17, y la fe es nuestro escudo, Efesios. 6:16. Así que combatamos pues por la fe del Evangelio, Filipenses 1:27. Porque la justicia de Dios es por la fe, Filipenses 3:9. Santiago aclara bien la diferencia entre la fe sin obras y la fe con obras. Puede estudiarlo en el estudio Bíblico: Obras de la Fe. Y por último, y no menos importante, no podemos olvidar otro fruto que da la fe en Jesucristo, me refiero a la unidad de la Iglesia, la cual solo es posible por la fe en que quien la gobierna es Jesucristo, única cabeza espiritual de Su Cuerpo y único Sumo Sacerdote. Nuestra relación personal y como congregación con el Espíritu Santo, en alabanza, en buenas obras, y en la Gran Comisión une a la Iglesia en todo el mundo, a la espera de Su venida para establecer Su Reino, así que oremos fervientemente para que el Señor aumente nuestra fe, porque es evidente, viendo la cristiandad, que nos falta mucha fe a todos, siguiendo la exhortación de Efesios 4:13.

 

12 TEXTOS BÍBLICOS ESCOGIDOS SOBRE LA FE EN DIOS

GÉNESIS 15 SOBRE ABRAHAM

...Luego vino a él palabra de Yahweh, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Yahweh, y le fue contado por justicia. 7Y le dijo: Yo soy Yahweh, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.

ÉXODO 4

...31Y el pueblo creyó; y oyendo que Yahweh había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

JUAN 10

...Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30Yo y el Padre uno somos.

JUAN 20

...Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

Romanos 3

...Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado... ...27¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

2CORINTIOS 4

...Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, "Salmo 116:10" nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.

1TESALONICENSES 1

...Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, 3acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

1TIMOTEO 4

...Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. 4Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; 5porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

HEBREOS 6

...Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.

1PEDRO 1. ESTE TEXTO ENGLOBA TODO EL MENSAJE.

...3Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. 6En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

1Juan 5

...1Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 2En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 3Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?.

APOCALIPSIS 14

...Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. 13Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

 

Conclusión

Si es Dios quien escoge, si es Dios quien llama y nos atrae a través de Su presencia y nos da el don de la fe, y si es Dios quien nos mantiene en el Camino con Su Espíritu, y quien nos salva en Su Hijo, debemos darle a Él toda la gloria y la honra por habernos amado antes de que Le amásemos a Él, cuando estábamos en nuestros pecados. Porque ...En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 11Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 12Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.1Juan 4:10.

Doloroso es ver cómo algunos hermanos pierden la fe extraviándose como creyentes porque no han luchado por ella, cegados por la codicia de los deleites del mundo, por la carne, y el diablo intentará todas las formas de tentación, como relata 1Timoteo 6:10-12. Pero el que ora y lucha es librado de todas ellas: ...resistid al diablo y huirá de vosotros... Santiago 4:7 como también dice 1Pedro 5:9, por lo cual la fe es nuestra arma contra el diablo, arma eficaz que proviene de Dios. Luchemos por mantener la fe propia y oremos para que otros la reciban y el Señor estará constantemente a nuestro lado proveyendo en nuestra debilidad. En resumen:

La fe que salva: La fe en Dios, el nuevo nacimiento por la fe es el momento de recibir la salvación creyendo con total convicción que somos pecadores necesitados de ser salvados por Dios a través del Evangelio del Reino de Dios, la obra del Hijo de Dios en la Cruz para resurrección y vida eterna.

La fe viva: por la que vivimos los discípulos de Cristo, una fe que debe ser alimentada, por oración, ayuno, lectura diaria y estudio de la Biblia, edificación personal en una estrecha relación con el Espíritu Santo, nuestro amigo fiel. Una fe que, trabajada, debe producir frutos del Espíritu en predicación, forma de vivir, forma de pensar y en buenas obras de piedad y misericordia por caridad, el amor de Dios. 2Corintios 13:5 nos enseña que uno mismo es consciente de como está viviendo ante los ojos de Dios, y nuestra conciencia nos da testimonio en el Espíritu Santo, como también leemos en Romanos 9:1.

La fe consumada: La fe que se funde con el amor de Dios, la fe que se convierte en una manera de vivir, no confiando en lo que vemos sino en lo que no vemos. Esa fe es la que nos lleva de la mano de Jesús cada día y una vez partimos de este mundo, bien por la muerte, bien en el arrebatamiento cuando el Señor venga, seremos resucitados o transformados para vida eterna recibiendo la recompensa, el fin de nuestra fe, que es la salvación de nuestras almas, habiendo peleado la buena batalla. 1Pedro 1:9 y 2Timoteo 4:7.

La revelación espiritual sobre la fe en Dios es que sea una fe constante. Si bien la fe que salva nos la concede Dios, debemos trabajar a diario con esa fe para que sea una fe viva, esa es nuestra responsabilidad y fidelidad a Dios, porque Dios es fiel y nos sustenta en nuestra debilidad. Si luchamos por la fe, se convierte en fe consumada, en parte de nosotros, para que quede impresa en nuestra alma y se haga una convicción, que pase a ser, a pesar de todo lo que tengamos por delante, nuestra confianza en Dios.

La despedida es de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos: ...Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, 27al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.

La fe en Jesucristo es el regalo de Dios por el que debemos luchar con todas nuestras fuerzas para no perderlo. Jesucristo mismo oró por nosotros para que creyéramos en Él y perseverásemos en la fe y en la obra, Juan17. Obedezcamos pues a la fe. Pero nos queda una pregunta que respondernos a nosotros mismos y como Iglesia en Lucas 18:8b con la que me despido: ...Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?...

 

 

  • Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y llamárase su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Profecía de Isaías 9:6.


  • Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi. Palabras de Jesucristo. Evangelio de Juan 14:6.
  • Ud. quiere conocer a Dios, pero sabe que el camino no es por las religiones, ni por las sectas, ni por la sociedad. El mundo, sin Dios, ha fracasado. ...Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son... Juan 17:9. Oración de Jesús.


  • Si de verdad busca Ud. a Dios, comience hoy una nueva vida, de la verdadera mano de Dios. El Evangelio es el mensaje para todas las naciones, sin importar la raza, la procedencia ni la cultura. Dios es el Salvador de aquellas personas que le abren su corazón y se arrepienten de vivir sin El.


  • ...Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1Corintios 15:58.

  © Copyright. Todos los derechos reservados.  Desde Jesucristo.net  se autoriza la utilización de estos textos, previa petición, sin que se altere el contenido y citando su procedencia.