LOS MANDAMIENTOS DE JESUCRISTO
LA LEY DE LA LIBERTAD Y MANUAL DE VIDA DEL
ESPÍRITU DE LA LEY DE DIOS
©
Carlos Padilla, Julio 2009
En la búsqueda del camino de la
Verdad, en cuanto al modo moral, ético y espiritual de vida,
tanto Cristianos como
otras personas que se acercan al Señor preguntan con
frecuencia ¿cuál debe ser el código de conducta del Cristiano y del
Cristianismo, ya que la Biblia expone la Ley de Moisés y el
Evangelio de Jesucristo?. Además juzgan o han juzgado ya a las
distintas iglesias y a
líderes Cristianos, y dudan sobre cuales deben ser los
mandamientos o leyes morales que deben guiar el modo de
vida ante Dios, una vez se conoce a Jesucristo y se le ha
recibido como salvador.
El Señor ya nos recomienda en la Biblia que,
además de la sana doctrina, sepamos ver quienes son Su pueblo
que le sigue:
...por sus frutos los conoceréis... Mateo 7:16 y ...si tuvieses amor
los unos por los otros, todos conocerán que sois mis
discípulos... Juan 13:35, esa es la Iglesia del Señor. Si hay
divisiones, disensiones y cualquier otro tipo de escándalo,
aquellos que han sido llamados por Dios, al acercarse y encontrar este
tipo de comportamientos,
son espantados del Camino. Algunos preguntan también si han de
cumplir solo los Diez Mandamientos o toda la Ley de Dios. Como
siempre veamos qué dice la Biblia y su interpretación:
El fin de la Ley es Cristo. Con
esta afirmación de la Biblia en Romanos 10:4, inicio una mirada profunda
al fin de la Ley, no el fin entendido como final, sino como
objetivo para nuestros corazones espiritualmente; cuando el
hombre conoce al Señor es cuando la Ley puede asimilarse en su
profundidad, porque ella es la que nos muestra que nuestra
naturaleza está caída, como es evidente en nuestra civilización,
y necesita de la salvación de Dios. Pero una vez Jesucristo mora
en nuestra alma por el Espíritu, somos liberados para vivir en
la libertad del Espíritu, sirviendo al Señor y al prójimo. El
fin, la esencia y el cumplimiento de la Ley es el amor de Dios,
Romanos 13:10, porque "la misericordia triunfa sobre el juicio, y
juicio sin misericordia se hará con aquél que no tuviere
misericordia". Santiago 2:13.
El Cristianismo va más allá de la
Ley mosaica, y su fin es más excelente porque empieza en
Jesucristo mismo, Quien cumple la Ley y nos lleva al nivel
superior del Espíritu, el Ruach HaKodesh. Los aquí llamados Mandamientos de Jesucristo,
no son un código de una nueva Ley, no es este el objetivo y
quiero aclararlo desde el comienzo porque estamos advertidos
por el Señor de no poner sobre nuestros hombros cargas mayores
que ningún hombre pueda llevar, ni es mi intención, y es que cuando el Cristiano es
llevado a "la estatura de la plenitud de Cristo"
Efesios 4:13, en cuanto
al conocimiento de Dios y de Su amor eterno, conoce un nuevo
modo de vida que ya no es por cumplir, sino por ser, y por ser
receptores y dadores de ese amor de Dios
en nuestro corazón. Este es el enfoque de esta exposición de
conducta, para que sirva de guía y orientación para vivir en
Cristo. Por lo tanto no deben ser interpretados estos
"Mandamientos de Jesucristo" como puerta o camino de salvación,
pues la Puerta y el Camino es Jesucristo mismo quien los abre
para nosotros en la Cruz del
Calvario.
...Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este
es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De
estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Mateo 22.
El Cristiano verdadero es,
además de una nueva persona transformada de corazón por el amor
de Dios, una nueva persona que sigue a Jesucristo por donde quiera que va. No en una
vida de liturgia, de mandamientos de hombres, de tradiciones,
sino del amor de Cristo, de afecto fraternal, del cumplimiento
de los mandamientos del Maestro, de Jesucristo quien conoce a la
perfección los 613 mandamientos y ordenanzas de la Torah en el Tanach o Antiguo Testamento y nos enseña lo que realmente busca
de nosotros: hacernos como Él es, a Su imagen y semejanza
espiritualmente.
La palabra Torá, en hebreo
"Torah", no significa ley sino enseñanza o instrucción. De este
modo el pueblo de Israel cuando recibió en Sinaí la Ley, no lo
entendieron como una lista de prohibiciones y
permisiones
solamente, sino
como un manual de vida delante de Dios, aunque en efecto era un
manual por el que Dios los llevaría a mostrarles que finalmente
dependerían de Su misericordia porque no podrían ser perfectos,
y dependerían de los sacrificios de los sacerdotes. Como así nos
lo enseña Jesús cuando habla de aquel hombre que no atreviéndose
a levantar la cabeza, oraba: Dios, se propicio a mi, pecador.
Aquél fue a su casa en paz con el Señor, mientras el otro se
gloriaba de sus limosnas y ayunos. Lucas 8:13.
Como por el manual de enseñanza
de la Torá hemos aprendido nuestra imperfección, Jesucristo
llevó a la Cruz y en Su carne nuestro pecado para que por la fe en
Él, y viendo que nos ha amado tanto que ha dado Su vida por
nosotros, la novia, no
cualquier vida humana, sino la vida divina del Hijo de Dios,
eterno, nuestro corazón cambiaría para siempre, naciendo de
nuevo, por Su acto de amor tan insondable. Son pues los Mandamientos de Jesucristo
el
manual de vida, la guía de comportamiento de un Cristiano que
busca la verdad y el amor de Dios porque ha nacido de nuevo.
Al respecto nos habla Jesús: ...Si me amáis, guardad mis
mandamientos... Juan 14:15.
Esta guía es una ayuda para el Cristiano, la cual verá
confirmada en Su vida por el Espíritu Santo que nos enseña y nos
lleva a toda la verdad, porque una vez salvos, viviremos dando
frutos del Espíritu, porque la fe sin obras es muerta en sí
misma como nos enseña Santiago 2. No voy a dar una lista, ni "la" lista, definitiva ni perfecta, ni mucho menos, lo que
expondré es una recopilación de la enseñanza del Maestro del
Espíritu, Jesucristo, en Su Palabra, que nos llega a través de
la mente de Cristo en nosotros, 1Coríntios 2:16, y que quien se
encarga de confirmarla y enseñarla es nuestro fiel Ayudador, El
Espíritu Santo de Dios, nuestro compañero, maestro, consolador y
guía de viaje, el "Paracletos", Él es nuestra garantía.
¡Confiemos en Él!.
Jesucristo, nuestro esposo
espiritual, teniendo y dándonos las arras del Espíritu, para ir
a las bodas del Cordero, se nos ofrece como novio y príncipe que
ha firmado el pacto matrimonial y acta de validez de boda con Su
sangre, porque la Ley también tenía para con Dios un significado
de pacto, el antiguo pacto, y era un pacto matrimonial entre Él e Israel. Ahora
bajo el nuevo régimen del Espíritu, habiendo dejado de estar
bajo el antiguo de la letra, podemos venir sin temor a la
presencia de Dios, cubiertos con la Sangre de Jesucristo que nos
limpia de pecado.
El único
pecado que no es perdonado es la blasfemia contra el Espíritu
Santo. Por lo demás al arrepentirnos nos hace vestirnos de lino fino, blanco y
resplandeciente que son las acciones justas de los santos.
Apocalipsis 19 sobre las bodas del Cordero.
Por esas acciones justas, el
Cristiano, como oveja del Pastor que es Nuestro Señor es apartado a la derecha
para
ser llamado entre los "benditos de mi Padre" Mateo
25:34, porque dimos de
comer al hambriento, de beber al sediento, cubrimos al desnudo,
y visitamos al enfermo y al preso, porque el Señor se manifiesta
en todos los que padecen necesidad, en los despreciados, en los
aborrecidos y marginados de la sociedad, está junto a los humildes.
Así hagamos y cumplamos el mandamiento de las buenas obras, las
cuales serán una prueba de que caminamos en la fe de Cristo, así
como predicamos el Evangelio para salvación.
El mayor de todos los
mandamientos es el amor, el amor de Dios, para amar a Dios y a
nuestro prójimo, enseñado por Dios en la Ley, por los profetas,
por Jesucristo, y por los apóstoles, y enseñado y practicado por
la Iglesia, por los que vivimos. Así que hermanos, amémonos,
porque el amor es de Dios, el que no cumple este mandamiento, no
cumple ninguno y permanece en muerte.
Mandamiento de Pablo en Hebreos 13:1: ...permanezca el amor fraternal...
Mandamiento de Pedro: 1P 4:8:
...tened entre vosotros ferviente amor...
Mandamiento de Juan: 1J:
...amémonos,... porque el amor es de Dios...
Mandamiento de Judas 21:
...conservaos en el amor de Dios...
Jesucristo nos enseña en Su
Palabra una visión mayor de la Ley de la que el hombre es capaz
de albergar en su corazón, me refiero al hombre de buena
voluntad, al hombre temeroso de Dios, hombre o mujer, por ejemplo cuando nos enseña a amar a nuestros
enemigos, Mateo 5:43, o a saludar, no solo a nuestros hermanos:
...Y si saludáis a vuestros hermanos solamente,
¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Mateo
5:47. o a
considerar adulterio codiciar a otra mujer en el corazón sin
necesidad de consumarlo.
Esta enseñanza cuando es revelada
por Dios al espíritu del hombre le lleva
espiritualmente a pasar del campo de la letra al que da
frutos del Espíritu; esos frutos que proceden del que ha nacido
de nuevo y que tiene una relación personal con el Espíritu
Santo, Aquel que Jesucristo nos prometió que nos enviaría
para que fuese nuestro consolador y maestro que nos llevaría a
toda la verdad y que cayó sobre 120 hermanos en el primer
Pentecostés tras la ascensión de Jesús a la diestra del Padre.
Sin embargo, los simples, aquellos que aunque
religiosos exteriormente son enemigos de Dios y de Su
Iglesia, aquellos mismos que tragan el camello y cuelan el
mosquito, utilizan esta aparente contradicción a los ojos de la
mente que se queda únicamente en lo racional, para argumentar que no se corresponde una enseñanza con
la otra, no entienden que la Ley de Dios es espiritual y va más
allá del cumplimiento de los mandamientos per se. Es como aquellos que
aborrecen toda forma de iglesia, aun siendo cristianos, sin
formar parte de ninguna, porque no han estudiado a este respecto
la Biblia ni la
Historia de
la Iglesia; o niegan la doctrina de la Trinidad,
porque así se lo han enseñado, sin estudiarla en profundidad,
o aquellos que porque no
pueden comprender la profundidad de Dios, concluyen que dicha doctrina no
puede ser aceptada, y olvidan que hay tantas otras, como la
eternidad, la resurrección, etc., que el hombre natural solo puede ver a
un pequeño nivel, lo cual cambia en el hombre discípulo de Jesucristo.
Del mismo modo que Jesucristo
cumple en sí mismo toda la Ley sacrificial y sacerdotal de la
Torá, también se constituye Maestro del Espíritu,
un maestro único e insustituible y Quien además Es la Palabra o el
Verbo de Dios, por lo cual Su enseñanza, que Él ha experimentado
en Su propio Ser desde antes de la fundación del mundo, la cual aquí estudiaremos,
se convierte en la interpretación final y definitiva de la
voluntad de Dios para el hombre salvo mientras está en la
tierra.
En cuanto al significado de la Ley de
Dios dada una vez a Moisés para la salvación de aquellos que la
cumplieran en todos y cada uno de sus mandamientos y ordenanzas, fue necesario que Dios nos salvase porque nosotros
no podíamos salvarnos por nuestro cumplimiento de Su Ley, porque
la carne no puede someterse a ella; es por esto que Dios nos
ofrece la salvación por la fe en la Cruz de Cristo, una vez cumplido el Sacrificio Expiatorio del
Cordero de Dios, que cumple la Ley por nosotros y tiene en
cuenta a aquellos que fueron santos y se esforzaron sin
vanagloriarse reconociéndose pecadores en tiempos de Antiguo
Testamento.
La mejor prueba Bíblica del
significado real, profundo y espiritual de la enseñanza del
Maestro son las famosas Parábolas de Jesucristo. En ellas podemos aprender
muchas de Sus
enseñanzas. El Señor nos cuenta en
los Evangelios sobre la fe como un grano de
mostaza, por lo pequeña de la semilla y lo grande de que se hace,
o la enseñanza de echar la red a la derecha de la barca, en
alusión al poder de Dios sobre el que debemos confiar al
predicar en la iglesia o al prójimo, porque es Dios quien hace
la obra, y Su Palabra, Cristo, es la que transforma el corazón
del hombre caído en salvo, para la eternidad. De obligada
referencia es la historia del Antiguo Testamento sobre la vida
de Job, que somos todos y cada uno de nosotros.
En el Antiguo
Testamento tenemos varias parábolas de gran enseñanza, como la
que refirió el profeta Natán a David cuando tomó a la mujer de
Urías heteo, hablándole de los dos hombres, uno rico y otro
pobre. El rico tomó la única corderita que tenía el pobre, por
lo que David se enojó y Natán le mostró como había obrado mal
David pecando contra Dios, por lo que mataría al hijo de su
adulterio. 2Samuel 12. Además podemos leer de la parábola de la
viña, sobre Israel, en Isaías 5, o la parábola del cinto podrido
de Jeremías 13 sobre la soberbia de Israel, que se puede aplicar
también a muchos cristianos y a iglesias enteras, que creen
tener en exclusiva a Jesucristo y que su interpretación,
historia, jerarquía y tradiciones son las únicas que valen ante
Dios, pero Dios les levantará las faldas y se les verán las
inmundicias, como el cinto podrido. O la parábola de las águilas
y la vid de Ezequiel 17.
Volviendo al
Nuevo Testamento, seguimos con parábolas más famosas:
¿Quién construirá su vida sobre la arena, "los
argumentos del mundo" y no la verá caer, en lugar de hacerlo
sobre la Roca de la fe en Cristo y La Palabra de Dios?. Cómo
olvidar al hijo pródigo, cualquiera de nosotros que se
arrepiente y viene a los brazos del Padre; y qué me dicen de la
higuera estéril en alusión a
Israel que no recibe al Mesías
en Jerusalén; o la parábola del rico y Lázaro, o las
ovejas y los cabritos, o la impactante parábola las diez vírgenes
y el aceite de sus lámparas, que es la unción del Espíritu Santo en
nuestras almas, para tener el combustible santo que prenda
la llama del fuego del Espíritu para dar luz al mundo, hasta que
Él regrese y nos lleve con Él. Y sin
aceite no hay bautismo de fuego, el cual nos da el Señor una vez
tenemos el aceite por la presión de las aceitunas, nuestras
almas en intercesión por los demás, poniendo nuestras vidas por
Jesucristo y por la Iglesia, tomando nuestra cruz -1Juan 3:16- y
llevando el yugo de Cristo -Gálatas 6:2- y en el sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios
que confiesan Su nombre -Hebreos 13:15- para la gloria de Dios.
LEY DE DIOS - LEY DE CRISTO
En el primer Concilio de
Jerusalén narrado en Hechos de Los Apóstoles 15 se discutió
sobre los mandamientos que habrían de observar los Gentiles, a
diferencia de los Judíos, pero el resultado ha sido de una
pequeña relación de cuatro observancias que pronto el Espíritu
Santo se encargaría de enriquecer y ampliar, como no podría ser
de otro modo, manteniendo el resultado del primer concilio y
perfeccionándolo en la Historia de la Iglesia. El espíritu de la Ley de Dios
era enfocado al yo, y a ese yo para acercarnos a Dios. El
Espíritu de los Mandamientos de Jesucristo está enfocado a los
demás, porque Él ya nos ha constituido templos del Dios
Eterno, donde mora Jesucristo por el Espíritu Santo, por lo
tanto nuestra vida pasa del "yo buscando a Dios", al "traigo a Dios
a ellos para que ellos sean para Dios".
La Ley de Dios no es otra Ley
distinta a la Ley de Cristo, ni viceversa. La Ley de Dios es el
comienzo; la Ley de Cristo es el fin. La Ley de Cristo es el
cumplimiento espiritual y en toda su profundidad y perfección de
la Ley de Dios. El Hijo honra al Padre. El hombre es pues
llevado del estado de "alma viviente" al de "espíritu
vivificante".
La Ley de Cristo es: ...sobrellevad
los unos las cargas de los otros... según nos enseña Pablo en su
carta a los Gálatas: 6:2 lo cual procede de ...ama a tu prójimo
como a ti mismo... Levítico 19:18 y esto a su vez procede de: ...ama a Dios
con todo tu corazón... Deuteronomio 6:5. Tener un mandamiento que nos diga
que amemos a Dios, denota lo lejos que está el hombre natural del Señor
cuando Le tiene Dios que dar esta Palabra, porque un hijo de
Dios ama a Su Padre y no necesita el mandamiento que se lo
ordene, nos sale del alma. Del mismo modo que amamos,
humanamente, a nuestros seres queridos, amamos a Dios con el
corazón porque Él nos amó
primero, y Su amor es irresistible, como ya enseñaban Agustín o
Calvino.
La lista de lo que podríamos
llamar los Mandamientos de Jesucristo, se convierte en nosotros
en modo de vida en el Espíritu, y es más que una ley, es la
nueva relación con Dios, la forma de tratar al prójimo y de
seguir a Dios, para que cuando por el enemigo nos tiente en la carne
que todavía llevamos, oremos al Señor en el Espíritu y tengamos
referencias de Su Palabra.
Jesucristo es
específico conforme la Ley y su permanencia en Mateo 5:17 al 20
cuando dice: ...No penséis que he venido a abrogar la ley o los
profetas; no he venido a abrogar, sino a cumplir... ...Porque de
cierto os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de
escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Siguiendo esta aclaración el Señor nos enseña una serie de
Mandamientos de la nueva vida Cristiana:
Haced esto en memoria de mí... Lucas 22:19,
sobre la Santa Cena. Este quería que fuese el mandamiento que
diera inicio a esta lista, para el que está en Cristo, hasta que
Él venga.
El primer mandamiento, no obstante por
importancia es éste:
Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno Es. Y amarás a Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:34-40. Marcos
12:29-31. Israel y la Iglesia están llamados por el mismo
mandamiento, y el hombre en general.
Arrepentíos, "cambiad vuestra mente, vuestro
modo de pensar, por la mente de Cristo" Marcos 4:17.
Oísteis que fue dicho a los antiguos: No
matarás;... ...pero yo os digo que cualquiera que se enoja
contra su hermano, será culpable de juicio. Mateo 5:21-26.
Oísteis que fue dicho: no cometerás adulterio.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para
codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Mateo 5:27.
Aplíquese también a las mujeres para con los hombres,
naturalmente.
Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de
divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no
ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que
se casa con la repudiada, comete adulterio. Mateo 5:31.
Oísteis que fue dicho a los antiguos: No
perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os
digo: No juraréis... ...sea vuestro hablar: Sí, si; no, no.
Mateo 5:37. Es una buena lista, esta que encontramos en el
Evangelio: No adulteres. No mates. No
hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu
padre y a tu madre. Vende todo lo que tienes y dáselo a los
pobres Marcos 11:21
Oísteis que fue dicho a los antiguos: Ojo por
ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es
malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y
quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que
te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que
te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado no se lo
rehúses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y
aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros
enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que
os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seréis hijos de vuestra Padre que está en los cielos,
que hace salir su sol sobre malos y buenos... Mateo 5:38 al 48.
Sed sal, sed luz. Entrad por la puerta estrecha,
porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la
perdición... Mateo 7:13. Dad limosna sin que os vean; no se note que ayunáis;
orad Padre nuestro...; haceos tesoros en el cielo; no estéis afanosos;
no juzguéis; pedid y se os dará, buscad y hallaréis... ...Vivid
bajo la Regla de Oro de Lucas 11:9-13. Guardaos de los falsos profetas,
por sus frutos los conoceréis, Marcos 7:15. No temáis a los que matan la
carne. Dad a César lo que es de César y
a Dios lo que es de Dios, Marcos 12:17.
El que no aborrece padre,
madre, esposa, hijos por causa de mi, no puede ser mi discípulo.
Hay que aprender la diferencia entre aborrecer a la persona y el
sentido al que el Señor se refiere que es todo aquello que nos
traigan que sea contrario al Señor: enseñanza, tradiciones,
idolatrías, vida mundana. Y seguimos: Venid a mi y descansad. Echad la red a la derecha de la
barca. Perdona a tu hermano 70 veces 7. Dejad que los niños se acerquen a
mi y no se lo impidáis. Sacudid el polvo que está debajo
de vuestros pies, para testimonio a ellos, Marcos 6:11.
Toma tu cruz y sígueme, Marcos 8:34. Llevad mi yugo
sobre vosotros. Amad a vuestros enemigos; apacienta mis ovejas.
Sobre Mateo 10: Predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha
acercado. Sanad enfermos; resucitad muertos; echad fuera
demonios, de gracia recibisteis, dad de
gracia. Amaos los unos a los otros, como
yo os amo. No temas, cree solamente, Marcos
5:36. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz. El que quiera hacerse grande
entre vosotros, sea vuestro servidor, Marcos 11:43. Mirad que
nadie os engañe. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora
en que el Hijo del Hombre ha de venir. Velad y orad, para que no
entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil. Mateo 24, 25 y 26. Y como no Mateo 28 en
la famosa Gran Comisión: ...Id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos... ...y he aquí que yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amén.
TEXTOS BÍBLICOS
...Yahweh vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; Resplandeció
desde el monte de Parán, y vino de entre diez millares de santos,
con la ley de fuego a su mano derecha.
Deuteronomio 33:2.
...Nunca se apartará de
tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en
él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque
entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1:8.
...Mejor me es la ley de tu
boca que millares de oro y plata. Salmo 119:72.
...Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá
y de Jerusalén. 2Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será
confirmado el monte de la casa de
Yahweh como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados,
y correrán a él todas las naciones. 3Y vendrán muchos pueblos, y
dirán: Venid, y subamos al monte de Yahweh, a la casa del Dios de Jacob;
y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.
Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahweh.
4Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán
sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación
contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Isaías 2.
...¡Ay de los que dictan
leyes injustas, y prescriben tiranía, 2para apartar del
juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para
despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! 3¿Y qué haréis en el
día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos
el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria? 4Sin mí se
inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha
cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. Isaías 10:1.
...Oídme, los que conocéis justicia,
pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni
desmayéis por sus ultrajes. 8Porque como a vestidura los comerá
polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá
perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos. Isaías 57:1.
...Porque yo Yahweh no cambio; por esto, hijos de
Jacob, no habéis sido consumidos. 7Desde los días de vuestros padres
os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis.
Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Yahweh de los
ejércitos. Malaquías 3:7.
...Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá. 8Porque todo aquel que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9¿Qué hombre hay de
vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10¿O si le
pide un pescado, le dará una serpiente? 11Pues si vosotros, siendo
malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que
está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? 12Así que,
todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también
haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas. Mateo 7.
...Entonces los fariseos, oyendo que había hecho
callar a los saduceos, se juntaron a una. 35Y uno de ellos,
intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36Maestro,
¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De
estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22.
Y he aquí un intérprete de la ley se
levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la
vida eterna? 26Él le dijo: ¿Qué está
escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27Aquél, respondiendo,
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28Y
le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.
29Pero él, queriendo
justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi
prójimo? 30Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía
de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e
hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31Aconteció que
descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32Asimismo
un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33Pero
un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a
misericordia; 34y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y
vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35Otro
día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y
todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36¿Quién,
pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los
ladrones? 37Él dijo: El que usó de misericordia con él.
Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
Lucas 10.
...Concluimos, pues, que
el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los
gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30Porque Dios es uno,
y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los
de la incircuncisión. Romanos 3.
Es importante comentar aquí, que las obras a las que Pablo se
está refiriendo en este texto son las obras del cumplimiento de la Ley mosaica,
no a las buenas obras, sin las cuales la fe está muerta, como leemos en Santiago
2. Comento esto porque hay muchas discusiones entre Católicos y Protestantes que
no disciernen este aspecto. Unos defienden la salvación por buenas obras, y
otros defienden la salvación por la fe. La fe que Dios no da produce buenas
obras, por lo tanto el Cristiano debe vivir en las buenas obras, las cuales,
como dice Pablo, el Señor preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Por lo tanto los Católicos deben saber que la salvación no se obtiene por hacer
buenas obras, sino por la obra de Cristo en la Cruz, y los Protestantes deben
tener claro que si no hacen buenas obras pudiéndolas hacer una vez han recibido
la fe, ésta queda muerta.
Así pues, tanto Católicos como Protestantes y todos los
Cristianos, debemos saber que somos salvos por la fe en la obra de la Cruz de
Cristo, sin la cual nadie se podría salvar por muchas buenas obras que hiciese,
y para los Judíos saber que al hombre le es imposible cumplir los 613
mandamientos, y que es por la fe en el Mesías Hijo de Dios. Las buenas obras son
las que emanan del corazón, por amor y compasión no por justificación. Cuando
hagamos buenas obras, pongámonos en el lugar del que la recibe, oremos por
ellos, y el Señor estará a nuestro lado siempre, por la fe, porque el justo
vivirá por la fe.
...Así también vosotros,
hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo
de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos,
a fin de que llevemos fruto para Dios. 5Porque mientras
estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en
nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6Pero ahora estamos
libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de
modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu
y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7.
...Ahora, pues, ninguna condenación hay para los
que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme
al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la
carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la
ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme
al Espíritu. 5Porque los que son de la carne
piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas
del Espíritu. 6Porque el ocuparse de la carne es muerte,
pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Romanos 8.
...Porque todos los que
dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito
está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas
las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11Y que por
la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque:
El justo por la fe vivirá; 12y la
ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
13Cristo nos redimió de la maldición de la ley,
hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el
que es colgado en un madero), 14para que en Cristo Jesús la bendición
de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la
promesa del Espíritu. Gálatas 3.
...Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es
contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen
entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18Pero
si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos,
celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios. 22Mas
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
24Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos. Gálatas 5.
...Mas el que mira
atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella,
no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra,
éste será bienaventurado en lo que hace. 26Si alguno se
cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su
corazón, la religión del tal es vana. 27La religión pura y sin mácula
delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los
huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Santiago 1.
CONCLUSIÓN
Si bien la Ley incluyó como
mandamientos, costumbres y hechos que Dios había puesto en el
corazón de aquellos que eran llamados amigos de Dios, como Abel
que ofreció un cordero a Dios, porque no estimaba nada de lo que
tenía como bueno ante Dios, y es una antesala de aceptar al
Cordero de Dios. Es por esto que Caín mató a Abel, porque
consideró que el resultado de la obra de sus manos le
justificarían ante Dios. O Abraham que dio el diezmo, que es muy
anterior a la Ley y que denota un reconocimiento a Dios de que
somos conscientes de que Él es quien bendice el fruto de nuestro
trabajo.
El
Cristiano está por encima del diezmo, está libre de él pero
reconoce económicamente al Señor la procedencia de sus bendiciones
materiales, por ello dará no solo el diezmo y la ofrenda, sino
toda su vida a Cristo, por lo tanto cada uno dé como tenga en su
corazón según ame a Dios y sea prosperado, para el Evangelio,
para la iglesia y sus necesidades, para los pobres, para
hermanos que necesitan, para los ancianos, obispos, líderes,
pastores a los que el Cristiano quiera reconocer como fuente de
bendición que Dios ha usado para bendecir sus vidas. El Señor va
más allá y dice en Marcos 10:20: ...vende todo lo que tienes y dáselo a
los pobres... ¿quién es capaz de hacerlo?, los primeros
Cristianos, Hechos 2:43.
Las tradiciones de las distintas
iglesias no son tampoco sustitutivos de mandamientos, porque se
convierten en mandamientos de hombres. Esto es lo que el Señor
les reprochaba a los sacerdotes diciéndoles que con la tradición
invalidaban el mandamiento. Del mismo modo las iglesias
Católica y Ortodoxa han añadido sacramentos que han convertido en
mandamientos que no existen el la Iglesia Bíblica, en la
enseñanza del Señor, ni de los Apóstoles.
La estructura
de la Ley está enfocada a tres campos: hacia Dios, hacia nosotros mismos y
hacia el prójimo. Éstos, a su vez están relacionados por Dios a
la moral, los 10 Mandamientos,
los esclavos, los actos de violencia, la restitución, a leyes humanitarias, las tres
fiestas anuales, el Ángel del Señor como guía, Moisés y los ancianos
en Sinaí, las ofrendas, el arca, el tabernáculo, que más tarde
daría lugar al Templo, los sacerdotes, los sacrificios, el aceite
y el incienso y la presencia de
Dios. Toda esta estructura está cumplida en Cristo y en el el
Cristiano.
Maimónides, rabino del siglo
XII, estableció una división de la Ley en 613 mandamientos y ordenanzas,
en 14 libros que se han convertido en la estructura de la tradición
del Talmud, y se siguen hasta hoy en la
observancia de la Mishneh Torah, estandarte de los Judíos
ortodoxos.
Por las tradiciones de hombres invalidáis el
mandamiento, recriminó el Señor a los sacerdotes y escribas. Del
mismo modo ¿en cuántas iglesias tradicionales y rituales en el mundo, por las
tradiciones, en algunos casos de siglos, se
invalida la sana doctrina de Jesucristo?.
Las bendiciones y maldiciones de la obediencia o
desobediencia están narradas en Deuteronomio 28. La gente piensa
que éstas no son vigentes, me refiero a los Gentiles, pero los
acontecimientos diarios en las vidas de la gente lo atestiguan.
Mas los Cristianos ya no estamos bajo la Ley sino bajo la
gracia.
Como los EE.UU. de América tienen
su famosa constitución, como cualquier otro país democrático, o
como los Derechos Humanos rigen Naciones Unidas,
la Ley de Moisés es la constitución del estado teocrático. Pero
el objetivo de Dios para con el hombre desde Edén, mostrado en
la relación del principio entre Adán y Eva y el Señor, no era la Ley, sino el
Espíritu, pero la serpiente sabía que tentando la mente humana
(Eva) con un código con el que poder vivir, una moral, aunque
fuese personal y modificable tendría el control de la vida del
hombre, porque al no poder el hombre ser fiel a si mismo, por la
desobediencia a Dios, quedaría a merced de la acusación del
fiscal, con la ley en la mano. Más tarde el enemigo del hombre
usa la propia Ley de Dios para acusarnos de pecado, por ello nuestro reino no es de este mundo y esperamos
con paciencia la venida del Reino de Dios para que podamos
disfrutar del estado eterno, de una relación perfecta con
nuestro Padre.
Me gustaría terminar recordando
las famosas Bienaventuranzas, pues
siento que incluyen la
esencia espiritual de la que ha de ser nuestra actitud en la
vida en nuestra relación con el Señor y con nuestro prójimo con
relación a los que he denominado Mandamientos
de Jesucristo. No conforman estos Mandamientos, y lo recuerdo
por última vez, un código cerrado
sino una camino abierto y libre, fuera del dominio de aquella
serpiente del Edén, aunque sepamos la ciencia del conocimiento
del bien y del mal, vivamos libres en Espíritu en la nueva
relación con Dios, el Camino espiritual del corazón Cristiano que ha
de vivir en libertad bajo la unción del Espíritu Santo:
Bienaventurados los pobres en
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los de limpio
corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los
pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen
persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por
mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal
contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro
galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los
profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5, Lucas 6.
La conclusión final es que el
Cristiano es llevado de la mano por el Espíritu Santo, quien nos
enseña toda la verdad, y quien nos sustenta a diario en
nuestras vidas, confirmando en nuestro espíritu lo que hemos de
hacer y lo que no hemos de hacer en conformidad con Su Palabra.
Para un resumen concentrado del comportamiento Cristiano leer
Hebreos 13. Espero que este estudio de los Mandamientos de
Jesucristo hayan liberado a los lectores de la necesidad viciada
de nuestra mente que siempre busca normas y códigos de conducta
que se oponen a la libertad de la relación viva con Dios.
Vivamos pues como concluye Job en su relación con Dios: Job 42:
...te preguntaré y tu me enseñarás... Así vive el Espíritu en
nosotros, y si vivimos bajo una ley no le dejamos vivir en
nosotros, porque no le dejamos que nos hable, sino que actuamos
según el código, ya no Le escuchamos, sino que cumplimos.
Mi
oración por vosotros
es para bendición de vida en el Espíritu,
en el espejo de Gálatas 6:2 para que sobrellevéis los unos las
cargas de los otros y cumpláis así la Ley de Cristo. Por lo
demás, que el Señor os bendiga en Su Camino con toda bendición
de lo Alto en todas las iglesias hasta Su venida que está cerca;
mientras tanto prosigamos adelante en una relación personal y de
congregación, bajo la ley de la libertad, la del Espíritu en
amor de Dios para desarrollar la Gran Comisión como en
el Texto de Marcos 16:
...Y les dijo: Id por todo el
mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16El que creyere y
fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 17Y
estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; 18tomarán en las manos serpientes, y si
bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos,
y sanarán. 19Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba
en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 20Y
ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y
confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.
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