JESUCRISTO   LA RESURRECCIÓN VIENE. HE AQUÍ QUE VIENE CON LAS NUBES Y TODO OJO LE VERÁ, Y LOS QUE LE TRASPASARON. Apocalipsis 1:7.

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LOS MANDAMIENTOS DE JESUCRISTO

LA LEY DE LA LIBERTAD Y MANUAL DE VIDA DEL ESPÍRITU DE LA LEY DE DIOS

© Carlos Padilla, Julio 2009

 

En la búsqueda del camino de la Verdad, en cuanto al modo moral, ético y espiritual de vida, tanto Cristianos como otras personas que se acercan al Señor preguntan con frecuencia ¿cuál debe ser el código de conducta del Cristiano y del Cristianismo, ya que la Biblia expone la Ley de Moisés y el Evangelio de Jesucristo?. Además juzgan o han juzgado ya a las distintas iglesias y a líderes Cristianos, y dudan sobre cuales deben ser los mandamientos o leyes morales que deben guiar el modo de vida ante Dios, una vez se conoce a Jesucristo y se le ha recibido como salvador.

El Señor ya nos recomienda en la Biblia que, además de la sana doctrina, sepamos ver quienes son Su pueblo que le sigue: ...por sus frutos los conoceréis... Mateo 7:16 y ...si tuvieses amor los unos por los otros, todos conocerán que sois mis discípulos... Juan 13:35, esa es la Iglesia del Señor. Si hay divisiones, disensiones y cualquier otro tipo de escándalo, aquellos que han sido llamados por Dios, al acercarse y encontrar este tipo de comportamientos, son espantados del Camino. Algunos preguntan también si han de cumplir solo los Diez Mandamientos o toda la Ley de Dios. Como siempre veamos qué dice la Biblia y su interpretación:

El fin de la Ley es Cristo. Con esta afirmación de la Biblia en Romanos 10:4, inicio una mirada profunda al fin de la Ley, no el fin entendido como final, sino como objetivo para nuestros corazones espiritualmente; cuando el hombre conoce al Señor es cuando la Ley puede asimilarse en su profundidad, porque ella es la que nos muestra que nuestra naturaleza está caída, como es evidente en nuestra civilización, y necesita de la salvación de Dios. Pero una vez Jesucristo mora en nuestra alma por el Espíritu, somos liberados para vivir en la libertad del Espíritu, sirviendo al Señor y al prójimo. El fin, la esencia y el cumplimiento de la Ley es el amor de Dios, Romanos 13:10, porque "la misericordia triunfa sobre el juicio, y juicio sin misericordia se hará con aquél que no tuviere misericordia". Santiago 2:13.

El Cristianismo va más allá de la Ley mosaica, y su fin es más excelente porque empieza en Jesucristo mismo, Quien cumple la Ley y nos lleva al nivel superior del Espíritu, el Ruach HaKodesh. Los aquí llamados Mandamientos de Jesucristo, no son un código de una nueva Ley, no es este el objetivo y quiero aclararlo desde el comienzo porque estamos advertidos por el Señor de no poner sobre nuestros hombros cargas mayores que ningún hombre pueda llevar, ni es mi intención, y es que cuando el Cristiano es llevado a "la estatura de la plenitud de Cristo" Efesios 4:13, en cuanto al conocimiento de Dios y de Su amor eterno, conoce un nuevo modo de vida que ya no es por cumplir, sino por ser, y por ser receptores y dadores de ese amor de Dios en nuestro corazón. Este es el enfoque de esta exposición de conducta, para que sirva de guía y orientación para vivir en Cristo. Por lo tanto no deben ser interpretados estos "Mandamientos de Jesucristo" como puerta o camino de salvación, pues la Puerta y el Camino es Jesucristo mismo quien los abre para nosotros en la Cruz del Calvario.

...Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22.

El Cristiano verdadero es, además de una nueva persona transformada de corazón por el amor de Dios, una nueva persona que sigue a Jesucristo por donde quiera que va. No en una vida de liturgia, de mandamientos de hombres, de tradiciones, sino del amor de Cristo, de afecto fraternal, del cumplimiento de los mandamientos del Maestro, de Jesucristo quien conoce a la perfección los 613 mandamientos y ordenanzas de la Torah en el Tanach o Antiguo Testamento y nos enseña lo que realmente busca de nosotros: hacernos como Él es, a Su imagen y semejanza espiritualmente.

La palabra Torá, en hebreo "Torah", no significa ley sino enseñanza o instrucción. De este modo el pueblo de Israel cuando recibió en Sinaí la Ley, no lo entendieron como una lista de prohibiciones y permisiones solamente, sino como un manual de vida delante de Dios, aunque en efecto era un manual por el que Dios los llevaría a mostrarles que finalmente dependerían de Su misericordia porque no podrían ser perfectos, y dependerían de los sacrificios de los sacerdotes. Como así nos lo enseña Jesús cuando habla de aquel hombre que no atreviéndose a levantar la cabeza, oraba: Dios, se propicio a mi, pecador. Aquél fue a su casa en paz con el Señor, mientras el otro se gloriaba de sus limosnas y ayunos. Lucas 8:13.

Como por el manual de enseñanza de la Torá hemos aprendido nuestra imperfección, Jesucristo llevó a la Cruz y en Su carne nuestro pecado para que por la fe en Él, y viendo que nos ha amado tanto que ha dado Su vida por nosotros, la novia, no cualquier vida humana, sino la vida divina del Hijo de Dios, eterno, nuestro corazón cambiaría para siempre, naciendo de nuevo, por Su acto de amor tan insondable. Son pues los Mandamientos de Jesucristo el manual de vida, la guía de comportamiento de un Cristiano que busca la verdad y el amor de Dios porque ha nacido de nuevo. Al respecto nos habla Jesús: ...Si me amáis, guardad mis mandamientos... Juan 14:15.

Esta guía es una ayuda para el Cristiano, la cual verá confirmada en Su vida por el Espíritu Santo que nos enseña y nos lleva a toda la verdad, porque una vez salvos, viviremos dando frutos del Espíritu, porque la fe sin obras es muerta en sí misma como nos enseña Santiago 2. No voy a dar una lista, ni "la" lista, definitiva ni perfecta, ni mucho menos, lo que expondré es una recopilación de la enseñanza del Maestro del Espíritu, Jesucristo, en Su Palabra, que nos llega a través de la mente de Cristo en nosotros, 1Coríntios 2:16, y que quien se encarga de confirmarla y enseñarla es nuestro fiel Ayudador, El Espíritu Santo de Dios, nuestro compañero, maestro, consolador y guía de viaje, el "Paracletos", Él es nuestra garantía. ¡Confiemos en Él!.

Jesucristo, nuestro esposo espiritual, teniendo y dándonos las arras del Espíritu, para ir a las bodas del Cordero, se nos ofrece como novio y príncipe que ha firmado el pacto matrimonial y acta de validez de boda con Su sangre, porque la Ley también tenía para con Dios un significado de pacto, el antiguo pacto, y era un pacto matrimonial entre Él e Israel. Ahora bajo el nuevo régimen del Espíritu, habiendo dejado de estar bajo el antiguo de la letra, podemos venir sin temor a la presencia de Dios, cubiertos con la Sangre de Jesucristo que nos limpia de pecado. El único pecado que no es perdonado es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Por lo demás al arrepentirnos nos hace vestirnos de lino fino, blanco y resplandeciente que son las acciones justas de los santos. Apocalipsis 19 sobre las bodas del Cordero.

Por esas acciones justas, el Cristiano, como oveja del Pastor que es Nuestro Señor es apartado a la derecha para ser llamado entre los "benditos de mi Padre" Mateo 25:34, porque dimos de comer al hambriento, de beber al sediento, cubrimos al desnudo, y visitamos al enfermo y al preso, porque el Señor se manifiesta en todos los que padecen necesidad, en los despreciados, en los aborrecidos y marginados de la sociedad, está junto a los humildes. Así hagamos y cumplamos el mandamiento de las buenas obras, las cuales serán una prueba de que caminamos en la fe de Cristo, así como predicamos el Evangelio para salvación.

El mayor de todos los mandamientos es el amor, el amor de Dios, para amar a Dios y a nuestro prójimo, enseñado por Dios en la Ley, por los profetas, por Jesucristo, y por los apóstoles, y enseñado y practicado por la Iglesia, por los que vivimos. Así que hermanos, amémonos, porque el amor es de Dios, el que no cumple este mandamiento, no cumple ninguno y permanece en muerte.

Mandamiento de Pablo en Hebreos 13:1: ...permanezca el amor fraternal...

Mandamiento de Pedro: 1P 4:8: ...tened entre vosotros ferviente amor...

Mandamiento de Juan: 1J: ...amémonos,... porque el amor es de Dios...

Mandamiento de Judas 21: ...conservaos en el amor de Dios...

Jesucristo nos enseña en Su Palabra una visión mayor de la Ley de la que el hombre es capaz de albergar en su corazón, me refiero al hombre de buena voluntad, al hombre temeroso de Dios, hombre o mujer, por ejemplo cuando nos enseña a amar a nuestros enemigos, Mateo 5:43, o a saludar, no solo a nuestros hermanos: ...Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Mateo 5:47. o a considerar adulterio codiciar a otra mujer en el corazón sin necesidad de consumarlo.

Esta enseñanza cuando es revelada por Dios al espíritu del hombre le lleva espiritualmente a pasar del campo de la letra al que da frutos del Espíritu; esos frutos que proceden del que ha nacido de nuevo y que tiene una relación personal con el Espíritu Santo, Aquel que Jesucristo nos prometió que nos enviaría para que fuese nuestro consolador y maestro que nos llevaría a toda la verdad y que cayó sobre 120 hermanos en el primer Pentecostés tras la ascensión de Jesús a la diestra del Padre.

Sin embargo, los simples, aquellos que aunque religiosos exteriormente son enemigos de Dios y de Su Iglesia, aquellos mismos que tragan el camello y cuelan el mosquito, utilizan esta aparente contradicción a los ojos de la mente que se queda únicamente en lo racional, para argumentar que no se corresponde una enseñanza con la otra, no entienden que la Ley de Dios es espiritual y va más allá del cumplimiento de los mandamientos per se. Es como aquellos que aborrecen toda forma de iglesia, aun siendo cristianos, sin formar parte de ninguna, porque no han estudiado a este respecto la Biblia ni la Historia de la Iglesia; o niegan la doctrina de la Trinidad, porque así se lo han enseñado, sin estudiarla en profundidad, o aquellos que porque no pueden comprender la profundidad de Dios, concluyen que dicha doctrina no puede ser aceptada, y olvidan que hay tantas otras, como la eternidad, la resurrección, etc., que el hombre natural solo puede ver a un pequeño nivel, lo cual cambia en el hombre discípulo de Jesucristo.

Del mismo modo que Jesucristo cumple en sí mismo toda la Ley sacrificial y sacerdotal de la Torá, también se constituye Maestro del Espíritu, un maestro único e insustituible y Quien además Es la Palabra o el Verbo de Dios, por lo cual Su enseñanza, que Él ha experimentado en Su propio Ser desde antes de la fundación del mundo, la cual aquí estudiaremos, se convierte en la interpretación final y definitiva de la voluntad de Dios para el hombre salvo mientras está en la tierra.

En cuanto al significado de la Ley de Dios dada una vez a Moisés para la salvación de aquellos que la cumplieran en todos y cada uno de sus mandamientos y ordenanzas, fue necesario que Dios nos salvase porque nosotros no podíamos salvarnos por nuestro cumplimiento de Su Ley, porque la carne no puede someterse a ella; es por esto que Dios nos ofrece la salvación por la fe en la Cruz de Cristo, una vez cumplido el Sacrificio Expiatorio del Cordero de Dios, que cumple la Ley por nosotros y tiene en cuenta a aquellos que fueron santos y se esforzaron sin vanagloriarse reconociéndose pecadores en tiempos de Antiguo Testamento.

La mejor prueba Bíblica del significado real, profundo y espiritual de la enseñanza del Maestro son las famosas Parábolas de Jesucristo. En ellas podemos aprender muchas de Sus enseñanzas. El Señor nos cuenta en los Evangelios sobre la fe como un grano de mostaza, por lo pequeña de la semilla y lo grande de que se hace, o la enseñanza de echar la red a la derecha de la barca, en alusión al poder de Dios sobre el que debemos confiar al predicar en la iglesia o al prójimo, porque es Dios quien hace la obra, y Su Palabra, Cristo, es la que transforma el corazón del hombre caído en salvo, para la eternidad. De obligada referencia es la historia del Antiguo Testamento sobre la vida de Job, que somos todos y cada uno de nosotros.

En el Antiguo Testamento tenemos varias parábolas de gran enseñanza, como la que refirió el profeta Natán a David cuando tomó a la mujer de Urías heteo, hablándole de los dos hombres, uno rico y otro pobre. El rico tomó la única corderita que tenía el pobre, por lo que David se enojó y Natán le mostró como había obrado mal David pecando contra Dios, por lo que mataría al hijo de su adulterio. 2Samuel 12. Además podemos leer de la parábola de la viña, sobre Israel, en Isaías 5, o la parábola del cinto podrido de Jeremías 13 sobre la soberbia de Israel, que se puede aplicar también a muchos cristianos y a iglesias enteras, que creen tener en exclusiva a Jesucristo y que su interpretación, historia, jerarquía y tradiciones son las únicas que valen ante Dios, pero Dios les levantará las faldas y se les verán las inmundicias, como el cinto podrido. O la parábola de las águilas y la vid de Ezequiel 17.

Volviendo al Nuevo Testamento, seguimos con parábolas más famosas: ¿Quién construirá su vida sobre la arena, "los argumentos del mundo" y no la verá caer, en lugar de hacerlo sobre la Roca de la fe en Cristo y La Palabra de Dios?. Cómo olvidar al hijo pródigo, cualquiera de nosotros que se arrepiente y viene a los brazos del Padre; y qué me dicen de la higuera estéril en alusión a Israel que no recibe al Mesías en Jerusalén; o la parábola del rico y Lázaro, o las ovejas y los cabritos, o la impactante parábola las diez vírgenes y el aceite de sus lámparas, que es la unción del Espíritu Santo en nuestras almas, para tener el combustible santo que prenda la llama del fuego del Espíritu para dar luz al mundo, hasta que Él regrese y nos lleve con Él. Y sin aceite no hay bautismo de fuego, el cual nos da el Señor una vez tenemos el aceite por la presión de las aceitunas, nuestras almas en intercesión por los demás, poniendo nuestras vidas por Jesucristo y por la Iglesia, tomando nuestra cruz -1Juan 3:16- y llevando el yugo de Cristo -Gálatas 6:2- y en el sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan Su nombre -Hebreos 13:15- para la gloria de Dios.

 

LEY DE DIOS - LEY DE CRISTO

En el primer Concilio de Jerusalén narrado en Hechos de Los Apóstoles 15 se discutió sobre los mandamientos que habrían de observar los Gentiles, a diferencia de los Judíos, pero el resultado ha sido de una pequeña relación de cuatro observancias que pronto el Espíritu Santo se encargaría de enriquecer y ampliar, como no podría ser de otro modo, manteniendo el resultado del primer concilio y perfeccionándolo en la Historia de la Iglesia. El espíritu de la Ley de Dios era enfocado al yo, y a ese yo para acercarnos a Dios. El Espíritu de los Mandamientos de Jesucristo está enfocado a los demás, porque Él ya nos ha constituido templos del Dios Eterno, donde mora Jesucristo por el Espíritu Santo, por lo tanto nuestra vida pasa del "yo buscando a Dios", al "traigo a Dios a ellos para que ellos sean para Dios".

La Ley de Dios no es otra Ley distinta a la Ley de Cristo, ni viceversa. La Ley de Dios es el comienzo; la Ley de Cristo es el fin. La Ley de Cristo es el cumplimiento espiritual y en toda su profundidad y perfección de la Ley de Dios. El Hijo honra al Padre. El hombre es pues llevado del estado de "alma viviente" al de "espíritu vivificante".

La Ley de Cristo es: ...sobrellevad los unos las cargas de los otros... según nos enseña Pablo en su carta a los Gálatas: 6:2 lo cual procede de ...ama a tu prójimo como a ti mismo... Levítico 19:18 y esto a su vez procede de: ...ama a Dios con todo tu corazón... Deuteronomio 6:5. Tener un mandamiento que nos diga que amemos a Dios, denota lo lejos que está el hombre natural del Señor cuando Le tiene Dios que dar esta Palabra, porque un hijo de Dios ama a Su Padre y no necesita el mandamiento que se lo ordene, nos sale del alma. Del mismo modo que amamos, humanamente, a nuestros seres queridos, amamos a Dios con el corazón porque Él nos amó primero, y Su amor es irresistible, como ya enseñaban Agustín o Calvino.

La lista de lo que podríamos llamar los Mandamientos de Jesucristo, se convierte en nosotros en modo de vida en el Espíritu, y es más que una ley, es la nueva relación con Dios, la forma de tratar al prójimo y de seguir a Dios, para que cuando por el enemigo nos tiente en la carne que todavía llevamos, oremos al Señor en el Espíritu y tengamos referencias de Su Palabra.

Jesucristo es específico conforme la Ley y su permanencia en Mateo 5:17 al 20 cuando dice: ...No penséis que he venido a abrogar la ley o los profetas; no he venido a abrogar, sino a cumplir... ...Porque de cierto os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Siguiendo esta aclaración el Señor nos enseña una serie de Mandamientos de la nueva vida Cristiana:

Haced esto en memoria de mí... Lucas 22:19, sobre la Santa Cena. Este quería que fuese el mandamiento que diera inicio a esta lista, para el que está en Cristo, hasta que Él venga.

El primer mandamiento, no obstante por importancia es éste: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno Es. Y amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:34-40. Marcos 12:29-31. Israel y la Iglesia están llamados por el mismo mandamiento, y el hombre en general.

Arrepentíos, "cambiad vuestra mente, vuestro modo de pensar, por la mente de Cristo" Marcos 4:17.

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás;... ...pero yo os digo que cualquiera que se enoja contra su hermano, será culpable de juicio. Mateo 5:21-26.

Oísteis que fue dicho: no cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Mateo 5:27. Aplíquese también a las mujeres para con los hombres, naturalmente.

Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. Mateo 5:31.

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juraréis... ...sea vuestro hablar: Sí, si; no, no. Mateo 5:37. Es una buena lista, esta que encontramos en el Evangelio: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres Marcos 11:21

Oísteis que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado no se lo rehúses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seréis hijos de vuestra Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos... Mateo 5:38 al 48.

Sed sal, sed luz. Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición... Mateo 7:13. Dad limosna sin que os vean; no se note que ayunáis; orad Padre nuestro...; haceos tesoros en el cielo; no estéis afanosos; no juzguéis; pedid y se os dará, buscad y hallaréis... ...Vivid bajo la Regla de Oro de Lucas 11:9-13. Guardaos de los falsos profetas, por sus frutos los conoceréis, Marcos 7:15. No temáis a los que matan la carne. Dad a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios, Marcos 12:17.

El que no aborrece padre, madre, esposa, hijos por causa de mi, no puede ser mi discípulo. Hay que aprender la diferencia entre aborrecer a la persona y el sentido al que el Señor se refiere que es todo aquello que nos traigan que sea contrario al Señor: enseñanza, tradiciones, idolatrías, vida mundana. Y seguimos: Venid a mi y descansad. Echad la red a la derecha de la barca. Perdona a tu hermano 70 veces 7. Dejad que los niños se acerquen a mi y no se lo impidáis. Sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos, Marcos 6:11.

Toma tu cruz y sígueme, Marcos 8:34. Llevad mi yugo sobre vosotros. Amad a vuestros enemigos; apacienta mis ovejas. Sobre Mateo 10: Predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos; resucitad muertos; echad fuera demonios, de gracia recibisteis, dad de gracia. Amaos los unos a los otros, como yo os amo. No temas, cree solamente, Marcos 5:36. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz. El que quiera hacerse grande entre vosotros, sea vuestro servidor, Marcos 11:43. Mirad que nadie os engañe. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 24, 25 y 26. Y como no Mateo 28 en la famosa Gran Comisión: ...Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos... ...y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amén.

 

TEXTOS BÍBLICOS

...Yahweh vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, y vino de entre diez millares de santos, con la ley de fuego a su mano derecha. Deuteronomio 33:2.

...Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1:8.

...Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata. Salmo 119:72.

...Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén. 2Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Yahweh como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Yahweh, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahweh. 4Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Isaías 2.

...¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, 2para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! 3¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria? 4Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. Isaías 10:1.

...Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. 8Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos. Isaías 57:1.

...Porque yo Yahweh no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Yahweh de los ejércitos. Malaquías 3:7.

...Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? 12Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7.

...Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. 35Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22.

Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 29Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. Lucas 10.

...Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. 29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. Romanos 3.

Es importante comentar aquí, que las obras a las que Pablo se está refiriendo en este texto son las obras del cumplimiento de la Ley mosaica, no a las buenas obras, sin las cuales la fe está muerta, como leemos en Santiago 2. Comento esto porque hay muchas discusiones entre Católicos y Protestantes que no disciernen este aspecto. Unos defienden la salvación por buenas obras, y otros defienden la salvación por la fe. La fe que Dios no da produce buenas obras, por lo tanto el Cristiano debe vivir en las buenas obras, las cuales, como dice Pablo, el Señor preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Por lo tanto los Católicos deben saber que la salvación no se obtiene por hacer buenas obras, sino por la obra de Cristo en la Cruz, y los Protestantes deben tener claro que si no hacen buenas obras pudiéndolas hacer una vez han recibido la fe, ésta queda muerta.

Así pues, tanto Católicos como Protestantes y todos los Cristianos, debemos saber que somos salvos por la fe en la obra de la Cruz de Cristo, sin la cual nadie se podría salvar por muchas buenas obras que hiciese, y para los Judíos saber que al hombre le es imposible cumplir los 613 mandamientos, y que es por la fe en el Mesías Hijo de Dios. Las buenas obras son las que emanan del corazón, por amor y compasión no por justificación. Cuando hagamos buenas obras, pongámonos en el lugar del que la recibe, oremos por ellos, y el Señor estará a nuestro lado siempre, por la fe, porque el justo vivirá por la fe.

...Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7.

...Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Romanos 8.

...Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Gálatas 3.

...Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Gálatas 5.

...Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. 26Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. Santiago 1.

 

CONCLUSIÓN

Si bien la Ley incluyó como mandamientos, costumbres y hechos que Dios había puesto en el corazón de aquellos que eran llamados amigos de Dios, como Abel que ofreció un cordero a Dios, porque no estimaba nada de lo que tenía como bueno ante Dios, y es una antesala de aceptar al Cordero de Dios. Es por esto que Caín mató a Abel, porque consideró que el resultado de la obra de sus manos le justificarían ante Dios. O Abraham que dio el diezmo, que es muy anterior a la Ley y que denota un reconocimiento a Dios de que somos conscientes de que Él es quien bendice el fruto de nuestro trabajo.

El Cristiano está por encima del diezmo, está libre de él pero reconoce económicamente al Señor la procedencia de sus bendiciones materiales, por ello dará no solo el diezmo y la ofrenda, sino toda su vida a Cristo, por lo tanto cada uno dé como tenga en su corazón según ame a Dios y sea prosperado, para el Evangelio, para la iglesia y sus necesidades, para los pobres, para hermanos que necesitan, para los ancianos, obispos, líderes, pastores a los que el Cristiano quiera reconocer como fuente de bendición que Dios ha usado para bendecir sus vidas. El Señor va más allá y dice en Marcos 10:20: ...vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres... ¿quién es capaz de hacerlo?, los primeros Cristianos, Hechos 2:43.

Las tradiciones de las distintas iglesias no son tampoco sustitutivos de mandamientos, porque se convierten en mandamientos de hombres. Esto es lo que el Señor les reprochaba a los sacerdotes diciéndoles que con la tradición invalidaban el mandamiento. Del mismo modo las iglesias Católica y Ortodoxa han añadido sacramentos que han convertido en mandamientos que no existen el la Iglesia Bíblica, en la enseñanza del Señor, ni de los Apóstoles.

La estructura de la Ley está enfocada a tres campos: hacia Dios, hacia nosotros mismos y hacia el prójimo. Éstos, a su vez están relacionados por Dios a la moral, los 10 Mandamientos, los esclavos, los actos de violencia, la restitución, a leyes humanitarias, las tres fiestas anuales, el Ángel del Señor como guía, Moisés y los ancianos en Sinaí, las ofrendas, el arca, el tabernáculo, que más tarde daría lugar al Templo, los sacerdotes, los sacrificios, el aceite y el incienso y la presencia de Dios. Toda esta estructura está cumplida en Cristo y en el el Cristiano.

Maimónides, rabino del siglo XII, estableció una división de la Ley en 613 mandamientos y ordenanzas, en 14 libros que se han convertido en la estructura de la tradición del Talmud, y se siguen hasta hoy en la observancia de la Mishneh Torah, estandarte de los Judíos ortodoxos.

Por las tradiciones de hombres invalidáis el mandamiento, recriminó el Señor a los sacerdotes y escribas. Del mismo modo ¿en cuántas  iglesias tradicionales y rituales en el mundo, por las tradiciones, en algunos casos de siglos, se invalida la sana doctrina de Jesucristo?.

Las bendiciones y maldiciones de la obediencia o desobediencia están narradas en Deuteronomio 28. La gente piensa que éstas no son vigentes, me refiero a los Gentiles, pero los acontecimientos diarios en las vidas de la gente lo atestiguan. Mas los Cristianos ya no estamos bajo la Ley sino bajo la gracia.

Como los EE.UU. de América tienen su famosa constitución, como cualquier otro país democrático, o como los Derechos Humanos rigen Naciones Unidas, la Ley de Moisés es la constitución del estado teocrático. Pero el objetivo de Dios para con el hombre desde Edén, mostrado en la relación del principio entre Adán y Eva y el Señor, no era la Ley, sino el Espíritu, pero la serpiente sabía que tentando la mente humana (Eva) con un código con el que poder vivir, una moral, aunque fuese personal y modificable tendría el control de la vida del hombre, porque al no poder el hombre ser fiel a si mismo, por la desobediencia a Dios, quedaría a merced de la acusación del fiscal, con la ley en la mano. Más tarde el enemigo del hombre usa la propia Ley de Dios para acusarnos de pecado, por ello nuestro reino no es de este mundo y esperamos con paciencia la venida del Reino de Dios para que podamos disfrutar del estado eterno, de una relación perfecta con nuestro Padre.

Me gustaría terminar recordando las famosas Bienaventuranzas, pues siento que incluyen la esencia espiritual de la que ha de ser nuestra actitud en la vida en nuestra relación con el Señor y con nuestro prójimo con relación a los que he denominado Mandamientos de Jesucristo. No conforman estos Mandamientos, y lo recuerdo por última vez, un código cerrado sino una camino abierto y libre, fuera del dominio de aquella serpiente del Edén, aunque sepamos la ciencia del conocimiento del bien y del mal, vivamos libres en Espíritu en la nueva relación con Dios, el Camino espiritual del corazón Cristiano que ha de vivir en libertad bajo la unción del Espíritu Santo:

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5, Lucas 6.

La conclusión final es que el Cristiano es llevado de la mano por el Espíritu Santo, quien nos enseña toda la verdad, y quien nos sustenta a diario en nuestras vidas, confirmando en nuestro espíritu lo que hemos de hacer y lo que no hemos de hacer en conformidad con Su Palabra. Para un resumen concentrado del comportamiento Cristiano leer Hebreos 13. Espero que este estudio de los Mandamientos de Jesucristo hayan liberado a los lectores de la necesidad viciada de nuestra mente que siempre busca normas y códigos de conducta que se oponen a la libertad de la relación viva con Dios. Vivamos pues como concluye Job en su relación con Dios: Job 42: ...te preguntaré y tu me enseñarás... Así vive el Espíritu en nosotros, y si vivimos bajo una ley no le dejamos vivir en nosotros, porque no le dejamos que nos hable, sino que actuamos según el código, ya no Le escuchamos, sino que cumplimos.

Mi oración por vosotros es para bendición de vida en el Espíritu, en el espejo de Gálatas 6:2 para que sobrellevéis los unos las cargas de los otros y cumpláis así la Ley de Cristo. Por lo demás, que el Señor os bendiga en Su Camino con toda bendición de lo Alto en todas las iglesias hasta Su venida que está cerca; mientras tanto prosigamos adelante en una relación personal y de congregación, bajo la ley de la libertad, la del Espíritu en amor de Dios para desarrollar la Gran Comisión como en el Texto de Marcos 16:

...Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 17Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. 19Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 20Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.

 

 

 

  • Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y llamárase su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Profecía de Isaías 9:6.


  • Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi. Palabras de Jesucristo. Evangelio de Juan 14:6.
  • Ud. quiere conocer a Dios, pero sabe que el camino no es por las religiones, ni por las sectas, ni por la sociedad. El mundo, sin Dios, ha fracasado. ...Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son... Juan 17:9. Oración de Jesús.


  • Si de verdad busca Ud. a Dios, comience hoy una nueva vida, de la verdadera mano de Dios. El Evangelio es el mensaje para todas las naciones, sin importar la raza, la procedencia ni la cultura. Dios es el Salvador de aquellas personas que le abren su corazón y se arrepienten de vivir sin El.


  • ...Así que hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1Corintios 15:58.

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