JONÁS
EN
NÍNIVE
"EL QUE A VOSOTROS
RECIBE, A MI ME RECIBE"
El libro de Jonás es corto pero está lleno de alegoría espiritual sobre la labor
que a veces los hijos de Dios no queremos hacer, porque no nos gusta anunciar la
maldición de Dios bajo la que se encuentran las personas, y de la cual Dios quiere que
salgan por el arrepentimiento, al anunciarles el mensaje de salvación y la libertad, y
de la maldición que les sobrevendrá al rechazar el mensaje de Dios. Pero hay algunos que
como Jonás, no tienen misericordia de los que se arrepienten.
JONÁS: CAPÍTULO 1
1Vino palabra de Yahweh a Jonás, hijo de
Amitai, diciendo:
2Levántate y ve a
Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de
mí.
3Y Jonás se levantó para huir de la presencia de
Yahweh a
Tarsis, y descendió a
Jope, y halló una nave que partía para
Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para
irse con ellos a
Tarsis, lejos de la presencia de Yahweh.
Jonás se marcha a Tarsis que el lugar más opuesto a Nínive, representando esta
actitud la desobediencia voluntaria a Dios no queriendo anunciar la profecía a un
pueblo "o a una sola alma" donde Dios sabe que tiene gente suya. Los
ninivitas
son las personas que nos rodean cada día en nuestras vidas y a las que no anunciamos el
Evangelio, y que se encuentran en pecado, o sea apartados de Dios. ¡Qué curioso! que
prefiera este hombre de Dios embarcarse en una nave, o sea en su proyecto de vida social, y
no quiera hablar a sus vecinos, a los que les hemos de anunciar la ira de Dios, con la
esperanza de que si cambian sus vidas y conocen a Dios les vendrá Su bendición y el
nuevo nacimiento del Espíritu, para obtener la Salvación, que es conocer a Jesucristo y
vivir con Él, cada día.
4Pero hizo Yahweh levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad
tan grande que se pensó que se partía la nave.
15... Y los marineros tomaron a Jonás, y
lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor.
16Y temieron aquellos
hombres a Yahweh con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Yahweh, e
hicieron votos.
17... Pero Yahweh tenía preparado un
gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres
noches.
Una vez el hombre de Dios ha decidido seguir su vida y no obedece lo que podemos
llamar su labor como hijo de Dios, el Señor levanta un gran viento en el mar; levanta una
potestad del mundo en contra de Jonás ...y hubo una gran tempestad... que es la disciplina
del Señor en dificultades en el trabajo y en la familia y con los hermanos ...y se
pensaba que se partía la nave...; el mundo parece que se hunde para aquellos que se
encuentran luchando contra Dios, cuando se les desmorona su plan, o sea, su nave, sobre la
que navegan. ...Y lo echaron al mar... sus compañeros del mundo, que ahora lo aborrecen en las
cosas del mundo, por ejemplo, como compañeros de trabajo, y le desechan y se ve en
la sociedad abandonado, por los del mundo y por los del Señor. Entonces Dios tenía un
pez preparado para que tragase a Jonás durante tres días y tres noches; situación
espiritual de muerte en la que se encuentra un alma de Dios cuando le conoce pero le ha
desatendido. Pero en Su misericordia, El Señor, le prepara una circunstancia de un tiempo
"tres días y tres noches" que pueden ser cualquier cantidad de tiempo que
podamos tardar en ver nuestro error, que representa la noche, y la luz y nuestro
arrepentimiento como el día.
CAPÍTULO 2
1Entonces oró Jonás a
Yahweh su Dios desde el vientre del pez,
2y dijo: Invoqué
en mi angustia a Yahweh, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste...
10...La salvación es de
Yahweh. Y mandó Yahweh al pez, y vomitó a Jonás en tierra.
Ahora es cuando el alma del que es de Dios se ve en la soledad y llama a su Señor
porque ve que ha errado y sabe que Dios le perdonará, y que de Él es la salvación.
Ahora Dios le pone otra vez en el camino para que sea su discípulo, le acoge con su
misericordia y le da otra oportunidad.
CAPÍTULO 3
1Vino palabra de Yahweh por segunda vez a Jonás, diciendo:
2Levántate y vé a
Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.
3Y se levantó
Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Yahweh. Y era Nínive ciudad grande en
extremo, de tres días de camino.
4Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad camino de un
día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.
Ahora Jonás, cualquier hombre de Dios, está en disposición de recibir revelación de
Dios para ser usado por Él en la obra espiritual. El hombre se levanta ungido por Dios y
lleno de fe tras orar a Dios y empieza a anunciar el Evangelio de Dios ...Conforme
al mensaje que Yo te daré... Cuando el hombre de Dios ya está predicando,
es el Espíritu Santo el que da la palabra de Dios al hombre en ese momento, justo las
cosas necesarias que los oyentes necesitan oír, además del mensaje de Dios. La ciudad
era grande como de tres días: Este es el tiempo que el alma del que es predicado necesita
para convertirse, y es posible que tardes mas de un día en conseguir que alguien se
entregue a Dios y reciba a Cristo. Así que Jonás comienza a entrar en la ciudad:
Comienza a predicar con paciencia y a la espera de que Dios ponga fe en el alma del
oyente. Nínive será destruida: Arrepiéntete porque estás desprotegido de la cobertura
de Dios.
5Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de
cilicio desde el mayor hasta el menos de ellos.
6Y llegó la noticia hasta el rey de
Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y
se sentó sobre ceniza.
7E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y
de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no
se les dé alimento, ni beban agua;
8sino cúbranse de cilicio hombres y animales y clamen
a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus
manos.
9¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartaré del ardor
de su ira, y no pereceremos?
10Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal
camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
Qué precioso relato de la misericordia de nuestro Dios y Señor. Los de Nínive se
arrepienten y creen a Dios; no dice que creyeran a Jonás sino a Dios, porque sus palabras
son las de Dios; así nosotros cuando anunciamos al evangelio, dice Jesús que si creen a
nuestra palabra, creen la suya. Proclaman ayuno y se sienten indignos de Dios,
"cilicio" la carga del pecado confesado ante Dios. El rey de Nínive, nuestro
yo, reconoce el mensaje de Dios y se va de su trono para que reine Cristo en su alma. La
esperanza de que Dios se arrepentiría todos la tenemos dentro porque sabemos
instintivamente que El es grande en misericordia. Y Dios perdona.
CAPÍTULO 4
1Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.
2Y oró a Yahweh y dijo:
Ahora, oh Yahweh, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me
apresuré a huir a
Tarsis; porque sabía yo que tu eres Dios clemente y piadoso, tardo en
enojarte y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
3Ahora pues, oh Yahweh,
te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
Esta reacción es la de un Jonás cualquiera, de un hombre de Dios cualquiera, que se
considera justo o apartado de las obras malas del mundo, en las cuales "los
ninivitas", sus vecinos en la ciudad, si participan. Este aun no ha llegado a la
altura de Cristo en cuanto a la misericordia, porque éste Jonás, que podemos ser
cualquiera de nosotros antes de conocer a Cristo, también éramos esclavos del pecado.
Realmente se obstina el hombre de Dios ante la inmundicia del hombre "mundano".
4Y Yahweh le dijo: ¿Haces tu bien en enojarte tanto?
5Y salió Yahweh de la ciudad,
y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver que
acontecería en la ciudad.
6Y preparó Yahweh Dios una calabacera, la cual creció sobre
Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se
alegró grandemente por la calabacera.
7Pero al venir el alba del día siguiente, Dios
preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó.
8Y aconteció que al salir el
sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se
desmayaba, y deseaba la muerte. diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.
9Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho
me enojo, hasta la muerte.
10Y dijo Yahweh: Tuviste tu lastima de la calabacera, en la cual
no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio
de otra noche preció.
11¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay
más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano
izquierda, y muchos animales?
El Señor llama a Jonás soberbio por su mucho enojo, y se va fuera de la ciudad, lejos
del que ha creído en Dios, volviéndose a su vida "la enramada" y observando si
Dios aún va a destruir a esas personas que eran pecadores "Nínive". Y preparó
Dios una calabacera; alegoría de las obras de Jonás como hombre justo, en las que Dios
le ha puesto en su vida, y sobre las que Jonás se justifica. Pero Dios dice que se
edificó en una noche y en otra se murió por "el gusano", la creencia de que
porque el es de Dios ya los demás no pueden ser bendecidos por Dios, si no son miembros
de su iglesia o religión, porque antes eran pecadores, y se seca su cobertura, como la
higuera que maldijo Cristo porque no había frutos del Espíritu, sino soberbia en
Jerusalén, cuando Él llegó.
Por lo tanto el hombre de Dios no debe regocijarse en las obras, pues es Dios el que
nos pone en ellas, y debemos tener misericordia de los que se arrepienten por muy mal que
fuesen en la vida. aunque no sigan nuestros pasos, porque el crecimiento lo da Dios. Lo
que si hay que hacer es orar por ellos.
Alabemos a Dios que nos enseña en este libro como Él tiene piedad del hombre, aunque
como dice aquí en Jonás 4-11, las personas no saben discernir entre su mano derecha y la
izquierda, no distinguen el bien y el mal según Dios, porque sabe Dios que no traemos el
Espíritu Santo en nosotros, pero tiene paciencia hasta que clamemos a Él. ¿Amén?
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